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2 de marzo de 2012

De Azucenas a Rosas


Olivos, aceitunas, almazaras, olor y sabor, aceite, del mejor.
Frío intenso y la piedra seguía manteniendo su esplendor, su belleza, su dureza a pesar de los siglos.
Más frío, pero las Azucenas no se helaban, al contrario, desprendían calor mezclándose con la Rosa de risas platerescas  y con el río que se convertía en Grandes Ojos esplendorosos.
Olivos y verde licor que presagiaban días inolvidables y donde todo era posible, incluso que las Azucenas se convirtieran en las Remedios para que el frío dejara de existir.
Verde que te quiero verde, verde olivo, ojos verdes a través de una autopista de cielo que inunda  de pecas su piel soberana.
Nuestra maestra, la mejor, nos acompañaba por la calles de adoquines centenarios; nuestra maestra nos educaba en la sonrisa, en la simpatía y en el buen hacer diario de su trabajo, de nombre vasco y con talante marinero del sur, gentil, vivaz, amigable, amando lo que está más allá de la superficie de los seres y de las cosas.
El frio deja de existir y las conversaciones surrealistas dan paso al esperpento de  “Camilo y Peppone”.
La diosa Fortuna se apoderó de nuestros espíritus para guiarnos al lugar soñado por cualquier mortal, nuestro edén. Fue conocer a Pedro y a su hijo Javi, grandes profesionales y mejores personas, que en su “Olivo” particular nos ofrecieron gran muestrario de su arte. Ratos inolvidables en “Nuestro Café” y “Mandala”. Desayunos en “Las Delicias”, con aroma de aceite afrutado…
Dos amigos hermanados por el amor a la vida, surgieron para bailar en la pista de los ojos bellos, ojos verdes, verde que te quiero verde, ojos multicolores, todos maravillosos.
El remedio fue Remedios en ese bar  donde su hiperactividad competía con su constante sonrisa y simpatía a raudales.
Días inolvidables que quizás nunca vuelvan a repetirse, pero que siempre soñaremos, y soñando nos decidimos a escribir unos párrafos dedicados a las personas y lugares donde hemos dejado un trocito de nuestros corazones.
Villacarrillo, en la zona oriental de Jaén, un lugar donde todo lo pone verde y bonito el amanecer.