Aquella era una noche de tormentas en un cielo totalmente despejado, una de tantas noches en la que tú y tu soledad compartís los problemas y las dudas de porque tienen que acabar así las cosas, de porque la tregua no aparece para que el precipicio que tienes a tus pies desaparezca, a que en un abrir y cerrar de ojos la luz vuelva a brillar siendo todo como era al principio.
Pero en fin, yo y mi soledad decidimos dar una vuelta en aquella noche primaveral, conduciendo cuando las calles están calladas y vislumbrando aquella luna que se encargaba de poner luz a mis pocas ideas. De pronto me sorprendió una silueta femenina caminando en la misma dirección que yo llevaba, pare en el arcén, y como si los dioses me hubiesen escuchado, aquella chica subió al vehículo y al verla me quede perplejo, sin habla, tanto fue así, que ella me aconsejo que moviera el coche, que no deseaba permanecer en ningún sitio fijo, a lo que casi balbuceando le conteste "oh, claro, ahora mismo", prosiguiendo el trayecto, pero sin rumbo alguno.
Aun no salía de mi asombro ver la preciosidad que estaba a mi lado, morena, ojos grandes, una sonrisa que calmaba a cualquiera, y un cuerpo que podía ser envidiado por todas las mujeres del mundo, quise despertar pensando que podía haber gato encerrado, pero cuando pude ver con mas claridad, di gracias a los dioses porque por lo menos tenía a alguien con quien hablar, escuchar, y lo que no llegue a pensar fue la maravillosa noche de primavera que Manuela me hizo pasar y lo bien que se había sentido al escuchar a otra persona que llevaba las maletas llenas de problemas, mientras que ella los llevaba en un pequeño monedero.
Yo creo que todo empezó sobre las once y media de la noche, y cuando la deje en su casa, mi reloj marcaba casi las cinco de la madrugada, fue apoteósico, se me olvidan adjetivos que califiquen aquella noche. Los dos necesitábamos amor, cariño, atención, risas, abrazos, caricias, climax, y sin conocernos llegamos a la conclusión de que parecía que nos conocíamos de toda la vida, nos enamoramos y amamos aquella noche de tormentas en un cielo despejado, y en la despedida, pudimos observar el uno en el otro, el rostro de felicidad por el logro conseguido, la ayuda prestada, una reciprocidad exacta en compañía de una Luna que con su luz se pudo conseguir la perfección.
Intente no pensar en Manuela, pero una y mil veces he vuelto a pasar por aquel lugar por si me volvía a sonreír la diosa Fortuna y me daba la oportunidad de verla de nuevo. No fue así, ella seguía su vida y yo paseando con mi soledad recordando el brillo de sus ojos con la luz de la Luna en una noche de tormentas en un cielo totalmente despejado.
Entrenido, romantico y nostálgico.
ResponderEliminarNo te hace falta Manuela(opino), tú eres una persona alegre y feliz con Manuela o sin ella.
ResponderEliminarUn colaborador completo. Pescador, maestro del billar, flamencólogo, poeta y excelente amigo. ¿Quiém da más? Gracias.
ResponderEliminarAventura interesante, difícil de creer pero interesante.
ResponderEliminarSonia de Salamanca escribe:
ResponderEliminarHistoria muy bonita. Es cierto que cuando una persona tiene necesidad de comunicarse y encuentra a otra en el mismo estado nace irremediablemente una empatía que posibilita todo. Yo he vivido experiencia parecidas, a veces nunca los he vuelto a ver, pero esa noche o dia fue especial y nunca los podré olvidar.
No conocía yo está faceta tan romántica de este Bake. Me ha sorprendido y me ha encantado.
ResponderEliminarEsto se deberia organizar, quien colabora, de que manera....... etc.
ResponderEliminarBuen articulo
Es precioso como todo lo que escribes tienes un don muy especial.
ResponderEliminarLa luna me convierte en loba. ¿tú me quieres?
ResponderEliminarSe dice, se rumororea que una empresa de jardineria pagada con fondos municipales le mantiene el jardín privado de la mansión del Maná Maná.
ResponderEliminarEl artículo muy bello.
No pienses que lo eres. Sabes que lo eres.
ResponderEliminarPrepotente, ladrón, cobarde, prevaricador, adultero..............y también de la cascara amarga
Un gran artículo lleno de sensibilidad.
ResponderEliminar01/04/2011 Odiel / Elena Oliveros
ResponderEliminarDormirán en la puerta del antiguo edificio de hacienda hasta que el Ayuntamiento les pague la liquidación completa de su jubilación. Son los 23 bomberos y policías retirados en 2010 y en lo que va de año que aún no han cobrado lo que es suyo a pesar de que el Ayuntamiento sí pagó a muchos de sus compañeros jubilados años antes. Tienen las ideas claras. No les sirven promesas ni más negociaciones que no sea el cobro completo de su liquidación. Explican que harán una tregua el día de las elecciones y estarán expectantes al resultado para volver, de inmediato, a iniciar su exigencias de cobro ante quien regente el Ayuntamiento tras los comicios.
tu si que me atraes a tu red y personalidad
ResponderEliminarEn un mitin electoral: «Vota al Pepe, porque el ayuntamiento está al borde del precipicio. Si volvemos a salir elegidos daremos un paso al frente» .
ResponderEliminarpicha brava ere un monstruo y sin abuelas
ResponderEliminarPorqué los condones van en cajas de 3, 6 y 12
ResponderEliminarUn hombre va a la farmacia con su hijo de 8 años..
Pasan por el estante de los condones y el niño pregunta:
- Papá, ¿ qué es eso?...
El padre no sabe que decir y responde:
- Se llaman condones. Los usan los hombres para tener sexo seguro.
El niño se queda mirando y coge una caja de 3 y pregunta:
- Papá, ¿por qué hay 3 en esta caja?..
El padre responde:
- Esos son para los chicos del instituto. Uno para el viernes, uno para el sabado y uno para el domingo...
El niño agarra una caja de 6 y pregunta:
- ¿Y estos para quien son?..
El padre responde:
- Esos son para los universitarios. Dos para el viernes, dos pa ra el sabado y dos para el domingo.
El niño continua mirando y coge una caja de 12.
- Papá, ¿para quienes son estos?..
El padre le mira y con una lagrima en el ojo le responde:
- Esos son para los casados. Uno para Enero, uno para Febrero, uno para Marzo....
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ResponderEliminarBuena historia pero no me la creo. Buena historia pero me pasó a mi.
ResponderEliminarSabes que me gustas y que tus historias me vuelven locas. Dejate ver mas.
ResponderEliminarOtro de condones.
ResponderEliminarUn hombre muy tímido vivía cerca de una farmacia.
Un día, cuando no había nadie habla con el farmaceútico y le dice que cuando necesite condones y en la farmacia haya gente, se lo pediría en forma de poesía.
Se acerca un día; mucha gente en la farmacia, y desde la puerta dice:
-El tímido: ¡Volverán las oscuras golondrinas!.
-Farmaceútico: ¿En bandos de seis o de doce?.