Ciudadela de Ioánnina |
Cuarto Día: 03/04/2012-Traslado Preveza-Ioánnina
A la mañana siguiente y después de un suculento desayuno, paseo por las calles comerciales de la villa de Preveza, y atravesando las laberínticas calles del pueblo marinero, llegar a un amplio paseo marítimo con infinidad de cafeterías con recoletos veladores mirando al muelle.
Salimos a media mañana con dirección al Norte del Epiro, hacia Ioánnina. Es un trayecto corto y con buena carretera, tenemos tiempo de hacer una visita a las ruinas arqueológicas de Dódoma.
Este santuario estaba dedicado al dios Zeus y a la Diosa Madre, venerada bajo el nombre de Dione. El Oráculo de Dódona fue el más célebre de la Antigüedad, después del Oráculo de Delfos. los sacerdotes y las sacerdotisas del bosque sagrado interpretaban la caída de las hojas del roble en el viento.
Se encuentra al pie del monte Tomaros, en los montes Pindo, cerca de la actual frontera de Grecia y Albania, en una zona muy montañosa y que en esta época del año están cubiertas de nieve, su situación era privilegiada, cerca del río Aqueloo, el más caudaloso de Grecia, al sur del lago Pambotis, a 22 km al sur de Ioánnina.
El Oráculo de Dódona es citado por Homero, en la Iliada y la Odisea y por Heródoto que cuenta que el oráculo de Dódona estaba relacionado con el de Tebas de Egipto y ofrece dos versiones:
1- En Tebas fueron raptadas por los fenicios dos sacerdotisas. A una de ellas la mandaron a Libia donde fue vendida y a la otra a Dódona. Se supone que estas dos sacerdotisas fueron las primeras que instituyeron oráculos en estos dos lugares: el oráculo de Amón en Egipto y el oráculo de Zeus en Dodona.
2- Sobre la ciudad de Tebas volaron dos palomas. Una se dirigió a Libia y otra a Dodona. La paloma de Dódona se posó sobre un roble y desde allí expresó con voz humana que era necesario fundar en ese mismo lugar un oráculo al dios Zeus.
A mediados del siglo IV a. C., el ateniense Demón añadió una nueva tradición sobre el oráculo de Dodona: contaba que el santuario estaba delimitado por un cercado de calderos de bronce dispuestos sobre trípodes. El viento golpeaba los calderos por medio de una cadena y su sonido era el que tenía que ser interpretado por los sacerdotes o las sacerdotisas.
Los edificios del lugar fueron escasos y pobres hasta llegar a la época helenística. Después se construyeron un gran número de edificios de culto (Templos) y 2 edificios civiles, tras la muerte de Alejandro Magno y en tiempos de Pirro de Epiro se construyó el teatro. Encima del teatro se encuentra la acrópolis amurallada y en la parte de abajo se han descubierto las ruinas de un estadio.
Con la ayuda del GPS de Juan Antonio, el coche 1 llega a Ioánnina, ciudad de unos 100.000 habitantes en la costa occidental del lago Pamvótida o de Ioánnina, y a nuestro Hotel ¡A la primera!. Nos instalamos y salimos a comer en un restaurante junto a las murallas de la antigua ciudadela.
Ioánnina, tiene una antigua Ciudadela: situada en una pequeña península que se adentra en el lago Pamvótida y que constituyó el núcleo originario de la ciudad, allí se conservan los restos del mausoleo de Alí Pashá (el León de Yánina), controvertido personaje, famoso por su crueldad, fue el monarca gobernante (pashá) de la parte oeste de Rumelia, el territorio europeo del Imperio Otomano. La ciudad ha pasado por manos normandas, bizantinas, serbias y turcas, la adhesión al estado griego se produjo el 21 de febrero de 1913.
La cena la teníamos incluida en la estancia del Hotel, así es que disfrutamos de un buffet con comida típica griega y cocina internacional. El lujo y la decoración recargada del Hotel, pero sobre todo una clientela con aspecto chabacano y que no se correspondía con el pretendido nivel elitista de un Hotel de 5 estrellas, de lujo con Spa, nos hacía sospechar de que aquel “negocio” podría ser una tapadera de otra cosa y empezamos a elucubrar con la posibilidad de que fuera una tapadera de alguna mafia albano-kosovar, nuestra hipótesis fue casi “confirmada”, cuando al sonar un teléfono móvil de uno de esos singulares clientes, sonó la banda sonora de la película “El Padrino”, para nosotros no había duda…
La noche se completó en una de las habitaciones, apurando el Tsípouro que Panaiotis había regalado a Seti.
La noche se completó en una de las habitaciones, apurando el Tsípouro que Panaiotis había regalado a Seti.