
En estos días de asueto, y cuando el sol está alto, contemplo desde mi atalaya, un lugar costero precioso llamado Mazagón en la provincia de Huelva, las vistas de la que puedo disfrutar, inmensos pinares y el mar.
En esta época las doradas arenas de sus playas se llenan de gente de todos lados, de gente que la conocieron por primera vez y vuelven cada año para entrar en contacto no solo con la salubridad de sus aguas, sino que no ha tenido mucho cambio con respecto a otras playas, y sigue siendo mas natural que artificial, mas acogedora, mas tranquila, mas sencilla, mas placentera lo que hace que se goce mas de la paz, del relax.
El calor matinal inclina a bajar a la playa, tomar un baño, saciarte del sol cuanto quieras tumbado en la arena, y beber unas cervezas que harían el complemento perfecto. Observar a los crios disfrutando en la orilla, esos cuerpos paseando por el lugar dejádonse ver, los barcos pescando en la lejanía intentando traer a puerto lo que luego en bares y restaurantes podrás saborear, es maravilloso,
Por la tarde, después de una buena comida se apetece la siesta, ese ratito que el cuerpo pide para cerrar los ojos acompañado de una fresca brisa marina, que por pantalones te quedas frito, o sea , sobao, en una palabra dormido hasta la hora del cafelito, !ole el arte¡. Después de las ocho hay que volver a bajar a la playa, que aunque sus aguas estén algo mas frías que por la mañana, no te importará tomar el baño mientras contempla las puestas de sol que reinan en este lugar, son espectaculares, para pintarlas en un lienzo. Ya de camino a casa notarás de nuevo el fresco en tu rostro, que después del sol tomado siempre es bien recibido.
Las noches son magníficas, sería raro no encontrar un bar o restaurante donde no puedas sentarte a degustar los productos típicos de la tierra,aunque debes de ir a tiempo si no quieres esperar mesa, mariscos, pescados, manjares de la sierra, todo ello acompañado de lo que desees beber, Mas tarde y si te apetece tomar una copita y bailar para después llegar a casa rendido ante la plenitud de la jornada. .
Esa paz que cualquier escritor desearía para si a la hora de poder esbozar sus ideas, inquietudes, vivencias, etc., para luego darlas a conocer a todo el que quiera, se pueden hallar en Mazagón, y tengo la suerte de ser de aquí y vivir esos momentos que la vida a veces te impiden tenerlos.
Pues bien, cuando me encuentro en ese marco incomparable, deseado por miles de personas solo se me ocurre disfrutar, vivir, y no se de que escribir.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 15 de Julio de 2011.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 15 de Julio de 2011.