Durante la primera mitad del
siglo XIX se desarrolla un gran movimiento cultural en todos sus aspectos, se
denomina Romanticismo.
Su comienzo lo podemos situar en la filosofía y cultura alemana, país, en el
que se produce un movimiento llamado "Sturm und Drang" (tempestad y
pasión), que propugna la creación literaria al margen de las reglas clásicas y
revaloriza la expresión artística de vivencias y sentimientos. Es ésta la
sensibilidad prerromántica, que también se manifiesta muy pronto en Inglaterra
y posteriormente se extiende por el resto de Europa.
Es una nueva concepción del mundo,
donde el tema principal es el amor, amor concebido como pasión del alma, amor
imposible, insatisfecho, anhelo de una mujer imposible, mujer o sueño producto
de la mente. La libertad y la gloria fueron conceptos unidos a este movimiento,
Espronceda, José Zorrilla, Víctor Hugo, Jean Paul…
El pueblo llano quedaba al margen
de este movimiento que posteriormente y pasado los años sería los perfectos
valedores de esta poesía utópica y llena de sufrimiento interior.
A mediado del siglo, el
Romanticismo evoluciona a un Intimismo que muchos denominan Postromanticismo caracterizado
por la interiorización y la discreción. El poeta analiza sus sentimientos
íntimos, desahoga su corazón en una confianza destinada a sí mismo; no tiene
auditorio. Piensa mucho, siente más y habla poco. El poeta se ha convertido en
un espíritu único y en soledad. Cultiva su propia tristeza, se resigna a su
soledad que es al mismo tiempo su oscuridad.
Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de
Castro, Lord Byron o Mihai Eminescu son
ejemplos de esta soledad, de un
intimismo que cada poeta lo sintió de forma a veces distintas pero tuvieron
nexos en el rechazo del mundo que les ha tocado vivir. Los artistas románticos tomaron
dos direcciones opuestas: la nostalgia por los antiguos valores tradicionales
(monarquía absoluta, religión, ideales caballerescos), o la rebelión no sólo
frente a su mundo si no frente al antiguo (republicanismo, anticlericalismo,
ideales democráticos). Por eso podemos hacer la distinción entre un Romanticismo tradicional o conservador y un Romanticismo liberal o progresista.
En estos tiempos de perplejidad económica, de valores escondidos y de sexualidad sin palabras, sorprende conocer a personas jóvenes que no sólo sienten de forma romántica sino que además son ilustradas de un movimiento que tuvo gran capacidad creativa.
Sirva como ejemplo, esta poesía "Si daca..." (traducido como "Y si..."), de Eminescu que escribió en 1883, momento que puede considerarse como parte del período de la madurez de su obra, expresándose con mayor claridad y lucidez filosófica, cuyos versos, remitidos por una amiga y seguidora del blog, transcribimos.
Y
SI…
Y
si ramas golpean la ventana,
Y los álamos se estremecen,
Es para tenerte en mi mente
Y suavemente acercarte.
Y los álamos se estremecen,
Es para tenerte en mi mente
Y suavemente acercarte.
Y
si estrellas se reflejan en el lago,
Iluminando su hondura,
Es para apaciguar mi dolor,
Volviendo a estar sereno.
Iluminando su hondura,
Es para apaciguar mi dolor,
Volviendo a estar sereno.
Y
si las nubes espesas van
Y en el claro sale la luna,
Es para acordarme de ti
Y guardarte siempre en mi memoria.
Y en el claro sale la luna,
Es para acordarme de ti
Y guardarte siempre en mi memoria.