Me levanté a la mañana siguiente con ánimos renovados. Tenía esa ilusión, esa extraña sensación que se tiene al pensar en encontrarse con esa persona que te hace sentir cosquillas en el estómago.
Así estaba yo, deseando encontrarme con esos labios rojos, con su cabello interminable y su profunda mirada verde. Pero por otra parte, no sabía mucho de ella, apenas hablamos durante cinco minutos. Sólo sabía que se llamaba Nicole, y ni siquiera estaba seguro de ello.
No iba a ser fácil encontrarla, pero aquello, si cabe, le daba más atractivo. Antes de despedirnos, me dijo que todas las tardes paseaba por el parque, pero a qué hora y a qué parque se refería.
Empecé por el parque más cercano al recinto donde se había celebrado el concierto donde nos conocimos. Probé varios días seguidos y a distintas horas de la tarde, pero no hubo suerte.
Probé con dos parques más durante las dos semanas siguientes, pero el azar no estaba de mi parte.
Estaba perdiendo la esperanza de reencontrarme con ella de nuevo, pero todavía no estaba dispuesto a abandonar.
Iría a uno nuevo, para ver si, en mi caso, a la cuarta sería la vencida.
Llegué sobre las 8 de la tarde, justo antes de que anocheciera.
Lo cierto es que el parque era el más bonito de entre todos los que había estado. Tenía largos senderos por donde poder pasear, amplias zonas ajardinadas y un bonito lago en el centro.
Caminé durante unos minutos hasta que la vi. Allí estaba, sentada junto a la orilla, observando el mágico atardecer.
El corazón me dio un vuelco, por fin la había encontrado. Luché para vencer el agarrotamiento que se había instaurado en mis piernas. Avancé hacia ella lentamente, pero con decisión. Me encontraba a un metro de Nicole, que estaba de espaldas a mí.
Me dispuse a hablar, pero para mi sorpresa, se percató de mi presencia y se adelantó.
— ¡Hola Marcos!, te esperaba antes, parece que el azar te ha tenido entretenido.
— ¡Hola Nicole!, la verdad es que no me ha resultado nada sencillo—, le dije mientras me sentaba junto a ella.
Llevaba un bonito vestido verde de un tono más oscuro que sus profundos ojos, que le dejaba al descubierto las piernas, y al igual que la primera vez que la vi, tenía los labios y las uñas pintadas de un intenso rojo fuego.
— ¿No te parece un momento maravilloso el atardecer? — continuó diciendo. —Es como si el cielo fuera un enorme lienzo y alguien fundiera los colores, plasmándolos de una forma mágica.
—Sí que lo es. Nos pasamos la vida mirándonos los pies, y pocas veces levantamos la cabeza para observar el milagro de la creación.
Después de dedicarme una sonrisa, me dijo: —me he decidido a disfrutar de las pequeñas cosas, de cualquier detalle por ínfimo que sea. He tardado en comprenderlo, pero al fin lo he hecho. He descubierto que ahí radica la felicidad. Quiero absorber cada segundo de mi vida, no quiero desaprovechar ni un solo instante, no quiero arrepentirme de las cosas que no me atreví a hacer, no pienso quedarme con la duda.
— ¿Y qué es lo que te hizo pensar así?.
Se quedó unos segundos callada, para después contestar:
—un día cualquiera la vida te puede cambiar.
Una respuesta un poco ambigua, pero no quise indagar más.
Después dimos un paseo, charlamos durante horas, aunque tenía la sensación de que no habían pasado más de unos minutos.
Llegamos a una calle, en la que había una floristería. El dueño tenía expuestas decenas de flores en la calle, de todo tipo de colores y clases.
Estaba pensando en regalarle una rosa, cuando ella cogió una, salió disparada y me gritó: —corre.
El dueño se dio cuenta y salió corriendo detrás de nosotros.
No me lo podía creer, ¡estaba loca!, y lo cierto es que eso me resultaba excitante. Me puse a su lado con una sonrisa en la boca, justo cuando giramos la esquina. Al girarla, ella me agarró, me apoyó contra la pared y comenzó a besarme.
Sus labios me habían atrapado. Los notaba carnosos y apasionados. Su lengua rozaba con la mía, mientras recorría cada rincón de mi boca.
No quería que parara, mi excitación iba en aumento y sólo era comparable con el ardiente fuego que desprendían sus rojos labios.
Fue algo efímero, pero a la vez tan eterno. Puede que fuera únicamente un instante, pero desde entonces se convirtió en algo mío, un momento que nadie me podrá arrebatar, y por más que pase el tiempo nunca se marchitará.
Nuestros labios se fundieron en uno y eso es algo que por siempre perdurará.
El dueño de la tienda siguió de largo, cosa que yo ni siquiera aprecié, ya que mis cincos sentidos estaban pendientes en aquel mágico beso. Tras ello, nuestros labios se separaron.
—Como veía que no te decidías a regalarme la rosa me he tenido que adelantar—, me dijo sonriendo.
—La próxima vez no dudaré. Como me has enseñado hoy, yo también prefiero arriesgar a quedarme con la duda.
—Como primera cita no ha estado nada mal, ahora me tengo que marchar. Mañana a medianoche estaré donde me has encontrado hoy. Espero que me acompañes. ¡Chao Marcos!.
—¡Hasta mañana Nicole! —, le respondí con la mayor cara de felicidad que seguramente jamás haya tenido.
Luego se fue corriendo, no sin antes dedicarme unas últimas palabras: —yo de ti no tardaría mucho en irme, el hombre no creo que tarde mucho en regresar y no parecía de muy buen humor.
El florista no me encontró, pero eso me daba igual, nada podría haber estropeado aquel día. Únicamente deseaba que llegara ese momento, ese instante de reencuentro con aquellos labios rojos.
Preciosa historia de fantasía y romanticismo. Quizás verdadera.
ResponderEliminarPrecioso, Precioso Bake Josyan.
ResponderEliminarPregunto: cual fue la primera.
ResponderEliminarAl final del artículo, en las Etiquetas, se ha añadido la Etiqueta "Labios Rojos", si pinchas podrás ver las 2 partes de Labios Rojos.
EliminarParece que la opinión de los seguidores no vale nada. Considero que se debería publicar el primero antes del segundo y me censura el comentario. Que reteguay
Eliminar- Dos empleados del Censo llegan a una casa, para el Censo 2000, y preguntan:
ResponderEliminar- ¿Su nombre?
- Adán.
- ¿Su Esposa?
- Eva.
- ¡Increíble! ¿Por casualidad la serpiente también vive aquí?
- Sí, un momento.
- ¡¡¡Suegraaaa, la buscan!!!
"Esta es una historia, una historia como otra cualquiera, una de esas historias que le puede pasar a cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier ciudad del mundo.
ResponderEliminarPuede que sea una historia ficticia, en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o puede que no, porque como he dicho antes, esta historia le puede pasar a cualquiera y al fin al cabo, toda historia guarda en sí algo de verdad.
La voy a contar en primera persona, porque me parece más intimista y creo que ayuda a alcanzar el clima apropiado entre escritor y lector.
Me encontraba en un concierto del gran Yusuf Islam, anteriormente conocido como Cat Stevens. Estaba en tercera o cuarta fila, no me lo podía creer, tan cerca del escenario, casi podía tocarlo y su música la sentía recorriéndome todo el cuerpo, mientras mi corazón palpitaba al ritmo de las vibraciones de su guitarra.
Estaba en una nube, cantaba "Morning has broken", cuando de pronto la vi. ! Dios mío!, eran los labios más rojos que había visto en mi vida. Era un rojo tan intenso, puro fuego en unos labios carnosos y sensuales. No podía dejar de mirarlos, no quería pestañear ni un solo instante, porque la belleza que desprendían sus labios merecían ser contemplados por toda la eternidad. Estaba ensimismado, cuando ella se giró, cruzándose nuestras miradas, puede que no más de dos segundos, quizás menos, no lo recuerdo, pero sé con certeza que el tiempo se detuvo.
Su mirada me cautivo, sus ojos dulces y expresivos, eran de color verde, pero no un verde cualquiera, un verde que únicamente podrás encontrar en la primavera. Su pelo que caía interminablemente, era fino, sedoso, ondulado y del color de sus labios. Su cara era dulce, risueña y jovial, con unas mejillas redondas y rojizas.
El concierto continuó su maravilloso rumbo, pero yo no podía pensar en otra cosa, el rojo dominaba por completo mi ser. Tras más de 2 horas terminó, y entre la multitud la perdí. Me despedí de mis amigos desilusionado, aunque por otra parte pensaba que no había razón para ello, de todas formas nunca me habría atrevido a dedicarle una palabra.
Con un caminar parsimonioso fui hasta uno de los servicios que habían instalado con motivo del concierto. Me encontraba cerca del servicio de los chicos, cuando me reencontré con esos labios. No podía ser, me habría equivocado de baño, pero descubrí que no al girarme y observar a varios metros de mí una larga cola de chicas en otro servicio.
El chico que había dentro salió, y ella se paró junto a la puerta cuando me dijo:
— No te importara que entre primero, ¿verdad?
— Creo que te has equivocado de servicio.
— No querrás que espere media hora en esa cola, dudo mucho que mi vejiga aguantara. Pero puedes entrar conmigo, por mi no te cortes, yo el váter de la pared no lo voy a utilizar.
Entramos juntos, yo fui hacia el inodoro de la pared sin decir nada, estaba nervioso, tanto que no fui capaz de orinar, ni siquiera intenté desabrocharme la bragueta. Simplemente hice el paripé de que lo hacía.
Quería hablarle, decirle alguna frase, cualquier cosa, lo que fuera, pero ella se adelanto diciéndome:
— ¿Te ha gustado el concierto?
—Me ha encantado, ha sido fantástico de principio a fin. Ver en directo a una leyenda viva de la música como Cat Stevens es un sueño hecho realidad.
— ¿Y yo, te he gustado?
La pregunta me dejó fuera de juego, seguramente era la última pregunta que me esperaba que me hiciera. No sabía que contestar, mi cara debía de ser el reflejo de la perplejidad.
Ella siguió diciendo: —Me pareció que me examinabas de arriba a abajo.
—No voy a negar que no me haya fijado en ti —, le conteste.
—No me has respondido, pero me lo tomaré como un sí— dijo medio riéndose.
— ¿Cómo te llamas? —, me preguntó a continuación.
—Me llamo Marcos, ¿cómo te llamas tú?
—Esta noche y solo para ti, me llamaré Nicole, puede que otro día cambie de nombre, o tal vez no.
—Nicole. Que nombre más bonito.
—Sabía que te gustaría.
Se marchó del cuarto de baño y yo pulsé el botón del váter, saliendo detrás de ella. Parecía que no se iba a detener, por lo que me armé de valor y tome la iniciativa de la conversación por primera vez. Quería volver a verla y si me quedaba callado me arrepentiría toda la vida.
ResponderEliminar— ¿Te volveré a ver? —, le pregunté.
—Haciéndome esa pregunta no pretenderás que te dé mi número de teléfono, ¿verdad? Vamos a dejar que sea el azar quien lo decida. El azar ha logrado que nos encontremos en el concierto y luego en el baño. Dejemos que sea el azar quién decida cuándo será nuestro próximo encuentro, pero le podemos echar una mano. Suelo ir a pasear por el parque todas las tardes . Me ha encantado conocerte Marcos, espero verte de nuevo pronto. Chao.
—A mí también me ha encantado Nicole. Hasta pronto.
Esa noche no pegue ojo, pensaba en ella y en el momento de volver a verla, pero sobre todo había una cosa que no me podía quitar de la cabeza, sus sensuales labios rojos."
Sí señora, buena idea el exponer la primera parte, así para coger el hilo estás facilitando la labor.
EliminarNo logro entender, como muchos lectores la "manía" de publicar artículos que son continuación de otros cada cierto tiempo. Se pierde el argumento principal que casi siempre viene recogido en el primero de la serie. No lo puedo entender.
EliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarNo había caido pero creo que llevas razón.
EliminarHermoso, muy hermoso. Te admiro por tu gran romanticismo. Besos.
ResponderEliminarMuy bello tu escrito, me ha encantado. Cuéntanos tu próximo encuentro con Nicole, te espero ...
ResponderEliminarMe has dejado impresionada, Josyan. Eres un crack.
ResponderEliminarEstoy loca por besar tus labios...
ResponderEliminarLos mejores besos son esos que se roban y tú pareces ser un experto en estas artes. La historia genial.
ResponderEliminarNecesito besos largos, ricos y pasionales. ¿Te queda alguno, Josyan?
ResponderEliminarEstoy deseando que llegue la tercera parte. ¡Qué historia más bonita!
ResponderEliminarHay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella.
ResponderEliminarJosyan, deberías dejar los amores platónicos. Yo te lo daría todo. Me encantas.
ResponderEliminarEs linda la historia. Eso me pasó a mí y pasaron muchos años y volví a verlo y volvimos a estar juntos. Pero a pesar que aún lo amo las cosas son muy diferentes ahora.
ResponderEliminarEl destino esta escrito y estos dos deben estar juntos…terminaran siendo felices...
ResponderEliminarMi querido amigo Josyan, me alegro de leer tus apasionantes y desbordantes fantasías.
ResponderEliminarTu felicidad, aunque sea en sueños, motiva mi felicidad.
Me alegro de que te hayas "emperrao" con unos labios de intenso rojo porque me gusta ese color, como a nuestra amiga Bake Bara, además, contado como tú lo cuentas, embelesa hasta la momia de Tutankamon.
Por la forma de describir el final de este artículo me da la impresión que la imaginación roja no tiene fin, lo cual me congratula.
Hasta que llegue el momento de vernos, desde este foro te mando un fuerte abrazo.
Genial.
Eliminar¡Qué historia más guay! Sería lindo si algo así me pasara a mi. Necesito emociones en mi vida.
ResponderEliminarMi primer beso es algo tan lindo que siempre lo recordaré. Hoy con esta historia me he acordado de mi primer amor. Gracias, Josyan.
ResponderEliminarTus sueños determinan tu destino. Vuelve a soñar...
ResponderEliminarAlucinante, este chico escribe de alucine. Romanticismo y morbo envueltos en una historia realmente bella. Enhorabuena.
ResponderEliminarEste Bake, es una auténtica joyita.
ResponderEliminarEse pellizquito en el labio me pone como la moto de Marc Márquez.
ResponderEliminarCon el guión lanzado y tu fantasía puedes realizar un best seller sobre los labios rojos. Atrévete que yo no me cansaré de leerte.
ResponderEliminarPrecioso, me encanta, esto es una verdadera historia de amor!! Simplemente haz lo que el corazón te diga, y trata de ser feliz.
ResponderEliminarCuando sea mayor quiero soñar como Josyan.
ResponderEliminarUna muy grande y hermosa historia de amor. Esperemos que termine bien.Estoy deseando que llegue la tercera parte.
ResponderEliminarYo sueño que estoy aqui
ResponderEliminardestas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Una frenesí,
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Este chico no deja de sorprenderme. ¡Qué manejo de la pluma!
ResponderEliminarMi Maná-Maná es daltónico, lo mismo confunde el rojo de mariscos y crustáceos cocidos, de lascas de jamón de cinco jotas, con el negro del dinero que utiliza, con el negro de la prevaricación, con el negro de la corrupción, con el negro del panorama que ha generado...
ResponderEliminarA la Maína sí que le gusta el rojo, no el rojo de la capa de Caperucita, le gusta el rojo del corazón del lobo, más que del corazón, el rojo prepucial de su parte noble, esa que ella le canta por sevillanas: "hay que te como y te como, hay que te voy a comer...".
Los colores dan gusto para todo.
El color que les pega a esos dos corruptos es el negro ceniza.
EliminarPasarán por la trena, seguro, seguro.
EliminarTrena con barrotes negros.
EliminarJosyan, necesito verte, necesito que me sonrías, necesito que me abraces, necesito que me beses, necesito que estés ahí, necesito que me necesites.
ResponderEliminarEres un crack, Josyan, me encanta todo lo que escribes.
ResponderEliminarMe has dejado intrigado, Bake, ya espero el siguiente.
ResponderEliminarGrandiosa aventura la que te has montado. Muy bueno.
Menos besos y más polvos con coitos largos y profundos.
ResponderEliminarMe encantó la historia. Me hizo pensar en el chico que me gusta y espero que me pase esto con él y que no terminemos nunca.
ResponderEliminarRealmente creo también que lo que sientes es pura curiosidad
ResponderEliminarJosyan, tenemos que empezar con unos besos bien fogosos, esos en los que las lenguas se pelean por ganar el lugar de la otra.
ResponderEliminarYo me Pinto para ti incluso los pezones y me cambio de nombre si es preciso.
ResponderEliminarDime que tus labios y los míos se tocaran de nuevo otra vez...
ResponderEliminarNicole échale ya un polvete
EliminarNo se deja ver por el parque.
Eliminar¡Qué nivelito el de este Bake! Me ha sorprendido muy gratamente.
ResponderEliminarBesar con pasión durante diez minutos quema 150 calorías ¿Te apuntas, Josyan?
ResponderEliminarNo sé a Josyan, pero a mí me sobran dos o tres kilos...
EliminarAPARECEN LOS BROTES VERDES DE RAJOY:
ResponderEliminarDetenidos con un kilo de marihuana dos concejales del PP de León.
¡¡¡GENIAL!!!
EliminarSúper genial.
EliminarLa tradición de pintar los labios de rojo viene de simular la vagina de las monas en celo para atraer a los machos.
ResponderEliminar¿Y si comenzamos a tener una incesante cadena de encuentros furtivos entre tú y yo.. Hasta convertirlos en una eternidad...?
ResponderEliminarDel rosal salen las rosas, de las rosa los perfumes y de tus labios, vida mía, un amor que me consume.
ResponderEliminarOle, ole y ole!!
EliminarLa boca de la portada parece un anuncio del LP "Kiss" de "The Rolling Stones" con el dentrífico "Profidén".
ResponderEliminarQuiero pintar mis labios de rojo sangre para marcarlos en cada parte de ti. Lamer luego hasta que no quede vestigio de color.
ResponderEliminarEsos labios me los como y luego me recitas la historia.
ResponderEliminarPedazo de artículo.
Holea, un complejo comercial recientemente instalado en Huelva.
ResponderEliminar200 empleados que cada empresa de dicho complejo ha seleccionado según su criterio, mientras los dirigentes políticos de dicha localidad han dado publicidad para que presenten los currículums en dicho ayuntamiento. Gran timo de carácter electoralista, entre otros motivos, donde no se ha tocado ni uno solo de los más de 7.000 presentados.
BOrregos BebeEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
EliminarJosyan, me estoy poniendo cachonda.
ResponderEliminarEntre los dientes y el labio inferior hay una grabación de un dibujo y, debajo, 123 RFº. ¿Será la dirección de Nicole?.
ResponderEliminarRobin padece claustrofobia y ha abandonado la cueva; ahora está en el desierto buscando arena fina. Va acompañado de una almeja fina.
ResponderEliminarDame la manita Víctor Manuel.
EliminarVictor Manuel nunca había salido. Echo de menos a la Chari.
EliminarVictor Manuel es un buen amante.
Eliminar¡Qué emocionante está esta historia! ¿Mojará o no mojará al final?
ResponderEliminarElla seguro. El quizás.
EliminarPues sí, la verdad es que la cosa se está poniendo interesante. Deseando que llegue la siguiente parte.
ResponderEliminarEstoy totalmente enganchada a este blog. No dejáis de sorprenderme.
ResponderEliminarNo eres la única.
EliminarJosyan, te sigo echando mucho de menos. Te quiero.
ResponderEliminarPues lo siento mucho pero Josyan es mi novio, así que menos quereles y fantasías ;)
EliminarPues lo siento mucho pero Josyan es mi novio, así que menos quereles y fantasías ;)
EliminarEste chico escribe muy bien. Me está gustando mucho esta historia. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar¡Qué Bake más romántico y pasional! Me gusta mucho su estilo.
ResponderEliminarLo que tu has vivido chaval es una historia real que en tu subconciente se ha convertido en sueño de un romanticismo que te ha invadido hasta la médua.
ResponderEliminarAlgunos colaboradores dan ejemplo escribiendo y además muy bien.
ResponderEliminarHistoria para contar.
ResponderEliminarLabios para besar.
Ojos.....los tuyos.
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMe alegro de volver a leer tus comentarios.
EliminarConvenio bien negociado. Es muy importante saber argumentar.
ResponderEliminarUna empleada doméstica pidió aumento de sueldo.
A la señora no le sentó muy bien la solicitud, así que le preguntó:
- María, ¿por qué crees que mereces que te aumente el sueldo?
- Señora, hay tres razones:
La primera es que yo plancho la ropa mejor que usted.
- ¿Quién te ha dicho que planchas mejor que yo?
- Su esposo, señora.
- ¡OH, vaya!
- La segunda razón es que yo cocino mejor que usted.
- Eso es puro cuento, ¿quién te ha dicho que cocinas mejor que yo?
- También su esposo, señora.
- ¡Ah, caramba!
- Y la tercera razón, y la más importante, es que yo soy mejor que usted en la cama.
Al oírlo, la señora, completamente descompuesta y gritando le pregunta a la empleada:
- ¿Mi esposo te ha dicho eso?
- No, señora ...... me lo ha dicho el jardinero.
LA SEÑORA LE AUMENTÓ EL SUELDO ..
Josyan todas te pedimos una TERCER PARTE porfa.
ResponderEliminarHoy el blog está desbordado de comentarios. Todo genial.
ResponderEliminarNo se puede generalizar, Bake Beer, hay de todo.
ResponderEliminarSinceramente una historia esplendorosa. Creo que te deberías dedicar a escribir; al menos a mi.
ResponderEliminarpor favor no tardes en seguir con el relato,me encanta y estoy intrigadisima.
ResponderEliminarMe ha encantado ésta segunda parte de`` Labios rojos`` tanto como la primera, de la que tuve la suerte de conocer antes de su edición. Es una trama llena de romanticismo, sensualidad,tensión sexual al rojo vivo, intriga... y todo envuelto en una bella y cautivadora historia que engancha desde la primera línea. Espero impaciente por descubrir una tercera parte de los encuentros de Nicole y Marcos. Estoy segura que me encantará tanto como las demás, aunque, desde luego, no hay ficción que supere la realidad de lo que es estar a centímetros de tu piel, probar por un momento tus labios, y dejar que el tiempo galope mientras me siento cada vez más tuya. Esos, tus labios rojos, cuando los veo sonreir, son los que hacen que todo tenga sentido...(L).
ResponderEliminar