29 de mayo de 2013

El Rincón de la Utopía (7)



UTOPÍA (PARA COBARDES DE SOÑAR)

Con un cigarro en el cenicero y con la Libertad de la Conciencia:
¡albedrío pleno, plenitud de ideas!.
Que fluyen raudas, y manejan mis maneras;
contaminación pura: ¡virginidad de inocencia!.

La Vida me pide, y  la Necesidad me exalta;
dualidad de compromisos y de noches de vigilia:
¡Imperios de claridades!, blanca la Conciencia,
de pecho cubierto, de nevada sábana.

Esperanza delicada, sueño henchido de alegría,
de tallos de rosas, abiertos a la mañana.
¡Que nunca llegue!, el pulgón alimaña;
que con mi sangre regaré, el verde esmeralda.

Capullos robustos, de apariencia hermana,
en guerra perenne, calmando la fantasía;
leales narcotizados, de hambre y ambrosía,
a la maceta sin sol, ni al agua temprana.

Pueriles recuerdos de mundos que serían,
de sueños reales, ilusiones sin aduana,
de mundos mejores, a la idea artesana,
del amor elaborado con la fe en la REBELDÍA.

Quimeras de descreencias, ficción bacteriana,
de mundos soñados, de interés de codicia;
de alma plana ,y en batalla: en retaguardia.
¡Indigente de sueño!: naciste sin gana.

Olvido que a cobardes cobija;
cobardes que sueñan y olvidan;
olvido de Esperanza  que despiertan:
¡Con relojes rebeldes y brillo sol amanezcan!

Sin soñantes abrazos y ocultos en abogacía,
de muñeco, que a la postre: ¡animal sin calaña!.
Negros oscuros, de cobarde en esperanza;
no supiste soñar, ni  dormir con UTOPÍA.

¡Almohada!, doctora en enseñanza,
de sueños inquietos, y de azotea loma,
con ojos viejos, fuerza de pestaña,
con visores inquietos: ¡anhelo del mañana!.

A dirigentes de leyes, sin vigilia manifiesta,
de artificios  pecuniarios,  codicia encubierta.
A la Utopía engañada: ¡rebeldía de trinchera!,
¡ilusión desesperada!:  EL SUEÑO A LA PALESTRA.

De pensadores  de la idiotez,
de estúpidos de la negación de la sencillez,
de creadores de opinión y miradores del ayer:
pobres son tus ojos que no ven.

Nubes oscuras, tapadera del  Celeste.
Azul añil que se esconde: almas que no quieren ver.
Visiones de paraísos, reales y de alcance ser.
Tan cerca de las uñas, que con besos: ¡LA INMEDIATEZ!

De almas bizarras de novedades,
de realidades diferentes de imaginaciones,
de cosas nuevas, que nada vale.
¡Valor esculpidor del almas valientes!.
  
¡Soñar!: ¡Grato Tiempo!,
permanencia de buenos  recuerdos.
Tapias saltadas persiguiendo los momentos.
Sueños  de madrugada: ¡ memoria y monumento!:
  
Al Ara venerado, al Altar respetado,
al sueño real, a la imaginación sin velo.
Libertad de letargo, valiente relajado,
de guerrero de ilusiones: vanguardia de venidero.
  
Venido con el sueño,  llegado con el corazón:
el recibo de la  Imaginación.
Al  enfrentarse una noche en vela;
valiente dibujante, creador de la Imaginación.

En premura mirada al asiento, y con vista al talón;
alas ligeras  de plumas, nos alza en la visión.
A sueños ingrávidos de almohadas , y de pompas de jabón:
¡valentía de siesta, y de ilusión.!:
  
¡Utopía sagrada!, de dioses es tu favorecer,
de privilegio sagrado, a valientes de conocer.
De imaginaciones supremas, y valientes de soñez;
sueños que  batallan, realidades de niñez.

Ilusión siempre exista y perenne en la Memoria,
del  Ser Humano, y  sus amigos de existencia.
Con almohada incluida, y con armonía verdadera;
¡sea el pacto!, para que LA FELICIDAD SEA COMO SEA!

ALONSO

Alonso nos regala este poema que hace honor al nombre genérico de su sección. GRACIAS.

28 de mayo de 2013

Extraños en la noche



Era sábado por la noche y un amigo me convenció para que fuera con él a un karaoke. Sí, ya sé lo que estáis pensando, cómo es posible que me convenciera, pero eso es porque no me habéis escuchado cantar "strangers in the night" de Frank Sinatra.
Llevábamos alrededor de media hora allí, cuando mi amigo se tuvo que marchar con motivo de una urgencia. La noche empezaba mal y lo peor era que pronto iba a terminar,  más o menos dentro de unos 15 o 20 minutos, el tiempo que estimaba que tardaría en beberme mi copa.
Me quedaba poco más de un sorbo, cuando de pronto la vi . Estaba sentada a unos 15 metros de mí.  Tenía el pelo moreno y una sonrisa cautivadora. Llevaba un vestido azul y de su cuello colgaba un fino colgante. Puede que muchos pensarían que es una mujer que pasa desapercibida, que no acapara las portadas de las revistas, pero tenía algo especial, algo que hacía que no pudiera dejar de mirarla. Como decían Paez y Sabina,  aunque sé que no era la más guapa del mundo, juro que era más guapa que cualquiera.
Me aferré de valor y decidí acercarme a su mesa.
— Hola, ¿me puedo sentar contigo?.
—Sí, siempre y cuando no seas el típico que va a los karaokes a ligar.
— ¿Crees que he venido con la intención de seducirte?
— Creo que has tenido la intención de hacerlo desde que me vistes sentada. No estoy segura de que lo vayas a conseguir, pero te propongo algo.
— Me interesa.
— Y que conste que hoy no nos acostaremos juntos.
— Me interesa menos. Es broma, continua.
— Te propongo que tengamos una cita, esta noche, sin mañana. Creo que lo que lo estropea todo es el día siguiente, así que por qué no nos saltamos esa parte.
— ¿Qué quieres decir?.
— Quiero decir que yo estoy aquí, tú estás aquí, esta noche puede ser una noche romántica. Por qué no bailamos, nos lo pasamos en grande y luego cuando termine no volvemos a vernos más.
— A menos que...
—No, nada de a menos, ni e-mails, ni números de teléfonos, ni direcciones. No será un amor con paseos por el parque, ni con cartas de amor dedicadas. Esta noche crearemos un recuerdo que nunca podrá borrarse y luego, cuando pase el tiempo, recordaremos esta noche, como algo perfecto.
— Me apunto.
Así es como empezaba mi cita. No nos conocíamos, pero el destino nos unió,  aunque solamente fuera por unas horas. Éramos extraños en la noche.

27 de mayo de 2013

Panurgo y Asociados (7)


Panurgo y Asociados discutían cuáles, dentro de la variada iconografía de Las Tres Gracias, les resultaban más graciosas; mientras, sus ojos saltaban de gozo y de una a otra de las tres camareras tras la barra. Ellas olían a jazmín, azahar y algalia respectivamente; ellos tenían ya una borrachera considerable.
Soci.— La verdad es que hace calor en
El Infierno, ¿hein?
Pani.— Lo que hace, sobre todo, es música ratonera.
Los bafles.— ¡Chunda, chunda!
Pani.— Por lo menos aquí no tienen un acuario.
Soci.— (Como si hiciese una cita.) Sería improcedente...
Los bafles.— ¡Chunda, requetechunda!

La Gracia de los vaqueros negros, la del centro de la barra, se les acerca, mirándolos alternativamente. Bizquea un poco. Lleva un papelito en la mano, como una cuartilla doblada en cuatro. De bajo la barra, saca un posavasos. Coloca el papel sobre el posavasos frente a ellos:

Eufrosina.— Me han dado esto para ustedes.
Panurgo y Asociados.— ¡Muchas gracias!
Eufrosina.— ¡Qué va! Sólo una.
Los bafles.— ¡Requetechunda, requetechunda!

Panurgo y Asociados, que han estado mirando, en orden caótico no aleatorio, a Eufrosina, al papelito y a Panurgo y Asociados, se lanzan simultáneamente. Rueda el posavasos; rasgan el papel.

Medio papel.— (Mudo.) ere verlos.
El otro medio.— (De la misma naturaleza.) Acklor qui
Pani.— (¿Sorprendido?) ¡Acklor quiere vernos!
Soci.— (El orgullito y el aguardiente le dan un tonillo chuleta.) ¿Qué te decía?
Pani.— (Muy capitán Haddock.) ¡Por todos los diablos...!
Leonardo.— (Con los cuernos, el rabo y el tridente, parece el portero del local muy bien caracterizado.) ¿Querían algo los sres.?
Pani.— Jo; otra vez Los tres hermanos. (A Soci.) ¿Nos vamos?
Soci.— ¡Venga! (Se corrige rápidamente.) Perdón: ¡Vamos!

Esta vez sin aspavientos -sólo han volcado las copas al levantarse-, salen a la calle disimulándolo todo, más bien tambaleantes. Fuera del local es casi madrugada y relente. Se sientan en un banco, bulevar de la avenida, frente por frente a la puerta.

Pani.— Tenemos que volver a entrar. Acklor quiere vernos.
Soci.— (Tirita de relente o lo que sea.) Pero... mientras esté ese portero...
Pani.— Sí. En ese caso, esperaremos hasta que cierren y le preguntamos a Eufrosina cuando salga que quién le dio el papel.
Soci.— (Ya no tirita: recuerda y finge.) Es mona, ¿eh?
Pani.— (Recuerda y finge.) No está mal.

Revolotea -apenas se la distingue- una luciérnaga furiosa. El amanecer lentorro les permite disfrutar de la lujuria triste de las jacarandas bajo los primeros trinos. Se ha apagado el neón. Ya salen Eufrosina, Talía y Aglae, vestidas de calle. Es decir, veste talar blanca, que es lo propio.

Panurgo y Asociados.— ¡Oye!
Las tres Gracias.— ¿Es a mí?
Pani.— Perdona... Eufrosina... Me ha parecido que antes te llamaban Eufrosina... Mira, ¿tú nos podrías decir quién te dio el mensaje que nos llevaste?
Eufrosina.— (Comprensiva.) Pues no sé el nombre pero, mira tú, por esas cosas raras de la vida, sé dónde vive...
Pani.— (Sin dejar de mirarla, admirarla y remirarla, le tiende el mismo papelito.) ¿Te importa escribir la dirección?

Soci se apresura a sacar su bic punta fina. Mientras Eufrosina escribe, las otras dos les miran fijamente. Cada vez se parecen más a Camila y Rosaura. Es más, los rasgos del cadáver de la Cumana se transparentan en ese rostro que les dice:

Eufrosina.— (Sonriente.) Ahí está. No tiene pérdida.


Nueva entrega de nuestro amigo y colaborador, Guadiloba, ya no podemos pasar sin las peripecias de nuestros peculiares investigadores.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 07 de Noviembre de 2010.

26 de mayo de 2013

El Poeta en su Rincón (21)

Disquisición Vana

“De lo que otros han dicho relatar,
Y nada nuevo aportar a la ciencia;
No ser de ella un gran innovador
Y no aportar nada de mi cosecha”.

Así un catedrático pensaba
Sobre a la ciencia su contribución:
“”Nada que a la posteridad pasara
(Decía el hombre con tribulación)
Torpe y triste de mí yo he creado
Para conocer los hombres y el mundo,
Y mi nombre no será recordado,
Se hundirá en el abismo profundo”.

Se juzgaba de esta forma severa
Este señor con ansias de inmortal,
Y con este juicio se desespera
Por no aportar nada original.

¿Creéis recto o figurado el asunto
De este poema desconsolado?
¿No pensáis que podría ser trasunto
De cualquiera que nada ha aportado
Y su vida tristemente ha pasado
Breve y fugaz sin esperar un punto?

Rima no he respetado consonante,
Pues las he juntado con asonantes
En este metafórico poema,
Que explica, de forma decepcionante,

Aunque así mismo con mucha flema,
Este de la vida humana dilema:
¿Es necesario hacer algo importante
Para que no en la vida inadvertido
Pasar y caer en eterno olvido?
  
Nuestro amigo y poeta Miguel González, nos ofrece este mes, un poema que versa sobre el interés humano en no pasar inadvertido por la vida. GRACIAS.

Artículo reeditado: Publicado originalmente el 01 de Diciembre de 2011

25 de mayo de 2013

Quizás el amor


Quizás el amor es un refugio, un lugar donde descansar, y guarecerse de los fuertes vientos y silbidos del huracán que azota a veces mi vida, hasta que pasa y vuelve la calma.
Existe para darnos seguridad y confianza, está ahí para mantener el calor de nuestros cuerpos y almas.
Y en la soledad, cuando la angustia amenaza y oprime mi garganta, al punto de casi no poder respirar, en ese momento el recuerdo del amor me conduce de nuevo a ti y me tranquiliza.

A veces imagino el amor, como una ventana amplia en la que solo estas tu diciéndome que me amas, tal vez eres una puerta abierta invitándome a que entre, a acercarme para acariciar tu rostro, para jugar con tu pelo y fundir mis labios con los tuyos.

Incluso cuando me pierdo y no sé qué hacer, el recuerdo del amor me conduce de nuevo a ti, y me tranquiliza.

El amor para algunos es tierno como una nube de algodón, para otros es un vinculo tan fuerte como el acero.
Hay quien dice que si le faltara el amor no podría seguir viviendo, maneras diferentes de sentir el misterio del amor.
Un sabio dijo que el amor todo lo soporta, todo lo puede, que es el camino más excelente, y algunos dicen que es el sentimiento más libre que brota en el corazón, libre igual que el viento, igual que vino se va, sin embargo su huella permanece para siempre, no morirá jamas.

Quizás el amor es como el océano, inmenso, profundo, a veces revuelto y otras en calma, lleno de dolor y también de alegría.
El amor es como un fuego cuando hace frío afuera, es estremecedor como el sonido de un trueno cuando llueve.

Quiero vivir contigo, y todos mis sueños hacerlo realidad junto a ti.
Mis recuerdos de amor serán siempre tuyos.

Te amo, eres todo para mí, mas no sé expresarlo con palabras.

Este texto es una traducción muy libre mía, inspirada en una de las canciones de amor más hermosas que compuso el desaparecido trágicamente John Denver.


PERHAPS LOVE:

Quizás el amor es como un lugar de descanso, un refugio de la tormenta
Existe para darle confort, está ahí para mantener el calor
Y en esos momentos de angustia cuando se está más solo
La memoria del amor le llevará a casa

Quizás el amor es como una ventana, tal vez una puerta abierta
Se le invita a acercarse, que quiere mostrar más
E incluso si te pierdes y no sabes qué hacer
La memoria del amor se ve a través de

El amor para algunos es como una nube, a algunos tan fuerte como el acero
Para algunos una forma de vivir, de alguna manera uno se sienta
Y algunos dicen que el amor es aguantar y algunos dicen que dejar ir
Y algunos dicen que el amor lo es todo, y algunos dicen que no saben

Quizás el amor es como el océano, llena de conflictos, lleno de dolor
Como un fuego cuando hace frío afuera, los truenos cuando llueve
Si he de vivir para siempre, y todos mis sueños se hacen realidad
Mis recuerdos de amor serán de ti.















Artículo reeditado: Originalmente publicado el 15 de octubre de 2010

24 de mayo de 2013

Jamoncitos de Pollo con salsa de champiñones y calabacines

Otra recetita pa' mojar pan ...

Ingredientes:
  • Unos jamoncitos de pollo
  • Champiñones
  • Calabacines
  • Cebolla
  • Pimiento
  • Tomate
  • Ajo
  • Laurel
  • Aceite
  • Sal
  • Pimienta Negra
  • Nuez Moscada
  • Romero
  • Tomillo
  • Comino
  • Vino blanco de solera
Preparación:
Pelamos, lavamos, laminamos y cortamos los ingredientes
El pollo se le quita la piel y el muñón
En una sartén hacemos un sofrito con las cebollas, pimientos y tomates (previamente en aceite calentado con los ajos y el laurel)
Ponemos los calabacines y los champiñones (dejamos aparte unos pocos)
Dejamos hacer y ponemos el vino
Cocinamos a fuego medio hasta que todos los ingredientes estén tiernitos.
Ponemos en una vaso de batidora todo lo anterior (previamente retiramos las hojas de laurel) y batimos hasta que no queden grumos y consigamos una salsa/crema a nuestro gusto de espesor (podemos corregir con algo de agua si os gusta más ligera).
Ponemos en la sartén los jamoncitos de pollos para dorarlos con un poco de aceite bien caliente y lo salpimentados con todas las especias (al gusto).
Cuando estén dorados le echamos el resto de champiñones, reogamos un poco.
Añadimos la salsa anterior, removemos y dejamos hacer a fuego lento hasta que la carne este tierna. Corregimos de sal si es preciso.
Apartamos y servimos

Comer sólo con abundante pan "mojando" en la salsa. ;-)
Que lo disfrutéis.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 13 de Marzo de 2010.

23 de mayo de 2013

Mi juguete preferido, mi hijo



Cuando nació vio en él su espejo, sus ojos eran idénticos a los suyos, su boca, su pelo, en definitiva, su cara era la suya, e indudablemente todos los comentarios de familiares y amigos, certificaban lo que él había visto.

A medida que crecía intentaba protegerlo como cualquier padre a su hijo, tratando de que no le faltara de nada, que todo lo que su padre no pudo tener, lo tuviese él, aunque el sacrificio costara lo que costara.

Todo le parecía poco para él, los juguetes innovadores, los últimos del mercado, los mas caros, y de igual forma, su ropa, calzado, comida, la equipación del mejor equipo de fútbol, (el de su padre, el mejor del mundo), hasta el mejor colegio, a fin de que su enseñanza fuese la mejor, o estuviera dentro de las posibilidades de llegar lejos, mas de lo que ellos pudieron.

No solo eso, lo vio tan igual, que le parecía vivir de nuevo pero dentro del niño, y se sentía feliz por cada cosa minúscula que hacía, como así mismo se molestaba por nimiedades que dijeran de su retoño, ya que su hijo era perfecto, los demás son los que por envidia intentan desprestigiarlo.

Cuando jugaban, se lo pasaba pipa, el padre se encargaba de montar los juguetes, viendo el pequeño como lo hacía, y cuando le parecía oportuno los recogía perfectamente colocándole en el lugar adecuado para que no se deterioraran.

Hasta que poco a poco, fue cambiando, cuando pedía un juguete, al instante pedía otro, y después otro, no preocupándose de su recogida, dejándolos en cualquier lugar con el riesgo de ser pisados y rotos, y por mucho interés que ponía en enseñarlo, cada día le costaba mas trabajo educarlo, llegando a utilizar el castigo por no cumplir con las normas del padre.

Hoy tuvo la buena idea de comprar uno de los mas caros, un paso de semana santa, un palio de una de las vírgenes que suelen salir a la calle en esas fiestas, que cuando lo vio en el escaparate, se enamoró de el, con sus candelabros, sus flores, las velas, el manto de la virgen, su corona, precioso, lo llevó a casa, y empezó rápidamente a montarlo, con una ilusión inusitada, observando a su pequeño impasible, mirando como lo hacía.

Le costó dos horas el montarlo, quedó casi, casi, casi igual que el original, y el se lo pidió para jugar, lo cual accedió puntualizando que tuviese cuidado, y lo recogiera como papá suele hacerlo, pero no lo hizo, y después de un tropezón, fue a caer encima de su valioso juguete haciéndolo añicos, velas, corona, manto, todo destrozado, creó tal desilusión en su padre, que este lo emprendió contra el niño castigándolo en su habitación, sin cenar, sin ver televisión, y sin mas juguetes por haber roto su juguete preferido.

Podremos pensar que nuestros hijos son nosotros, en cada instante, en cada mueca, en cada mirada, y ser felices mientras no crezcan, después serán lo que quieran ellos, y tenemos que entender que fue un espejismo, y también tendremos que ayudarlos a que su camino sea lo mas llano posible.

Afortunadamente o no, los que tenemos hijos, no dejaremos de estar ahí para lo que necesiten, simplemente para decirles “te quiero”, o darles un fuerte abrazo y ellos sentirán que estamos a su lado, aunque siempre existan excepciones.

Me viene a la memoria un tema de Serrat, titulado “Esos locos bajitos”, una joya musical del año 1981, que para deleite de todos, dejo su reproducción.