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25 de noviembre de 2015

Bienvenido al Infierno



Me encuentro caminando por el distrito de Whitechapel, Londres. De repente, una sombra pasa ante mí y me catapulta al año 1888.

La calle cambia su configuración. Noche cerrada. No hay señal alguna del ajetreo de gente yendo y viniendo. El tráfico es prácticamente inexistente y la sensación de estar en una de las urbes más cosmopolitas del mundo se esfuma. En cambio, el cuadro que aparece es el de un paisaje lúgubre. 

Continúo andando mirando hacia todos lados. No me quiero perder detalle de nada. En mi curiosidad, no veo a un hombre corpulento, con gabardina negra y gran maletín, que camina en dirección contraria y con el que tropiezo.

Oscuridad. Tinieblas. Mundo de las sombras.

Ahora soy más grande, inhumano y tengo un objetivo. Bajo mi gabardina negra puedo sentir el frescor del acero sobre mi piel. Ello incrementa mi avidez, mi apetencia y mi codicia. Pronto será saciada.

Sé a dónde dirigirme: las calles tenebrosas por donde suelen merodear algunas prostitutas están cerca.

Al girar la esquina vislumbro en la penumbra el contoneo característico que hace rugir mi instinto. A pocos metros de mi víctima, puedo oler el perfume barato que conduce mi mano irremediablemente hacia el machete.

El momento de atravesarla es orgásmico. Pero el disfrute viene después, cuando extraigo de su interior las vísceras aun candentes. Para ello tengo mis instrumentos bien afilados en mi maletín.

Una vez terminado el trabajo, vuelvo a las sombras. Diez campanas parecen protegerme en las cercanías del infierno. Allí estoy a buen recaudo, donde jamás la “Scotland Yard” logrará capturarme.

Una luz cegadora aparece de repente para devolverme a la realidad de mi paseo matinal. Los viandantes siguen con su rutina, mientras yo me adentro por un callejón cercano en busca de un buen trago que me ayude a pensar en lo ocurrido. Por suerte, un típico pub inglés denominado “The Ten Bells” aparece para saciar mi sed.

Atravesando la puerta del mismo pude escuchar un repique de campanas y en ese mismo instante, un hombre con aspecto familiar se dirige hacia mi y me da la bienvenida con una sencilla y directa frase: “Bienvenido al Infierno”.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 07 de Mayo de 2013.

25 de mayo de 2015

Amor etéreo


Ayer fui a una fiesta que se celebraba en la mansión de la que fue mi amante, aunque lo cierto es que nadie me invitó. Cuando llegué, me dio la impresión de que nadie se percataba de mi presencia. Tan sólo el perro de mi ex, parecía advertirla, puesto que se me acercó y me olisqueó sin parar. Tal vez esta sensación de vacío que los demás me hacían se debiera a mi relación en el pasado con la chica que organizaba el evento. Se puede decir que tuvimos una relación sexual que rozaba lo místico, hasta que todo se truncó. Aún no recuerdo bien el motivo de nuestra ruptura. Desconozco por qué tuvimos que separarnos; la amaba, me amaba, la amo…

Cuando conseguí que el perro dejara de husmearme, me adentré en busca de un buen lingotazo. Lo cierto es que lo necesitaba. Me dirigí a la chica que hacía las funciones de barman en ese preciso instante, y le pedí un Ruso Blanco, mi coctel favorito. No obtuve respuesta alguna, y la chica se limitó a mirar hacía arriba con cara de conmocionada, algo que constaté cuando se dirigió a su amiga más cercana y le comentó que acababa de sentir un escalofrío recorriendo su cuerpo. Al instante ambas se desternillaban de risa.

No me quedó más remedio que prepararme la bebida yo mismo. El vodka estaba al alcance de mi mano y vertí una buena cantidad en un vaso. Ahora necesitaba licor de café, pero no lo veía por las inmediaciones. En su búsqueda, me llamó la atención que había muchos detalles en la casa que no coincidían con los que tenía en mi memoria. Vi varias fotos de la hermana de mi ex. Posaba con su marido e hijas en diversas localizaciones, emanando sus rostros tal felicidad que hicieron que una leve sensación de envidia me invadiera. El culmen de mi desconcierto llegó cuando divisé a la susodicha asumiendo las labores de anfitriona. Esto no me cuadraba, puesto que la relación entre hermanas era tormentosa desde hacía muchos años. ¿Por qué motivo las fotos y la decoración del lugar parecían llevadas a cabo por mi ex-cuñada y no por mi antigua y persistente amada? ¿Por qué parecía ella la organizadora de la fiesta?

Fue entonces cuando la volví a ver. El corazón me dio un vuelco que provocó que casi rociara a la concurrencia con la leche que me disponía a verter sobre mi cóctel. Había pasado mucho tiempo, pero estaba tan radiante como siempre. Sin duda, el paso de los años le favorecía, no como a mí.

Como si el tiempo se hubiese ralentizado, ella fue levantando la cabeza poco a poco, hasta que sus ojos y los míos se cruzaron en una mirada ardiente. Era la primera persona que se percataba de mi existencia en aquel lugar. Justo la persona que deseaba que no me hubiese olvidado. Pude ver en sus ojos la pasión que nos unió en el pasado, por lo que me acerqué con las ganas de seguir alentando la llama que creí apagada.

Irremediablemente nuestros cuerpos se fueron acercando el uno al otro. ¿Qué pasó para que nos separáramos? Este profundo amor que sentía por ella y que notaba que ella me devolvía cayó en el olvido ¿Cómo fue esto posible?

Cuando nuestro contacto era inminente, estaba decidido a eludir por completo las trabas sociales y protocolarias. Tenía la imperiosa necesidad de abrazarla y besarle en la boca. Fue justo lo que me disponía a hacer hasta que en el preciso instante del contacto físico entramos en un éxtasis corpóreo que provocó que dejáramos de ser dueños de nuestros seres terrenales. Pasamos a ser simplemente ánimas. O más bien lo éramos desde hace mucho pero no lo supimos hasta ahora.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 11 de Diciembre de 2012.

23 de marzo de 2015

Espíritu Libre


El espíritu estaba acorralado.

En su deambular galáctico era necesario detenerse con cierta frecuencia allí donde la materia se concentraba con mayor intensidad. Tenía que hacerlo para recargar su maná. Le servían asteroides, cometas, satélites, planetas y por supuesto estrellas. Siempre entraba y salía de los mismos con una facilidad pasmosa, para volver a vagar por el éter galáctico, el cual era responsable de su deterioro.

Todos aquellos lugares que había visitado hasta ahora carecían de la belleza del que en este momento le albergaba. Pero tal hermosura no le otorgaría la libertad y le condenaba a la muerte espiritual. Este lugar no le servía para recargarse. Su sabiduría le permitía albergar esperanzas de retorno, siempre y cuando fuera capaz de resolver cuanto antes el dilema en el que se encontraba.

Desde la inmensidad astronómica había vislumbrado el agua cristalina que cubría gran parte del lugar al que se dirigía. Cuando su aura se reflejó en este compuesto, una humedad fría recorrió su ser. Decidió tomar una muestra por si en algún momento la requería.

En su levitación terminal encontró oquedades terrenales y decidió introducirse por una de ellas, resultando ser un lugar seco y caliente. Veía en las profundidades un fuego crepitante. De repente, una llamarada subterránea le obligó a retornar a la superficie, no sin antes llevarse consigo una llama.

La explosión a la que se vio sometido lo elevó tanto, que creyó que había encontrado la solución a su problema y volvería de ese modo al espacio interestelar. Nada más lejos de la realidad. Una fuerte ráfaga de viento lo detuvo, llevándolo de vuelta a la superficie. El aire era húmedo y caliente, por lo que decidió recogerlo para su colección.

Súbitamente fue a estrellarse contra el suelo, dejando su aura muy debilitada. Su ser se apagaba lentamente. Aquel terreno seco y frío no ayudaba a su recuperación, pero haciendo un esfuerzo almacenó una muestra de la tierra en la que se encontraba y fundió los cuatro elementos encontrados como última opción, deseando que ello supusiera su salvación.

Lo que ocurrió a continuación fue una explosión espectral que dio como resultado el nacimiento de una estrella denominada como Sol, muchos milenios después.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 18 de Octubre de 2012.

2 de febrero de 2015

Control mental

El Gran Hermano te está vigilando.

Allá donde vaya me controlan. Cualquier movimiento está supervisado. Cualquier pensamiento supone la muerte. El crimen mental es el peor de todos los posibles.

Sólo puedo pensar lo que ellos me dictan que piense, de lo contrario la vaporización es inminente. Tan sólo el hecho de escribir estas líneas me puede conducir a la tumba sin remisión.

Pero no me importa, debo contar al mundo lo que ocurre a mí alrededor. Los instintos más humanos han sido erradicados de raíz. El amor conduce al odio. La paz desemboca en la guerra. La abundancia supone escasez. La verdad es completamente falsa.

Estas tendencias han sido implantadas por humanos como yo que escalaron spotencialmente exigiendo igualdad, para finalmente instaurar la mayor desigualdad de clases jamás conocida. Conservan este escenario al poseer un arma crucial de su lado: el dolor. Poseen la capacidad de generar dolor a sus súbditos, delimitando claramente la frontera abismal que existe entre ellos y nosotros.

Gracias a ello mantienen su posición hipnotizando a aquellos que podrían sustituirles algún día. Les dicen exactamente lo que quieren escuchar y les educan en su doctrina.

Su poder es tal, que llegan a controlan el tiempo, reconstruyendo el pasado a su antojo para que nadie se percate de dónde venimos. De este modo el futuro será exactamente como ellos desean, para de este modo tener la certeza absoluta de saber hacia dónde vamos.

Tengo la esperanza de que este manuscrito llegue a aquellos que se mantienen absortos por el sistema. Ojalá esos proles que permanecen adormilados despierten poco a poco. No me debo engañar. Sería un error pensar que la situación se puede invertir rápido. Debemos transmitir este mensaje generación tras generación, siendo cada vez  más lo adeptos que se sumen a la causa.

Para ello, espero que la  policía del pensamiento no intercepte este mensaje. Aunque pensándolo bien, es bastante probable que ya lo haya hecho.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 26 de Septiembre de 2012.

29 de octubre de 2014

¡Oh blanca flor!

¡Oh blanca flor! Desde que nací soñé con polinizarte y el momento ha llegado. Aunque lo cierto es que mi éxodo hasta encontrarte ha sido arduo.

Todo comenzó cuando el androceo que me gestó tuvo en consideración liberarme por uno de sus estambres. En mi ingravidez inicial pude contemplar, conforme me alejaba, que la antera de la que surgí propulsado era bella, algo con lo que colaboraba un filamento estilizado que finalizaba en el conectivo del cual emergí.

En mi vuelo vislumbré muchas flores, de multitud de colores y formas, pero yo lo tenía claro. Quería hacer mi sueño realidad y polinizar aquella blanca flor que deseaba desde pequeño. No tuve que esperar mucho para que el momento llegara.

Cuando me topé con tu corola nacarada y tus pétalos níveos abrazaron mi ser, supe por la luz desprendida y por su fulgor que te había encontrado. Tu pequeño tamaño ocultaba tu infinito interior: un cáliz profundo lleno de vida rodeado por unos sépalos irresistibles.

Quedamos unidos con tal fuerza y rigidez, gracias, en gran parte, a tu poderoso pedículo equilibrado por su eje central geométricamente equidistante. Aunque lo cierto es que también tuvo mucho que ver tu nectario generador de una solución azucarada y embriagadora, cuyo aroma conquistó a mi abeja portadora nada más saborearlo.

Con el paso del tiempo fuimos conociéndonos mejor, y me permitiste profundizar en tu interior accediendo a tu gineceo. Fue en aquel momento cuando supe que quería vivir allí el resto de mis días. Dedicaría mi vida entera a franquear tu estigma con gran deleite. Posteriormente, y con pausa, transitaría por tu estilo sin prisa, puesto que al final de mi travesía me esperaría el ovario con los óvulos que me darían cobijo.

Allí, mi ser polinizador concedería su carga y la germinación tendría lugar. Las semillas y los frutos posteriores no serían más que el reflejo de aquella visión infantil que me llevó irrevocablemente hasta ti .

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 21 de Mayo de 2012.

4 de septiembre de 2014

Respondiendo Cuestiones Trascendentales


¿Qué somos?

La resolución a esta pregunta es sencilla: somos viciosillos. Y los somos por el simple motivo de que átomos y moléculas también los son. Puesto que… ¿Por qué estamos compuestos? ¡Voilá! Precisamente por esta organización de la materia tan básica que desde el Big-Bang se ha empeñado en asociarse y enlazarse con sus compañeras o compañeros de cama que les acompañan en la tabla periódica de los elementos

¿De dónde venimos?

Todas las corrientes actuales parecen indicar que descendemos del mono. Pero eso implica acotar el tiempo. De esta forma cualquiera podría responder a esta pregunta diciendo que viene de hacerse la manicura, la pedicura o de matar a un cura. Tan solo se trata de situar el momento que queremos elegir para responder a esta pregunta. Así pues, para ser rigurosos y no pillarnos los dedos, diremos que procedemos de nuestro vacío. Ese vacío del que se derivó nuestro Universo. Ojo al uso de la primera persona del plural, ya que otros Universos se habrían desencadenado de sus respectivos vacíos.

¿Hacia dónde vamos?

Eso mismo se puede escuchar después de una noche de juerga y perversión sin límite. Precisamente cuando nos creemos que no hay límites ni fronteras que nos puedan frenar, se suele plantear esta cuestión. ¿Por qué? Seguramente porque tengamos interiorizado que vivimos en un Universo que tampoco tiene límites. Que se expande sin dilación sabiendo que no tiene fin, al igual que nosotros, puesto que materia fuimos, materia somos y materia seremos. 


Nuestro amigo Bernardo Roa, desde la Serranía de Ronda, nos remite este artículo que da respuesta científica, a la par que imaginativa, a las preguntas que siempre se hizo la humanidad. GRACIAS Bernardo, te has hecho merecedor de que pongamos una etiqueta, con tu nombre, para localizar tus artículos.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 25 de Noviembre de 2011.

28 de julio de 2014

El cazador cazado

La jornada de caza prometía. Acteón sabía que aquella expedición sería propicia y estaba convencido de volver a casa con el zurrón bien lleno de carne fresca. Sin duda alguna su avezada y fiera jauría ayudaría en su cometido.

Siguiendo su instinto, abandonó a sus compañeros de cacería en busca de presas únicas que le dieran prestigio ante sus homólogos. Del mismo modo, sus perros hacía tiempo que lo abandonaron. El hambre les acuciaba sobremanera y necesitaban sentir el sabor de la carne entre sus dientes.

Las perspectivas iniciales parecían no coparse, por lo que Acteón decidió aventurarse en los confines del bosque en la más absoluta soledad. De este modo fue como dio con ella. En el preciso instante en el que la apreció, comprendió en todo su esplendor el significado de la palabra belleza. La diosa Diana, desprovista de todo ropaje, se bañaba con total tranquilidad en un estanque, pero la paz que reinaba en aquel escenario desapareció en el momento en el que la divinidad descubrió al cazador observando su perfecta y pulcra desnudez.

–Serás castigado –fueron las palabras que salieron de la boca de Diana–. Tu codicia y avaricia representan rasgos únicos de los seres humanos, impropios del resto de seres vivos del planeta. Además, ningún mortal puede avistar una divinidad y salir indemne. Más aun si la diosa carece de su indumentaria habitual.

Acteón empezó a sentir un estremecimiento en todo su ser; de su cabeza irradiaron dos grandes cornamentas y su cuerpo se fue convirtiendo poco a poco en el de un ciervo. Una vez completada la metamorfosis, Acteón se percató de que sus dos mejores perros corrían hacia él con la saliva chorreándoles de su boca, cual torrente de sangre producida por dentelladas de acechadores.

De nuevo nuestro amigo Bernardo, nos sorprende con este relato en el que la imaginación se mezcla con la mitología. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 16 de Septiembre de 2011.

14 de julio de 2014

Una historia vital

En los momentos previos a la explosión orgásmica producida tras el coito, dos espermatozoides charlaban entre bostezos tras despertar de una larguísima siesta.

– Compañero de somnolencias. –comentaba el más rechoncho –. Esto está más “apretao” que las puertas de un centro comercial el primer día de rebajas.
– Ya te digo amigo, –concluyó su colega –, ayer escuché que estamos aquí reunidos miles de millones de colitas con sus respectivas cabecitas.
– Pues vaya plan que nos…pero… ¡Yiaaah!
Súbitamente salieron disparados, cual astronautas despegando de Cabo Cañaveral.

Por algún motivo desconocido, ambas colas estaban entrelazadas en el momento de la eyaculación, por lo que los amigos iniciaron el trayecto uno junto al otro. Ya en el seno de la vagina, lograron comunicarse a duras penas entre un gran vocerío

– ¡¡¡CORRE GACHÓN!!! –chilló el más esbelto.
– ¡¡¡ESTA CORRIDA ME PILLA FUERA DE FORMA!!! –aulló el más rollizo cuando ya veía que ambas colitas se iban separando poco a poco.

Antes de que ocurriera lo inevitable, el espermatozoide que se iba a quedar rezagado fue capaz de hacer un gran esfuerzo y situarse, cabeza con cabeza, a la par de su amigo de toda la vida. Justo cuando ambas colas se desenredaban definitivamente, el espermatozoide orondo fue capaz de introducir algo en el cuello de su camarada, entre mitocondria y mitocondria. Ello le supuso un esfuerzo extraordinario y la pájara se cernió sobre él, pero se guardó un ápice de su aliento para gritar mientras se quedaba  definitivamente atrás:

– ¡¡¡SIGUE LAS INSTRUCCIONES A RAJA TABLA, POR TU MADRE!!!

El espermatozoide esbelto, sin dejar de coletear con todas sus fuerzas, fue capaz de extraer el objeto depositado por su amigo en su cuello. Resultó ser un rollo de papel bastante corroído por el paso del tiempo. Al desenrollar el documento, nuestro amigo haploide leyó lo siguiente:

Desde este momento compites con millones como tú, con un único objetivo: fecundar. Lo primero que debes hacer es ir hacia la luz (cuello del útero) y esperar a que los dioses del óvulo te echen un cable. Así de sencillo. Será mejor que dejes de leer si no quieres ser corroído a las primeras de cambio por los ácidos de la vagina.

Tuvo la astucia de no acercarse demasiado a las paredes, puesto que allí podía ver a la inmensa mayoría de sus competidores ser desintegrados por los ácidos vaginales. La muerte le pisaba los talones. El espermizidio era devastador y parecía que el fin llegaba para nuestro personaje, pero, de pronto, una gran cantidad de cuerdas cayeron desde el cielo. “Ahí estaba el cable”, pensó. Llegó la hora de trepar desafiando la fuerza de la gravedad hasta llegar al paraíso del útero: prados con una extensión descomunal.

La luz estaba con él, y a la vez la tranquilidad de haber dejado atrás los efluvios de la vagina. La primera criba había sido bestial y el número de espermatozoides se había reducido hasta tal punto, que tan sólo quedarían con vida menos del 1% de los que iniciaron el viaje, y, aun así, habría allí reunidos algunos miles como él. ¿Hacia dónde ir?, esa era la cuestión

Todo tu esfuerzo tendrá recompensa si no te has equivocado de cuerda y si el poder inconsciente de la ovulación te ha ayudado. Ahora tendrás que encontrar una minúscula puerta de acceso a las trompas de Falopio. A partir de ahí, paciencia. Que el espacio-tiempo esté contigo
                                                    
               Fdo. “El gurú de la vida”

PD: Si yo fuera tú, me centraría en esquivar a los anticuerpos del útero, el ejército imperial de este páramo tan hermoso que quiere aniquilarte.

Al levantar la vista al frente, una especie de soldado sideral estaba cargando hacia nuestro héroe con un mandoble que ya quisiera para sí el mismísimo Cid Campeador. La esquiva llevada a cabo la hubiera firmado un espermatozoide de cualquier felino, pero fue poco usual para uno de Homo sapiens. Más y más anticuerpos se abalanzaban, y con gran agilidad nuestro protagonista fue evitándolos a todos hasta quedar exhausto.

A lo lejos, vio a un colega aporreando una puerta que no se habría de ningún modo. Cuando nuestro héroe llegó al acceso a las trompas, se percató de que a su semejante le faltaba una marea. Al preguntar por la situación, el espermatozoide aporreador le dijo que hacía falta derecho de admisión para entrar. Por más que releyó su documento, no vio por ninguna parte referencias a dicho permiso, hasta que giró el papel y comprobó el sello que había inscrito en la parte trasera. Al ponerlo sobre la puerta ésta se abrió, y se cerró de golpe en el momento que nuestro personaje la cruzó.

El paraíso existía: la trompa de Falopio. El dorado, el cielo, como quieran llamarlo. Después de su travesía, aquello era sencillamente anestesiante. Tenía toda la comida que deseaba, lo cual le ayudaba a recobrar fuerzas para afrontar la etapa final: fecundar el óvulo.

Todo ello siempre y cuando lograra estar en el sitio correcto en el momento adecuado, puesto que en la fecundación el momento lo es todo: llegar un segundo antes o un segundo después supondría el fracaso. La competencia se había reducido a escasas decenas de espermatozoides. La carrera final suponía la inmortalidad para el ganador y la muerte para los perdedores. Por ello, las prisas ya no eran buenas consejeras. Ahora tocaba ser paciente, tal y como le aconsejó su gurú personal.

Pudo comprobar como las prisas se llevaban a mejor vida a los pocos espermatozoides que quedaban a poca distancia del óvulo. Repentinamente, una voz familiar retumbó en sus oídos: “ahora,…ahora,… ¡AHORA!”

¡¡¡VIDA!!!

Nuestro amigo y Seguidor, Bernardo, nos remite este artículo en el que nos cuenta, desde un singular punto de vista, el comienzo de la vida humana. GRACIAS.

Articulo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Septiembre de 2011.

4 de noviembre de 2013

Florero Especial

Como ya todos sabréis por la wikipedia se denomina flatulencia, ventosidad o pedo, a la mezcla de gases que se expulsa por el ano con un sonido y olor característicos. Esta mezcla proviene de gases ingeridos y otros gases producidos, a partir de los alimentos, por bacterias y levaduras simbióticas que viven en el tracto gastrointestinal de los mamíferos, y por partículas aerosolizadas de sus excrementos.


Ella, mi chica de calendario, padecía esa expulsión de gases de una forma frecuente y con olores que no eran precisamente comparables a Chanel nº 5.

Su problema ya ha sido solucionado. Para los poco perceptores  de olores les diré que se me planteaban dos soluciones. Una, disculpadme la osadía, era tenerla metida constantemente, al menos mientras fuera posible. El problema que se podría presentar era que el desmayo posterior estaba asegurado, no sólo por el esfuerzo  sino por el olor concentrado que saldría de forma continuada y con la rapidez de propagación de un tsunami. 


La opción más económica y que podía  resultar incluso encantadora es la que mi madre me recomendó: hijo cuando una mujer “flautea” en demasía, colócale una rosa en su culo y puede que el olor desaparezca y si no, siempre queda la posibilidad de que  florezca.


Opté por el segundo remedio y ella quedó encantada por la dureza que adquirieron sus muslos y la disposición a tener metido siempre un capullo, el tuyo o el mío, o el de los dos ya que, como algunos saben, este tipo de mujeres siempre llevan dos floreros que admite  ser regados conjuntamente.


No pienses demasiado y critiques que la posición es algo difícil, un culo  y una rosa no se ven y mucho menos se poseen todos los días.

Nuestro amigo El "Coronel Tapioca", nos remite este artículo, en su línea erótica imaginativa. GRACIAS.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 13 de Septiembre de 2011.

18 de septiembre de 2013

La Bruja


            Muchos ni la conocían. Nadie la vio jamás realizar un hechizo, hacer un conjuro, efectuar un sortilegio o preparar poción alguna. Sin embargo todo el mundo en la aldea afirmaba que se trataba de una bruja. De movimientos sinuosos y delicados; bella y seductora en sus ademanes; de mirada profunda; solitaria y callada; mujer enigmática por antonomasia, no se sabía de su paso sino por el humo que dejaba tras de sí, huidiza y cambiante como el agua. Por eso en el pueblo estaban asustados. Por eso en el pueblo la demonizaron. Aunque ni de su existencia estuvieran convencidos. Sólo ese maldito humo, ese aroma a diferencia que destilaba. Y decidieron marginarla. Porque ella era distinta. Porque ellos se sentían inseguros. Por miedo, egoísmo e intolerancia.
            Rehuyéndola, la confinaron en los bosques próximos a la aldea. Absolutamente incomunicada, aprendió a sobrevivir en directa relación con la naturaleza. Convivió con los animales, con los que confraternizaba naturalmente y de los que aprendió métodos de resistencia en las condiciones más adversas, desarrollando un lenguaje característico y un código de común entendimiento. Se perfeccionaron sus sentidos alcanzando niveles que muchos calificarían de mágicos. Se hizo aún más ágil, silenciosa y rápida, y acrecentó sus habilidades camaleónicas y de adaptación al medio. Perfecta conocedora de las técnicas de camuflaje y acecho, algunos aseguraron que era capaz de transformase en diferentes animales. Día a día descubría, asimismo, el valor de las plantas y sus propiedades, que utilizó para múltiples fines, desde la cocina hasta la cura de heridas, afecciones y enfermedades. Mediante pócimas, brebajes, bebedizos y ungüentos dominó, como nadie, el arte de la sanación. La interacción con la naturaleza le mostró, finalmente, un saber más allá de los sentidos, un aprendizaje puramente contemplativo, directo e inmediato, sin intervención de la deducción o el razonamiento, que le reveló secretos universales vedados al conocimiento del hombre.
            Sin topes ni frenos, sin prejuicios ni condicionamientos sociales, exenta de tapujos y falsas fórmulas de cortesía, todo en ella y en su comportamiento fue natural y sencillo, pero, por lo mismo, tachado de irrespetuoso y desconcertante, de audaz y  atrevido, por el ser humano.
            Con rechazo y marginación, fue en definitiva la propia aldea la que obró, de manera natural, el mayor hechizo conocido, propiciando la conversión de la que no había sido hasta entonces sino una simple mujer en la más venerada, temida y capaz de las hechiceras del lugar.

Nuestra asidua colaboradora Sibila, nos remite un Artículo lleno de imaginación con hechizos. GRACIAS.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 17 de Agosto de 2011.

16 de septiembre de 2013

Vendo mi alma

¿Cómo es el demonio? ¿Tiene amantes? ¿Qué colores utiliza cuando no está en el fuego eterno? ¿Cómo puedo tenerte? ¿Con quién tengo que negociar? ¿Es necesario un médium? ¿Sigue estando a buen precio un alma? ¿Puedo cambiar mi alma por tu cuerpo?

Hoy he recibido respuesta de un demonio, no sé si es Abaddon, Baalberith, Charon, Dagon, Eurynomus, Furfur, Geryon, Herensugue, Irvene, Jezebeth, Kobal, Leviatán, Mefistófeles, Nergal, Orthon, Paymon, Qanel, Ravana, Seth, Thamuz, Uphir, Valafar, Wele Gumali, Yaloca, Zagam… me da igual.

La propuesta que me ha realizado es mi alma por tu cuerpo, sin pensarlo le dije llévatela ya, me refiero a mi alma y en el trueque tú me perteneces, tu cuerpo. Eso me da el poder, el derecho de penetrar en el laberinto de colores, en los huecos de tu piel y soplando besos matar mi cuerpo de placer para que mi alma se libere y se marche por doquier, a donde haya más fuego.

Tú hoy fuiste mía, el pago ya no me importa, ya soy de ellos, del Infierno, después de todo qué valor tiene mi alma si no poseo tu cuerpo.

Nuestro amigo "Coronel Tapioca", nos remite esta Colaboración. De nuevo GRACIAS.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 17 de Mayo de 2011.

11 de septiembre de 2013

Singular pareja

Nuestras desavenencias comenzaron con motivo de las diferencias de horario entre ambos. Y es que desde que empecé el turno de noche apenas coincidimos en casa. Ella dice que se aburre, que me echa de menos y que tenemos que hacer algo para remediarlo. Yo le pido que cambie su turno y ella me responde que no se lo permiten. 

No quiero perderla, pero esta situación nos está afectando negativamente y temo por el futuro de nuestra relación. Ya nada es igual que al principio. En las, cada vez más escasas, ocasiones en que nos vemos sólo quedan los reproches y un rencor sordo que aflora más a menudo de lo que ambos quisiéramos.

Las discusiones son frecuentes, y a consecuencia de tanta reyerta mi corazón ya no palpita como antes si presiento su cercanía, ni tiembla, como antaño, todo mi ser en su presencia. Se perdió la magia, y quedan ya lejos aquellas noches de misterio y excitación, de ambiente de luz tenue y velas. 

Por el contrario, rotas sus cadenas, nos invade permanentemente una apatía y una indiferencia enormes, y ni con la más blanca de sus túnicas ni la más fascinante de sus apariciones siento ya ningún sobresalto. Temo que nuestra aventura esté irremediablemente condenada al fracaso. 


Ya no noto ningún espanto.


Sólo a mí se me ocurre liarme con una fantasma...

 
Sibila, nos remite esta Colaboración sorprendente e imaginativa. GRACIAS.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 21 de Julio de 2011.

7 de septiembre de 2013

¿Por qué yo?


Carta de amor de una mujer desconocida.
Te quiero a pesar del poco trato que hemos tenido, mi memoria ya ha olvidado el momento en que deje de considerarte como alguien mas en mi existencia, para pensar en ti como mi amor, mi único y verdadero amor, el amor más grande de mi vida, quizás sea por tu mirada transparente y sincera, por tu delicioso mal carácter, o por tus ideas a veces tan extrañas ¿quién sabe porque?

Pero te quiero con todo mi ser, con todo mi corazón y mi cabeza, con todo lo que soy y me gustaría ser por ti, por mí y por nosotros aunque nunca he sido tuya ni tu mío, y esto tal vez nunca ocurrirá, te quiero.

Aunque mañana descubra que no eres libre y nunca lo serás, te quiero, este sentimiento me supera, me desborda por completo, creando en mi un estado de gracia cada vez que te veo, cada vez que te siento cerca, cada vez que me diriges la palabra, soy tan feliz que bendigo esta sensación que aun incompleta por no correspondida, me hace vivir en una nube y desear que mis sueños lleguen algún día a convertirse en realidad.

Te quiero, es un hecho pero tu no lo sabes y ni siquiera sé si lo intuyes, hemos hablado poco y sin embargo te conozco tanto, eres independiente, con espíritu rebelde, eres consecuente, entretenido tienes tantos temas de conversación que una no se aburre al hablar contigo, te encanta la buena vida y los pequeños placeres, a quien no.

Eres comprensivo y tienes sensibilidad con las mujeres, eres critico aunque a veces muy irónico, eres todo eso y mil cosas mas que me encantaría descubrir, a través de tu conversación, de tu compañía, de tu roce y sinembargo aquí estoy, sin traspasar ese umbral, pensando en ti, suspirando por ti, y a pesar de todo sin ti.

¿Por qué nos cuesta tanto entablar una relación? ¿por qué nos enamoramos de personas equivocadas? ¿por qué yo? ¿por qué tu? ¿por qué el amor? Las preguntas suenan en el aire sin respuestas y mientras tanto yo te quiero, seguirás siendo mi amor platónico, mi objeto de deseo en pensamiento y palabra, que no en obra si la casualidad o el destino no lo remedia.

Y a la vez que te quiero sufro por no tenerte, por sentirte tan cerca y a la vez tan lejos, por tener la miel en los labios y no poderla saborear, quizás tengamos un futuro juntos o tal vez este amor no nos convenga y por eso nunca se culminará, pero entonces algún día llegará otro amor y nos hará felices, me hará feliz, tan feliz como ahora me haces sentir tu, mi adorado amor platónico, porque a pesar de todo te quiero.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 31 de Mayo de 2011.

2 de septiembre de 2013

Sexual Billiards

Venías insistiendo en que jugáramos una partida y yo siempre con cualquier excusa rechazaba su oferta.

Su persistencia era tal que incluso lo llegué a intentar, presentándole a nuestro maestro del billar que seguro podría estar a su nivel, vano intento, ella no quería jugar con un profesional.

Día tras día estuve entrenando, para al menos poder estar a una altura donde pudiera dejarla satisfecha con mis jugadas; día tras día fui mejorando gracias a otras jugadoras que como cobaya me fueron enseñando los movimientos, trucos, posiciones y lo más importante acertar y meter limpiamente la bola en el agujero. Aprendí las estrategias defensivas y ofensivas, pasando por las reglas de snooker y las generales. Mis entrenadoras Xiao-Fang, Adriana Villar, Nataly Camacho y Carlynn Sánchez, quedaron al final altamente satisfechas con mi juego.

Cuando consideré que había llegado el momento la reté y ella sin pensarlo puso el día y la hora, compaginándola con torneos que tenía pendiente con otros jugadores noveles.

Estuve esperándola largo tiempo y cuando la vi entrar en la sala de juego con su cintura cimbreándose, falda corta, tacones altos y el palo en la mano, me dije “imbécil, ya has perdido la partida”.

La lucha fue encarnizada, comenzamos con preámbulos de dos contrincantes que no se conocen para paulatinamente ir subiendo de temperatura la partida.

Utilicé todas las artimañas aprendidas, me posicioné de mil maneras para que ella no tuviera queja de mi juego hasta que llegó el momento que las reglas se rompieron. Fue un cuerpo a cuerpo, todo valía, rodamos por la mesa, por el parquet. Terminábamos una partida y comenzábamos otra, ella nunca se cansaba y cuando perdía, de forma inmediata quería volver a comenzar de nuevo.

Fue un día inolvidable, yo no sé cuantas veces me corrí pero reconozco que al final ella me ganó, al menos por los gritos que salían de su garganta cuando terminaba antes que yo su orgasmo.

Fue interesante y hemos quedado para otro día en una mesa más profesional. El reto es alto y tengo que seguir entrenándome.
Nuevo registro de nuestro seguidor "Coronel Tapioca", ya vemos que, además de buscar su alma gemela, nuestro amigo, se entrena "duro" en el noble deporte del "billar".

Artículo reeditado: originalmente publicado el 03 de mayo de 2011.

13 de febrero de 2013

El Horror

El mundo apenas recuerda ya lo que fue. Este mundo, como salido de una pesadilla es el legado de nuestros mayores, un inmenso basurero donde no se puede respirar fuera de los recintos donde se habita. La sensación de que estás atrapado te persigue durante todo el día. Se engaña a la gente diciendo que se va a poner en marcha un proyecto que oxigenará el exterior pero yo, que trabajo en las plantas de regeneración de aire, sé que es mentira, todo lo que se cuenta es mentira, hemos perdido para siempre el bosque, la playa, pasear bajo el sol. Dentro de cien años no habrá aire para los que habitamos el planeta, a pesar de que somos la centésima parte de los que habitaban la Tierra cuando estalló la guerra. Se ha prohibido absolutamente procrear, tan solo nacen algunos niños manipulados genéticamente, los nuevos habitantes tienen que ser resistentes a las condiciones adversas y su coeficiente intelectual altísimo. Quizá alguno de estos superdotados encuentre soluciones para subsistir. Se vive con esa única esperanza porque todos los proyectos de vida en otros planetas han fallado. Fabricar comida es un reto día a día, aparte de las píldoras de vitaminas, los alimentos sintetizados escasean, las reservas no duraran mucho más. Hay algunos viveros con plantas que no se contaminaron, crecen con luz artificial, pero nuestros organismos ya no están acostumbrados, estos alimentos provocan enfermedades nuevas. 

Trabajo catorce horas diarias, algunos días más, pero puedo pasar tres horas a la semana con el siquiatra de mi sección. Si no fuera por ellos, muchos de nosotros, tal vez yo también, se decidirían por el suicidio. Los gobernadores tienen que evitarlo a toda costa, una cadena de suicidios sería imparable, para nuestra psique débil, soñar con ese descanso es sumamente peligroso, por eso suicidio es una palabra prohibida. A pesar de que somos muchos para compartir los pocos recursos que quedan, nos necesitan a todos para mantenerlos. Locura es otra palabra prohibida, la locura induce a los hombres a desastres, si se boicoteara una máquina de oxígeno en un acceso de locura morirían mil personas. 

Nadie tiene derecho a negar su cuerpo a otro. No puedes dañar la autoestima de otro superviviente, ni nadie dañar la tuya. Pero cada vez menos se desea a alguien aquí, el encuentro es rápido y maquinal. Los hombres parecen como sombras que pasan a tu lado, con la piel macilenta y el alma cansada. Nunca sonríen, nadie sonríe aquí. 

La única religión permitida es el amor a la vida. Cualquier otra de las que una vez existieron sería más fácil de practicar. Estaban concebidas para momentos límite, para resignarse con la vida que tuvieras, prometiendo otra maravillosa después de la muerte. En gran parte, esas religiones fueron las culpables de los enfrentamientos, estableciendo diferencias entre los hombres. Ellos que predicaban que un único Dios era el padre de toda la creación, no aceptaban a los que tenían una fe diferente. Ahora, tristemente, todos somos hermanos, la misma ración de aire para cada humano, la misma dosis de agua reciclada, los mismos gramos de alimento, básicamente lo necesario para subsistir. Es irónico que la destrucción de la Tierra, provocada por las guerras de religión hayan conseguido convertir a todos los hombres en iguales. 

La desesperación tamizada, la angustia tamizada, el dolor a través de un velo, que sólo te produzca malestar en el estómago, un deseo perenne de vomitar, pero controlado, sujeto, para que nunca traspases la barrera. Para seguir adelante, para no pensar en el horror de esta vida. Para no pensar.

Hesperia

En esta ocasión, Hesperia nos regala un relato futurista, envuelto en una atmósfera opresiva en el que la humanidad está al borde de la extinción. GRACIAS.

14 de enero de 2013

Locura Transitoria

Mi abogado me ha aconsejado que alegue "Locura Transitoria". Si tengo una buena actuación durante el juicio es posible que ni siquiera llegue a pisar la cárcel, estilo americano: lágrimas, cara de desesperación, aparecer enajenado, suplicar el perdón. Si lo hago bien, es posible que me internen en un centro de mejora del coco, él dice que ha funcionado en casos parecidos al mío y que… bien pensado, me dice, es como unas vacaciones largas en un balneario. Puede ser cierto, calma, serenidad, al fin y al cabo es lo que he perseguido siempre… el silencio. 

Después de ese tiempo largo, volver a la vida normal, como antes, es posible que pueda olvidarlo por completo, el tiempo desfigura los hechos, quizás también para los demás fuera un recuerdo difuminado y lejano. Yo podría seguir con mi vida como si hubiera sido un mal sueño, un espejismo, una película de terror. 

La idea es excelente pero no es factible en ningún modo. Ahora mis facciones denotan bienestar, paz interior, mis miembros están relajados, hasta mi caminar y mi habla se han vuelto pausados y dulces. Todo me parece hermoso de nuevo, he vuelto a mirar a los niños con ternura. 

El juez no me escucharía ni cinco minutos, imposible fingir ese estado de perturbación, de pena… la versión de mi abogado no aguantaría, ¿mostrarme arrepentido, deshecho? No tengo la más mínima oportunidad, cuando el juez me pregunte, que lo hará, acerca de mis sentimientos hacia los hechos, sé que mi cara no podrá contenerse y romperé a reír hasta que me duelan los costados, y cuando mi cuerpo deje de doblarse por los espasmos de la risa y sea capaz de pronunciar algunas palabras, creo que lo único que alcanzaría a decir entre las carcajadas sería algo así: 

-Con la venia, Señoría, ¿Qué siento acerca de lo que pasó? ¿Cuál es mi percepción de lo sucedido? Pues… francamente… perdone que no pueda parar de reír… nunca me había sentido tan bien, mi vida cobró sentido el día que asesiné a esa familia del piso de al lado que hacía tanto ruido. 

Hesperia

Esta nueva colaboración de Hesperia, repleta de humor negro, nos hace sonreír  GRACIAS.  

23 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (V) Desenlace Final


La cuarta de las hermanas, no pudo soportar aquella incestuosa desfloración y en el amanecer de aquella noche sin luna, encontraron su cuerpo, pero no su alma.
El bullicio se ha tornado en silencio en esta familia.
La pequeña y última de nuestras hermana, es un ser inquieto, inteligente y tocado de un ángel luminoso.
Está con todos, pero con nadie. La ven, pero no saben donde está.
Ella va y viene y en su mente pretende desvelar el misterio de tanta tragedia entre sus hermanas, sin levantar sospechas por miedo a correr la misma suerte; un día recorriendo las dependencias de su “jaula de cristal”, descubre una buhardilla nunca antes explorada, con arcones que contienen escritos antiguos. La curiosidad le lleva a remover todos los pergaminos y entre ellos esta uno con un sello lacrado que llama su atención: el beso del dragón.
Con inquietud y mucho cuidado desempolva este alegato, que lee con atención y le revela sus misterios.
Si ella no quiere correr la misma suerte de sus hermanas o ser entregada por su padre al benefactor, ha de encontrar a los Bakes (espíritus en japonés) y rogar por su consejo.
La pequeña emprende una larga expedición. En pro de éxito de su misión, tras mucho caminar, días de lluvia y sol encuentra el refugio de los Bakes y a sus puerta llama pidiendo consejo.
Estaban todos, Bake Capitán, el cocinero, el poeta, el que elaboraba licores y se los bebe, el experto en artes marciales, el artista de los dibujos… y alguno que se me queda atrás. Ellos deliberaron el caso de la joven y meditaron la respuesta a su mal, y tras cuatro fases de luna le comunicaron a la joven el remedio para liberar a su familia del antiguo y maléfico pacto con el benefactor:
La joven debía de: QUEDAR CON LOS BAKES A TOMAR UNAS CAÑAS (cruz campo, por supuesto).
Y…colorín colorado este cuento se ha acabado, y yo con vosotros, me he quedado… de buen rollo, vale…

“Apoteosis Final” en el Desenlace del Artículo de nuestra amiga… QUEEN.

Reedición: Artículo publicado el 20 mar 2010.

16 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (IV)


Tristeza en casa del rico comerciante, dos de sus hijas han muerto ahogadas en las turbias aguas del río.

El rico comerciante ante tanta desgracia, enloquece y no quiere salir de su residencia. Se aisla en sus dependencias y no quiere recibir visitas. El sabe, que de no entregar a una de sus hijas al benefactor, toda su fortuna y el honor de sus antepasados, corren peligro.

Pasan los días y llegan los días tristes de lluvia. Su cuarta hija muy preocupada por su padre, le comienza a visitar a su alcoba, aun rompiendo su prohibición de que nadie le visite.

El esta débil y ausente pero reconoce en su cuarta hija el destello de su amada, a su madre, su mujer y se deja cuidar por ella.

Ella se entrega en alma y cuerpo a cuidar de su padre, y él mejora. A él, su hija, le recuerda muchísimo a su esposa, linda doncella.

Una noche sin luna, temblores de alba, su padre ya no pudo matar sus celos, e hizo suya a su cuarta hija.

Cascabeles de sangre, peces de plata corrieron por su cuerpo de seda y nácar (adaptación de Hilario Camacho).

En la siguiente entrega el desenlace…
Queen, queremos saber el desenlace final, por favor...

Reedición: Artículo publicado el 19 mar 2010

9 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (III)


La vida continua en el hogar de nuestro comerciante, aun con la ausencia de la mayor de sus hija, que el justifica con un largo viaje a visitar a un familiar.


La primavera llega, dando luz y calor a todas las criaturas y las hermanas disfrutan de esta benevolente estación, saliendo a disfrutar de los dones de la naturaleza.

Lucen, hermosísimas, las flores frescas del campo prendidas en su pelo, sus risas se mezclan con los cantos de los pájaros y sus juegos alegran a las almas en pena.

Y en los secretos de sus juegos, a la memoria de la 2ª Y 3ª hijas del comerciante, llegan aquellas escenas de amor de su hermana mayor, que ellas desde lejos y en el anonimato observaban.
La nostalgia las hace unirse. Ser cómplices de aquel secreto y a la vez amantes.

Reproducen aquellos juegos que vieron entre el desconocido y su hermana. Sus blancas manos recorren sus cuerpos, se excitan, se buscan y se aman.

Sienten miedo de los extraños, pero entre ellas hay gran pasión. Se ausentan solas muchas veces, para dar rienda a ese nuevo descubrimiento que las hace tan felices cuando están solas.

Pero una tarde de verano a la sombra de un viejo árbol, cuando reposaban una junto a la otra, después de un fervoroso encuentro amoroso, fueron introducidas en unos sucios sacos y en un presuroso carruaje que las condujo Dios sabe donde.


Continuará…
¿Sabéis de quien...? Por supuesto de Queen

Reedición: Artículo publicado el 18 maz 2010

2 de diciembre de 2012

El Beso del Dragón (II)


Su frágil cuerpo se estremeció, las manos que la arropaban traspasaban los tejidos que cubrían su cuerpo, abrasándola. Su consciencia la traicionó: solo quería volverse y entregarse a ese calor desconocido pero tan placentero que no le permitía usar la razón.
Lentamente se fue volviendo y sus labios entreabiertos chocaron con unos labios ardientes que querían poseerla.
Tembló cuando sintió el roce tibio sobre sus pezones, de la boca de aquel extraño.
Ante tantas turbulencias de emociones, algo inesperado provoca que su interior se humedezca y toma iniciativa en este nuevo mundo. Su cuerpo se contonea, se entrega y exige a su voluntad, dar paso al placer.
Mientras tanto, todo es observado…por unos ojos incrédulos y asombrados por esta escena que contienen la respiración para no ser descubiertos.
Las escenas de amor incontrolado entre la mayor de las hermanas y su dulce desconocido, se repiten ante la atenta mirada de…
En unos de estos encuentros, plácidos, románticos, eróticos, instintivos y muy satisfactorios, al despedirse la pareja, seria su ultima despedida.
Su padre también era conocedor de este secreto y antes de entrar la doncella a sus alcobas, la introdujeron en un saco y rápidamente salió en un carruaje a un destino que nadie sabemos.
El destino de su amante desconocido, también fue fatal.

Continuará…
Nuevamente Queen ...

Reedición: Artículo publicado el 17 mar 2010