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21 de julio de 2014

Amiga soledad


A lo largo de nuestro pasear por este mundo que nos ha tacado vivir, gozamos de felicidad y sufrimos desdichas que van al unísono con el tiempo vivido. En mi caso, tuve la suerte de conocer a mi amiga soledad en un momento de mi vida que no quisiera recordar ahora, fue para mi de lo mas desastroso, vergonzoso, increíblemente real y anímicamente terrible, una de esas situaciones que nadie se espera pasar en su vida y que sin embargo la sufren los "afortunados" que pululan en ésta.

Pues bien, apenas había conocido a mi amiga soledad, mis conocidos hablaban de ella con llanto y penas, de dolores, de desgracias, de amarguras y un sinfín de connotaciones tristes que nadie desearía estar nunca en contacto directo con aquella. Pero yo creo que se ha exagerado demasiado, ella es lo que quieras tu, ella te da lo que le regales tu, y además no hay nadie en el mundo que te de la fiabilidad que te de ella, es como un espejo donde quieras mirarte, y ver lo que tu desees, quizás no te hayas dado cuenta de que la felicidad y la tristeza están unidas por la mano de la persona que lo padece, o sea, tu.

En la soledad cuando estás alegre, cantas al aire haciendo temblar las paredes de tu casa y sin embargo entre los amigos de rutina, te da vergüenza porque piensas que creen que lo haces fatal, también en soledad decides ver esa peli porno que televisan esta noche, y delante de tus colegas eres un macho que no necesitas ese tipo de películas para tener una buena erección, o cuando estamos tristes nos arropamos en el dolor recordando cada instante de lo padecido produciendo mas dolor hundiéndonos mas y mas en ese sofá que te trae mas recuerdos tristes.

Yo lo veo así, si estoy triste por estar solo, busco compañía, que siempre hay alguien aunque tengas que pagarle, si es por dolor anímico lloro, y en cada una de mis lágrimas va un trocito de sufrimiento, y ellas ayudan a descongestionar mi alma, si es por conseguir algo que depende de otra persona el lograrlo, le doy tiempo, paseo e intento no correr, aunque lo tengas en pensamiento a cada instante, expresar lo que sientes y plasmarlo en un trozo de papel también es constructivo, con el paso de tiempo ves si lo escrito ha cambiado o no.

Nuestra amiga siempre estará dispuesta a construir para nosotros un precioso paisaje donde nos vemos alegres, o una jaula hecha con girones de nuestra alma, encerrados en nosotros mismos preparando lo que tu desees para tu futuro, es cierto, pero hoy es hoy, vívelo, disfrútalo.

Una canción que lleva la verdad por bandera, dice así:

Hoy puede ser un gran día
planteátelo así
aprovecharlo o que pase de largo
depende en parte de ti

dale el día libre a la experiencia
para comenzar
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar

No consientas que se esfume
asómate y consume
la vida a granel
hoy puede ser un gran día
duro con él

Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir
si lo empleas como el último
que te toca vivir

saca de paseo tus instintos
y ventílalos a sol
y no dosifiques los placeres
si puedes derróchalos

si la rutina te aplasta
dile que ya basta de mediocridad
hoy puede ser un gran día
date una oportunidad

Hoy puede ser un gran día
imposible de recuperar
un ejemplar único
no lo dejes escapar

que todo cuanto te rodea
lo ha puesto para ti
no lo mires desde la ventana
y sientate al festín

pelea por lo que quieres
y no desesperes
si algo no anda bien
hoy puede ser un gran día
y mañana también.

Articulo reeditado: Originalmente publicado el 07 de Febrero de 2011.

6 de mayo de 2014

Mi embarcación



 

El cabo Haddock consideraba que dominaba su gran embarcación. Craso error, amigo escafandra, te han convertido en una figura exclusivamente decorativa y te dejan que lleves el timón ya que es una réplica china que imita al verdadero y que por fortuna está en otras manos, de momento...

Tú te sientes feliz ya que aunque sospechas el engaño te dejas embaucar por amor, mucho amor.

Tus descendientes: vigilan y supervisan; te bronquean; te quieren demasiado, pero tus decisiones son todas filtradas y la mayoría anuladas. El amor paterno filial a veces viaja en un camarote interior, sin vistas al mar y con leyes que siempre protegen al menor, al de la litera inferior.

Los que no llegaron: nadan de isla en isla y nunca escalan en la tuya. Le escribes sms y siempre te dicen: “a la orden, capitán”, pero hoy no, la próxima vez será.

Tus amigos ¿ ?: digamos que hablo de Jekyll and Mr Hyde, del economista, el analista de sistemas o la que nunca se implica en nada: ellos simplemente no navegan, se marean y no saben nadar, no están.

Y qué me dices de tus mujeres, tu harén. Ellas descansan en las bodegas del pasado y no desean volver con un cabo anarquista, de escaso capilar y que dirige una nave con el corazón dolorido y un sextante de plástico.

¡Pobre de ti, ladrón de sueños! ¡Qué solo te veo! Tu barco hace aguas desde hace ya algún tiempo y sin embargo tu estupidez no te permite ver la realidad y sigues pensando que vas el primero en la regata de los solitarios (eso lo dice el can).

La injusta se ha aliado contigo y veo pocas soluciones para tu permanente tristeza, quizás lanzarte y encallar en un campo de amapolas, quizás, solo quizás, logres retrasar el tiempo y tu barco vuelva veinte años hacia atrás, a la normalidad.

¡Ah! Se me olvidaba, siempre puedes acurrucarte a tu almohada chiquitita y ella con sus besos te haga olvidar. 

No busques fuera lo que en casa tienes ya.
Para todos los que navegan en barco ajeno y llevan la tormenta en su corazón.

10 de octubre de 2013

Contradicciones



Me resulta difícil escribir, incluso pensar sobre las contradicciones que pasan en la vida de otras personas y que con efecto boomerang se mezclan en la mía causándome a veces espasmos, otras impotencia para fantasear y la mayoría, lágrimas de emociones contenidas que a veces explotan en rojo como una granada que se abre con el ardiente sol de este verano, que por otra parte, además de caluroso, está resultando idóneo para infidelidades y separaciones.

Un acontecimiento de abandono es inaceptable para mi ardiente corazón, pero es que, además, si el despecho viene acompañado de mentiras, miento, digo mejor, de sucesos inexplicables que no llego a comprender, ni nadie se dignifica en explicármelos, es entonces, amigo racional, cuando el cuerpo le manda corriente continua  a la mente para caer en la locura.

Loco sin volar, loco sin besos, los suyos.

Loco en la soledad, la mayor locura del loco, estar loco por no poder comprender qué ha sucedido, cómo, por qué.  No sólo estoy solo, sino que me encuentro en mi soledad abandonado.

Es cierto que le prometí que me descontaminaría del sexo, y no me refiero a retirarme exclusivamente de su cuerpo de natilla con ron, sino que me retiraba de todas y durante el tiempo necesario para purificarme exclusivamente para ella.

No lo has entendido de esa manera, mi limpieza, estaba claro, era necesaria. Mi adicción sexual me estaba matando y empobreciendo; tenía que terminar.

Un amigo, siempre suele ser un amigo, me dijo que ella no podía pasar un día más sin que yo le produjera los tres orgasmos de rigor, desayuno, almuerzo-siesta y cena con posibilidad de repetir en madrugada cerrada.

No me ha dado tiempo para presentarme virginal y no tuviera que mezclar su saliva con la que hacía “a pochi minuti” otra mujer había depositado en la última felación.

Otra amiga (su amiga),  me ha susurrado que sus coitos ya no son los mismos: el chico del seguro, el agente de la inmobiliaria o incluso su jefe el euro, sólo le proporcionan penetración y frustración. Su educación no le permite decir nada y con la excusa  de limpiar su vagina se dirige al baño para allí sacar mi fotografía desnudo (¿la podría demandar?), y provocarse el mayor corrimiento niagarense.

Lo siento nos hemos perdido, yo a ti y tú a mí, sin embargo yo he perdido más, a las demás. Siempre nos hemos movido, como dice la canaria, con el corazón, tú con el tuyo y el mío de los dos.

Tengo que plantearme salir de esta etapa conventual y olvidarte. Sé que probablemente no volverás y yo no estoy dispuesto a aceptarte, caso contrario.
Por cierto, te he bloqueado en facebook.


23 de abril de 2013

Cotidianidad


Ella no quiere estar sola, a veces busca compañía. No es muy exigente.
La soledad le asusta, por eso intenta ir más de prisa que el tiempo que le ha tocado vivir.
Suele huir a los rincones donde bullen voces que le hacen perder su individualidad. Le aterra el silencio y no le importa anular su personalidad a cambio de ir acompañada al siguiente bar.
Ella no quiere estar sola, tiene miedo.
Se escabulle con la multitud, se mezcla con el grupo y por supuesto nunca ha considerado la posibilidad de encontrar la felicidad en la soledad.
Ella no quiere estar sola y compra segundos de felicidad. 
Su pareja ya no la comprende, se siente sola. No comparten lecho y los silencios siempre son individuales.
Ambos huyen del encuentro. Ya no luchan. Buscan una felicidad pasajera para no tener que afrontar la realidad de compartir una cotidianidad. Tienen miedo de mirarse a los ojos y dialogar; ya ni siquiera saben como comenzar.
Soledad de la cotidianidad, la peor. 

11 de abril de 2013

Soliloquio en silencio


Qué triste es la soledad cuando necesitamos a la persona amada, el cuerpo no descansa, la mente se acerca al desvario, el corazón llora eternamente, la noche se hace interminable y el día nace con la sensación de saber que nada ha cambiado.

Quiero llegar a ti. Te imagino de mil formas diferentes: una canción solitaria, un pensamiento fugaz, un perfume, tu perfume. Todo aquello que tenga semejanza a los momentos vividos o soñados.

Quiero llegar a ti. No puedo encontrar el camino. Voy buscando una luz y sólo encuentro oscuridad. Busco la estrella que me guíe y no logro seguirla. Me siento perdido.

Quiero llegar a ti. Mis manos dibujan tu cuerpo y la silueta se desvanece en el vacío. Mis labios te llaman y sólo el silencio me responde. Me siento triste y enfermo. Ni siquiera en mis pesadillas te puedo encontrar.

Quiero llegar a ti y no me importa cómo. Estoy cansado de llorar, estoy cansado de andar, que los años sigan pasando y yo te siga queriendo. Mi amor es eterno.

Quiero llegar a ti y estoy llegando a la locura. Mi nueva compañera tampoco te conoce y yo te sigo queriendo. Mi amor loco es eterno.

"Decirnos Adiós, Volverlo todo negro, Como la boca de un lobo, Como la noche sin Luna. Decirnos Adiós".

Te pido perdón. Sin lagrimas, sin palabras, muriendo en mi sufrimiento. Te pido perdón. Por favor, liberame de esta inquisición.


9 de enero de 2013

Estoy jubilado


                              
Hoy toca jubilarme. Después de cuarenta años trabajando, hoy toca dejar el trabajo, dejar lo que día a día ha sido mi forma de vivir, hacer lo que es mi responsabilidad, para conseguir que el trabajo esté a la altura, que sea un éxito.

Hoy ya es mañana, y tengo aun la inercia de dirigirme al trabajo, pero ya no hace falta, ya terminé mi contrato con la empresa, y no quiero sentirme solo, no quiero sentirme aislado, quiero ser el de siempre, ¿qué pasa?, ¿porqué no?  Lágrimas salpican mi rostro cuando mi soledad es la única que me saluda, me acompaña, que cubre mis momentos.
Lamento este enfoque, el tiempo en que he vivido, trabajado, he tratado de que el respeto llegue a la meta antes que la edad.

Pero hoy ya es mañana, hoy soy jubilado, y necesito lo que antes daba a los que empezaban, quizás sea amor, compañía, no se, pero necesito no estar solo, quiero sentirme alguien.

La importancia de ser alguien, es sentir aire fresco en los pulmones, es despertar con una mañana clara, con sol, sin nubes, agradable, que te invita a saborearla, a participar en ella, y eso te realza las ganas de vivir.

He de ser sincero, y decir que cuando era joven, no era capaz de ver esto, no tenía entendimiento para ver lo que hoy estoy viendo, y verdaderamente me siento triste por no haber tenido la capacidad suficiente y dar conocimiento a los más jóvenes de que esto ocurriría.

Se suele decir que la persona emérita, disfrutaría una vez separada de las obligaciones habituales, pero que gran utopía, toda una vida trabajando, para sentirte más que inútil, un estorbo, algo caduco que debería terminar ya.

Es cierto que hoy ya estoy jubilado, que ya es mañana, y no hay vuelta atrás, pero también tengo la suerte de contar con muy buenas personas, compañeros que sin pensarlo, siguen respetando al que lo ha ido dando año tras año en la empresa donde trabajan, y que en estos momentos, me invitan a pasar una velada con ellos, como antes de jubilarme, como si todo fuera igual.

Su bondad es grande, jóvenes que ha recogido mi relevo en el trabajo, y han sido capaces de hacer que yo pueda desplazar a mi soledad, porque me siento muy bien, porque los tengo a ellos, amigos que me hacen sentir que aunque emérito, sigo vivo.

Gracias amigos, y desde aquí quiero hacer un llamamiento a aquellos que están a punto de la jubilación, y dar a conocer que antes que tu, hay gente que se siente sola, ayúdala, y verás como después te vendrá la tuya.

17 de diciembre de 2012

Energías


Sentada entre centelleantes personas, hablando como ellos, viviendo la magia de las palabras, la crisis, el esfuerzo de pensar antes de hablar, sentada entre personas luminosas, entre seres de energía, ya sin palabras, a través de una corriente subterránea en el aire, sintiendo, escuchando, compartiendo. Y me siento sola, estamos condenados a la soledad, pero no a una soledad silenciosa, es una soledad de aparatos inservibles, llena de otra gente, ya nunca como antes, ya eres de soledad, estás marcada por ese vacío lánguido, aunque lleno interiormente pero vacío exterior, vacío al fin. He descubierto que no hay saldos de islas, no podré vivir mi soledad dignamente, no podré volver a la madre tierra desde un lugar aislado, roto, desgajado del mundo. No, me es negada la posibilidad de sumergirme en mi soledad, estando llena de tierra y mar, me es negado incorporarme a la tierra y al mar hasta desaparecer físicamente, en la soledad, siempre en la soledad, con los árboles, con el mar, con las gotitas cristalinas que ya no deslizarán por mis senos, ya nunca en la soledad, siendo ellos y yo, siempre sola, eternamente sola. No, nunca la isla, nunca los libros y Chopin, ni la limonada del anochecer, ni la cama inmensa, nunca la isla, nunca sola pero aún más terriblemente sola, para siempre, entre otros, sola, hasta olvidando las palabras que me hicieron descubrir el mundo de los sueños, sola de palabras, sola de música, sola con los ruidos. 

Vagaba en ese limbo donde olvido muchas cosas. No, me encuentro bien, sí, no debo pensar demasiado, yo no debo permanecer mucho tiempo encerrada. Soy un alma libre, de bicicleta en la noche, de catedrales nocturnas, de energías mágicas pero accesibles, sin pensamientos tenebrosos o rabiosamente complejos, no debo dejar que mi mente vuelva a los procesos mentales, soy un trozo de materia feliz, sin pensar, aún puedo ser feliz sólo con la memoria. Los recuerdos que vuelven por unos instantes, recuerdos de vidas pasadas o de vidas futuras, recuerdos vividos o recuerdos soñados, sólo recuerdos. Pensar puede destrozarme, como en el orwelismo no-pensar, no hay nada que pensar, sólo recordar y escribir, y no olvidar, nunca olvidar. Yo no quería construir recuerdos futuros como María Iribarne, pero no puedo dejar de construirlos, los recuerdos son parte esencial de mi vida. 

Hesperia

Nuestra amiga Hesperia, nos permite coger las flores de su jardín para que todos vosotros podáis disfrutarlas. GRACIAS por tu relato y los que vendrán. 

11 de julio de 2012

Añoranza

Un día, disfrutando de una birra, me confesó mi gran amigo Camilo una experiencia laboral que le dejó absorto; para él fue inolvidable, como algo imborrable que te deja marcado, muy sentimental.
El ilustre Camilo, hombre se gran sapiencia y muy dado a la dialéctica, se dedica a atender llamadas de información en una Administración Pública.

Cierto día, a primeras horas de esa mañana, atiende la llamada de una señora, de unos sesenta años aproximadamente, para que le informasen de un tema concreto.
La conversación comenzó, como resulta lógico, por enfocar, en una primera impresión, la información demandada, pero no se limitó exclusivamente a ese tema, sino que derivó hacia otros, sin orden ni concierto, ajenos al nudo gordiano de la cuestión.

Día tras día, sin cesar, las llamadas continuaban, la temática se iba diversificando. Eran aproximadamente unos treinta minutos de deleite, fantasía e ilusión, por ambas partes.
El tiempo transcurre y las contínuas y fluyentes conversaciones hacen posible que se fuesen conociendo.

Camilo supo que Cristina padecía una enfermedad degenerativa, incurable; postraba en una silla de ruedas y vivía sola en un piso de la ciudad, con barreras arquitectónicas.
Cristina tenía una voz cándida, elegante, dulce, de ensueño; transmitía optimismo y estado positivo; hablaba muy poco sobre su estado de salud, sólo lo necesario, quería evitar una condena mental.

Contaba su etapa universitaria en el Reino Unido, morando en una residencia de monjas. Su mundo laboral, tras su etapa británica, casi siempre estuvo ligado a trabajos de intérprete de inglés. Sabía hablar de forma muy correcta y educada, y lo que es más importante, sabía escuchar.
Las temáticas eran heterogéneas, dialogaban de Geografía, de Filosofía, de Arte, de Religión,  de la experiencia de la vida, de la familia, de Política, todo entremezclado.

Lo importante para ella, su necesidad básica, era sencillamente comunicarse con otros seres humanos, alimentar su espíritu, una vez, aunque no estoy seguro de ello, concienciada de su situación física.
Su optimismo radiante cautivaba la humilde sensibilidad de Camilo.

Llegó un día en el que Cristina no llamó, al día siguiente tampoco, tampoco el siguiente; no llamó más.
Camilo quedó pensativo, preocupado y apesadumbrado ante tal situación. No conocía su dirección ni su número de teléfono, sólo su nombre y su voz.

A Camilo, desde entonces le conocen como el hombre de la añoranza.

2 de abril de 2011

La atracción de la Luna (Reedición)


Aquella era una noche de tormentas en un cielo totalmente despejado, una de tantas noches en la que tú y tu soledad compartís los problemas y las dudas de porque tienen que acabar así las cosas, de porque la tregua no aparece para que el precipicio que tienes a tus pies desaparezca, a que en un abrir y cerrar de ojos la luz vuelva a brillar siendo todo como era al principio.


Pero en fin, yo y mi soledad decidimos dar una vuelta en aquella noche primaveral, conduciendo cuando las calles están calladas y vislumbrando aquella luna que se encargaba de poner luz a mis pocas ideas. De pronto me sorprendió una silueta femenina caminando en la misma dirección que yo llevaba, pare en el arcén, y como si los dioses me hubiesen escuchado, aquella chica subió al vehículo y al verla me quede perplejo, sin habla, tanto fue así, que ella me aconsejo que moviera el coche, que no deseaba permanecer en ningún sitio fijo, a lo que casi balbuceando le conteste "oh, claro, ahora mismo", prosiguiendo el trayecto, pero sin rumbo alguno.


Aun no salía de mi asombro ver la preciosidad que estaba a mi lado, morena, ojos grandes, una sonrisa que calmaba a cualquiera, y un cuerpo que podía ser envidiado por todas las mujeres del mundo, quise despertar pensando que podía haber gato encerrado, pero cuando pude ver con mas claridad, di gracias a los dioses porque por lo menos tenía a alguien con quien hablar, escuchar, y lo que no llegue a pensar fue la maravillosa noche de primavera que Manuela me hizo pasar y lo bien que se había sentido al escuchar a otra persona que llevaba las maletas llenas de problemas, mientras que ella los llevaba en un pequeño monedero.


Yo creo que todo empezó sobre las once y media de la noche, y cuando la deje en su casa, mi reloj marcaba casi las cinco de la madrugada, fue apoteósico, se me olvidan adjetivos que califiquen aquella noche. Los dos necesitábamos amor, cariño, atención, risas, abrazos, caricias, climax, y sin conocernos llegamos a la conclusión de que parecía que nos conocíamos de toda la vida, nos enamoramos y amamos aquella noche de tormentas en un cielo despejado, y en la despedida, pudimos observar el uno en el otro, el rostro de felicidad por el logro conseguido, la ayuda prestada, una reciprocidad exacta en compañía de una Luna que con su luz se pudo conseguir la perfección.


Intente no pensar en Manuela, pero una y mil veces he vuelto a pasar por aquel lugar por si me volvía a sonreír la diosa Fortuna y me daba la oportunidad de verla de nuevo. No fue así, ella seguía su vida y yo paseando con mi soledad recordando el brillo de sus ojos con la luz de la Luna en una noche de tormentas en un cielo totalmente despejado.