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10 de septiembre de 2016

Gastronomía, arte y literatura (6)

 “Había un lindo trinchero
de menestra, otro de pasta,
un fricasé, una compota
y una o dos pollas asadas”.
D. Ramón de la Cruz

ACELGAS A LA MODA DE ALCÁNTARA 
INGREDIENTES 

2 manojos de acelgas, 2 huevos, 1 kilo de patatas, 1 cebolla, 3 dientes de ajo, pimentón, aceite, sal. 
PREPARACIÓN 

Las acelgas se lavan, se pican muy finas y se dejan cocer unos momentos en agua hirviendo y sal, reservándolas luego. Las patatas, peladas y cortadas en lonchas, se sazonan con sal y se fríen en una sartén con aceite. Cuando estén fritas, se saca casi todo el aceite y, en el sobrante, se rehogan las acelgas escurridas, así como un majado de ajos; se añaden un poco de agua, la cebolla frita, un poco de pimentón y las patatas. Ya todo bien unido, se deja en el fuego y, agregando los huevos batidos, se hace como un revuelto que se sirve muy caliente.
TALLOS DE ACELGAS REBOZADOS EN SALSA 

INGREDIENTES 

Tallos de acelgas, 1 zanahoria, 2 cucharadas de puré de tomate,
1 huevo, 1 cebolla, harina, caldo, vino blanco, aceite, sal. 
PREPARACIÓN 

Los tallos, una vez limpios y desprovistos de los hilos duros, se cuecen cubiertos de agua y sal hasta que estén tiernos. Entre tanto, se rehoga la cebolla —finamente picada— durante unos minutos en una sartén con unas cucharadas de aceite caliente. A continuación, se añade la zanahoria raspada y cortada en cuadritos. Se remueve con cuidado y, cuando el refrito comience a dorar, se incorporan una cucharada de harina diluida en vino blanco, el puré de tomate, un vaso de caldo y sal al gusto. Se revuelve despacio, dejándolo cocer todo durante unos minutos antes de pasarlo por el pasapurés.
Se escurren los tallos de acelgas, cocidos, y se rebozan en harina primero y huevo batido después, para freírlos en abundante aceite caliente hasta que tomen color. Ya en su punto, se sacan de la sartén, y se dejan reposar en lugar caliente sobre papel absorbente. En el momento de servir se pasan a una fuente, bañándolos con la salsa muy caliente. 
Pablo ha dejado un nuevo artículo de la serie, se trata de 2 recetas de verdura, de acelgas en concreto, precedidas por unas palabras del dramaturgo español Don Ramón de la Cruz. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 3 de Septiembre de 2012.

3 de septiembre de 2016

Gastronomía, arte y literatura (5)


“Açúcar de confites e mucho del violado,
De muchas otras guisas, que ya he olvidado”.

Del Libro del Buen Amor; Arcipreste de Hita.


Angélica de San Camilo 
 

INGREDIENTES 

- 24 bizcochos
- Baño o dulce de yemas
- Cabello de ángel
- 2 huevos
- Azúcar
- Vino dulce.

PREPARACIÓN 
 

Se cubre el fondo de una fuente con los bizcochos, se riegan con un chorro de vino dulce y se reparte por encima una capa de cabello de ángel.
Aparte, con dos claras de huevo y tres cucharadas de azúcar se prepara un merengue y se extiende sobre la capa de cabello de ángel.

A continuación, se espolvorea con trocitos de baño o dulce de yemas y se introduce la fuente en el horno durante unos minutos. Se sirve inmediatamente.

Pablo nos ha dejado un nuevo postre de los llamados dulces de convento. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 27 de Agosto de 2012.

27 de agosto de 2016

Gastronomía, arte y literatura (4)

El conejo es plato popular en las islas Baleares y en las Pitiusas; una de ellas, precisamente, tiene el nombre de Conejera. Valdemosa se formó en torno al palacio del rey Sancho, que después sería cedido a los cartujos. Más tarde se levantaría la llamada Cartuja de Valdemosa y por estos recintos pasaron célebres personajes de la política, como Jovellanos, que oía misa en Valdemosa, la novelista francesa George Sand y su enamorado Chopin, y el gran poeta Rubén Darío, que dedicó versos al recinto:

“Este vetusto monasterio ha visto,
secos de orar y pálidos de ayuno,
con el breviario y con el Santo Cristo,
a los callados hijos de San Bruno”. 


CONEJO DE VALDEMOSA



INGREDIENTES:


- 2 conejos no muy grandes
- Aceite o manteca
- Pan
- Patatas
- Salsa alioli
- Pimienta
- Sal


PREPARACIÓN:


Los conejos, ya limpios, se dejan serenar toda una noche; en caso de ser de monte, se pueden meter en una marinada preparada con aceite, vinagre, cebolla, laurel, orégano y romero.

Se prepara la plancha untada de aceite o de manteca y se ponen los conejos troceados; se doran bien por todos los lados y se pasan a una fuente grande o a cazuelas individuales. Se sazonan con sal y pimienta al gusto.

Se pueden acompañar con una guarnición cualquiera, como una ensalada de lechuga y cebolla, aunque lo típico es acompañar el conejo con patatas pequeñas y fritas y mojar pan, al mismo tiempo, en salsa alioli.


Pablo nos sigue deleitando con esta sencilla y tradicional receta, bien acompañada con los versos de Rubén Dario. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 20 de Agosto de 2012.

20 de agosto de 2016

Gastronomía, arte y literatura (3)

A lo largo del Siglo de Oro se citan, en distintos libros, los grandes banquetes reales o los que ofrecían los nobles o los alcaldes de las ciudades a diversos monarcas o embajadas. En la obra de Martínez Montiño, cocinero real, aparecen platos suntuosos, e, incluso, en algunos conventos, como se puede ver en la presente obra, se preparaban recetas dignas de príncipes, como el faisán de Alcántara, y otras parecidas.

La realidad del pueblo era muy otra, y los conventos, como también se puede apreciar, daban de comer a cientos de pobres y de peregrinos, siendo el plato fundamental la llamada sopa de convento, de pobres o sopa boba.

La expresión “duelos y quebrantos” aparece una y otra vez en las novelas, obras de teatro y en los manuscritos conventuales; Cervantes la usa en Don Quijote en distintas ocasiones. En realidad son huevos fritos con torreznos, como lo afirma Pedro Calderón de la Barca: “Huevos y torreznos bastan que son duelos y quebrantos”. Plato que se puede hacer en breves momentos y que lo podían ofrecer en los conventos a viajeros cansados y hambrientos. Sin embargo, Lorenzo Díaz, en su obra Recetario del Quijote, ofrece una receta algo diferente: 

Duelos y Quebrantos


Ingredientes: 


Huevos, tocino entreverado, jamón, sesos de cordero, manteca de cerdo, sal, pimienta.

Modo de hacerlo: 


Se fríen el jamón y el tocino en trozos, en una sartén amplia, utilizando la propia grasa que sueltan los torreznos. Se cuecen los sesos, se limpian, se trocean y se saltean en un poco de manteca de cerdo. Se baten los huevos, se salpimentan y se hace un revuelto con los ingredientes anteriores. Se puede servir adornado con pan frito”. 


Nuestro amigo Pablo, nos ha dejado esta receta que por su explicación, la incluimos en la serie de Gastronomía, arte y literatura. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 13 de Agosto de 2012.

13 de agosto de 2016

Gastronomía, arte y literatura (2)

No es posible escribir sobre gastronomía, en la escena literaria, sin hacer alusión al magisterio gastronómico de obras literarias como El Quijote donde “se refleja el consumo y la alimentación de su época de forma sencilla y detallada. De este modo, el contacto con el elemento culinario nos permite entrar en el mundo de la cotidianeidad de la sociedad cervantina, donde prevalece la pobreza”,en contraste con la celebración a veces opulenta de la comida(2).

Un ejemplo significativo lo encontramos en el episodio de las bodas de Camacho, (II,20), donde Cervantes nos recrea una estampa del mundo representado por medio del espectáculo y lo gastronómico. Aquí los personajes principales pasan a un segundo plano porque el festejo, enmarcado por lo gastronómico, desplaza el protagonismo de Don Quijote y de Sancho.

Por otro lado, al mismo tiempo que se traza el marco narrativo, “la fiesta se convierte en un objeto de gran valor para acercarse al estudio de una sociedad, en tanto en cuanto traduce simbólicamente sus relaciones políticas y sociales [...] que ofrece a su público una realidad transformada”(3). Esto resulta de la conjunción de la realidad, la fiesta, lo gastronómico y lo literario 

“El uso del espectáculo y lo gastronómico, en el episodio de las Bodas de Camacho, es una bella estampa de la vida cotidiana del siglo XVI así como de la crítica social que se hace de ésta.” (4) 

Las constantes descripciones gastronómicas reflejadas en El Quijote, hacen de esta novela el mejor tratado histórico de gastronomía castellano-manchega.

De la mano de Sancho y Don Quijote, Cervantes nos habla en El Quijote de la cocina popular de Castilla La Mancha, describiéndonos unos platos propios de sencillos menús que nos acercan a su realidad social. Veamos un ejemplo:

"...Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda..."(5)

“La cocina en El Quijote se nutre de una despensa propia de una economía de subsistencia Es al mismo tiempo el reflejo de una sociedad de extremos, ya que nos presenta la carencia y la abundancia como reflejo de la realidad de un pomposo imperio español frente a un pueblo lleno de necesidades”(5). En esta sociedad se vislumbra el contraste entre los comensales de “mandíbula batiente y a dos carrillos” y los que usan “cuchara huérfana de peso y contenido”.

Estas constantes descripciones alimenticias nos permiten conocer la gastronomía, y los productos típicos de la región castellano-manchega, como el azafrán, la miel de La Alcarria y el queso manchego (de oveja). A través de esta gran novela, damos un exquisito paseo gastronómico por una de las regiones españolas con mayor tradición culinaria, que nos deleita a través de los tiempos con maravillosos manjares y deliciosos vinos, como los de Toledo ( Yepes, Noblejas…), cuando esta provincia era la bodega suministradora de la Corte de los Austrias y de los primeros Borbones, cuyo reflejo literario es patente en las citas siguientes:

“(…) La que no pega la peste; 
escurrida como azumbre
del vino caro de Yepes, 
estaba doña Tomasa, 
más triste que doce viernes(...)" 

(Francisco de Quevedo. Romances varios: 
”Quejas de una cortesana viéndose ociosa”).

“Que yo más quisiera pasar
de Yepes a Madrigal
la regalada corriente, 
Ande yo caliente
y ríase la gente” 

Luis de Góngora. 


“(…) Pero Sancho sacó la vergüenza a su amo, pues a dos carrillos se comió todo lo que quedaba de la olla y conejo, con la ayuda de un gentil azumbre de los de Yepes, de suerte que se puso hecho una trompa (…)”(7). (Alonso Fernández de Avellaneda El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, 271) 

La gastronomía es fuente de sabiduría y nunca privilegio de unos cuantos especialistas, lo que suscita su calidad como portadora de disparidad de criterios. Ha sido y es musa de escritores, periodistas, historiadores, poetas, economistas, políticos; todos se inspiran alguna vez en ella para obtener conjeturas de muy diversa índole.

La cocina, en su conjunto, es siempre deuda de gratitud. Está llena de pasajes oscuros, emboscadas fascinantes, sonrisas inesperadas, pequeñas y grandes sorpresas; armonizada por un lenguaje propio con arraigo gestual, donde la mente necesita libertad para desarrollar la vía creativa.

Los placeres inequívocos de la comida son tan amplios y dispares que se pueden asociar a la fecundidad, la pureza o la divinidad. A través de ella podemos proyectar la imaginación, nuestros ideales y todo tipo de conocimientos. En la gastronomía se contemplan y degustan las fantasías, las ideas utópicas y la vigencia de los sueños.
Alfredo Pastor Ugena

Historiador y escritor.
NOTAS:


(2) Díaz, Lorenzo. La cocina del Quijote. Madrid: Alianza Editorial, 2003.
(3)Ferrer Valls, Teresa. “La fiesta en el Siglo de Oro: en los márgenes de la ilusión teatral.” Teatro y fiesta del Siglo de Oro en tierras europeas de los Austrias, Madrid, SEACEX, 2003. 27-37.
(4)Vivar, Francisco. “Las bodas de Camacho y la sociedad del espectáculo.” Cervantes: Bulletin of the Cervantes Society of America. 22.1 (2002): 83-109 17 Jan.2005.
(5)Cervantes; Miguel. El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha., edición de Martín de Riquer (I,98).RBA editores. Barcelona, 1994 (“La olla de carnero era la comida de los nobles y de los caballeros, por contra, la vaca era más propia de los pobres y las clases más bajas de la sociedad. Los viernes comía don Quijote lentejas, antiguamente, se creía que las lentejas daban melancolía, lo que puede considerarse como uno de los condicionantes que motivan la pérdida de cordura del protagonista.”).
(6)Díaz, Lorenzo La cocina del barroco: la gastronomía del Siglo de Oro en Lope, Cervantes y Quevedo. Madrid: Alianza Editorial, 2003.
(7) “Azumbre de Yepes”: jarro de vino de esta localidad toledana. Covarrubias se hace eco de la fama de su vino:”…..Este lugar tiene fama de buen vino, digo de la villa de Yepes…” (718 a 21).

Fuente:
http://www.laalcazaba.org/nuestros-pueblos/enero08/gastronomia.html

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Agosto de 2012.

6 de agosto de 2016

Gastronomía, arte y literatura (1)

La gastronomía es un arte y una ciencia con un gran alcance social, llena de conceptos, recetas, y consideraciones de todo tipo, que la enriquecen.

Valga la siguiente fórmula, muy usada en la Edad Media, propia de los conventos, para corroborar la importancia del arte culinario: Deus qui facit totum, benedicat cibum et potum (“Dios que lo hizo todo, bendiga la comida y la bebida”).

La gastronomía nace unida a la historia de la vida cotidiana. Por ello es fiel reflejo de las costumbres, tradiciones, formas de vida ,relaciones sociales, mentalidades individuales y colectivas, modas de época, muchas veces plasmadas en el arte y la literatura. A través de ella  se puede conocer, entre otros aspectos, a los grupos sociales que estructuran un determinado tipo de sociedad, así como las manifestaciones de su vida cotidiana. 
Un ejemplo relevante lo tenemos en el alcance en nuestra alimentación de productos propios de la tradición culinaria española, como es el jamón, reflejado en la literatura una y otra vez:

….jamón presunto de español marrano
                       de la sierra famosa de Aracena
                      donde huyó de la vida Arias Montano”(1).


(Lope de Vega)


Otro poeta español del Siglo de Oro, Baltasar de Alcázar (1530-1606), cuya poesía se distingue por su epicureismo y canto de los placeres materiales de la vida, utiliza un tono festivo, jocoso y burlón en sus versos, con no pocas alusiones a la gastronomía y dentro de ella también a los placeres del jamón, como podemos observar en los versos siguientes, donde utiliza su estilo costumbrista, lleno de simpatía y cercano a la seducción:

Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón:
 la bella Inés, el jamón 
y las berenjenas con queso”.

Esta Inés  es
quien tuvo en mi tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.

Trájome un año sin seso
hasta que en una ocasión
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.”



(Baltasar de Alcázar. Preso de amores)


Siguiendo la obra de este gran poeta, me permito la licencia de citarle una vez más en otra de su atractivas poesías titulada la Cena jocosa, compuesta en redondillas. Aquí Baltasar Alcázar expresa, relata y adjetiva una respuesta culinaria a sus intenciones literarias, expresando con tono gracioso los manjares que componen el tema de la cena (“vino, ensalada, salpicón, morcillas, queso…”).

Con su acostumbrada y atrayente simpatía, realza la gastronomía de tal manera que es quizás una de las mejores ocasiones para ver cómo se narra con acierto un menú magistral de la España del Siglo XVI:

En Ronda, donde resido,
vive don Diego de Sosa,
y diréte. Inés, la cosa
más brava dél que has oído.



Tenía este caballero
un criado portugués,
pero cenemos, Inés,
si te parece, primero.



La mesa tenemos puesta;
lo que se ha de cenar, junto;
y el vino y tazas y a punto:
faltaba comenzar la fiesta.



Rebana pan. Bueno está.
la ensaladilla es del cielo
y el salpicón, con su ajuelo,
¿no miras que tufo da?



Esto, Inés, ella se alaba;
no es menester alaballo;
solo una falta lo hallo:
que con la prisa se acaba.



Echa vino, y por tu vida,
que le des tu bendición:
yo tengo por devoción
de santiguar la bebida.



Bueno fue, Inés, ese toque:
franco fue, más yo, ¿qué hago?



( Baltasar Alcázar. Cena jocosa)


Alfredo Pastor Ugena
Historiador y escritor.

NOTA:
(1)Arias Montano Participó en el Concilio de Trento. Fue capellán de Felipe II. Se retiró a la sierra de Aracena (Huelva) donde se aficionó al jamón de tal manera que así lo descubrió Lope de Vega en sus versos. (Cit., en Antonio Márquez: “El jamón en la gastronomía española”.

Fuente: http://www.laalcazaba.org/nuestros-pueblos/enero08/gastronomia.html

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 30 de Julio de 2012.

19 de abril de 2014

Frases de Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez

1927 - 2014 - Escritor colombiano.

La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.

El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.

Hay que ser infiel, pero nunca desleal.

El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.

Ningún lugar en la vida es más triste que una cama vacía.

Así es -suspiró el coronel-. La vida es la cosa mejor que se ha inventado.

El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.

La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.

Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.

Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.

Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.

La sabiduría nos llega cuando ya no nos sirve de nada.

La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.

En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.

No, el éxito no se lo deseo a nadie. Le sucede a uno lo que a los alpinistas, que se matan por llegar a la cumbre y cuando llegan, ¿qué hacen? Bajar, o tratar de bajar discretamente, con la mayor dignidad posible.

No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.

Nunca releo mis libros, porque me da miedo.

El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta.

El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que no se puede explicar.

El amor se hace más grande y noble en la calamidad.

El periodismo es el mejor oficio del mundo.

Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cuál de las dos cosas será la menos sensata.

Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra.

No tenemos otro mundo al que podernos mudar.

Artículo reeditado en memoria de Gabriel García Márquez, D.E.P: Originalmente publicado el 11 de Octubre de 2011.

13 de marzo de 2013

El de Tormes


En los tiempos que transcurren es cada vez más común ver cómo mucha gente tiene que sobrevivir en el día a día, utilizando cualquier tipo de artimañas con tal de llevarse algo a la boca.
La necesidad impera: desde buscar en los contenedores cualquier tipo de alimentos que puedan aprovechar los enseres que puedan serles útiles, hasta hallar cobijo en lugares insospechados para crear su propio “hogar”; desahucios canallescos que destrozan familias; suicidios que se van familiarizando en nuestras mentes, tratando, en la mayoría de los casos, de no delinquir.

También los hay, de los de siempre, que desde el momento de nacer hicieron un pacto de juramento de no hacer ni el huevo, de no dar palo al agua eternamente, empleando hasta el engaño y la trapalería.
Una palabra muy utilizada en España para calificar cualquier tipo de situaciones de supervivencia es “Picaresca”.

Para comprender el génesis de esa palabra tenemos que remontarnos a la primera mitad del siglo XVI. Tiene unas connotaciones literarias.
Forma parte, principalmente, de una obra ejemplar titulada “Lazarillo de Tormes”, que al tener continuación, después de 70 u 80 años con el “Guzmán de Alfarache”, o posteriormente con “El Buscón”, alcanza la categoría de “Género”. Si no hubiese sido así, se hubiera quedado simplemente en una gran obra literaria.

“Lazarillo de Tormes” narra las aventuras y desventuras de un humilde niño que tiene que abandonar su hogar, dándose a distintos amos, que casi todos le tenían  muerto de hambre.
Siempre serán recordadas algunas célebres escenas que se desarrollaron con su primer amo, el ciego, sin duda del que más aprendió, con putadas mutuas y continuas, terminando a mamporros limpios.

Otros, posteriores, fueron principalmente del gremio eclesiástico, además de un escudero (hidalgo) y un alguacil.
Para hablar de esta obra necesitaríamos rellenar muchísimas páginas, no obstante resumiremos los rasgos más destacables.

Se trata de un relato prosaico, de multitud de vicisitudes que vive Lázaro, en un tono jocoso, cómico, muy humorístico, irónico, con mucha crítica de la realidad social española de la época, donde prolifera el hambre, la mendicidad y la delincuencia, con vagabundos, malhechores, bandoleros; grandes pícaros vagabundos y estafadores.
La obra está también impregnada de una crítica mordaz anticlerical y contra el sentimiento de la honra, hacia sus indigentes hidalgos que tanto desprecian el trabajo; la visión social del honor y la obsesión de la limpieza de sangre.

Toda la obra está narrada en autobiografía, donde Lázaro cuenta su vida, desde su origen hasta el deshonor final; tiene una única visión, la del narrador.
Esta gran joya,  es una novela cerrada, es decir está contada desde el final.

Lázaro inicia la narración contando su vida a un personaje importante, posiblemente del mundo eclesiástico, por escrito, en contestación a una carta inicial recibida. Trata de demostrar, a través del relato, el por qué llegó al deshonor final. Éste se refería a consentir que su esposa tuviese que “visitar” a su señor, el Arcipreste de San Salvador, el cual le obligó a casarse con ella, dándole a cambio prosperidad y buena fortuna.
Este episodio se convierte en burla popular por toda la ciudad. Ya el ciego se lo dijo, en plano bromistas, cuando Lázaro topa con una cornamenta de ciervo en un mesón; augurio del futuro.

En fin, el número de episodios humorísticos son continuos; los hambrientos, también.
Resumiendo: “EL HAMBRE AGUDIZA EL INGENIO”.

30 de marzo de 2012

Medio pan y un libro


Alocución de Federico García Lorca al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada) en septiembre de 1931:


"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. 

"Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. 

"No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. 

"Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? 

"¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. 

"Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz". 

YA SE HAN CUMPLIDO MAS DE 80 AÑOS DE AQUEL DISCURSO, CUALQUIER SEMEJANZA CON LA ACTUALIDAD, NO ES PURA COINCIDENCIA

Un Seguidor anónimo nos remite esta alocución del gran Federico, ante sus paisanos, creo que fue en la inauguración de una biblioteca. GRACIAS.

22 de junio de 2011

Cerrando Puertas

Paulo Coelho
 
Poner fin a un ciclo, cerrar puertas, concluir capítulos… no importa el nombre que le demos, lo importante es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya terminaron. ¿Me han despedido del trabajo? ¿Ha terminado una relación? ¿Me he ido de casa de mis padres? ¿Me he ido a vivir a otro país? Esa amistad que tanto tiempo cultivé, ¿ha desaparecido sin más? Puedes pasar mucho tiempo preguntándote por qué ha sucedido algo así. Puedes decirte a ti mismo que no darás un paso más hasta entender por qué motivo esas cosas que eran tan importantes en tu vida se convirtieron de repente en polvo. 

Pero una actitud así supondrá un desgaste inmenso para todos: tu país, tu cónyuge, tus amigos, tus hijos, tu hermano; todos ellos estarán cerrando ciclos, pasando página, mirando hacia delante, y todos sufrirán al verte paralizado. 

RECUERDOS. Nadie puede estar al mismo tiempo en el presente y en el pasado, ni siquiera al intentar entender lo sucedido. El pasado no volverá: no podemos ser eternamente niños, adolescentes tardíos, hijos con sentimientos de culpa o de rencor hacia sus padres, amantes que reviven día y noche su relación con una persona que se fue para no volver. No podemos ser empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Todo pasa, y lo mejor que podemos hacer es no volver a ello. Por eso es tan importante (¡por muy doloroso que sea!) destruir recuerdos, cambiar de casa, donar cosas a los orfanatos, vender o dar nuestros libros. 

Todo en este mundo visible es una manifestación del mundo invisible, de lo que sucede en nuestro corazón. Deshacerse de ciertos recuerdos significa también dejar libre un espacio para que otras cosas ocupen su lugar. Dejar para siempre. Soltar. Desprenderse. Nadie en esta vida juega con cartas marcadas. Por ello, unas veces ganamos y otras, perdemos. No esperes que te devuelvan lo que has dado, no esperes que reconozcan tu esfuerzo, que descubran tu genio, que entiendan tu amor. 

Deja de encender tu televisión emocional y ver siempre el mismo programa, en el que se muestra cómo has sufrido con determinada pérdida: eso no hace sino envenenarte. Nada hay más peligroso que las rupturas amorosas que no aceptamos, las promesas de empleo que no tienen fecha de inicio, las decisiones siempre pospuestas en espera del "momento ideal". 

La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando puertas abiertas "por si acaso", nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio. 

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
DEJARLO IR. Antes de comenzar un nuevo capítulo hay que terminar el anterior: repítete a ti mismo que lo pasado no volverá jamás. Recuerda que hubo una época en que podías vivir sin aquello, sin aquella persona, que no hay nada insustituible, que un hábito no es una necesidad. 

Puede parecer obvio, puede que sea difícil, pero es muy importante. Cerrar ciclos. No por orgullo, ni por incapacidad, ni por soberbia, sino porque, sencillamente, aquello ya no encaja en tu vida. Cierra la puerta, cambia el disco, limpia la casa, sacude el polvo.
 
Deja de ser quien eras, y transfórmate en el que eres…Esa es la vida…

Nuestra amiga Fabiola Sandoval, nos remite este vÍdeo del gran literato brasileño, Paulo Coelho, del que nos dice que sus libros son buenos para el espíritu, y siempre sus palabras son sabias, aunque a veces habla en parabólas. GRACIAS, Fabiola.

6 de mayo de 2011

Los Poetas Malditos

Baudelaire, Rimbaud, Verlaine y Mallarmé son cuatro de los principales representantes del Simbolismo, un movimiento que renovó la lírica en Francia a finales del siglo XIX. Los autores simbolistas, que utilizaban el verso libre, fueron también los primeros artistas decadentes y bohemios, tal y como concebimos estos términos actualmente. Entre todos ellos destaca por su genio Jean Arthur Rimbaud, que escribió lo mejor de su obra antes de cumplir los 20 años.

Paloma Corredor

En torno a 1870 surgió en Francia un movimiento literario conocido como Simbolismo. El nombre viene de la tendencia de sus poetas a expresar la realidad a través de símbolos. Se oponían así a una corriente inmediatamente anterior, llamada Parnasianismo, que propugnaba la vuelta a las formas clásicas.

Por el contrario, el Simbolismo introdujo un aspecto totalmente revolucionario: el verso libre. Los poetas dejaban así de estar sujetos a las normas de la métrica; estaban más interesados en percibir la realidad a través de los sentidos y en transformarla en poemas llenos de símbolos, sugerencias y resonancias musicales.

La gran figura de este movimiento fue Charles Baudelaire, que precedió a un grupo de brillantes poetas: Verlaine, Rimbaud, Mallarmé, Tristán Corbière, Jules Laforgue y Charles Cros. Con ellos nació también el mito del artista bohemio, decadente y profundamente crítico con la sociedad de su tiempo. O, en otras palabras, los poetas malditos.

Esta expresión, que suena a etiqueta puesta por los libros de texto, fue en realidad inventada por Paul Verlaine quien, en 1884, publicó una serie de semblanzas biográficas de un grupo de poetas simbolistas y la tituló Los poetas malditos.

De todos ellos, sin duda la figura más llamativa es la de Jean Arthur Rimbaud, que parece aunar todos los tópicos del artista genial: adolescente rebelde, poeta visionario, marginado social... Rimbaud vivió sólo 37 años, pero lo hizo intensamente.

A los 20 años ya había escrito lo mejor de su obra; después, compaginó la literatura con una interminable sucesión de viajes. En sus últimos años vivió en África, donde se ganó la vida como traficante de armas. Un tumor en la pierna le obligó a volver a Francia, donde murió poco después.

Un Seguidor Anónimo, nos ha dejado este artículo en el que nos recuerda El Simbolismo, movimiento al que pertenecieron "Los Poetas Malditos" (Si quieres saber más sobre el Simbolismo). Nos ha parecido interesante, saber más de este movimiento, además este artículo llegó bastante antes de que publicáramos el verso de Baudelaire, hace sólo unos días.
La imagen utilizada es,  Coin de table (Un Rincón de mesa, 1872), obra de Henri Fantin-Latour, pintor francés, de la que ya os hablaré mañana.