30 de julio de 2016

Bacalao Ibérico

Ingredientes:

1 kg. de bacalao llauna
300 gr. de manteca de ibérico puro
250 gr. de tripas de bacalao
100 gr. de piel de bacalao
500 gr. de patatas
1 Chile rojo
20 gr. de pimentón picante
60 gr. de chicharrones
6 huevos
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
Aceite de hígado de bacalao

Elaboración:

Para el puré  confitar las patatas en lascas en el aceite con el Chile  pasarlo por el pasapurés y aliñar con sal, pimienta, el pimentón y la mitad de los chicharrones. 


Con las tripas limpias las ponemos a secar. La piel la asaremos hasta dejarla crujiente. El bacalao lo confitamos en la manteca. A 65º las tripas fritas hasta que se queden como cortezas y los huevos fritos en manteca de los que sólo colocamos las yemas. 

Montar el plato con el puré de patatas, apoyando el bacalao las cortezas y la piel, colocar la yema, y encima los chicharrones con un cordón de aceite de hígado de bacalao.


Rocío, nos ha dejado esta peculiar receta de Bacalao. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 30 de Noviembre de 2012.

27 de julio de 2016

La Fotografía

Se enamoraron cuando corrían los tiempos previos a La Guerra Civil Española.

Fue algo extraño, inexplicable, como si fuera imposible haberlo planeado con anterioridad. Lo que fue un hecho es que aquella noche de primavera, tras la fiesta del pueblo, terminaron dialogando y hablando como si se conocieran de toda la vida. Algo muy intenso se estaba forjando.

Antes de ello, cada uno sabía de la existencia del otro, pero poco más. Se habían visto algunas veces por el pueblo, y aunque ambos sentían cierta curiosidad por conocerse algo más, nunca se había terciado la oportunidad.

Lo que ocurrió después de aquella noche tan sólo la química lo puede explicar con cierto raciocinio. Ambos se embarcaron en unos días de esplendor, de pasión, de desearse el uno al otro en cada instante. Sus mentes parecían estar extasiadas por sus corazones.

En esas estaban cuando estalló la guerra y él tuvo que irse al frente. Todo quedó suspendido, en el aire, como si de una película a cámara lenta se tratara. La vida parecía que los ponía a prueba, y tan sólo disponían de un arma para afrontarla: el amor.

Durante las noches de incertidumbre en el frente, la mente de él volaba imaginando a su amada una y otra vez. La inventaba en sueños y ello hizo que el sentimiento fuera creciendo más y más. Si algo deseaba con todas sus fuerzas era sobrevivir, puesto que una vida plena y compartida le estaba esperando más allá de la contienda. Gracias a la correspondencia, supo que lo mismo estaba ocurriéndole a ella.

Pero la desgracia parecía cernirse sobre él, ya que durante una incursión enemiga quedó herido de gravedad. La vida se esfumaba, y con ella todo ese sentimiento que se había ido forjando en los últimos meses. El mero hecho de pensar que no la volvería a ver le quitaba la vida.

El dolor por la herida era insoportable, aunque nada comparable con su dolor interior. En esas estaba cuando se quedó dormido extasiado por sus propios pensamientos, con el miedo y la incertidumbre que suponía la posibilidad de no despertar nunca más.

Pero despertó, y en cuanto lo hizo le dijo directamente al médico que cuidaba de él: “Tienes que dibujar algo para mí”.

Durante las curas del día anterior, el médico de guerra le contó que solía dibujar retratos para ganarse la vida antes de convertirse en médico, por lo que dicha petición no le pilló por sorpresa. “Acabo de soñar con una fotografía y quiero que la plasmes en papel. Te daré todo lujo de detalles”, le dijo.

Los días pasaron y su salud fue mejorando. Sin embargo, cuando parecía estar recobrado plenamente otro golpe le sacudió: su bando había perdido la guerra. No disponía de mucho tiempo de maniobra, por lo que decidió dejarse llevar por su propio instinto de supervivencia. Sabía lo que quería y por consiguiente lo que tenía que hacer.

Volvió al pueblo en busca de su amada. Volver a verla tras tantos días de sufrimiento y desesperación fue como elevarse a las alturas. La besó con frenesí, la abrazó como si pretendiera fusionarse con ella, la agarró con fuerza de la mano y empezaron a correr. Sabían que el exilio era la única opción que les quedaba si querían disfrutar de una vida plena.

Treinta y cinco años después, en algún lugar de la Borgoña francesa, un nieto le preguntaba a su abuelo por el significado de las nuevas palabras que iba aprendiendo. En estas estaban, cuando el niño le preguntó al abuelo por el significado de la palabra “amor”.

Si mediar palabra, el abuelo se levantó y se dirigió al cajón donde guardaba sus cosas. De allí sacó un viejo pergamino sobre el que había un dibujo de tal calidad artística, que el nieto creyó estar viendo una fotografía. En ella, el pequeño podía ver un hombre y una mujer que les resultaban familiares. Ella estaba en una posición algo más elevada, desde la que miraba con ojos brillantes y sonrisa pura al hombre situado en una posición algo más inferior. Exactamente la misma mirada y la misma sonrisa se dibujaban en la cara de él.

“Gracias abuelo. Nunca olvidaré el significado de la palabra amor” – le dijo el nieto al abuelo.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Marzo de 2014.

25 de julio de 2016

La suegra


Empezamos bien, la madre de mi esposa, la abuela de mis hijos, aquella que en alguna ocasión hemos deseado no tener cerca, o porque no, aquella que pensamos que nos mira de forma lasciva en ciertos momentos, como queriéndo ponerte a prueba, la suegra.


Conociéndola desde hace décadas, sabemos como piensa, y también sabemos que ella sabe lo que estamos pensando, la que cuando la haces un favor quiere pagártelo para no tener que deberte nada, aquella que vierte todo su amor en la persona que precisamente no te cae bien, para chincharte más aun, o todo lo contrario, el que te cae bien es un energumeno que no sabe hacer un cero con un canuto, !valientes amistades¡


Cuando está aburrida siempre tiene algo para salir del atolladero, alguna comparación, alguna concordancia con lo que sea para que ella esté siempre por encima de todo, que si estás delgado, eres un fideo, que si estás metidito en carne estás como una morsa, y si estás ligth, los hay mejores que tú.


No hay salida, todo tiene que ser como ella dice, si no la cosa tiene mala solución, si te bebes dos cervezas, ya llevas cuatro hijo, a ver si te controlas, que si no comes más, a tu marido le pasa algo, ¿tendrá cancer de estomago?, que si como demasiado, es una lima sorda, no para, parece que tiene la solitaria.


Espero que se porte bien contigo hija, porque tiene una cara de chulo que no se aguanta, a mi me parece que te la está dando con otra, siempre tan arreglado y tu en casa con los niños, veremos a ver si al final no te la da con queso.


Cada una es como es, una "segunda madre" que nos ha tocado conocer, y todas buscando siempre el bienestar de su hija, lo mejor es lo menos que se despacha, hay que entenderlas, o por lo menos llegar a intentarlo para subsistir en la familia, a mi entender, lo mejor es darle el sitio que se merece, el que le corresponde, (alguno dirá la puerta del water), pues no, eso no lo voy a decir yo, os garantizo que si desde un principio le decís claramente cual es su sitio, lo entenderá, lo asimilará, pero que se pase de la raya, seguro que también lo hará.


Un beso para todas la suegras.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 10 de Agosto de 2011.

23 de julio de 2016

Bacalao Noruego tradicional con frutos secos

Son mediterráneos y muy sabrosos… los frutos secos escoltan al Bacalao Noruego.

Ingredientes

4 Lomos Bacalao Noruego tradicional
1 manojo espinacas
2 dientes ajos
60 gr. almendras
60 gr. piñones
60 gr. uvas pasas
aceite de oliva virgen
pimienta
sal

Elaboración

• Partir grotescamente las almendras y piñones, picar menudo el ajo.
• Freír en una sartén con 2 cucharadas soperas de aceite, los frutos secos y el ajo. 
• Cuando empiece a dorarse incorporar las pasas, retirar y reservar.
• En una cazuela baja con 4 cucharadas soperas de aceite caliente pero no hirviendo, disponer el bacalao con la piel hacia arriba, dejar hacer a fuego suave. 
• Mover la cazuela en vaivén para ir ligando la salsa como si de un pil-pil se tratara.
• Agregar al final el sofrito de frutos secos y ajos.
• Lavar, escurrir y saltear en dos cucharadas soperas de aceite las hojas de espinacas hasta que cambien de color.
• Servir el bacalao con la salsa y acompañar con las espinacas. 

Mar, nos ha dejado esta receta de bacalao, en esta ocasión con frutos secos y espinacas, plato fácil y rico. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 16 de Noviembre de 2012.

20 de julio de 2016

El Pacto

Ámsterdam, mediados del siglo XVI. Un joven se encamina hacia de Iglesia Vieja para confesarse. Aun no ha despuntado el día, cuando por las inmediaciones del templo se encuentran ya algunas de las prostitutas que suelen regentar la zona.

Cuando entre ellas la ve, al muchacho le da un vuelco al corazón. La deseaba, la quería con todo su alma desde la primera vez que la vio. Ese sentimiento no parecía ser correspondido, puesto que ella lo despreciaba en cuanto descubría que estaba siendo espiada.

Algo en el interior del chaval le decía que ella nunca podría ser suya, que nunca podría poseerla. Es por ello por lo que quería confesarse y limpiar de su conciencia todos estos pensamientos tan sucios e impíos.

Para ello, se dirige directamente hacía el confesionario y se arrodilla como buen penitente. Cuando escucha el típico “Ave María” desde el otro lado de la rejilla, de su boca salen repentinamente tres palabras: “Padre, he pecado”

El sacerdote fue muy convincente en sus palabras. Le dejó muy claro que ese sentimiento de deseo carnal nunca desaparecería. Que en cuanto saliera de la iglesia, ya estaría deseando de nuevo el cuerpo de su ansiada amada. Que cuando se cansara de ella vendrían otras muchas a las que desearía por igual. Que como bien dice la palabra de Dios, la mujer es la maldad y que por ella comenzó el pecado.

Escuchando estas palabras, al joven le entra un pánico descomunal al pensar que en su cuerpo mora el alma de un ser atroz. Suplica al párroco perdón y absolución, y tras unos segundos de puro sufrimiento, finalmente el sacerdote le hace una propuesta que no podría rechazar.

Tres noches después, en algún lugar del Mar del Norte, un barco pesquero navega a la deriva. La tempestad de la noche anterior había sido devastadora, aniquilando a su paso a casi toda la tripulación. Aun así, en la embarcación todavía late el cuerpo con vida de un joven marinero holandés. De su padre no había rastro.

El destino le tenía reservado un amargo final al chico, puesto que era el primer periplo en alta mar para él junto a su papá. Era su iniciación en el arte de la pesca del salmón y cuando regresaran a tierra firme iba a recibir su primer salario.

Esta actividad no era considerada por su familia como una mera profesión. Era una forma de vivir y de pensar. Una forma de mantener el bienestar de los que están y de los que estuvieran por venir.

Paradójicamente, lo que en el pasado le había dado la oportunidad de vivir a tantos de su estirpe, se había llevado de un plumazo la vida de su padre y estaba ahora a punto de llevarse la suya propia.

Sabía que era el final, le quedaban escasos segundo de vida y los sentimientos que taladraban su mente eran tan sólo dos: rabia y miedo.

Rabia, mucha rabia, porque tras su confesión, todo había quedado pactado con el clérigo. En cuanto hubiera regresado a tierra firme habría entregado su primer salario a cambio de poder yacer con su amada, además de obtener la absolución de todos sus pecados.

Miedo, infinito miedo, puesto que el último viaje de su corta vida le llevaba directo a las puertas del infierno, donde estaba condenado a pasar el resto de la eternidad deseando el cuerpo de una mujer que nunca pudo poseer.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 04 de Diciembre de 2011.

18 de julio de 2016

No se de que escribir


En estos días de asueto, y cuando el sol está alto, contemplo desde mi atalaya, un lugar costero precioso llamado Mazagón en la provincia de Huelva, las vistas de la que puedo disfrutar, inmensos pinares y el mar.

En esta época las doradas arenas de sus playas se llenan de gente de todos lados, de gente que la conocieron por primera vez y vuelven cada año para entrar en contacto no solo con la salubridad de sus aguas, sino que no ha tenido mucho cambio con respecto a otras playas, y sigue siendo mas natural que artificial, mas acogedora, mas tranquila, mas sencilla, mas placentera lo que hace que se goce mas de la paz, del relax.

El calor matinal inclina a bajar a la playa, tomar un baño, saciarte del sol cuanto quieras tumbado en la arena, y beber unas cervezas que harían el complemento perfecto. Observar a los crios disfrutando en la orilla, esos cuerpos paseando por el lugar dejádonse ver, los barcos pescando en la lejanía intentando traer a puerto lo que luego en bares y restaurantes podrás saborear, es maravilloso,

Por la tarde, después de una buena comida se apetece la siesta, ese ratito que el cuerpo pide para cerrar los ojos acompañado de una fresca brisa marina, que por pantalones te quedas frito, o sea , sobao, en una palabra dormido hasta la hora del cafelito, !ole el arte¡. Después de las ocho hay que volver a bajar a la playa, que aunque sus aguas estén algo mas frías que por la mañana, no te importará tomar el baño mientras contempla las puestas de sol que reinan en este lugar, son espectaculares, para pintarlas en un lienzo. Ya de camino a casa notarás de nuevo el fresco en tu rostro, que después del sol tomado siempre es bien recibido.

Las noches son magníficas, sería raro no encontrar un bar o restaurante donde no puedas sentarte a degustar los productos típicos de la tierra,aunque debes de ir a tiempo si no quieres esperar mesa, mariscos, pescados, manjares de la sierra, todo ello acompañado de lo que desees beber, Mas tarde y si te apetece tomar una copita y bailar para después llegar a casa rendido ante la plenitud de la jornada. .

Esa paz que cualquier escritor desearía para si a la hora de poder esbozar sus ideas, inquietudes, vivencias, etc., para luego darlas a conocer a todo el que quiera, se pueden hallar en Mazagón, y tengo la suerte de ser de aquí y vivir esos momentos que la vida a veces te impiden tenerlos.

Pues bien, cuando me encuentro en ese marco incomparable, deseado por miles de personas solo se me ocurre disfrutar, vivir, y no se de que escribir.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 15 de Julio de 2011.

16 de julio de 2016

Espaguetis con krissia

Espaguetis con krissia es una receta para 4 personas, del tipo Primeros Platos, de dificultad Muy fácil y lista en 30 minutos. Fíjate cómo cocinar la receta.

Ingredientes

- 1 paquete de espaguetis
- 1 brik mediano de nata para cocinar
- 1 paquete pequeño de krissia
- Queso Edam rallado al momento
- Un poquito de mantequilla
- sal y pimienta negra

Cómo hacer Espaguetis con krissia

Poner agua a hervir y cuando hierva añadir la sal y los espaguetis y remover bien para que no se pegue la pasta.

Mientras mezclamos en un bol la nata, el krissia y el queso y salpimentamos.

Cuando la pasta esté en su punto, depende del fabricante pero suele ser unos 15-18 minutos, la escurrimos y le añadimos un poco de mantequilla para que la pasta quede bien suelta, luego rápidamente para que cuaje el queso le añadimos la mezcla de queso, nata y krissia.

En el caso de que tardara en cuajar lo ponemos a fuego lento y removemos el conjunto hasta que veamos que queda cremoso pero no seco.

Servir sobre los espaguetis recién hechos. 


Mª Angeles, nos remite esta sencilla e imaginativa receta. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 02 de Noviembre de 2012.

13 de julio de 2016

Ira

Soy un pecador, lo confieso.

Se acabaron las medias tintas, he aquí mi confesión más sincera.

Con el paso de los años ha ido creciendo en mi esta emoción, este resentimiento, esta furia. Será que con el tiempo me he ido percatando de todo aquello que me rodea. De quién es quién. De dónde está mi lugar en el mundo. De cuál es mi relación con el enemigo, y de cómo es el sometimiento al que estoy subyugado.

La ira brotó en mi cuando fui consciente de todo ello. Cuando no me quedó otra opción que la de oponerme de inmediato el comportamiento amenazante de esa fuerza externa que no descansa en su cometido de mantenerme en todo momento bajo control.

Para ello utiliza un mecanismo casi infalible: suministrar miedo. De este modo nos tiene a todos bien controlados, en el redil, perfectamente apaciguados. Es la maniobra perfecta para aniquilar cualquier posibilidad de desestabilización, de pérdida de su estatus de poder.

El miedo es su arma más potente. Con ella se siente seguro. Todo aquel que recibe su dosis queda automáticamente inhabilitado para poder amenazarle, pero yo he encontrado el antídoto perfecto: la ira.

Siento que estoy vivo cuando mi ritmo cardiaco se incrementa ante la presencia del enemigo. Con cada bombeo acelerado de mi corazón, mi expresión corporal va adoptando una posición de ataque. Mis rasgos faciales se modifican hasta convertir mi mirada en la del asesino que está a punto de acechar a su víctima. Mi aparato bucal se tensiona y mis orificios nasales se abren y se cierran desenfrenadamente. Es entonces cuando estoy listo para liberar toda mi rabia contenida.

Llegado a este punto, no puedo controlar el instinto que desde lo más profundo de mi ser siente la necesidad de asaltar y golpear al enemigo. De reducirlo a polvo con mis propias manos, de hacerle llorar de dolor y obligarlo a pedir clemencia, para solo entonces, intensificar más aún mi ira contra él.

Es entonces, en ese preciso instante en el cual su vida está en mis manos, cuando se agolpan en mi mente imágenes de mi niñez. Todas las instantáneas tienen en común un fondo blanco, puro, inmaculado. Era en mi infancia cuando mi alma era cristalina como el agua, cuando todavía al mundo no le había dado tiempo de corromperme y de convertirme a la postre en un pecador insaciable.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 05 de Noviembre de 2013.

11 de julio de 2016

Soy el jefe



He de reconocer que soy un perfecto gilipollas, un pamplinas que dormitaba en los laureles mientras la hormiga trabajaba afanosamente porque llegaba el duro invierno o por si las cosas iban mal, que en mi caso ha sido así.

Con la camisa planchada y la corbata a juegos, bien trajeado y unos zapatos de gran calidad, llegaba todos los días al trabajo dispuesto a dirigir a los que pululaban bajo mis pies, a esos a los que miraba por encima del hombro, a esos con los que nunca podía tomar una taza de café, yo era jefe. Y al terminar mi jornada laboral, o sea cuando lo creyera conveniente, utilizaba los coches de la empresa sin ninguna traba para desplazarme donde quisiera.

En mi casa, mi señora tenía de todo, porque ella también contribuía con un trabajo exquisito, y mis hijos estaban en lo alto de la cadena escolar y social, buena comida, médicos privados, ropa de marca, etc.. Salíamos todos los fines de semana almorzando aquí y cenando allá, !que bien vivía¡

A raíz de hoy, o por llamarlo de menara popular, por la crisis, mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados, y no solo en lo económico, sino bastante peor aún, he dejado de ser jefe para volver a ser un empleadillo correveydile, como aquellos a los que miraba por encima del hombro, aquellos a los que les negaba tomar café con ellos, y lo estoy pasando verdaderamente mal, reconozco que no he sido un buen jefe, reconozco que abusé de mi posición para congraciar con las chicas que trabajaban en la empresa, y con las que en alguna ocasión mantuve relaciones con fines ascendentes, o con fines económicos, (apuntar algunas horas extras), !vergonzoso y patético¡.

Hoy lamento la vida que les estoy haciendo pasar a mi familia, mi separación ha marcado a mi hija que evaluación tras evaluación, las catea por mi causa, que mi esposa ha dejado de creer en mi porque no soy capaz de echarle huevos y aunque trabaje bajo los pies de algún jefe, debo de seguir respirando y aguantar la tormenta por las obligaciones que me he marcado en la vida.

He leído en este blog algo que hace referencia al suicidio, lo he pensado, me ha pasado por la cabeza, pero hay un hito de luz que me impide hacerlo, la vida de mis hijos, y la que se merece mi mujer, a la que sigo amando por estar siempre a mi lado, por intentar que yo mismo crea en mi, porque he perdido la credibilidad que tenía, o mejor dicho que creía tener.

Necesito ayuda, necesito volver a ser la persona que era antes de ser jefe, antes de tener de todo, porque la he olvidado, he estado mucho tiempo en ese lugar y no recuerdo como era, sería bueno recobrar esa forma de ser.

Hasta que no cambie esto, seguiré odiándome por todo lo mal que me he portado, por el daño que he podido crear en las personas que me han rodeado, por los abusos que he cometido, y quizás no pueda cambiarlo, quizás no merezca perdón, pero me arrepiento porque hoy lo entiendo perfectamente.

También he leído en el blog algo al respecto del "manamaná", podría ser yo uno de esos, y si no se refería a mi, siento lástima por el que sea, porque esa vida que les hace pasar a los demás te será devuelta en cualquier momento de tu miserable vida, y si aún estás a tiempo, rectifica, y el aire será menos viciado.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 26 de Mayo de 2011.

9 de julio de 2016

Conejo a la Casera

INGREDIENTES:

- 1 conejo grande
- 6 patatas medianas
- 4 dientes de ajo
- 1/2 hoja de laurel
- Caldo
- Harina
- Vino blanco
- Perejil
- Tomillo
- Aceite
- Sal.

PREPARACIÓN:

Se corta el conejo, una vez limpio, en trozos de tamaño medio (conservando su hígado), se sazona con ajo y se reserva por espacio de 30 minutos.

Transcurrido este tiempo, se sala y se rehoga en una cazuela de barro con un chorro de aceite caliente hasta que esté dorado.

A continuación, se añaden dos ramas de perejil picadas, el laurel, una cucharada de harina desleída en un vaso pequeño de vino, una taza de caldo y un poco de tomillo. Se tapa y se deja cocer a fuego lento por espacio de media hora.

Se agregan entonces las patatas peladas y troceadas en cuadraditos y el hígado del conejo machacado en el mortero con un poco de sal; se remueve un poco el guiso y se cuece 30 minutos más o hasta que el conejo esté tierno. Se sirve muy caliente.

Pablo nos regala otra de sus recetas. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 19 de Octubre de 2012.

4 de julio de 2016

Danzando

Las sombras de la tarde morían, resbalaba implacables sobre la ciudad, vislumbraba solamente la silueta de un hombre.

Mi deseo despertó, desinhibido como siempre, lo seguí, su aroma me atraía, asomaba ya la luna, un suspiro lubrico se me escapó del pecho, le adelanté, me paré frente a él y dejé caer mi vestido, le ofrecí mi cuerpo desnudo, radiante, blanco, suave ...

Cómo una hetaira me mostré, él avanzó su mano hacia mi pecho, y con una delicada caricia logró que todo mi cuerpo vibrara, no quise ver su rostro, adivinaba su virilidad, su hombría ...

Nos enlazamos en un ardiente abrazo, arrulle sus ganas en el vaivén de mis caderas, mi grupa encabritada absorbía su deseo, y al compás del brillo de las estrella, bajo un vértigo febril e incitante, nos amamos una y otra vez, lascivos...en lasciva danza.

Ilya

Ilya nos narra un encuentro casual, con el sello característico de la autora. GRACIAS.

2 de julio de 2016

Cazón con Tomate

El cazón con tomate es un plato típico de la costa gaditana. Lo más complicado del plato es hacer el tomate frito, el resto es coser y cantar.
Ingredientes (4 personas): 

- 1 kg tomate 
- 2 pimientos verdes 
- 1 cebolla pequeña 
- 5 dientes de ajo 
- 1 kg cazón 
- 1/2 vaso vino blanco o brandy 
- Perejil 
- Sal 
- Azúcar 
- Aceite de oliva 
... pan para "mojar" o "hacer barquitos" 


Elaboración: 

En una olla se pone un dedo de aceite de oliva a calentar, mientras se pone la cebolla, los pimientos y 3 dientes de ajo cortados en trozos medianos. Se vierten en el aceite y se remueve. Se deja pochar unos 10 - 15 minutos. Se añade el tomate también troceado y se remueve. 

Con una trituradora se tritura las verduras y se añade sal al gusto y una cucharada de azúcar (dicen que para quitarle la acidez) y se deja a fuego lento unos veinte minutos. 

Se reserva. 

Por otro lado, en una sartén se pone aceite a calentar y se marcan el cazón cortado en rodajas o en tacos. Se reservan, se añade dos dientes de ajo en láminas o muy picado, junto con un poco de perejil muy picado. Se deja dorar y se añade el cazón y el vino blanco o brandy, dejándolo reducir. 

Una vez reducido, más o menos, a los cinco minutos se añade salsa de tomate.
 ... resultado: coja pan en abundancia para mojar en la salsa. 

Un seguidor Anónimo, nos ha dejado esta receta típica del suroeste español. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 05 de Octubre de 2012.