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27 de junio de 2016

Estrés




Que mal he dormido hoy, llevo varios días que no descanso lo suficiente, y además tengo un dolor de cabeza horrible, me tomaré algo a ver si desaparece. !Joder!, no hay café hecho, bueno mientras se hace me asearé para vestirme enseguida y salir pitando que tengo varios recados que hacer antes de ir al trabajo.
Suena el teléfono, seguro que es el pesado compañero de trabajo para tomar café, y esta mañana la tengo atareada, tengo que llevar el coche al taller y mas cosas, así que no cogeré el teléfono, luego lo llamaré.
El agua está helada, !el calentadorrr!, no, si cuando la mañana empieza mal..., pues con agua fría y termino antes. ! Agg !, el café sin azúcar está asqueroso, ! ostias !, también tengo que ir al banco, no pienso pagar mas recibos por la cara sin que me manden los libros que se supone tendrían que dar, ¿serán caraduras?, Aunque si hubiera cambiado la nueva dirección donde vivo, a lo mejor los habría recibido..., !ohhh!, también he de cambiarla, y ahora llevarme toda la mañana en comisaría, pero antes hay que ir a la oficina de empadronamiento, !vaya mañanita!

Anoche quedé en bajar de internet los datos que necesitaba para los compañeros, los haré ahora que me queda algo de tiempo, pero debería haberme levantado a las siete, y tendría mas, pero luego tengo que currar, y después de comer no podré dar la cabezadita de rigor. Que no se me olvide la pastilla para el dolor de cabeza.
Llaman a la puerta, el vecino que viene con la factura de la comunidad, también quedamos ayer para hablar del tema, !ah! y recoger el jamón que me traen de la sierra, no se me quita el dolor de cabeza, y ya no me acuerdo que es lo primero que tengo que hacer.

Un buen amigo me dijo que ante este tipo de situaciones lo mejor que hay es sentarte y contar hasta diez al mismo tiempo de realizar la respiración profundamente, y luego se verán los problemas de otra forma, empezaré ahora mismo.

!!! Joder, joder, joder !!! ¿por qué número iba?

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 18 de Marzo de 2011.

8 de octubre de 2015

Este no soy yo



Que bien me siento a tu lado, ver tu color, oler tu aroma, desear el frescor de tu cuerpo, beber el néctar amargo que me sirves, me embrujas.
Hace tiempo que decidí estar contigo y no con los que me hacían tener dolor de cabeza, y no me arrepiento, al contrario, estoy entre nubes cuando estoy contigo, y para mi eso es estar en la gloria.
Sin embargo mis amigos, creen que me dominas, y que últimamente no soy el mismo, será porque tienen celos de que estamos juntos?, o porque ellos no te toleran como lo hago yo ?, la cuestión es que se están pasando con tantos remilgos.
Cuando estoy triste, o alegre, o intelectual, o melancólico, o agobiado, en compañía, solo, ayer, hoy, en cualquier momento quiero estar contigo, me aduces, me calmas, me das felicidad, y quiero seguir así, por todo lo que me das.
He de reconocer que día a día me está costando mas el poder levantarme de la cama, o soportar tantas horas en el trabajo, quizás sea que no descanso bien y me tiemblan las manos pero los pesados de mis amigos continúan con la retahíla de que te deje, o al menos que solo esté contigo los fines de semana, para comprobar que no eres tu el que me causas mis agotamientos, je je, con lo bien que me lo paso contigo.
Hoy al levantarme vomité algo rojo, y ante la duda, visité al médico para que me hiciera un reconocimiento, pero antes de llegar a la consulta... .
Desperté pero no era mi casa, estaba en el hospital, me pregunté si estaba soñando, pero no, los que me rodeaban, se alegraban de mi despertar, aunque divisé algunos ojos enrojecidos, y pañuelos que secaban las lágrimas de algunos de ellos.
La doctora comenzó a preguntar una serie de cosas que no llegué a entender, y al repetir varias veces lo mismo pude contestar con mucha dificultad, y no sabía por qué, me comprobó mis contantes vitales, la temperatura corporal, las retinas de mis ojos, y se marchó dedicándome una sonrisa, y llamando a los familiares para alguna información.
No estaba solo en la sala, pero no entendía lo que decían los que allí estaban, pero hablaban, me miraban, sonreían, y ya no recuerdo nada mas.
Mientras que voy despertando, me doy cuenta de que me encuentro bien, me veo en un túnel, y al fondo observo una luz cegadora que me molesta mucho, alguien la ha apagado.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 02 de Julio de 2010.

23 de febrero de 2015

Equipo Hoyt

 
Cuando Rick Hoyt vio la luz de este mundo, el oxígeno no le llegaba al cerebro como debía. Ello era provocado por el enrollamiento del cordón umbilical a lo largo de su cuello, lo cual le estaba provocando una parálisis cerebral. Esta desdicha fue calificada por los médicos como una fatalidad que dejaría al recién nacido Rick en estado vegetal el resto de su vida. Desde este momento, los padres de Rick se empeñaron en invalidar el pronóstico que le habían dado y volcaron todo su amor en el recién nacido.

Con el paso de los años Rick fue demostrando avances con respecto a las predicciones pesimistas, gracias al empeño de sus padres por inculcarle una educación acorde con las cualidades cognitivas que Rick iba demostrando. De este modo, el pequeño iba construyendo su propio destino.

Sus capacidades comunicativas estaban mermadas, al no poder articular palabras, pero sin embargo sus ganas de comunicarse eran patentes. De este modo, a la edad de doce años, Rick empezó a utilizar una computadora especial que le serviría para comunicarse. Las primeras palabras que logró transcribir fueron: "¡Vamos Bruins!" (en referencia al equipo de hockey sobre hielo Boston Bruins, que en ese momento se encontraban disputando las finales de esa temporada).

Fue entonces cuando su padre, Dick Hoyt, se percató de que el pequeño Dick tenía alma de deportista. Sin duda había heredado esto de su padre. Desde entonces, y como prueba de su amor y cariño, quiso compartir con su hijo las pruebas atléticas que Dick realizaba, puesto que tenía la certeza de que su hijo se merecía desplegar su espíritu de deportista en el cuerpo de su padre.

En un principio fueron maratones, para posteriormente especializarse en pruebas de triatlón, como la “Iron Man”, en la que en la actualidad siguen compitiendo bajo el nombre de "Equipo Hoyt". En dicha especialidad los participantes deben recorrer 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie (justo la distancia de la que consta una maratón). En la fase de natación Dick tira de su hijo sentado en una barca especial, en la transición al ciclismo lo coloca en un asiento acoplado a la bicicleta, para finalizar empujándolo en una silla de ruedas mientras corre la maratón.

No puedo dejar de emocionarme cada vez que veo el video que a continuación incluyo. Sin duda el espíritu humano puede llegar donde se lo proponga. Nada es imposible y el amor todo lo puede.

 Página Web Oficial del Equipo Hoyt

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 04 de Octubre de 2012.

16 de octubre de 2014

Carta de un médico español experto en ébola desde Sierra Leona

Freetown (Sierra Leona) 7 de octubre de 2014.

Soy un médico español en Sierra Leona trabajando con una ONG en el tema del ébola que, como ya saben, está azotando a una parte de África desde hace más de 6 meses, y que ahora, desgraciadamente, ha llegado a España. Se trata del primer caso de contagio directo de ébola fuera de un país africano en la historia de la enfermedad.
Estamos poniendo en marcha en Bo, que es la segunda ciudad del país, un centro de aislamiento y tratamiento de pacientes de ébola, casos sospechosos y confirmados, que son acogidos en el centro en cuanto aparecen los primeros síntomas, generalmente fiebre, que es cuando la enfermedad empieza a ser potencialmente contagiosa. A los pacientes se les hace el correspondiente test y los cuidamos hasta que tenemos el resultado del laboratorio. Si es negativo, el paciente se va a casa, pero un equipo sanitario les visita a diario y hace un seguimiento del paciente y sus más allegados durante 3 semanas. En caso de que el resultado del laboratorio sea positivo, se inicia el cuidado intensivo y tratamiento del paciente.
Así funciona esto en un país donde hay, hasta el momento, más de 2.400 casos positivos y casi 700 muertes, según informes del Ministerio de Salud. Aunque probablemente sean más, porque las comunicaciones no funcionan muy bien y es posible que haya muchos casos que se pierden. Ya es sabido, gracias a la gran difusión mediática de este problema, que cada persona infectada puede infectar de 2 a 6 personas.
Señora ministra de Sanidad, con todos mis respetos, algo ha fallado. Y sinceramente, creo que las informaciones que se están dando en los medios de comunicación en España sobre el triste y lamentable caso de la colega infectada, sin dejar de ser ciertas, no son del todo exactas. Aquí, en el terreno, donde se vive el día a día de esta enfermedad, tenemos otra manera de ver las cosas, y seguramente otras respuestas muy diferentes a las que el Gobierno y algunos colegas están dando.

No es mi intención angustiar a nadie ni crear situaciones alarmistas, pero se está maquillando la verdad. O no se están diciendo las cosas claras. No quiero creer que sea a propósito, prefiero pensar que es por desconocimiento del tema, y por no saber muy bien de lo que se habla.
Usted debe tener conocimiento a estas alturas de que los equipos de protección personal, técnicamente llamados PPE (Personal Protection Equipment, aunque los llamaré trajes, para abreviar) que se usaron como protección no eran los adecuados para esta enfermedad. Como ya debe saber, la OMS tiene diferentes grados de protección según la enfermedad a la que se hace frente, y el ébola requiere el nivel más alto de protección por su gravedad, su alto riesgo de contagio y, sobre todo, por el poco conocimiento que los profesionales tenemos de la misma. El traje adecuado aísla completamente del entorno, no hay ni una micra de piel sin protección, sin cubrir, y algunos de los elementos son dobles, como es el caso de los guantes.
Los compañeros que entran regularmente a una zona de riesgo, zona de aislamiento o que puedan estar en algún momento en contacto con pacientes sospechosos o confirmados, además de llevar el traje, reciben un entrenamiento de 2 semanas en un centro adecuado y por profesionales cualificados. En nuestro caso, aquí en Sierra Leona, es Médicos Sin Fronteras quien nos da el entrenamiento, probablemente los profesionales con más y mejor experiencia, los que mejor saben tratar y gestionar el ébola.
Las medidas de protección son muchas más que el traje de protección, y se llevan a efecto constantemente (espray con agua clorada, recipientes para lavado de manos con agua clorada en cada esquina, desinfección con este mismo tipo de agua para suelas de zapatos, etc.). Solo para darle una idea: la colocación correcta del traje (PPE) lleva unos 10 minutos, y la retirada del mismo es un proceso de unos 20 a 25 minutos donde se siguen estrictamente unos pasos ordenados y bajo la supervisión de dos personas: una, continuamente desinfectando con espray; y otra, recordando los pasos que hay que seguir. Incluso los más expertos en el tema, los que entran a diario en las zonas de riesgo varias veces -porque no se puede estar con un traje de este tipo más de una hora por peligro de deshidratación-, incluso los más habituados al largo y tedioso proceso de poner y quitar el equipo de protección personal, se olvidan a veces de algún paso o se equivocan en el orden de los procesos y protocolos, y eso puede llevar al contagio.
Para muestra un dato: más del 90% de los trabajadores de salud infectados (que son muchísimos), se infectaron por no seguir los protocolos adecuados o por no llevar el traje adecuado, todos por fallo humano. El otro 10% se contagiaron fuera del entorno de trabajo, por algún familiar, relaciones sexuales, etc.
En fin, no quiero aburrirles más, pero es todo muy complejo y no es de extrañar que lamentablemente haya habido un contagio. Ojalá que se quede solo en eso y se aprenda de los errores (si los hubo) y, por encima de todo, que todo vaya bien para la colega infectada.
Atentamente

Dr. Jose Maria Echevarría

24 de marzo de 2014

Volver a sentir


No se que escribir, no se que contaros, no encuentro las palabras para empezar, pero....¿ el qué ?, parece como si me quedara en blanco, como si todo se hubiera muerto, o es que yo soy el que se está muriendo.

Me veo en un rellano de una edificio sin saber a que planta subir, y cada vez que lo intento siento un frío horrible, una presión en el pecho, y algunas veces, un calor, que sudo sin el menor esfuerzo, !que raro!.

Al llegar a casa, con el tesoro que tengo allí, me pasa igual, no se me apetece besarla, estrujarla, decirla lo que la quiero, y estoy pensando en que algo serio me está pasando, porque esto no es normal.

Mi diosa se da cuenta y evita entrar en dicusiones, me lee la mente y sabe que es mejor para todos que me deje descansar a ver si se me aclaran las ideas un poco, y recupere la persona que soy, no obstante sigo viéndolo raro, muy raro.

Al día siguiente en el trabajo, mis compañeros me notaban que no era el mismo, incluso hablaba mas suave, casi no se me entendía lo que decía, y lo peor es que me molestaba todo, no sabia donde meterme para que no me enojara con nadie, así que salí a la calle con la pretensión de tomar el aire fresco e intentar serenarme. No lo conseguí, y además tuve que volver al trabajo porque tenia un frío bárbaro, y minutos después chorreando en sudor sin hacer ejercicio alguno.

No me lo pensé mas, pedí cita para el medico porque me estaba volviendo loco, lo que me estaba pasando no me gustaba un pelo, y no quería seguir así mas tiempo, ese no era yo. Hasta que fui al doctor, pasaron varios días, pasando un calvario tanto los que me quieren como yo, pero en fin, llegado el momento entro en la sala del galeno y con mucho agrado me indica que me siente y relate lo que me pasa.

Después de unos veinte minutos escuchándome y notando la importancia que yo le estaba dando, me pide que me incorpore, y se pone a controlarme la tensión arterial, me mira el blanco de los ojos, se coloca el fonendoscopio y escucha mi respiración y corazón, y se puso a escribir sin decir una palabra, me tenia en ascuas.

Tu no está loco chaval, lo que tienes es un resfriado de caballo, y aun te quedan de pasar algunos días mas, me quedé atónito, ?un puñetero resfriado¿, !que alegría coño!, y yo que pensaba que lo estaba perdiendo todo, gracias amigo doctor, pero quiero que sepa que lo ha pasado fatal solo de pensarlo, porque si ya no se puede sentir nada, es mejor la muerte.


Artículo reeditado: originalmente publicado el 03 de Noviembre de 2010.

4 de marzo de 2014

La lucha de Don Quijote



Don Quijote lleva trescientos cincuenta años cabalgando por las junglas y las tundras del pensamiento humano, y ha crecido en vitalidad y en estatura… Representa todo lo amable, lo perdido, lo puro, lo generoso y lo gallardo. La parodia se ha hecho parangón.
Vladimir Nobokov, 1952

El Quijote, hace tiempo que se salió del libro, esto es de su casa, y vive entre los hombres.
José Moreno Villa

La repentina y grandiosa catástrofe en la que el mito de la caballería se disuelve en los soleados caminos de la Mancha, es un acontecimiento de alcance universal, pero que carece de correspondencias en otras literaturas
Italo Calvino, 1985
Lo que hay de prodigioso en Don Quijote, es la ausencia de arte, y esa perpetua fusión de la ilusión y la realidad que hace de él un libro tan cómico y tan poético. A su lado ¡Qué enanos, todos los demás!
Gustave Flauvert, 1852
Cada uno es a veces Don Quijote y otras Sancho Panza. En cada cual produce, en mayor o en menor medida, esa alianza coja del ideal exaltado y de la sensatez positiva y terrenal. Se acuesta uno siendo Don Quijote para despertarse siendo Sancho Panza.
Charles-Agustín Saint-Beuve, 1864
Las razones de Sancho lo son del corazón, que nos parecen llenas de cordura. No cabe mayor ni mejor cordura que su fidelidad amorosa a la fe de su Don Quijote.
José Benjamín, 1976
La mente es una cámara de espejo, invisible en el cuadro, Dulcinea perdura; fue mujer y ya es idea.
Octavio Paz, 1987
Don Quijote, a más de poseer un yo hipertrófico, desbordante de voluntad y de energía, se siente fortalecido por esa fe ciega en la fortuna característica de los grandes conquistadores de almas y tierras.
Santiago Ramón y Cajal, 1905

Noble peregrino de los peregrinos, que sacrificaste todos los caminos con el paso augusto de tu heroicidad, contra las certezas, contra las conciencias y contra las leyes y contra las ciencias, contra la mentira, contra la verdad…
Rubén Darío, 1905

Estas citas, no son de ningún acto para conmemorar el pasado IV centenario del Quijote, se trata de inscripciones del pasillo de la planta Baja del HGCR (Hospital General de Ciudad Real). Este edificio, enorme y deshumanizado, alberga Consultas Externas, Urgencias y Hospitalización, además de Salón de Actos, Biblioteca, Escuela de Enfermería, Cafetería y otras muchas cosas.
Pero, sobre todo, lo que alberga son situaciones y sentimientos humanos… la lucha contra la enfermedad, la derrota, la victoria, el desánimo, el optimismo, en definitiva la vida y la muerte.
En estos últimos seis días, estas citas y vuestra compañía, cuando podía acceder a éste nuestro mundo común, me han ayudado a superar la decepción y la frustración de ver a un ser querido, que siempre ha sido un luchador, rendirse ante una enfermedad, que no solo te mata, además te humilla deteriorando progresivamente tu cuerpo.

GRACIAS A TODOS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 11 de Marzo de 2010.

28 de julio de 2013

Ecos del Universo

Pues sí, como se puede comprobar, “Ecos del Universo” es el título de un libro escrito por Manuel García, patrocinado por la Obra Social de Cajasol e impreso por Artes Gráficas Bonanza.

Así, a primera vista, es lo más normal del mundo, como ocurre en infinidad de casos. Pero si nos adentramos en el mundo que rodea al autor Manuel García García, Manolo o, simplemente, Manolito, como cariñosamente lo conocemos muchos de sus allegados, el panorama cambia trescientos sesenta grados, Porque, para “más inri”, aparte de otras deficiencias físicas, Manolito es paralítico cerebral.

Es duro, durísimo, para él y no digamos para sus padres –Pepe y Flora-, que sus cuarenta y siete años hayan supuesto una vida más que difícil y complicada por sus continuas alteraciones emocionales. Tan es así que, en la actualidad, el autor del libro es usuario de la Residencia de Graves Afectados, perteneciente a la Asociación de Paralíticos Cerebrales de Huelva. Está claro que dicho Centro le ofrece a Manolo una serie de posibilidades impensable en su hogar familiar y máxime cuando desde, hace unos años, tiene que recibir tratamiento de hemodiálisis.

Todo lo que rodea a Manolo es como su libro: un poema tras otro. Hasta su propia imagen es un calco. Así, palabras cargadas de sentimentalismo, recuerdos olvidados, frases entrecomilladas, misteriosos gestos en su rostro…, parecen proceder de la suave y fresca “brisa” que siempre le acompaña en su enigmática soledad.
De esta forma, porque personas con una sensibilidad exquisita, amable y cariñoso, como lo define Cinta Monsalvete –Presidenta de la Asociación-, no se encuentran todos los días, he querido hacerle un hueco en mi humilde blog, para que quien se acerque por aquí y no lo conozca, pueda saber algo de tan maravillosa persona.

Por consiguiente, sirvan como ejemplos de su personalidad, sueños, inquietudes, anhelos… estos tres poemas recogidos en la citada obra.


PD. Sí, Manolito, sí. Aunque los que estamos en un nivel superior a ti, o así lo creemos, pensemos que muchas veces desvarías, tu mundo y tú merecen mucho más la pena que una simple palmada en el hombro o una frase poco profunda para “quitarte de enmedio”. Por todo ello, por mí y por los demás, te pido de corazón mil perdones por nuestro orgullo y torpeza.

José Antonio.

Nuestro amigo José Antonio, nos remite el artículo y las imágenes que ha publicado en su Blog. Creemos que personas como Manuel, son un ejemplo de superación y siempre tendrán un lugar en nuestro pequeño mundo virtual y en nuestros corazones. GRACIAS.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 22 de Abril de 2011.

7 de noviembre de 2012

Sobrevivir, ¿para qué?


A veces te quedas muy sorprendido cuando te enteras del fallecimiento de una persona, sobre todo cuando ha existido trato, roce y cierta convivencia durante alguna etapa de la vida. Así ocurrió cuando me enteré de que Agustín había fallecido.

Siendo ambos muy jóvenes, compartimos el mismo tipo de trabajo, aproximadamente durante un año. El llevaba varios años trabajando en la empresa.

Era un tipo muy peculiar. A nivel exterior, estético, no le importaba demasiado ir “hecho un pincel”, más bien todo lo contrario, vestía cualquier tipo de vaqueros, unos pantalones cortos o algún tipo de bañador. Calzaba lo mismo unas zapatillas deportivas, sin calcetines, como unas chanclas de goma o calzado de piscina. Los distintos puestos que tenía que cubrir en el trabajo no le influían a la hora de cambiar su indumentaria.

Le encantaba el mundo del fútbol, de hecho entrenaba un equipo de chavales en el barrio donde vivía. Era su pasión, le dedicaba casi todo el tiempo libre que tenía. También le gustaba leer, cuando tenía algo de tiempo y la circunstancia se lo permitía. Era soltero y vivía con su madre y un hermano algo menor, en un piso de una humilde barriada.

Pero lo que más podría destacar de él era su grado de ironía, tremendo. Disfrutaba metiendo cizaña a cualquiera para que se produjese una disputa dialéctica. Esas cuñas iban encaminadas en el mundo del fútbol y de la política, no es de extrañar. Nada más que “calaba” a una persona, no hacía falta que la conociese, colocaba un globo sonda sobre Madrid-Barcelona, Betis-Sevilla, o PP-PSOE. La gente entraba en su juego, mientras yo observaba como reía y disfrutaba. Así era Agustín.

Pasados unos años, me encontré con un excompañero común y me contó el fatal desenlace. Le tuvieron que hospitalizar por un problema cardiovascular, no sabría decir si fue infarto o angina de pecho. Después de la actuación del cardiólogo, para su posterior recuperación, estuvo ingresado en planta un cierto tiempo, con su tratamiento farmacológico y alimentación adecuada. Una mañana, aún en el hospital, Agustín falleció.

La sorpresa de todos fue mayúscula cuando abren el cajón de la mesilla que va junto a la cama, y lo encuentran lleno de pastillas. No se había tomado ni tan sólo una. Por lo que me contaron, Agustín había perdido la ilusión por vivir, su vida entró en una monotonía que se hundió mentalmente.

Siempre es complicado no sólo encontrar sino mantener la felicidad e ilusión adecuada que te de la fuerza necesaria para vivir el día a día.


Arancha, una de nuestras mas queridas y antiguas Seguidoras, nos remite este artículo lleno de sentimientos y que nos hace reflexionar. GRACIAS Arancha.

6 de octubre de 2012

No tengo ganas de levantarme (Reedición de Colaboraciones)


No tengo ganas de levantarme, ¡otro día más!, y ¿para y qué?, y ¿o Por qué?. ¿No he tenido ya bastante?. He dormido muy mal esta noche; bueno, apenas he dormido, me acosté hace dos horas para dar interminables vueltas y levantarme para atiborrarme de pastillas que dicen que me harán sentirme mejor. Llevo años tomándolas y sigo igual, sin ganas, sin ilusión y con muchísimos dolores.
¿Y a quién se lo cuento?, si ya lo he hecho miles de veces y siempre igual, siempre lo mismo, creo que ya están hartos de escucharme, y no lo hacen, cambian de conversación, y si lo hacen es por lástima o porque creen que de ese modo soy menos infeliz.
Estoy hasta las narices de que se compadezcan de mí, cuando no tengo una cosa tengo otra, y así todos los días. Los médicos ¡Ay los médicos!, creo que no queda ninguno en el cuadro al que no haya acudido; siempre lo mismo, me ignoran o así a mí me lo parece (pase el siguiente), me cambian la medicación y me intentan consolar, cosa que no consiguen, diciéndome que la recuperación es lenta, que poco a poco iré mejorando, y me despiden con halagos dándome cita para el próximo año o para nunca, total piensan que no tengo arreglo y que soy un buen “conejillo de indias” en el que probar las ultimas novedades que el último representante farmacéutico de turno les has presentado.
Encima, la casa, la familia, el trabajo del que cualquier día me echan simplemente por estar enferma, ¡merece la pena!.
Tengo una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud, pero no por los médicos generales, ni por los especialistas, ni por la legislación laboral, ni por las más modernas y últimas leyes de Prevención de Riesgos Laborales que me obligan ha realizar una vida laboral y social para la que estoy incapacitada.
Mis hijos están ya cansados de mi impotencia, de mi carácter, de mi forma de actuar; y no os cuento mi pareja, mis compañeros de trabajo, mis vecinos,…
Soy un trasto, pero no encuentro el cuarto de los mismos para encerrarme allí y no volver a salir.
Sí os sentís así, sí piensas que estás en las mismas circunstancias, desde aquí os mando una llamada de socorro y a la vez una llamada de ayuda y colaboración para que todos y todas que nos encontremos en las mismas circunstancias nos ayudemos y entre todos puede ser que consigamos encontrar una luz al final del túnel.
Gracias por leerme.

Robin Hood


GRACIAS a nuestro seguidor y habitual colaborador, Robin Hood.

7 de diciembre de 2011

Mirón

     
Hace cuestión de un mes he descubierto el encanto de ser mirón, cuando no es una es otra, así que me he inclinado ante la morbosidad que da mirar por las ventanas y por cualquier rendija deseando tener la suerte de ver cuerpos desnudos o semidesnudos, sobretodo a las mujeres incautas que dejan entreabiertas las ventanas por donde estoy deseando verlas.

También me fijo en las prendas intimas que cuelgan en los cordeles para que se sequen al sol, esas braguitas confeccionadas con una tela fina, y poquísima tela, llegando a transportarme mentalmente a su habitación mientras se la colocan, o mientras en el baño se las quitan, que morbo siento solo al pensarlo.

Cuando estás haciendo la comida, te agachas para recoger lo que se ha caído al suelo, no importándote la forma de hacerlo, y si dejar entrever tus nalgas donde se asoma tu prenda intima, que placer poder mirar una y otra vez como te cepillas el pelo, como te acomodas tus senos antes de salir a la calle, mirar, mirar, y remirar, quedándose todo grabado en mi memoria para siempre, maravilloso.

Ayer me quedé maravillado mientras secabas tu cuerpo, tus senos brillaban de una forma especial, el blanco de tu trasero destacaba entre el resto de tu cuerpo adivinando que tomas el sol con las braguitas del bañador, y que el pudor hace mella en ti, y no vas a playas nudistas. Sigo pensando que eres deliciosa, ya lo creía antes de poder observarte, pero ahora lo eres más aún.

Todas las que componéis este nuevo juego hacéis que me sienta muy bien, y tengo que hacer constar que cuando ocurrió por primera vez me avergoncé de ello, pero a medida que tengo la oportunidad, lo estoy deseando.

A veces pienso que sabéis que estoy observándoos, y tratando de ponerme a cien, y lo conseguís casi sin esfuerzo, porque en algunas ocasiones coincidís, y no se por cual decantarme.

No se si esto que me pasa es una enfermedad o no, pero no debe de ser muy grave en el caso que lo fuera, ya que yo me siento muy bien y no me importa que me llamen mirón.

22 de julio de 2011

Otra noche más en blanco


Ahora que el  dolor no la posee y volvió a su cuerpo la gana de hablar, se levantó despacito para  no despertar a su compañero y se vino de la cama a la silla para escribir estas letras. 

Hoy volvió a pensar en el suicidio, volvió a pensar en que no podría caminar por mucho más tiempo.  En ambos sentidos,  en el literal y en el figurado, porque cuando le sobreviene la crisis de dolor, por uno o varios días, es  como si le hubieran condenado a vagar como un alma en pena.  En ese momento no piensa que ya pasará, no puede pensar, aunque estuviera trabajando tan bien el último ciclo,  no se cree que esta mañana no pudo tenerse en pie y no fue a trabajar.  El día anterior si e incluso habiendo dormido poco  lo hizo bien.

Ahora no entiende que le paso, que se acostó antes,  durmió mejor y  sin embargo el cansancio que se apoderó de ella le robó hasta el sentido de responsabilidad. Se dijo a si misma, cuando no se puede no se puede y hay que aceptarlo, con todas las consecuencias. Pero aun cuando se echa la manta a la cabeza y se convence de que es preferible perder un día de asuntos propios, en el fondo lo que le mantiene en esa actitud de orgullo y apartada del sistema y de sus seres queridos es que está dolida porque su médico la considera un lastre para su jubilación, no le da la una baja porque cree que van a ser muchos días. Sin embargo estos días de fatiga extrema le ocurren solo de cuando en cuando, pero él ni siquiera tuvo la oportunidad de saberlo, toda la responsabilidad estuvo en manos de la inspectora de la Unidad de Valoración de Incapacidad Transitoria, que es la encargada de que no haya absentismo laboral en nuestro Sistema Autonómico de Salud. 

Intentó ir por la tarde al Centro de Salud, a urgencias, pero se decía asimismo, ¿qué me van a dar para subirme la tensión?, ¿que más me pueden dar para el dolor que no me deje dormida? y desistió,  dejándose llevar por el cansancio de nuevo a la cama. Después de una hora de sueño, creyendo que había dormido tres, se levantó y espabiló, se movió por la casa intentando hacer algo, pero le dolía de nuevo también la mano. Ni desenroscar el tapón de una botella, ni coger el peso con esa mano, la derecha. Aún así le da gracias a Dios porque no ha perdido la habilidad de coger vías venosas y la ejercita siempre que puede, sintiendo alegría cuando ve que no tienen ninguna dificultad. Al menos en eso se siente capaz. 

No quiere hablar con su familia ni amigos cuando se encuentra triste y preocupada, el miedo a no poder seguir adelante en la vida, siendo independiente, le aterra sobremanera, hasta tal punto que piensa que un día malo hará la locura que nadie se espera ya. Se sintió muy mal cuando lo intentó, no estaba muy segura de cómo hacerlo, ni de qué cantidad ponerse de valium,  mezclado con sus ansiolíticos y el intento de despertarla en el hospital le dejó el cuerpo hecho un trapo, y sintió tal vergüenza ante sus compañeras que yo también espero que no lo vuelva a repetir. Ella dice que si lo hace algún día será cuando se vea ya inútil y sienta que nadie la quiere, ni la necesita. Y entonces no fallará. La intento convencer y simula que si, se envuelve de falsa autoestima (orgullo) y me dice que no me preocupe, que es solo una idea tonta, que solo le viene a la mente cuando el dolor la sobrepasa, pero que no tiene ya valor para hacerlo.

No sé si creérmelo porque a veces la veo caminar tan encogida, apenas la voz le sale del cuerpo, sus labios ni esbozan una pequeña sonrisa, es más bien un rictus en su pálida faz. 

Ya probó con muchas cosas, no hay cura, solo aceptación por su parte, pero no hay comprensión por parte de su entorno: ni su médico, al que apenas ve, ni su compañero que cree que es desidia su falta de fuerza, ni sus jefes, que la tienen de roting con la mejor intención. Todos creen que puede, ella también la mayoría de las veces, aunque sea pinchándose un antiinflamatorio subcutáneo extra en el servicio del personal. Así va tirando de su cuerpo, esperando mientras tanto que le sea reconocida su enfermedad invisible por el médico de Salud Laboral, que después de meses de espera solo ha pedido un informe al psiquiatra y un tac craneal. Los demás especialistas como si no existieran. 

Cuando estuvo tomando las pastillas de morfina, estaba mejor, menos dolorida, más contenta, pero se las mandó un médico privado y si tuviera algún error, tomando este medicamento, que solo usan para los desahuciados de cáncer quizás tendría algún problema en el trabajo, porque nadie quiere aceptar que el error podría tenerlo simplemente porque toma Lyrica 150 mg cada 8 horas y cuyos efectos son más devastadores que los de la propia morfina, que en España apenas se usa fuera del ámbito hospitalario, aunque se haya demostrado su eficacia en muchas personas, el problema, dicen, que te puedes enganchar, yo me digo...¿acaso no es peor estar enganchada a su actual tratamiento que ya le ha ocasionado colateralmente una caída por unas escaleras, fracturándose el troquiter, o paralizándosele el nervio radial del brazo derecho?

Y no quiere la lastima de nadie, me refiero a Ariadna, de profesión enfermera,  esto lo escribo yo, porque ella no quiere quejarse ya de nada.

Nuestra amiga Fabiola Sandoval, nos remite este emotivo artículo, del que ella misma dice:
"Este artículo es de corte triste, en él se habla sin tapujos del suicidio y del dolor. El escrito es de Fabiola, pero va sobre el estado de salud de Ariadna, que ya no quiere oir hablar de su propia enfermedad"
GRACIAS.

30 de abril de 2011

El Ángel de la Guarda (Reedición)


Ella estaba sentada, sola, en la sala de descanso, tomaba un café a sorbos cortos, absorta en sus pensamientos, su mente no paraba y las ideas surgían atropelladamente:

“Hoy no estoy muy animada, será este maldito clima tan húmedo y gris. Paso muy poco tiempo con los niños, cada vez son más mayores y ahora, cuando quiero acercarme a ellos, ya no les apetece tanto, estas cosas no se pueden recuperar”.
“El coche me sigue dando problemas, tendré que llevarlo al taller, aunque este mes viene fatal, ya veremos como llegamos a fin de mes”.
“Además está Manuel, le noto más distante, cada vez hacemos menos el amor, parece que ha perdido interés por mi, igual que cuando tonteaba con aquella compañera de su trabajo, tengo que hablar con él”.
“Quien está hoy, ¡¡¡Ah!!!, es un cretino, piensa que todas vamos a caer rendidas a sus pies”.

En esto se iluminó el indicador de la 174, se levantó y recorrió el pasillo con pasos rápidos, antes de entrar, respiró hondo, se arregló el pelo y adornó su cara con una amplia sonrisa.
Entró en la habitación diciendo:
- ¿ Cómo está el campeón ?. Muy bien, te has comido todo el desayuno, te vas a poner muy fuerte. 
En la habitación, en la cama, estaba Alberto, un niño de 6 años. Si no fuera por su absoluta calvicie, producto de los efectos secundarios de su tratamiento, y por su extraordinaria palidez, se diría que es un niño normal, sano.
A los pies de la cama, en vigilia, la madre del niño, el cansancio y la tristeza se asomaban a sus ojos, se dirigió a ella diciendo:
- El Doctor dice que el tratamiento va muy bien, si sigue así, pronto estará con sus amiguitos del cole jugando a la pelota.
Y sonrió con ternura, con complicidad, casi más que una sonrisa, fue un abrazo a aquella desconsolada madre.
Mientras tomaba la temperatura a Alberto, le ponía el tratamiento y jugaba con él diciéndole: “Veo, veo, una cosita que empieza con A”.
La madre del niño, al verle dudar, le ayudó: ¿No lo ves cariño?, el angelito que hay pintado en la pared, es un Ángel de la Guarda.
Alberto, solo miró el dulce rostro de la mujer que le cuidaba y con la que jugaba, abrió mucho los ojos, creyó ver que desprendía luz, detrás de ella, entró por la ventana un rayo de sol y se vio un precioso arco iris. Alberto no tenía ninguna duda, aquella mujer de blanco, era su Ángel de la Guarda.

Artículo dedicado a los buenos profesionales de la Sanidad y muy especialmente a nuestr@s seguidor@s del Hospital Universitario de la Paz de Madrid, gracias por vuestro trabajo y humanidad.

8 de julio de 2010

Todos


Hoy y por el azar del destino dos amigos, dos colaboradores de este blog están pasando un día de inquietud por problemas de intervención quirúrgica de familiares muy directos. En el mismo día un colaborador acude a la operación de su hijo y otro a la de su padre. El azar ha unido esta circunstancia pero el dios de los justos, la conciencia colectiva de este blog, la de sus amigos, colaboradores, seguidores y las estrellas más brillantes de un firmamento sublime nos dicen que todo saldrá bien. Para ellos todo nuestro cariño y esperanza de que pronto estén con nosotros y nos sigan deleitando con sus fantasías, surrealismo y lo que es más importante, su presencia y la alegría de que todo ha ido bien.

Estamos todos, todos con vosotros.

24 de mayo de 2010

Mi Dios, mi Amigo,mi Padre





De su mano, camino al colegio, sentía la dureza de sus dedos, encallados por el trabajo que realizaba, su mirada al frente, sin miedo, seguro de si mismo, humilde como el que mas, y persona querida por todos.
Cuarenta años se llevó navegando por esos mares del mundo, marinero, cocinero, patrón, mecánico, y sobretodo compañero, pero siempre dentro de un gran barco.
Su vida era el mar, cada seis meses regresaba a casa, a traer dinero para subsistir la familia, y en el mes que se llevaba entre nosotros, me contaba historias del mar, de buena y mala pesca, de tempestades, de peligros, y sobretodo de alegrías.
Y cuando terminaba su relato, pedía que se le contara alguno que hubiese ocurrido en su ausencia, se sentía orgulloso de su familia, buenos hijos, y buena compañera, que sabia salir adelante con lo que le traía, a las seis bocas que había que alimentar a diario.
Me encantaba oírle, su sabiduría nos dejaba atónitos, aunque no era orador, demostraba lo que decía, y acertaba mis pensamientos, era mi Dios.A veces, ante alguna baja nota del colegio, me hacia comparaciones, y entendía su intranquilidad porque fuéramos mejores alumnos, nos ayudaba, era mi Amigo.
En los momentos tristes de nuestra familia también estuvo, soportó la gran perdida de su hijo mayor, y no lo vi llorar en ningún momento, me preguntaba si era de carne o no sintió la falta de su hijo. No, el lloró pero no soltó una lágrima, no se ausentó de la vera de su compañera , dándole calor, tragándose su propia sangre, dando la cara a todos los que nos brindaban su pesar.
Como he dicho, no mostró dolor, ni pena, ni llanto, pero poco a poco su mente fue abandonándolo, lo dejó destrozado, confundido, desconfiado, y lamentablemente peligroso, sobretodo contra El. El diagnóstico Alzheimer. ¿ Que es eso ?, Era tal el abanico de características que abarcaba el dicho Alzheimer, que la sintomatología que presentaba no creaba dudas al respecto.
Como el trató de cuidarnos, lo hicimos con el, paciencia, cariño, vigilancia, y charlas, muchas charlas.Se fue, mi Dios, mi Amigo, no pudo despedirse coherentemente, pero cuando perdió el norte, le dí mi mano, las manos de mi madre le daba calor, todos lo querían por ser la persona.que era, por eso intento luchar para ser como el, mi Padre.

29 de abril de 2010

Alergia


Prácticamente desde que te conocí he perdido el poco romanticismo que me quedaba. Me encuentro obsoleto y reconozco que tú me estabas educando en los profundos secretos del morbo y erotismo tan cercano al clímax mental.
Siento mucho que todo termine de esta manera. No me considero culpable de que en estos días mi lengua no haya podido llegar hasta tus amígdalas. No se trata de que haya dejado de gustarme saborear tu saliva, masticar tus labios o cepillar con mi lengua tu boca entera en una eternidad de intercambio de células.
Es primavera, soy alérgico y la respiración me falta cuando mi boca se introduce en la tuya. Soy alérgico a esta primavera tardía y no me puedo permitir que nuestros labios en un beso prolongado me haga agonizar para poder culminar un acto teatral aunque también placentero. Tus besos, mis besos, siempre han sido con lengua... me has dejado y he llorado, no por tu partida, sino por esta maldita alergia que no sólo me afecta al respirar sino también en mi lacrimales que evacúan igual que la eyaculación que a veces te prometí y no siempre pude cumplir.