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22 de junio de 2015

No sabemos votar

No sabemos votar. No estamos preparados. He llegado a esta conclusión tras ver cómo han reaccionado, ante los resultados del 24-M, personas que saben muy bien lo que nos conviene a todos, no en vano son representantes de la vieja política, banqueros o empresarios. Ellos sí son de fiar, y no todos esos ciudadanos, que han sido muchos, a quienes no se les ha ocurrido otra cosa que votar a Ahora Madrid, Barcelona en Comú, Compromís o Podemos. Y por culpa de tanto voto inconveniente, ahora estas formaciones están en disposición de gobernar en ciudades y autonomías o de influir en su gobierno. ¿Es que hemos perdido el juicio?

En vez de votar en masa a PP y a CiU, que habría sido lo lógico ya que son organizaciones con enorme experiencia (en recortes, corrupción, etcétera), resulta que muchos electores han preferido hacerlo a fuerzas políticas que van a destrozarnos la vida. Es evidente. Bueno, en realidad no hay ninguna prueba de ese destrozo, pero esas personas que saben muy bien lo que nos conviene no necesitan pruebas para saber lo que pasará ymenospreciar a los nuevos partidos, lo que, de paso y sin decirlo, es también un menosprecio a quienes les han votado. Menosprecio merecido. ¿Cómo se puede votar, por ejemplo, a Ada Colau? ¿Quién es Colau comparada con esas personas que saben lo que nos conviene? No es nadie. El presidente del Banc Sabadell la ha definido como un personaje «folclórico» y «anecdótico». Dar la cara para que no echen a la gente de su vivienda solo te convierte en anecdótico. En cambio, para dejar de ser una simple anécdota y hacer historia, nada mejor que avalar una fianza de tres millones a Rodrigo Rato, como hizo Banc Sabadell. Eso sí da prestigio.
Incumplir programas

También da un gran prestigio incumplir programas electorales. Es una obviedad, pero no ha estado de más que lo recordara otra persona que sabe muy bien lo que nos conviene: Juan Rosell, presidente de la CEOE. Tras el 24-M, Rosell ha pedido a los partidos que «se olviden de los programas y miren la realidad». Ahí va, según el INE, una realidad: cada vez hay más pobres en España. Creo que el líder de la CEOE sufrió un lapsus, y lo que de verdad quiso pedir a los partidos es que olvidasen los programas y no mirasen la realidad. Es que me cuadra con lo que dijo hace un año, cuando afirmó que en España no habían bajado los salarios.

Pero aún se puede caer más bajo que los salarios. Tras el 24-M, la presidenta de Navarra ha indicado que España puede derivar «en una Alemania prenazi». Y una concejala del PP ve la posibilidad de que «se quemen iglesias y se violen monjas». Dos pruebas más de que no sabemos lo que nos conviene, y por eso no estamos preparados para votar. Aunque es curioso que alguien del PP hable de quemar con tipos como Rus, Rato o Bárcenas, PP también podría significar Pirómanos de la Política.

JORDI ÉVOLE
Periodista

1 de junio de 2015

Quiero ser funcionaria corrupta

Me enteré la semana pasada. En Alabama (EEUU), una mamá y su hijo de 5 años llegaron a un restaurante de comida rápida y, antes de entrar, vieron a un indigente en la puerta. El niño quiso saber quién era ese señor, y la mamá le explicó que era alguien que vivía en la calle porque no había tenido suerte en la vida. Entonces, el chaval preguntó a su madre si podía invitarlo a comer, y ella le dijo que sí. El sintecho aceptó la invitación, y pidió un bocata. El peque le dijo que pidiera todo el beicon que quisiera. Y hubo un aplauso general del resto de clientes del local. Me apunto al aplauso. Y como lo prometido es deuda, al final el crío pagó la cuenta. Con dinero bueno, como él. Sin paripés. Nada de pagar con una tarjeta black y luego apuntarse a un curso de voluntariado en un comedor social, como ha hecho Rodrigo Rato. Este niño se merece el Princesa de Asturias de las Humanidades. El año pasado le dieron este premio a Quino, el creador de Mafalda. El dibujante declaró en Oviedo: «Espero que los niños de hoy no sean los corruptos de mañana».

Ilusión, más que esperanza

A mí también me va la esperanza… Bueno, hoy más que la esperanza, me va la ilusión. Ustedes lo entenderán. Por ejemplo, la ilusión que respiraba esta redacción escolar, en plan carta a los Reyes Magos, escrita por una niña de 13 años. Alicia, que es como se llama, estudia la ESO en Madrid. En la carta pedía a los Reyes que su familia siguiera siendo una piña para afrontar los golpes que da la vida y superarlos. Y añadía: «A algunos a lo mejor les parece poco, ya que, según los de arriba, ya no hay crisis. Yo también estaría de acuerdo con eso si cerrase los ojos e hiciese caso a los que, por lo visto, no se han tomado la molestia de pasarse por mi barrio para ver que aquí sigue todo igual. Igual de mal. Cuando salgo a la calle, sigo viendo gente buscando comida y ropa en los contenedores...». Finalmente, Alicia pedía por favor a los Reyes que esta vez no pasaran por su casa, porque allí todo va bien, pero que no olvidasen ir a casa «de los que mandan, para darles un poco de humanidad y sentido común». Y le hicieron caso. Rajoy lo confirmó hace unos días: «El PP es el refugio de la cordura y el sentido común». Sin duda. Allí se han refugiado Bárcenas,Granados, Matas y mogollón de gente que tiene en común un sentido de la honradez que quita el sentido.

Pese a la esperanza (perdón, la ilusión) que tiene el padre de Mafalda en los niños de hoy, no todos son como Alicia o el peque de Alabama. La insensibilidad social y la corrupción también tienen futuro. En Cantón (China) hicieron una encuesta con esta pregunta: «¿Qué quieres ser de mayor?». Y una niña de 6 años contestó: «Yo quiero ser funcionaria corrupta, porque los funcionarios corruptos tienen muchas cosas». Vaya. Seguro que es la excepción. Porque hoy estoy con la esperanza, digo con la ilusión.

JORDI ÉVOLE
Periodista