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11 de noviembre de 2016

Hay que buscarse un amante


Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, olas que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas 2 últimas las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.

Me cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en que ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.

Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro: “Depresión” y la infaltable receta del antidepresivo de turno.

Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente, ¡ES UN AMANTE! Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto.


Están las que piensan: ¿Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica? Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.

A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición:

Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.

A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja, también solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby…

En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novio con la vida” y nos aparta del triste destino de durar.

¿Y que es durar? – Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar, es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.

Por Favor, no te empeñes en durar, búscate un amante, se tu también un amante y un protagonista… de la vida.

Piensa que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie. Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudas, búscate un amante…

La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:

“Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida”.

Por Dr. Jorge Bucay, Universidad de Miami


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 12 de Abril de 2010.

14 de octubre de 2016

Gatillazo II



La vida me dio la suerte de conocer a una chica fantástica, un bombón con unos ojazos que envolvían el cielo. Poco a poco y con mucha ilusión por conocerla, me fui dando cuenta de que tenía todos los ingredientes que yo deseaba en una mujer, no solo me atraía su cuerpo sino que la claridad de lo que decía o pensaba, era un caramelo para mi.


No estoy hablando de amor, sino de amistad en el amplio sentido de la palabra, ella sabe lo que quiere y lo que no, nunca tratará de hacerte daño, y todo lo que pide es el respeto que se merece cualquier persona que se digne como tal.


Yo por mi parte, como machote que se precie, no quiero una relación de amor, la suerte no estuvo de mi lado en épocas anteriores, así que no busco mas que la diversión y si es en compañía de una mujer mejor. Es tan gratificante poder tener a una persona a la que le dediques el tiempo que quieras, como que esa persona te llame porque no puede dormir y necesita hablar contigo para sentirse mejor o no solamente para hablar, sino para que la abraces, o para que simplemente duermas con ella por seguridad en si misma.


Es precioso, es maravilloso, para mi es como si tuviese un espíritu paralelo, que me dice lo que quiero hacer o escuchar, si le pido un beso me ofrece su boca, si me pide caricias, se las hago con dulzura, pero todo con el respeto de ofrecer su corazón por y para la amistad, dado que ella tampoco desea enamorarse porque los hombres somos todos iguales.


Un día entrada la primavera y como llevaba tiempo con la sangre bastante alterada, le pedí que saliéramos para tomar algo charlar y aceptó, tanteé la posibilidad de tener sexo, y me abrió las puertas a ello, así que en cuanto terminé en mi trabajo, salí pitando a casa para arreglarme y buscar a mi amiga.


Antes de recogerla, la llamé por teléfono para pedirle que vistiera algo sexy, y facilito de quitar, ella, asintiendo, me preguntó que si se ponía una pequeña falda, a lo que le contesté que estupendo.


Cuando la vi llegar se me caía la baba por cubos, una morenaza que quitaba el hipo, subiendo a mi carroza, y poniendo rumbo a algún lugar que nos brindara la oportunidad de paz y tranquilidad para llevar a cabo nuestra codiciada cita.


Conduje hasta un lugar cerca del mar, se podía ver la magnificiencia del mismo en la oscuridad de la noche, parecía todo dispuesto, las ansias, el momento, la confabulación de los dos, apasionante. Al parar el motor del coche, charlamos de todo un poco, música, trabajo, y demás, abriéndose paso el silencio que ayudó a nuestras cómplices miradas. Durante quince minutos estuvimos besándonos, al mismo tiempo que realizábamos caricias por doquier, bebí de su sexo y se estremecía al sentir mi lengua recorrer su bello monte de Venus, estaba mojada, muy mojada, y subió a lomos del caballo cabalgando, gimiendo y apretando sus manos en mi cuello del placer que sentía, yo no me lo podía creer, toda desnuda encima mía, era bellísima, mil veces recorrí con mis manos y mi lengua sus pechos al aire, su boca no se cansaba de buscar mis labios, llegué a preguntarme si era un sueño, si era real, porque era imposible tener un bombonazo como ese entre mis piernas, y no tener erección alguna, no se levantó ni un milímetro.


!Qué despropósito¡, !qué infortunio¡, !qué desgracia¡ tanto tiempo esperando a que llegue un momento como ese, y luego ocurre que no se levanta, y sin embargo ella es comprensible, e incluso me pregunta si no es mi tipo, que pena que no conozca mas mujeres como ella, yo le regalé un gatillazo, y ella me dio su comprensión y amor para quedar otro día.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 19 de Agosto de 2011.

27 de julio de 2016

La Fotografía

Se enamoraron cuando corrían los tiempos previos a La Guerra Civil Española.

Fue algo extraño, inexplicable, como si fuera imposible haberlo planeado con anterioridad. Lo que fue un hecho es que aquella noche de primavera, tras la fiesta del pueblo, terminaron dialogando y hablando como si se conocieran de toda la vida. Algo muy intenso se estaba forjando.

Antes de ello, cada uno sabía de la existencia del otro, pero poco más. Se habían visto algunas veces por el pueblo, y aunque ambos sentían cierta curiosidad por conocerse algo más, nunca se había terciado la oportunidad.

Lo que ocurrió después de aquella noche tan sólo la química lo puede explicar con cierto raciocinio. Ambos se embarcaron en unos días de esplendor, de pasión, de desearse el uno al otro en cada instante. Sus mentes parecían estar extasiadas por sus corazones.

En esas estaban cuando estalló la guerra y él tuvo que irse al frente. Todo quedó suspendido, en el aire, como si de una película a cámara lenta se tratara. La vida parecía que los ponía a prueba, y tan sólo disponían de un arma para afrontarla: el amor.

Durante las noches de incertidumbre en el frente, la mente de él volaba imaginando a su amada una y otra vez. La inventaba en sueños y ello hizo que el sentimiento fuera creciendo más y más. Si algo deseaba con todas sus fuerzas era sobrevivir, puesto que una vida plena y compartida le estaba esperando más allá de la contienda. Gracias a la correspondencia, supo que lo mismo estaba ocurriéndole a ella.

Pero la desgracia parecía cernirse sobre él, ya que durante una incursión enemiga quedó herido de gravedad. La vida se esfumaba, y con ella todo ese sentimiento que se había ido forjando en los últimos meses. El mero hecho de pensar que no la volvería a ver le quitaba la vida.

El dolor por la herida era insoportable, aunque nada comparable con su dolor interior. En esas estaba cuando se quedó dormido extasiado por sus propios pensamientos, con el miedo y la incertidumbre que suponía la posibilidad de no despertar nunca más.

Pero despertó, y en cuanto lo hizo le dijo directamente al médico que cuidaba de él: “Tienes que dibujar algo para mí”.

Durante las curas del día anterior, el médico de guerra le contó que solía dibujar retratos para ganarse la vida antes de convertirse en médico, por lo que dicha petición no le pilló por sorpresa. “Acabo de soñar con una fotografía y quiero que la plasmes en papel. Te daré todo lujo de detalles”, le dijo.

Los días pasaron y su salud fue mejorando. Sin embargo, cuando parecía estar recobrado plenamente otro golpe le sacudió: su bando había perdido la guerra. No disponía de mucho tiempo de maniobra, por lo que decidió dejarse llevar por su propio instinto de supervivencia. Sabía lo que quería y por consiguiente lo que tenía que hacer.

Volvió al pueblo en busca de su amada. Volver a verla tras tantos días de sufrimiento y desesperación fue como elevarse a las alturas. La besó con frenesí, la abrazó como si pretendiera fusionarse con ella, la agarró con fuerza de la mano y empezaron a correr. Sabían que el exilio era la única opción que les quedaba si querían disfrutar de una vida plena.

Treinta y cinco años después, en algún lugar de la Borgoña francesa, un nieto le preguntaba a su abuelo por el significado de las nuevas palabras que iba aprendiendo. En estas estaban, cuando el niño le preguntó al abuelo por el significado de la palabra “amor”.

Si mediar palabra, el abuelo se levantó y se dirigió al cajón donde guardaba sus cosas. De allí sacó un viejo pergamino sobre el que había un dibujo de tal calidad artística, que el nieto creyó estar viendo una fotografía. En ella, el pequeño podía ver un hombre y una mujer que les resultaban familiares. Ella estaba en una posición algo más elevada, desde la que miraba con ojos brillantes y sonrisa pura al hombre situado en una posición algo más inferior. Exactamente la misma mirada y la misma sonrisa se dibujaban en la cara de él.

“Gracias abuelo. Nunca olvidaré el significado de la palabra amor” – le dijo el nieto al abuelo.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Marzo de 2014.

20 de julio de 2016

El Pacto

Ámsterdam, mediados del siglo XVI. Un joven se encamina hacia de Iglesia Vieja para confesarse. Aun no ha despuntado el día, cuando por las inmediaciones del templo se encuentran ya algunas de las prostitutas que suelen regentar la zona.

Cuando entre ellas la ve, al muchacho le da un vuelco al corazón. La deseaba, la quería con todo su alma desde la primera vez que la vio. Ese sentimiento no parecía ser correspondido, puesto que ella lo despreciaba en cuanto descubría que estaba siendo espiada.

Algo en el interior del chaval le decía que ella nunca podría ser suya, que nunca podría poseerla. Es por ello por lo que quería confesarse y limpiar de su conciencia todos estos pensamientos tan sucios e impíos.

Para ello, se dirige directamente hacía el confesionario y se arrodilla como buen penitente. Cuando escucha el típico “Ave María” desde el otro lado de la rejilla, de su boca salen repentinamente tres palabras: “Padre, he pecado”

El sacerdote fue muy convincente en sus palabras. Le dejó muy claro que ese sentimiento de deseo carnal nunca desaparecería. Que en cuanto saliera de la iglesia, ya estaría deseando de nuevo el cuerpo de su ansiada amada. Que cuando se cansara de ella vendrían otras muchas a las que desearía por igual. Que como bien dice la palabra de Dios, la mujer es la maldad y que por ella comenzó el pecado.

Escuchando estas palabras, al joven le entra un pánico descomunal al pensar que en su cuerpo mora el alma de un ser atroz. Suplica al párroco perdón y absolución, y tras unos segundos de puro sufrimiento, finalmente el sacerdote le hace una propuesta que no podría rechazar.

Tres noches después, en algún lugar del Mar del Norte, un barco pesquero navega a la deriva. La tempestad de la noche anterior había sido devastadora, aniquilando a su paso a casi toda la tripulación. Aun así, en la embarcación todavía late el cuerpo con vida de un joven marinero holandés. De su padre no había rastro.

El destino le tenía reservado un amargo final al chico, puesto que era el primer periplo en alta mar para él junto a su papá. Era su iniciación en el arte de la pesca del salmón y cuando regresaran a tierra firme iba a recibir su primer salario.

Esta actividad no era considerada por su familia como una mera profesión. Era una forma de vivir y de pensar. Una forma de mantener el bienestar de los que están y de los que estuvieran por venir.

Paradójicamente, lo que en el pasado le había dado la oportunidad de vivir a tantos de su estirpe, se había llevado de un plumazo la vida de su padre y estaba ahora a punto de llevarse la suya propia.

Sabía que era el final, le quedaban escasos segundo de vida y los sentimientos que taladraban su mente eran tan sólo dos: rabia y miedo.

Rabia, mucha rabia, porque tras su confesión, todo había quedado pactado con el clérigo. En cuanto hubiera regresado a tierra firme habría entregado su primer salario a cambio de poder yacer con su amada, además de obtener la absolución de todos sus pecados.

Miedo, infinito miedo, puesto que el último viaje de su corta vida le llevaba directo a las puertas del infierno, donde estaba condenado a pasar el resto de la eternidad deseando el cuerpo de una mujer que nunca pudo poseer.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 04 de Diciembre de 2011.

16 de mayo de 2016

Déjame volver a ti


Hoy, hoy no se donde ir, quizás algún bar me sirva de refugio, quizás algún cine me distraiga lo suficiente para no pensar en lo imbécil que he sido.

Opté la segunda opción y me salió rana, la película que ponían tenía toda la magia para resarcir la dolencia que me llenaba, !que casualidad¡. el titulo, "cuando un hombre ama a una mujer", !que fuerte¡, no llegué a terminarla, las lágrimas abordaron mi rostro, y apenas podía distinguir las siluetas que se reflejaban en la pantalla, tuve que desistir y poner rumbo a ninguna parte, aunque entendí que mi papel no era el del protagonista, sino al contrario, el de la persona egoísta, y me sentí como era de esperar, una piltrafa.

Se que te fallé, se que mi corazón no pensó, que el momento de acaloramiento surgió mientras trabajabas, y mi figura imbécil consiguió vivir un instante de hipotética felicidad, pero no esperaba esto, la desdicha, la soledad, el desahucio de un amor de veintidós años que me ahogan en cada momento.

Alguien que sigue este blog, decidió hacer un comentario que me ha llegado al alma, los que se sienten enamorados y no reciben amor. abridme la puerta y dadme la bienvenida, porque me hallo entre vosotros, cometí el error de desprestigiar el amor que me amaba, y ahora que he visto el daño realizado, me veo en la desdicha, en la mas rotunda falta de amor.

No se si esto que mi amigo hace por mi servirá para algo, además de mis intenciones por volver a tenerte, sentirte y prometer que nunca volverá a ocurrir, pero me gustaría que leyeras sus palabras, que entendieras lo que te estoy pidiendo una y otra vez, que he dejado de ser quien era por confundir el placer con el amor, !perdóname¡

Tienes todo el derecho a maldecirme, me encantaría que tuvieras la oportunidad de que me lo dijeras, escucharía tu voz, y verte, verte como cuando lo hacíamos rutinariamente, me pondré nervioso como aquella vez que te pedí salir, o que te dije que te quería y que fueras mi esposa, y tendría abierto mi corazón anheloso de escuchar tu perdón, para fundirme contigo en un abrazo infinito, lo estoy deseando con todas mis fuerzas.

Pasear sin sentido, sin rumbo, sin perspectivas de ninguna clase, es lo que me abunda, es lo que me rodea, es la monotonía de mi actual vida, y necesito cambiarlo para poder ser quien era, cambiar mi desgracia creo que es posible, solo tienes que darme la oportunidad que te pido, lucharé para volver a hacerte feliz, dar un paso atrás para entrar de nuevo en tu vida, para ser lo que eramos, una unidad de amor, un solo sentimiento, te devolveré la felicidad que tenías, el motivo por el que vivías, tu sabes que soy hombre de palabra, que mi imbecilidad ha servido para darte mas valor aún, mi corazón es solo tuyo, déjame volver a ti.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 05 de Mayo de 2011.

2 de mayo de 2016

Mis recuerdos

Miré aquel póster de la pared, era un paisaje, una foto de un lugar idílico, donde predominaba el verde de los árboles que bordeaban la ribera de un río donde el agua corría cristalina. No lo pude evitar y mi mente voló al lugar donde transcurrió mi infancia y mi primera juventud, era un lugar parecido, también había un río donde la chavalería nos refrescábamos en verano.
Fue allí donde la conocí, fue la primera que ocupó mi corazón y con la que aprendí a amar y a ser amado. Éramos unos críos, casi inocentes y por eso nuestro sentimiento era puro, sin límites ni concesiones. Mi mente viajó en el tiempo y cerrando los ojos, recordé tu cara, tus ojos claros, tu pelo largo y dorado… es curioso lo de la memoria, te recuerdo perfectamente,  pero no soy capaz de recordar tu nombre, sin embargo recuerdo cada centímetro de tu piel, esa piel de tez clara y tersa que recorrí con mis dedos ese verano.
Recuerdo tu sabor dulce, tus pechos pequeños y redondeados que, desafiando a la ley de la gravedad terminaban en unos pezones rosados de tacto suave, de tamaño pequeño y que respondían a los estímulos de mis manos y mi lengua, entonces se endurecían y parecía que tomaran una actitud desafiante.
Ahora recuerdo aquella tarde en la que por primera vez mis manos recorrieron tu cuerpo, fueron bajando poco a poco hasta tus caderas, de curvas suaves, lentamente te despojé de toda la ropa y pude ver tu pubis, casi infantil, con un bello rubio claro que dejaba ver la sonrosada vulva carnosa y entreabierta. Mis manos jugaron con tu clítoris mientras nos fundimos en un apasionado beso.
Te abriste como los pétalos de una flor, y enseguida sentí la humedad de tu sexo, oí tus jadeos y gemidos, vi tu cara angelical, tus ojos cerrados y de las caricias, pasaste a que tus uñas se clavaran en mi espalda. Lejos de dolerme, la verdad, es que lo que sentí fue la mayor erección que recuerdo haber tenido, mi miembro apenas era capaz de contener la sangre dentro de las venas y la dureza y rigidez que alcanzó eran las propias de mi desbocado deseo y de mi juventud.
Quizás fuera la gran rigidez de mi miembro o lo extremadamente húmedo de tu sexo, lo que hizo que, a pesar de nuestra inexperiencia ya que era la primera vez para los dos, la penetración fuera bastante fácil, tan solo ese primer freno de tu himen, pero inmediatamente después tu sexo devoró y absorbió con avidez la totalidad de mi pene.
Entramos en un frenesí de movimientos que empezaban con una cadencia lenta, cimbreando despacio, muy despacio, las caderas y aumentábamos la velocidad poco a poco hasta llegar casi a la agresión, para volver a bajar el ritmo y volver a empezar de nuevo. Así hasta que se produjo aquella explosión de sensaciones…

El ruido metálico del cerrojo de mi celda al abrirse, me sacó de mis recuerdos y la voz del alcaide, definitivamente me hizo regresar a la realidad:

- Es la hora, no ha llamado el Gobernador para el indulto, la sentencia se tiene que cumplir. Lo siento.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 22 de Junio de 2014.

4 de abril de 2016

Mi vida vale un diez

No me gusta la forma de mirar que me tienen, aún no me conocen para tomar esa determinación, aunque ellos pueden pensar lo mismo de mi, me siento vigilada en una prisión sin barrotes, sin rejas, pero con muchas carencias, y además la medicación que me sirven, me deja fuera de mi y sin embargo mis sentimientos me dicen que sobro aquí, rodeada por vainas que envuelven nuestro cuerpo cuando no tenemos mente, !que pena¡

Después de haber tratado vilmente a mi persona por el amor que sentía, he aprendido que no merecía la pena morir por quien no te quiere, he aprendido a dar gracias por respirar todos los días, por despertar a la vida cada mañana y luchar por ser la mujer y madre que soy, y derrochar mi cariño con aquellas personas que me abren su corazón.

Tuve la suerte de conocer a una persona que me tendió su mano, que me animó cuando estaba a las puertas de esta prisión, y he pensado mucho en sus consejos y sus palabras, y pienso que es sano, que sin conocerme de nada, ve que mi vida tiene sentido, como la de todos, espero tener la oportunidad de agradecerle su atención.

Hoy hace cuarto días que entré en la planta de psiquiatría de este hospital, y sigo sintiendo que este no es mi lugar, deseo cuanto antes salir de aquí.

Suena mi nombre por el altavoz, por un lado siento miedo, miedo a quedarme aquí mas tiempo, y por otro lado alegría de pensar que me dan el alta para ir a casa, esperemos lo segundo.

!Que alegría¡, acaban de decirme que estoy de alta médica, y que me puedo ir a casa, las lágrimas que acarician mi cara y la sonrisa en la boca dan a entender la felicidad que siento, y que vuelvo a respirar este aire que tanto necesitaba, estoy en la calle y libre, !Que bien¡

Mi casual consejero vino a verme, le prometí que intentaría hacerle caso, y curarme lo antes posible, le comenté que lo primero que hice al llegar a casa fue tirar por el retrete la medicación que me habían impuesto, y lucharé para no tener que volver a utilizarla y se alegró al saber que después de cuatro días en el hospital, he vuelto a mi casa, con mis hijos, con mis rutinas caseras odiadas por quien no pasa por mi experiencia y desde hace cuatro días anheladas por mi, yo me alegré también de verlo, porque quería darle a demostrar el bienestar que le prometí y ve en mi otra persona que abre los ojos con energía sin miedo a nada.

Es verdad el dicho "nunca te acostarás sin aprender una cosa mas", aunque lleve mucho tiempo siendo la que querían, otras personas, a partir de hoy vuelvo a ser yo, y he entendido la lección, mi vida vale un diez.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 07 de Abril de 2011

25 de febrero de 2016

El valor de la vida


No lo entiendo, sigo siendo la de ayer y sin embargo a él no le parece importarle, creo que mi vida está tomando un giro inesperado y desafortunado, observo que soy ignorada, por más que trato de entablar una conversación, mi voz se apaga en el silencio, ¿quizás me esté volviendo loca?, porque no encuentro otro calificativo mas apropiado con la situación que estoy pasando.

Después de volver a tragar saliva y lágrimas por la permanente ignorancia, con toda calma me dirigí al baño, quería tenderme en la bañera y pensar con el cuerpo sumergido en agua caliente el motivo de esta situación. Estaré gorda, o demasiado delgada, las canas, posiblemente sea eso, las canas, o mis pechos caidos, yo que se, la locura se está adueñando de mi.

De la misma manera que tropezaba contra el muro inerte que hostigaba mi bienestar, jugaba con la hoja que podía quitarme esas lamentaciones, había escuchado hablar de que una pequeña incisión en las muñecas, contribuía a quedarse relajada para siempre, y de esta forma traté de olvidar que mi amor era vapuleado, saqueado, y menospreciado por la persona a quien amaba, y de ahí todos los que me rodeaban pasasen a ocupar el mismo lugar, o sea, que continuar con mi vida era inútil.

Tuve la desgracia de sobrevivir a ese momento, y ahora he de ser internada por intentarlo, internada en sitio donde se hayan los que para mi eran enfermos mentales, y por lo visto ahora soy yo una de ellos, que paradoja.

La tristeza invade mi alma, no solo porque estoy aquí, entre los locos y vigilada, sino porque entiendo la situación y creo que no debo estar en este centro, quizás como dirían ellos, pero en mi caso se lo que me ha traído a este lugar, se por qué quería dejar de vivir, y lo que ha servido para llenar mi vida, ha sido el amor que sentía por él, y que ahora ya no tengo.

¿Que sentido tiene la vida? , estar viva y no tenerte es perder la confianza en mi, en algunas ocasiones hasta yo dudaba de mis actuaciones, rebajándome a lo que hiciera falta con tal de no molestarlo.

En fin, no se cuanto tiempo estaré por aquí, y tampoco se si seré capaz de aguantar mas tiempo el dolor tan inmenso que sufro por tu amor, creo que no, que en el momento que pueda, dejaré que la paz te llegue, dejando mi vida en manos de Dios.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 03 de Marzo de 2011.

22 de febrero de 2016

Eternos


Vivieron felices y se quisieron con locura desde el primer día que el amor se cruzó en su camino. Fue bajo el follaje de un frondoso roble, al cual ambos acudían con asiduidad para disfrutar de maravillosos atardeceres.

A partir de entonces disfrutaron de cada uno de los instantes que su efímera vida les brindó, algo que para ellos se antojaba manifiestamente exiguo, puesto que ni miles de billones de milenios podrían haber albergado todo el amor que se profesaban.

De esta manera, comenzaron a planear el modo de dar cabida a su amor más allá de la fugacidad orgánica. Empezaron a fraguar su perpetuidad, puesto que no querían emular a ese sol melancólico que los unió. Ellos querían ser ese otro sol infinito cuyos rayos los despertaban cada mañana.

Así pues, cuando sus vidas se iban apagando, ellos ya tenían preparado su particular albor.

Durante años, habían cimentado en las raíces del gran roble que los unió su particular sepulcro. Allí se dirigieron, como tantas otras veces hicieron, para disfrutar de su particular ocaso cuando sus respectivas vidas estaban apunto de extinguirse.

Acomodándose en su nicho compartido, se cruzaron la misma mirada que antaño hicieran por primera vez, reflejando en ella el cariño y el amor mutuo que sentían. Se abrazaron, y justo cuando sus corazones latieron al unísono por última vez, se hicieron eternos.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 05 de Agosto de 2013.

1 de febrero de 2016

Tu ángel

Ven, ven amor, remóntate a mi...soy tu ángel, un ángel poco ortodoxo, porque soy uno, pero soy par, bilateral, una de mis alas es blanca, la otra,... la otra es negra, umbría, turbia. 
Otórgame tu compañía, permite que te de refugio bajo mi ala mas sombría, también tiene sus encantos, volando con ella viajaremos al abismo de nuestros vicios mas pérfidos, de nuestras pasiones mas extremas, de nuestra naturaleza salvaje, porque tu y yo lo somos, somos intensos, me cautiva el lado oscuro de la vida, camino por la vereda haciendo malabares con la paz ofrecida, porque no es paz lo que ahora deseo, si no una constante lucha por la vida vívida, por ir un paso mas allá de lo éticamente permitido, por catar lo oscuro, lo impenetrable, me gusta, me seduce la honestidad de lo impuro, aquí podré llevarte a conocer el placer carnal, la mayor fruición, la algazara de los sentidos, besaré tu cuerpo, cada pliegue de tu piel, cada arruga, una a una las heridas que te ha causado la vida, convirtiendo el sufrimiento en placer, el dolor en lujuria sin brida, nuestros cuerpos comulgarán con el empíreo, que tendrá que arrodillarse ante nuestra osadía. 
Ven, ven amor, quiero ser tu báculo, tu morada, permite que te refugie ahora bajo mi ala blanca, ahora seré tu querubín puro, no recatado, mas bien honesto, níveo, lleno de luz, bajo mi ala blanca te haré conocer el deleite de mis días de dicha, que también los tengo, anexiónate a mi, te haré ver el encanto de la esperanza, juntos conoceremos nuevos días, nos precipitaremos al futuro con alegría, aquí besaré tu alma, con mi lengua pura limpiaré los temores con que te ha lacerado la vida, con mi piel te daré la seda en la que has de recostarte en tu descanso, bajo mi ala blanca reconocerás la mas honesta de las risas, sin falsedades.
Ven amor, ven arriba, asciende conmigo, volemos juntos, porque sin ti ya no puedo volar, eres humano, pero eres también divino, eres mi amor, eres mi vida, eres la mas bella de las esperanzas, el mas hermoso de los sueños.
Ven, ven amor....vuela conmigo, ¿me deseas?, ¿quieres que sea tu ángel?.

ILYA

Ilya, esta es tu cuarta colaboración, te has hecho merecedora de una etiqueta propia, así buscando Ilya en Etiquetas, se podrán localizar exclusivamente tus artículos. GRACIAS de nuevo.

18 de enero de 2016

Mi Cuerpo


Mi cuerpo es feliz entre tus manos, en tu rostro contemplo el mundo, eres uno y eres todos, un día me llamaste por mi nombre, con voz grave y sonora, de tus amplias espaldas surgían las más embriagadoras de mis ensoñaciones, como pilares eran tus piernas, fuertes tus manos, en tu boca una leve sonrisa revelaba el marfil de tus dientes, solapados por tus labios carnosos del color de la sangre, cuando la sangre hierve.... Yo, fascinada, temblando como la vez primera, te entregué mi cuerpo, te regalé mi alma y ya no soy yo, pero no me inquieta, me alegra porque mi corazón es feliz en tus manos, iré tras de ti por montañas y ríos transfigurándome, ora en sol, ora en viento, seré arena, seré ceniza, seré nieve, sol y luna, seré lo que tu desees que sea, seré siempre tuya....


ILYA.


Ilya nos vuelve a deleitar con un nuevo artículo... Nosotros siempre seremos tuyos. GRACIAS.

6 de enero de 2016

La fuerza de la ilusión


Hace algunos años, en el día de la celebración de la Epifanía, trajeron un regalito muy especial a una familia humilde, un bicho camuflado de niño, ese era yo, muy bonito como todos los niños, y que a medida que crecían las trastadas eran mayores, pero a base de palos aprende el burro, y decidí dejar de hacerlas, o por lo menos, no tan grandes.

Quizás por el vínculo de la fecha de mi nacimiento tiene que ver que siempre me han gustado los villancicos, la mayoría de ellos están llenos de amor y paz, y la música que los envuelve, me relaja y me hace sentir bien.

Es tiempo de vacaciones escolares, de pasarlo todo lo bien que pudiéramos, de comer más y de mejor calidad, y sobretodo tener mas tiempo para estar con los amigos jugando, jugando, y seguir jugando.

Las comidas en familia por esa época eran muy entrañables, risas y buena armonía hasta que se nos obligaba a irnos a la cama, porque si no, los reyes magos no dejarían nada para nadie, así que a toda pastilla me metía en la cama, esperando que llegara la hora de despertar para saber si ellos me habían dejado algún regalo, que como siempre me portaba mal, temía que encontrara carbón o ni siquiera eso.

A lo largo de la noche, despertaba sobresaltado, creyendo que era hora de levantarme, pero la luz del día parecía no llegar nunca, y con lo oscuro que estaba,¿quién se levantaba?, jajaja.

Quería llegar a esta parte del artículo para hacerles ver que para mi, creer o no creer el los Reyes Magos, es puramente insignificante, lo que es verdadero es que los ojos de los niños se iluminan al estar en la presencia de los ellos, que en la cabalgata son incasables observando cada uno de los detalles que rodean a estos, deseando que no desmayen en su estratosférico recorrido, y que traigan los juguetes deseados. El despertar de esa mágica mañana, y observar el nerviosismo y la alegría reflejada en sus rostros, eso para mi tiene un encanto especial, solo atribuido a los pequeños del hogar y a algún loquillo como este servidor.

Por supuesto que a medida que pasan los años, son menos creíbles, y las comidas en familia se van cambiando por cotillones dedicándonos cada vez menos tiempo a nuestros padres y hermanos ese tiempo tan necesario para que a los niños y a nosotros no nos falte la fuerza de la ilusión.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Enero de 2011.

28 de diciembre de 2015

Vagar en manos de la fortuna


Hoy ante la adversidad, desasosiego, dudas y demás influencias negativas que la vida nos regala, quise respirar un poco de aire nuevo que distrajera a mi mente y la mantuviera fuera de los problemas que la rodean.

Monté en mi coche y me dirigí sin rumbo fijo a ninguna lugar, dispuesto a entregarme a la naturaleza o a cualquiera que pudiera tolerar mi compañía por algún momento.

Durante el tiempo de conducción, me fijé en alguien que esperaba el autobús, y me atreví a preguntar si deseaba que la llevara, y como el destino era el mismo, asintió manifestando que tenía mucha prisa.

La dirección que llevábamos era la de una localidad costera cercana y muy bonita, y mientras que duró el trayecto, fue suficiente para quedar después de que terminara el trabajo a donde iba.

Era una chica, muy atractiva, madre soltera que viajó desde su país para intentar conseguir trabajo y sacar a su hija adelante, toda una vida llena de problemas que tuvimos que dejar para después del trabajo, porque llegamos al destino.

Mientras, las olas invadían la arena de la playa con una cadencia triste, o por lo menos yo lo veía así, descalcé mis pies, remangué los pantalones y me adentré en el mar notando el frescor del agua y aunque fría, daba gusto pasear de esa forma sin tener nada mas en mi mente, pero mirando el reloj, para controlar el no llegar tarde a la cita con aquella chica.

El sol se estaba escondiendo tras el horizonte, el ocaso desde aquel lugar es maravilloso, dando tiempo a la terminación del trabajo de alguien que quería compartir ese momento conmigo y yo con ella, que parecía como si se hubieran ralentizado las inquietudes que padecía.

El brillo de la luna hizo su aparición cuando después de tomar café nos fuimos a la playa, una luna que ayudaba a hermosear aún mas la cara de una mujer encantadora a la que las vicisitudes de la vida la marcaron en su país, y en este donde se encuentra ahora, vive que ya es mucho e intenta ahorrar para que no le falte nada a la hija que tiene en el lugar de donde proviene.

Se dedicó bastante tiempo a contarme su vida, sus problemas, sus penas, y llorando imploraba a la vida ayuda para seguir viviendo, y que su hija vuelva a estar con ella lo antes posible.

De forma inmediata se me quitaron mis pesares, no se porque regla de tres desaparecieron y me sentí obligado a por lo menos intentar ayudar a esa persona, que muy, muy lejos de su tierra y buscando trabajo para dar de comer a su hija, vaga en manos de la fortuna.

Hoy en día tiene un trabajo, perdón, varios trabajos, donde la incentivación siendo mínima, reune lo suficiente para poder vivir como una persona digna, mis problemas siguen, pero al compartirlos, se desvanecen, somos amigos, compartimos algo mas que la mera compañía, tuve la suerte de conocer a su hija cuando la trajo en vacaciones, es un cielo, precisosa como su madre,

Yo soy feliz por todo ello, y ella mas.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 21 de Febrero de 2011.

14 de diciembre de 2015

San Valentín


Desde mi niñez anduve tras la tuya, tu pelo largo al viento, ese pelo negro azabache, moro, ese negro oscuro del firmamento cubierto de estrellas, que me hacia soñar con acariciarlo.

Amor sincero sentía al verte jugar con tus amigas, mientras los mios me recriminaban el no prestarles atención, y se burlaran de mi porque no podía alcanzar tu amor.

Lo logré, después de luchar contra las adversidades del tiempo, seguías en mi corazón aún cuando nos separaron nuestros padres porque cambiamos de ciudad y te conseguí, pensé que era el hombre mas feliz del mundo, casi lo tenía todo, y tu además me diste los hijos, desde aquel momento mi felicidad era inmensa, todo era de color, pero....pasaba algo.

Un cúmulo de sinsabores se adueñó de ti, jamás podría llegar a pensar en que no me amabas, para mi era recíproco, pero no, me confundió mi amor por ti creyendo que tu sentías lo mismo. La desconfianza creció de tal forma que echó abajo todo lo construido, tanto que no perdí tu amor porque no lo sentías como yo, y tu si perdiste el mio.

A raíz de esto, me he estado riendo de "San Valentín" y de todo lo que rodea al amor, es pura falacia, donde exista un buen hombre habrá una mujer siempre, para lo que este desee, todas son iguales, buscan lo que su interés le mueva, que difícil es encontrar una que incondicionalmente ofrezca su vida y entregarla a un buen hombre para toda la vida, pero....te encontré a ti.

Tu aguantas mis rencores hacia las mujeres, tu que preparas con todo el amor mi ropa, la comida, la casa, nuestra vida, tu que has entregado la vida a alguien dañado como yo, que me convertí en huraño al amor, tu que desde bastante tiempo sigues como el primer día, has hecho que poco a poco te crea, confíe en ti, deposite mi vida en tus manos, y seas no solo todo lo relatado, sino que además me calientas la cama, me animas, me mimas, me ames, y hayas abierto mi corazón a ti para que te diga que te amo, que me importas hasta tal punto que hoy en día soy lo que soy gracias a ti, y no te conformaste con eso, sino que me diste un tesoro de hija, que mas le puedo pedir al amor.

Si, hoy me siento vivo, soy capaz de amar, me obsequé en dar la espalda al amor, sin saber que es necesario para vivir, un equilibrio vital, el amor no debe desaparecer nunca ha de multiplicarse, y abrir puertas, puertas como las mías, que un día se cerraron porque alguien no quiso abrir su corazón al amor.

Jamás cerraré mis puertas al amor.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 17 de Febrero de 2011.

7 de diciembre de 2015

¿ Es amor ?


Mis sueños me traicionan, creo que estás conmigo y al despertar veo que me encuentro solo, y en vez de hundirme en la pena, hago lo imposible para que sea verdad.

Cada vez que pienso en rozar tu mano me estremezco, cuando en la mejilla me besas, el nerviosismo me inunda como un chico en su primera cita, y quiero que lo repitas infinidad de veces como solo tu sabes hacerlo.

Tu sonrisa hace que me sienta ilusionado, joven, capaz de dar sin medidas, y tus ojos, verdes ojos que cortan la mirada porque saben lo que pienso de ti y no aguantan el que los mire con el amor que yo lo hago.

Jamás he tenido nada parecido por nadie, por un lado pienso que no es amor, que lo que en mi vibra es el bienestar que recorre mi cuerpo cuando está al lado del tuyo, y por otra parte creo que existe la imposibilidad de la edad, pero mayormente por el que dirán tus padres, aunque tu deseas estar conmigo para siempre.

Es cierto que podría ser tu padre, y tu lo sabes, pero me atraes como la miel a las abejas, y eso es lo que eres, miel para mis labios, luz para mis ojos, armonía para mis oídos, y sobre todo alegría para mi corazón, que cuando me pides que te cuentes anécdotas de mi vida, te lo pasas muy bien escuchándome, y al mismo tiempo ver tu sonrisa a cada instante es un gozada, observar tus ojos clavados solo en mi, me fascinan.

Tuve la suerte de contemplar tu cuerpo desnudo, y tu lo notaste, y no le diste importancia a que lo hiciera, al contrario, tardabas mas de la cuenta en vestirte, me deleitabas con tu cuerpo al aire, y nunca me he atrevido a pedirte nada, solo oler tu aroma, escuchar tu dulce voz y rozar tus preciosas manos.

Me planteo algunas veces, cuando estoy en mi intimidad y el calor sexual me invade, pedirte algo mas, quizás un beso en los labios, o un abrazo, no se, espero que tu me ayudes a averiguarlo.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 14 de Febrero de 2011.

9 de noviembre de 2015

Mi rumbo eres tu



Vivir de esta manera no es vivir, la monotonía, la desidia, son ácidos que corrompen el alma, y yo siento que la mía esta a punto de ser devorada por estas anomalías. Algunas veces quiero saber en que me he equivocado, si hay posibilidad de enmienda, o si todo esta consumado, pero no hallo respuesta, cada momento que paso junto a ti se repite sin control alguno, cada minuto se me hace eterno, y son muchos los años que vivimos juntos, o mejor dicho sobrevivir.
Los hijos se hacen mayores y cada uno con sus problemas, y aunque creo que he podido encauzarlos academicamente bien, creo que en lo demás no he sabido ayudarlos como debería. Una niebla se ciñe a mi alrededor que no me deja ver claro, necesito un trago, necesito respirar, necesito alguien que me escuche, y tranquilidad para mi pertrecho corazón.
Apareciste y me inyectaste la miel de tus ojos, me aturdiste con tu voz, y mi corazón rejuveneció. No quiero otra cosa que no sea verte, cuando no estoy contigo solo quiero hablar de ti, de tus encantos de mujer, de tu bondadoso corazón, del amor que siempre brindas.
El miedo me atenaza, a mi edad no veo la hora de tomar una determinación, por un lado rompería con todo ahora mismo, y me escaparía contigo mi amor, pero no encuentro la forma o el momento o yo que se. Quizás me he acomodado a tener mi ropa limpia y recogida, o la comida a punto, o la cama caliente, pero sin fantasía, ni amor.
Algunas veces he de intentar olvidar tu mirada, tus caricias, tu voz, esa voz sensual con la que me apaciguas, con la que aun sueño día a día noche a noche, y mi otro yo lucha por olvidarte, el otro yo que es cobarde, el que se oculta detrás de la bebida, por no hacer daño a nadie excepto a el.
Mi rumbo esta borroso, jamas encontré a una mujer como tu, desbordando amor por donde caminas, jamas sentí esto por nadie, perderme en esa mirada y al mismo tiempo desear amarte, desear besarte, fundirme en un abrazo infinito, y hallar mi paz, mi sosiego.

Es terrible vivir de esta manera, sin saber cual seria la elección perfecta, cuales serian los daños, y si son reparables, es mucha la distancia que existe entre nosotros, pero si algún día se disipa esta niebla no dudaría un momento en refugiarme entre tus brazos mi amor.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 03 de Agosto de 2010.

28 de octubre de 2015

Bailando bajo la luz roja



Te tenía entre mis brazos. Te sentía como una parte más de mi cuerpo. Éramos sólo uno.

Nunca había amado tanto a una mujer como a ella. Este sentimiento era completamente nuevo para mí.

Nuestro éxtasis orgásmico puso fin a nuestro encuentro y lo divino se convirtió en terrenal. El sudor que emanaban nuestros cuerpos pretendía impedir lo inevitable y me tuve que separar de ti para ir en busca de mi cartera.

Este momento es trágico. Cuantificar cada encuentro contigo me estaba destruyendo por dentro. Yo sentía que mi alma se corrompía cada vez que uno de mis billetes pasaba a ser de tu propiedad.

Yo no quería comprar tu amor. Necesitaba que sintieras lo mismo por mí. Algo en lo más profundo de mi ser me decía que así sería, pero, ¿cuándo?

Cada vez que sales por la puerta de la habitación sé que otros brazos te esperan. Que otros cuerpos te poseerán. Me queda el consuelo del necio al saber que ningún otro te poseerá como yo. Es imposible que ningún hombre sobre la faz de la Tierra pueda sentir por ti lo que yo siento.

Como un drogadicto que va en busca de su dosis, todas las noches me escondo entre los asistentes a tus bailes nocturnos bajo esa tenue luz roja. Si hiciera caso a mi instinto golpearía a todos los que te gritan y te tocan mientras les seduces. Te elevaría hasta lo más alto y te llevaría conmigo hasta la playa más cercana para ver el amanecer de un nuevo día que me traería un futuro de felicidad incalculable.

Sin embargo, me resigno a sorber el último trago de mi copa y a ver el final de tu baile. Acto seguido te vas al piso superior con otro hombre. Antes de salir de mi campo de visión te giras y me miras con esos ojos donde viviría para el resto de mis días.
 
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 31 de Enero de 2013.

19 de octubre de 2015

La herencia de la vida



Esta mañana me levanté muy alegre, nuestro equipo español de fútbol contribuyó a eso, aunque hace bastante calor, pero es cierto que estoy de descanso en el trabajo, y eso hace que pueda dedicar tiempo a este blog. Esta dedicación, se hace ampliable a todo, mis intimidades, mis amistades, mis amores, mis todo, y cada día que me siento a escribir, como al principio me cuesta encontrar el hilo, crea en mi un reto que me atrae, y lo que implique reto, hace que busque y busque donde sea para plasmar algo entretenido y podáis leerlo.

Recuerdo mi infancia y veo que era feliz, y también pobre, pero iba al colegio, tenía amigos, y una gran familia que hacía que me encontrara mas seguro. Hoy en día las cosas han cambiado de tal forma que cada uno de los que eramos, estamos repartidos por la nuestra geografía , y apenas tenemos tiempo de estar unos con otros, los trabajos, las distancias, los hijos, y un sin fin de causas que hacen no tener posibilidad de estar juntos como antes, pero la vida sigue, igual que todos ellos siguen en mi mente como siempre, y que aunque no les vea personalmente, los siento, y los quiero con todo mi corazón, quizás mas de lo que os podáis imaginar. Al mismo tiempo se que ellos están ahí, para lo que me haga falta, cariño, u otra cosa, la raíz que sembraron nuestros padres sigue siendo fuerte, y sigue creciendo. 

La familia ha de ser así, con amor se abren todas las puertas, y si además existe simpatía o alegría mejor que mejor. La base de una buena familia ha de ser fuerte, para aguantar todas las desavenencias que ocurran en la vida, los padres han de ser los espejos donde nos miremos los hijos, y en mi caso puedo estar orgulloso de pertenecer a esta familia, con los defectos que siempre acompañan a todo hijo de vecino, con los pesares que en alguna ocasión nos visita de improvisto, los desavatares de la propia vida que en su rodar hace que se marchen de nuestro lado aquellas personas que significan tanto para nosotros, hermanos, padres, amigos, etc., y la fortaleza o entereza que tenemos aprendida nos sirve para entender que la vida ha de seguir existiendo y a ella le da igual que haya amor o no, sigue rodando, y los que en ella estamos aun, debemos hacer raíces de tallo grande y profundo, para los que vengan empiecen a conocer la felicidad y el amor antes que el odio.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 14 de Julio de 2010.

10 de junio de 2015

El sabor del amor



Su pálpito cercano provocó que me desmayara. Ella era capaz de transportarme a lo divino y al mismo tiempo enterrarme en el infierno. Me hacía sentir vivo y muerto a la par. Este juego me llevaba a estar furioso y receloso pero mi instinto atrevido era humilde y valiente.

Tu presencia me alegra la existencia. Me convierte en un ser leal y despojado de todo pecado. Como un fugitivo me siento en tu ausencia. Es entonces cuando me enojas y haces de mi alguien despreciable, traidor de si mismo. La mera posibilidad de perderte me convierte en el hombre más cobarde sobre la faz de la Tierra. Hasta que te perdí. El desengaño de no tenerte me hace pensar que un cielo en un infierno cabe, que daría la vida y el alma por esta sensación necesaria. Prefiero tu veneno a un licor suave, dulce.

El equilibrio guiaba mi vida, mi centro y mi reposo. Ahora olvido el provecho y amo el daño.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien, centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño

creer que un cielo en un infierno cabe
dar la vida y el alma a un desengaño,
Esto es Amor; quien lo probó, lo sabe.

                        Lope de Vega

 

En honor a mi equilibrio y mi reposo.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 24 de Diciembre de 2012.

8 de junio de 2015

Guardado en mi corazón

Cabalgo a lomos del viento que me trae tu aroma, y me siento tan a gusto que no me doy cuenta que el tiempo pasa desaforadamente dejando sus huellas en mi.
Tu atención en mi es tan fuerte que he acostumbrado a mi cuerpo y mi mente a tus celos indirectos, me gusta, y deseo dar un pequeño paso al precipicio para que enseguida trates de decírmelo con tu graciosa manera y no olvide que tu eres la que ocupa mi corazón y todo mi cuerpo.
Dios te dió la fuerza de aguantarme, y sin embargo tu dices que él te regaló el don de quererme como lo haces, me mimas y cuidas con tu amor tan particular. Sabes hacer que cada día te dedique mas amor, que haya aprendido a volver a tener celos de todo aquel que te mira, quizás las huellas de las que hablaba al principio, me hagan ver que el tesoro que hay en mi casa hay que cuidarlo mas, y así deseo hacerlo.
Tus manos buscando mi cara para que de una forma sensible intentes que esté mas presentable a tus ojos, las insinuaciones sensuales que realizas para despertar mi instinto en una jornada agotadora, o las posturas que adoptas graciosamente con el mismo fin son para mi el aire que necesito para seguir viviendo.
Aunque parezca una tontería, me gusta que te enfades conmigo, por lo que sea, porque no me afeito, porque no recojo la ropa después de la ducha, o por dejar los platos en la mesa una vez terminamos de cenar, me encanta que me eches la bronca, porque después se que el regreso a nuestros besos lo hacemos con el amor que nos dedicamos, con la pasión que sentimos el uno por el otro.
El tiempo pasa deprisa y ni perdona ni vuelve, pero se que lo que ya he vivido contigo no me lo podrá quitar ni el tiempo ni nadie, lo que me has hecho sentir vendrá conmigo porque estará guardado en mi corazón.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 24 de Junio de 2010.