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23 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (V) Desenlace Final


La cuarta de las hermanas, no pudo soportar aquella incestuosa desfloración y en el amanecer de aquella noche sin luna, encontraron su cuerpo, pero no su alma.
El bullicio se ha tornado en silencio en esta familia.
La pequeña y última de nuestras hermana, es un ser inquieto, inteligente y tocado de un ángel luminoso.
Está con todos, pero con nadie. La ven, pero no saben donde está.
Ella va y viene y en su mente pretende desvelar el misterio de tanta tragedia entre sus hermanas, sin levantar sospechas por miedo a correr la misma suerte; un día recorriendo las dependencias de su “jaula de cristal”, descubre una buhardilla nunca antes explorada, con arcones que contienen escritos antiguos. La curiosidad le lleva a remover todos los pergaminos y entre ellos esta uno con un sello lacrado que llama su atención: el beso del dragón.
Con inquietud y mucho cuidado desempolva este alegato, que lee con atención y le revela sus misterios.
Si ella no quiere correr la misma suerte de sus hermanas o ser entregada por su padre al benefactor, ha de encontrar a los Bakes (espíritus en japonés) y rogar por su consejo.
La pequeña emprende una larga expedición. En pro de éxito de su misión, tras mucho caminar, días de lluvia y sol encuentra el refugio de los Bakes y a sus puerta llama pidiendo consejo.
Estaban todos, Bake Capitán, el cocinero, el poeta, el que elaboraba licores y se los bebe, el experto en artes marciales, el artista de los dibujos… y alguno que se me queda atrás. Ellos deliberaron el caso de la joven y meditaron la respuesta a su mal, y tras cuatro fases de luna le comunicaron a la joven el remedio para liberar a su familia del antiguo y maléfico pacto con el benefactor:
La joven debía de: QUEDAR CON LOS BAKES A TOMAR UNAS CAÑAS (cruz campo, por supuesto).
Y…colorín colorado este cuento se ha acabado, y yo con vosotros, me he quedado… de buen rollo, vale…

“Apoteosis Final” en el Desenlace del Artículo de nuestra amiga… QUEEN.

Reedición: Artículo publicado el 20 mar 2010.

16 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (IV)


Tristeza en casa del rico comerciante, dos de sus hijas han muerto ahogadas en las turbias aguas del río.

El rico comerciante ante tanta desgracia, enloquece y no quiere salir de su residencia. Se aisla en sus dependencias y no quiere recibir visitas. El sabe, que de no entregar a una de sus hijas al benefactor, toda su fortuna y el honor de sus antepasados, corren peligro.

Pasan los días y llegan los días tristes de lluvia. Su cuarta hija muy preocupada por su padre, le comienza a visitar a su alcoba, aun rompiendo su prohibición de que nadie le visite.

El esta débil y ausente pero reconoce en su cuarta hija el destello de su amada, a su madre, su mujer y se deja cuidar por ella.

Ella se entrega en alma y cuerpo a cuidar de su padre, y él mejora. A él, su hija, le recuerda muchísimo a su esposa, linda doncella.

Una noche sin luna, temblores de alba, su padre ya no pudo matar sus celos, e hizo suya a su cuarta hija.

Cascabeles de sangre, peces de plata corrieron por su cuerpo de seda y nácar (adaptación de Hilario Camacho).

En la siguiente entrega el desenlace…
Queen, queremos saber el desenlace final, por favor...

Reedición: Artículo publicado el 19 mar 2010

9 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (III)


La vida continua en el hogar de nuestro comerciante, aun con la ausencia de la mayor de sus hija, que el justifica con un largo viaje a visitar a un familiar.


La primavera llega, dando luz y calor a todas las criaturas y las hermanas disfrutan de esta benevolente estación, saliendo a disfrutar de los dones de la naturaleza.

Lucen, hermosísimas, las flores frescas del campo prendidas en su pelo, sus risas se mezclan con los cantos de los pájaros y sus juegos alegran a las almas en pena.

Y en los secretos de sus juegos, a la memoria de la 2ª Y 3ª hijas del comerciante, llegan aquellas escenas de amor de su hermana mayor, que ellas desde lejos y en el anonimato observaban.
La nostalgia las hace unirse. Ser cómplices de aquel secreto y a la vez amantes.

Reproducen aquellos juegos que vieron entre el desconocido y su hermana. Sus blancas manos recorren sus cuerpos, se excitan, se buscan y se aman.

Sienten miedo de los extraños, pero entre ellas hay gran pasión. Se ausentan solas muchas veces, para dar rienda a ese nuevo descubrimiento que las hace tan felices cuando están solas.

Pero una tarde de verano a la sombra de un viejo árbol, cuando reposaban una junto a la otra, después de un fervoroso encuentro amoroso, fueron introducidas en unos sucios sacos y en un presuroso carruaje que las condujo Dios sabe donde.


Continuará…
¿Sabéis de quien...? Por supuesto de Queen

Reedición: Artículo publicado el 18 maz 2010

2 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (II)


Su frágil cuerpo se estremeció, las manos que la arropaban traspasaban los tejidos que cubrían su cuerpo, abrasándola. Su consciencia la traicionó: solo quería volverse y entregarse a ese calor desconocido pero tan placentero que no le permitía usar la razón.
Lentamente se fue volviendo y sus labios entreabiertos chocaron con unos labios ardientes que querían poseerla.
Tembló cuando sintió el roce tibio sobre sus pezones, de la boca de aquel extraño.
Ante tantas turbulencias de emociones, algo inesperado provoca que su interior se humedezca y toma iniciativa en este nuevo mundo. Su cuerpo se contonea, se entrega y exige a su voluntad, dar paso al placer.
Mientras tanto, todo es observado…por unos ojos incrédulos y asombrados por esta escena que contienen la respiración para no ser descubiertos.
Las escenas de amor incontrolado entre la mayor de las hermanas y su dulce desconocido, se repiten ante la atenta mirada de…
En unos de estos encuentros, plácidos, románticos, eróticos, instintivos y muy satisfactorios, al despedirse la pareja, seria su ultima despedida.
Su padre también era conocedor de este secreto y antes de entrar la doncella a sus alcobas, la introdujeron en un saco y rápidamente salió en un carruaje a un destino que nadie sabemos.
El destino de su amante desconocido, también fue fatal.

Continuará…
Nuevamente Queen ...

Reedición: Artículo publicado el 17 mar 2010

25 de noviembre de 2012

El Beso del Dragón (1)


Cuenta una historia japonesa, que en un remoto pueblo, vivía un rico comerciante con sus cinco hijas.
Nadie las había visto nunca, pero se rumoreaba de su extraordinaria belleza.
Vivían en una magnifica finca, rodeadas de todos los caprichos que su padre les permitía y tuteladas por un regimiento de sirvientes.
El secreto de nuestro comerciante, era que su éxito y fortuna, dependían de un pacto muy antiguo y de familia.
El, debía entregar a su benefactor alguna de sus hijas, cuando llegaran a la edad casadera, pero sin haber tenido ningún tipo de encuentro emocional ni corporal, que les hubiera despertado los instintos sexuales.
Las cinco hermanas eran como un ramillete de rosas: frescas, alegres, apasionadas, virginales….
Entre ellas ya despuntaba una inquietud desconocida, querían ver, saber, sentir, algo que les era nuevo, pero a la vez las inquietaba, ¿seria el amor?
En los atardeceres en que el cielo se pinta de colores pastel, las hermanas correteaban y jugaban inocentemente entre los jardines floridos y los estanques inmaculados de su residencia. Esos cuerpos frágiles y a la vez de un magnetismo salvaje, recorrían todos los rincones del alma de aquel que las observaba.
En una noche, de luna clara y que el calor acerba aun mas los desasosiegos de una adolescente pura, la mayor de nuestras hermana, busco sosiego en las albercas de su jardín, con esos nenúfares flotantes que la invitaban a refrescar su ardiente cuerpo en las aguas cristalinas.
Se fue despojando lentamente de las cintas de su pelo, de las sandalias que cubrían sus tímidos pies, del Kimono que protegía su dulce cuerpo y amparada por la luz de la luna y la brisa del aire se entrego a la libertad de nadar desnuda, creyendo ganar la batalla a la vigilancia de su padre.
Al salir de la alberca, las hojas de los árboles y de los ciruelos, arreciaban contra su cuerpo produciéndole un extraño escalofrío, cuando sintió el calor protector y a la vez inquietante de un cuerpo que se estrechaba contra el suyo.
Miedo, sensaciones nuevas, rubor, todo en décimas de segundo se mezclo en su mente… ¿quien era, que ocurría, porque ella no se defendía y despegaba de aquel cuerpo que la arropaba?


Continuará...


Este artículo es de nuestra incondicional amiga y colaboradora QUEEN, nos dejas con la miel en los labios

Reedición: Artículo publicado el 15 mar 2010