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5 de octubre de 2011

Edipo

Edipo es hijo del rey de Tebas. El Oráculo de Delfos había augurado a su padre, Layo, que cuando su hijo creciera le daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a uno de sus súbditos que abandonara al recién nacido en el monte Citerón; antes, le había atado despiadadamente los tobillos. Pero el siervo, compadecido, se lo entregó a uno de los pastores del rey Pólibo de Corinto, quien lo llevó a su amo.

La esposa de Pólibo , reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados’ por haber estado colgado.

Al llegar a la adolescencia, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino.

Emprende un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo encuentra a un hombre poderoso en una encrucijada; discuten por la preferencia de paso y lo mata sin saber que era Layo, rey de Tebas, y su propio padre.

Cuando Edipo llega a Tebas, encuentra el país aterrorizado por la esfinge, un monstruo que devoraba a los caminantes y daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos. El acertijo que le propuso a Edipo fue «¿cuál es el ser vivo que camina a cuatro patas al alba, con dos al mediodía y con tres al atardecer?»; Edipo respondió correctamente que ese ser es el hombre. Furiosa, la Esfinge se suicida lanzándose al vacío y Edipo es considerado el salvador de Tebas.

Como premio, Edipo es nombrado rey y se casa con la viuda de Layo, Yocasta (sin saber que es su verdadera madre). Tendrá con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismena y Antígona.

Al poco, una terrible plaga cae sobre la ciudad. El oráculo de Delfos advierte que la causa de la peste es el asesino de Layo; no ha pagado por su crimen y contamina con su presencia a toda la ciudad.

Edipo, como rey de Tebas, emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias al adivino Tiresias y a sus mensajeros, descubre que en realidad él es hijo de Yocasta y Layo y que él mismo es el asesino que anda buscando.

Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se da muerte, colgándose en el palacio. Horrorizado, Edipo se quita los ojos con los broches del vestido de Yocasta y abandona el trono de Tebas, escapando al exilio.

Edipo rey, tragedia de Sófocles

La obra sobre Edipo más famosa e influyente es la tragedia Edipo Rey escrita por Sófocles en el siglo V aC.

Al principio de la obra aparece un grupo de suplicantes, jóvenes y ancianos de la ciudad de Tebas,(o de Cadmo, su fundador), postrados ante los pies de Edipo; reconocen que es un buen gobernante y que ha salvado la ciudad de las garras de la Esfinge,pero suplican a Edipo que ponga fin a la terrible epidemia que azota a la población.

Edipo tratará de averiguar la causa de la peste, enviando a Creonte (hermano de la reina Yocasta) a Delfos para consultar al oráculo. Creonte transmite a Edipo y al pueblo de Tebas, al volver de Delfos, el vaticinio del oráculo: el culpable de la epidemia es el asesino del antiguo rey tebano, Layo. Edipo toma entonces la determinación de buscar sin descanso al asesino y de castigarlo muy duramente en caso de encontrarlo, sin saber que estaba cavando su propia tumba.

A partir de este momento, el protagonista hará todo lo posible por descubrir la verdad, aunque varios personajes, entre ellos Tiresias y Yocasta , tratarán de hacerle desistir de tal propósito. Pero, a pesar de todo esto, Edipo seguirá desentrañando el caso hasta darse cuenta de que él es el asesino del rey Layo y- como habían predicho los oráculos- ha matado a su propio padre, se ha casado con su verdadera madre , con la que ha tenido cuatro hijos.

En la obra, el pueblo tebano, (representado en el coro), cobrará un papel muy importante, opinando sobre todo las decisiones que toma Edipo y lamentando su desgraciado destino.

La obra termina con una sentencia final del Corifeo, que resume la temática de esta tragedia:

Habitantes de Tebas, mi patria, mirad, éste es Edipo, quien resolvía los famosos enigmas y era el hombre más preeminente, envidiado a causa de sus éxitos.¿Quién entre sus ciudadanos no vivía con la mirada fija en él? ¡A qué enorme oleaje de espantosas desgracias ha venido a dar! De modo que nadie considere feliz a quien todavía tiene que morir, sino que le debe examinar con toda atención todos los días de su vida incluido el último en que vea la luz, hasta que franquee el límite de su vida sin haber sufrido nada doloroso.

24 de agosto de 2011

Electra

En la mitología griega, nombre de tres heroínas: una de las siete Pléyades, amada por Zeus, del cual tuvo a Jasión y Dárdano, y portadora del Paladión a Troya; la hija de Océano y de Tetis, madre de Iris y de las Arpías. La tercera corresponde al legendario personaje, hija de Agamenón y de Clitemnestra, hermana de Orestes y de Ifigenia. 

En esta última es en la que nos vamos a fijar.

Historia

Electra es un personaje de la mitologia griega que ha transcendido en nuestra cultura no sólo gracias a las obras de Homero, Esquilo, Sófocles y Eurípides. Su trágica historia fue retomada por la psicología en el siglo XX y presentada como la contrapartida femenina de Edipo, pues sus acciones se asemejan, aunque no sus fines ni destinos.

Homero describe a Electra como la hija de Agamenón, rey de Micenas, y Clitemnestra, hermana de Helena. Antes de partir hacia la Guerra de Troya, Agamenón ofreció en sacrificio a su pequeña hija Ifigenia para lograr su objetivo. Algunas fuentes dicen que en el momento en que iba a ser sacrificada, la propia Artemisa la reemplazó por otra víctima y se llevó a la niña a Táuride. De todas formas, su esposa Clitemnestra jamás se lo perdonó. Después de diez años en Troya, Agamenón capturó a la profetisa Casandra como botín y tuvo dos hijos con ella.

De regreso a Micenas, el poderoso rey vencedor arribó en la región de Argólida, donde fue recibido por Egisto, quien durante esa década de ausencia ya había seducido a Clitemnestra y conjurado una venganza. Preparó un banquete de bienvenida y con la ayuda de su amante dio muerte al rey, a Casandra y a sus hijos.

Electra regresó a Micenas años más tarde, ausentes durante el regreso y asesinato de su padre. Al descubrir la traición de su madre, un rotundo e incontrolable odio creció en ella, al igual que la sed de venganza. Pero no fue hasta que su hermano Orestes regresó que pudo planearla. La obra de Esquilo nos dice que un día Electra se dirigió a la tumba de su padre para rendirle honras fúnebres y allí se topó con Orestes, quien había sido ordenado vengar a Agamenón por el oráculo de Delfos.

Independientemente de las fuentes, los jóvenes hermanos llevaron a cabo la venganza asesinando al impostor Egisto y a la pérfida madre, pero esto volvió loco a Orestes, que fue perseguido por las Erinias por haber trasgredido los lazos de piedad familiar. Buscó asilo en el templo en Delfos dedicado al dios Apolo, quien a través del oráculo había ordenado la venganza, aunque no pudo protegerlo. Hasta que finalmente la diosa Atenea lo recibió en la Acrópolis y lo llevó a juicio junto a su hermana y ambos fueron absueltos.

Más tarde Electra se casó con Pílades, amigo íntimo de Orestes e hijo del rey Estrofo, el mismo que había acogido a Orestes cuando se ausentó de su ciudad.