Al final del día, se ha familiarizado con su situación. Por fin, su compañera se ha habituado a mirarlo cuando le dice "Preciosa". A la puesta del sol, Preciosa deja oír un grito profundo y melancólico.
“Dice sus oraciones”, piensa el alegre soldado.
Pero dice esto porque su compañera se queda en una actitud pacífica.
- Va, mi pequeña rubia, te dejaré acostarte la primera, le dice, pensando, evadirse muy rápidamente cuando esté adormecida, para buscar otro lugar para dormir.
El soldado espera con impaciencia la hora de su huida, y cuando llega, rápidamente marcha en dirección al Nilo; pero él no ha avanzado todavía mucho en las arenas cuando oye a la pantera que salta detrás de él, y da su grito de cuando en cuando, más impresionante que el ruido pesado de sus brincos.
Vamos, se dice, ¡me tomó cariño!... Esta joven pantera posiblemente no conoció todavía el amor. ¡Soy Posiblemente su primer amor¡
En aquel momento, el francés cae en arenas movedizas, tan terribles para los viajeros. Es imposible salir. Sintiéndose prisionero de las arenas, grita. La pantera lo toma con sus dientes y tira para atrás, lo saca de las arenas, como por magia.
Oh, Preciosa, dice el soldado, acariciándola con entusiasmo, esto es ahora hasta la muerte.
Ahora, ya no está solo en el desierto. Hay un ser al que el francés puede hablar, que ya no es feroz para él. No puede explicarse las razones de esta amistad extraordinaria. El soldado quiere quedarse levantado para observar los movimientos de la pantera pero se duerme. Cuando se despierta, Preciosa no está allí; sube sobre el montículo y a lo lejos la ve que corre. Preciosa llega con el hocico manchado de sangre, recibe las caricias necesarias de su compañero, y hace ronroneos graves para decir que está feliz.
Sus ojos miran todavía más dulcemente al provenzal que le habla como a un animal doméstico.
- Ah¡, Ah¡. ¿ Señorita, ve esto? Nos gusta ser acariciado, veo...
Ella juega como un joven perro juega con su dueño; y algunas veces provoca al soldado poniendo la pata sobre él.
2ª Parte de la Colaboración anónima recibida en varios comentarios.
“Dice sus oraciones”, piensa el alegre soldado.
Pero dice esto porque su compañera se queda en una actitud pacífica.
- Va, mi pequeña rubia, te dejaré acostarte la primera, le dice, pensando, evadirse muy rápidamente cuando esté adormecida, para buscar otro lugar para dormir.
El soldado espera con impaciencia la hora de su huida, y cuando llega, rápidamente marcha en dirección al Nilo; pero él no ha avanzado todavía mucho en las arenas cuando oye a la pantera que salta detrás de él, y da su grito de cuando en cuando, más impresionante que el ruido pesado de sus brincos.
Vamos, se dice, ¡me tomó cariño!... Esta joven pantera posiblemente no conoció todavía el amor. ¡Soy Posiblemente su primer amor¡
En aquel momento, el francés cae en arenas movedizas, tan terribles para los viajeros. Es imposible salir. Sintiéndose prisionero de las arenas, grita. La pantera lo toma con sus dientes y tira para atrás, lo saca de las arenas, como por magia.
Oh, Preciosa, dice el soldado, acariciándola con entusiasmo, esto es ahora hasta la muerte.
Ahora, ya no está solo en el desierto. Hay un ser al que el francés puede hablar, que ya no es feroz para él. No puede explicarse las razones de esta amistad extraordinaria. El soldado quiere quedarse levantado para observar los movimientos de la pantera pero se duerme. Cuando se despierta, Preciosa no está allí; sube sobre el montículo y a lo lejos la ve que corre. Preciosa llega con el hocico manchado de sangre, recibe las caricias necesarias de su compañero, y hace ronroneos graves para decir que está feliz.
Sus ojos miran todavía más dulcemente al provenzal que le habla como a un animal doméstico.
- Ah¡, Ah¡. ¿ Señorita, ve esto? Nos gusta ser acariciado, veo...
Ella juega como un joven perro juega con su dueño; y algunas veces provoca al soldado poniendo la pata sobre él.
2ª Parte de la Colaboración anónima recibida en varios comentarios.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 08 de Mayo de 2010.
Bonita historia, me suena pero no termino de encajarla.
ResponderEliminarLa gatita de la foto está para comersela y la historia de la sultana va muy bien.
ResponderEliminarCuidado con la pantera que se comerá a los bakes. Al tiempo.
ResponderEliminarLo s Bakes se han comido ya a muchos idolatras y tiene 100.00 seguidores. Tu que carajo tiene a parte de la soledad eterna de los inmortales que tiene que luchar porque al final son como todos mortales de pacotilla.
ResponderEliminar- ¿Supiste que falleció el jefe?
ResponderEliminar- Sí, pero quisiera saber quién fue el que falleció con él.
- ¿Por qué lo dices?
- ¿No leíste la esquela que puso la empresa? Decía: '...y con él se fue un gran trabajador...!
Ahí podemos contemplar la complejidad que tiene el castellano, que la literalidad no se puede interpretar a pie de palabra.
EliminarEsta serie me gusta pero el cortarla por semanas hace qe se pierda el hilo del agurmento.
ResponderEliminarPreciosa foto de la pantera, parece una inofensiva gatita.
ResponderEliminarEl artículo va ganando interés.
Es una de las gatas de Robin, que le han hecho la cirujía estética.
EliminarÉste no es el de las caballas????
EliminarNo, la de las caballas es Maruja, la que no quiere la cueva ni en pintura.
EliminarMuchas parejas famosas ha dado la Historia, pero una pantera y un francés de Provenza, nunca, nada tan surrealista.
ResponderEliminarPor ejemplo el manamana y la maina.
EliminarEsa imagen es de la Maína después de estar hartita de comer en el mejor restaurante de Cancún. El ropaje es un simple abrigo natural que le ha regalado el Maná-Maná, utilizando la tarjeta visa oro a cuenta del Ayuntamiento.
ResponderEliminarYa sólo queda la vuelta a la habitación presidencial del mejor hotel de dicha localidad para ficar, también llamado guarrerías mexicanas.
Después del gasto ocasionado, y de vuelta a su ciudad natal, sin gastos a justificar, cada uno a su despacho:
Y A JODER!!!!!!!!
Y bien que joden esos sin verguenzas. Son malos.
EliminarAl paredón!!!!!!!, después de que devuevan lo que se han llevado.
EliminarBorregos BEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
EliminarSon bestias inmundas aliadas con sus siervos de kamasutra.
EliminarCierto, hay muchos ciervos.
EliminarSoy nuevo en este blog y me gusta la variedad de artículos.
ResponderEliminarMe llevará un tiempo para leer tantos artículos de tan variados colaboradores.
Os felicito por la labor.
Yo soy antiguo y me sige gustando. Biemvenido mister Joaquin.
EliminarCon publicar un capítulo por semana nos hace repasar el anterior para no perder el hilo, pero eso no tiene mayor importancia.
ResponderEliminarSólo nos queda esperar el desenlace de este interesante artículo.
Me extraña que la pantera no se lo coma.
ResponderEliminarCon el tiempo va a depender de quién tiene más hambre.
EliminarSe ha dado el caso en que un diestro se comio a un siniestro y vice idem.
EliminarComo sigan a este ritmo...Los dos son mamíferos. ¿Qué criatura saldría de un humano y una pantera?.
ResponderEliminarCasi en todas las vidas hay un amor imposible...
ResponderEliminar¡Qué bonito!
ResponderEliminarCon la nueva ley de seguridad ciudadana, puedes protestar contra las decisiones políticas gritando en tu salón entre 7 y 8 de la tarde.
ResponderEliminarUn 19 de noviembre de 1933 votaban por primera vez las mujeres.Mi reconocimiento a las luchadoras que lo consiguieron.
ResponderEliminarImagino que hablamos de España.
EliminarO de la cueva de Robín.
EliminarPodría ser de cataluña Jordi
EliminarPronto el actual Gobierno acabará con ello, como con todo lo conseguido en tantos años.
EliminarY no conocemos a su autor.
ResponderEliminarEl relato es muy entretenido y bello.
Los secretos del amor sólo están en la mirada.
ResponderEliminar¡Ahí está ella, toda ella, como una reina, como una auténtica sultana!.
ResponderEliminarHay muchas maneras de sentir, lo que sea. Lo de la pantera es difícil de describir.
ResponderEliminarCon paciencia me tomo el café que luego vendrá el té-
ResponderEliminarLa fotografía preciosa.
ResponderEliminarCon razón se llama Sultana de oro y diamantes.
Qué tierna, qué rica es, está para comérsela!.
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