31 de octubre de 2010

Gustave Courbet


Pintor francés muy prolífico y de gran influencia que, junto a sus compatriotas Honoré Daumier y Jean François Millet, fue pieza fundamental en el origen de la escuela realista de pintura del siglo XIX.

Hijo de una familia acomodada de agricultores del Franco Condado, Courbet nació el 10 de junio de 1819. Llegó a París alrededor de 1840, según parece para estudiar derecho, sin embargo, se dedicó a pintar, cosa que aprendió copiando las obras maestras del Museo del Louvre.
En 1850 expuso Los picapedreros (1849, en la Gemäldegalerie de Dresde, destruida por un bombardeo en 1945), cruda representación de unos obreros arreglando una carretera. En esta obra Courbet evita deliberadamente el elemento exótico, de gran carga emocional, característico de la tradición romántica y no sigue las reglas de composición de la pintura académica. Siguió escandalizando a los académicos con su obra de enormes proporciones Entierro en Ornans (1850, Museo Orsay, París), en la que un friso de campesinos pobremente vestidos rodea una tumba de grandes proporciones.

El desafío a las convenciones se hace aún mayor en otra pintura de colosal tamaño, El estudio del artista (1855, Museo Orsay), que subtituló Alegoría real sobre siete años de mi vida artística. En el centro se halla retratado el propio Courbet pintando un paisaje, con un niño, un perro y una voluptuosa mujer desnuda, a la izquierda, un grupo de personajes con aire aburrido le ignora manifiestamente, a la derecha, una multitud de amigos llenos de vida y entusiasmo admira su obra.

En esa misma época publicó un provocativo manifiesto en el que exponía con todo detalle su credo social y realista sobre el arte y la vida, que le proporcionó una gran popularidad. Para entonces su estilo ya estaba totalmente maduro y se caracterizaba por una técnica magistral, una paleta limitada aunque vigorosa, composiciones sencillas, figuras de modelado sólido y severo (como puede apreciarse en los desnudos) y gruesos trazos de pintura muy empastada que a menudo aplicaba con espátula, lo cual se manifiesta sobre todo en los paisajes y las marinas. Courbet, tan radical en política como en pintura, fue nombrado por la revolucionaria Comuna de París en 1871 director de los museos de la ciudad, puesto desde el que logró salvar las colecciones del Louvre del incendio de las Tullerías y del saqueo de las masas. Sin embargo, tras la caída de la Comuna, Courbet fue acusado falsamente de haber permitido el derribo de la columna triunfal de Napoleón ubicada en la Plaza Vendôme, fue encarcelado y condenado a pagar la reparación. En 1873 fue obligado a expatriarse, se trasladó a Suiza y allí continuó pintando hasta su muerte, el 31 de diciembre de 1877 en Verey.
El pasado día 21 de Octubre, un seguidor anónimo, nos dejó en comentario, este apunte sobre la vida y obra de Gustave Courbet, pintor francés autor del cuadro que se publicó, como imagen, en el artículo de Bake Gibran: " El Coño de la Bernarda". Nos ha parecido de interés y por eso lo publicamos, Gracias seguidor anónimo, seguro que tu eres de los que piensan, como nosotros, que el arte y la desnudez, nunca son escandalosos, el escándalo solo existe en los ojos de los que lo contemplan

30 de octubre de 2010

Historia de Rodas y su Coloso


En el año 305 a. C., Rodas, que en las luchas de los diádocos se había alineado con Ptolomeo I, fue invadida por un poderoso ejército dirigido por Demetrio Poliorcetes, hijo de Antígono I Monóftalmos.

Para apoderarse de la ciudad, Demetrio mandó construir varias torres de asedio con el fin de asaltar las murallas. La primera de estas torres fue montada en seis barcos. Este primer intento no dio resultado porque los barcos naufragaron en una tormenta antes de que la torre pudiera ser utilizada. Demetrio volvió a intentarlo con otra torre aún mayor construida sobre la tierra. Este tipo de arma de asedio era denominada helepolis. Ahora bien, los defensores rodios repelieron el ataque inundando el terreno ante los muros para que la helepolis no pudiera ser desplazada.

En el año 304 a. C. una flota enviada por Ptolomeo I, aliado de Rodas, hizo huir precipitadamente a Demetrio, quien abandonó la mayor parte de su armamento de asedio. A pesar de su fracaso frente a los muros de Rodas, Demetrio obtuvo el sobrenombre de Poliorcetes, "conquistador de ciudades" por sus éxitos militares.

Para celebrar su victoria, los rodios decidieron erigir una estatua gigantesca al dios Helios, protector de la ciudad. Su construcción fue encargada a Cares, nativo de la isla, que ya antes había realizado estatuas de gran tamaño. Su maestro, el célebre Lisipo, había esculpido una estatua de Zeus de 12 metros de altura.

56 años después de su construcción, en el año 226 a. C. un terremoto derribó la colosal obra. Los habitantes de Rodas decidieron dejar sus restos en el mismo lugar donde cayeron por seguir el designio de un oráculo. Y así quedaron los restos de la estatua por novecientos años aproximadamente, hasta que en el año 654 d. C. los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una de sus incursiones.
Un seguidor anónimo, nos dejó esta reseña histórica como comentario el pasado día 19 en el artículo Karsten el Coloso, colaboración de Bernardo publicada el 17 de Octubre. La publicamos por su interés y añadimos algo más sobre El Coloso de Rodas.
El Coloso de Rodas fue una gigantesca estatua del dios griego Helios, erigida en la isla de Rodas, Grecia, en el siglo III adC por el escultor Cares de Lindos. Hecha con placas de bronce sobre un armazón de hierro, la estatua representaba al dios griego del sol, Helios. Su tamaño era de unos 32 metros de altura y un peso de unas 70 toneladas, aproximadamente como la moderna Estatua de la Libertad.

29 de octubre de 2010

Esa Gentuza (Reedición)


Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte

¡Vivan nuestros políticos! ¡Viva la política!

Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.

Este artículo fué publicado por Gibran el 30/11/2009, su reedición se incluye en esta serie de Pérez-Reverte. Cuando lo leí, pensé que era yo el que caminaba por la Gran Vía de mi ciudad ¿A vosotros no os pasa lo mismo?.

26 de octubre de 2010

Porque te vi


La nostalgia y la tristeza suelen coincidir, se rompieron mis esquemas, después comprendí, que sí hoy estoy así es porque te perdí.
Hoy, caminando por la calle de nuevo te vi, y luego recordando no pude dormir y las puertas del recuerdo cedieron al fin, me nublaron la vista y me escondí.
Fue una noche eterna, donde las estrellas y mi corazón, al verme llorar, no aguantaron más y dejaron de brillar.
Ya sé que te perdí, pero el reflejo de tu cara sigue aquí, como si estuviera tatuada sobre mí.
Yo creía que sabía, pero nunca aprendí, que sí hoy estoy así, es porque te vi.
Puede que te ame tanto, que puede que no te ame bien.
Puede que para seguir viviendo, necesite oír tu voz.
Puede que para mí lo seas todo y yo para ti, la nada.
Quizás yo te quería más que a nada y tú no me quisieras nada.
A lo mejor no sientes lo mismo que yo y tus sentimientos son distintos, pero me cuesta tanto aceptar, que ya nada es igual y me quiero aferrar, a la idea de que algún día volverás.

24 de octubre de 2010

La actitud (Reedición)


La actitud, en general, y por desgracia, está sometida a la ley del tobogán.

Esa situación la marca la ley implacable de la sociedad. ¿Qué es eso? Muy simple: la gente, mayoritariamente, simplemente se adapta o se deja llevar, como las olas del mar, cobardemente, por la opinión o constumbre de la mayoría, por el que dirán..., para entrar al final en el mundo de la hipocresia, el de la comodidad.

Una pregunta retórica, que seguramente no encontrará contestación: ¿Qué le gustaría realmente a cada persona?

Si tuvieramos que responder con sinceridad podríamos construir un mundo distinto que provocaría una onda sísmica tan grande que movería todos los cimientos de la sociedad.

¿Nos arriesgamos?

23 de octubre de 2010

La Teogonía

Autor: Hesiodo


"Cuando los dioses y los mortales disputaban en Mecona, Prometeo, tratando de engañar al inteligente Zeus, con ánimo resuelto le ofreció un enorme buey que había dividido. Por una parte puso, en la piel, la carne y las entrañas ricas en grasa, ocultándolas en el estómago del buey; por otro lado, colocando bien los blancos huesos del buey con engañoso arte, se los presentó, después de haberlos cubierto con blanca grasa. Ante esto el padre de los dioses y hombres le dijo: 'Japetónida, famoso entre todos los soberanos, mi buen amigo, cuán desigualmente hiciste las partes'. Así habló en tono mordaz Zeus, conocedor de inmortales designios. A él le respondió, por su parte, el astuto Prometeo con una leve sonrisa, sin olvidarse de su engañoso artificio: 'Zeus gloriosísimo, el más grande de los sempiternos dioses, elige de éstos el que en tu pecho te indique tu ánimo'. Habló en verdad, con engañosa mente y Zeus, conocedor de inmortales designios, se dio cuenta y no ignoró el engaño, sino que en su corazón proyectó contra los hombres mortales males que, realmente, iba a cumplir. Levantó con ambas manos la blanca grasa; se irritó en sus entrañas y la cólera le llegó a su ánimo cuando vio los blancos huesos del buey por el pérfido engaño. Desde entonces en la tierra las estirpes de hombres queman para los inmortales blancos huesos sobre humeantes altares. Y a aquél Zeus amontonador de nubes, muy irritado le dijo: 'Japetónida, conocedor de los designios relativos a todas las cosas, mi buen amigo, no te olvidaste, en efecto, del pérfido arte'. De ese modo se expresó lleno de irritación Zeus, sabedor de inmortales designios, y desde ese momento, acordándose en cada instante del engaño, no otorgaba a los fresnos la fuerza del incansable fuego para los mortales que habitan sobre la tierra. Pero de él se burló Prometeo robando en una caña hueca la luz del incansable fuego que de lejos se ve. Dañó así, de nuevo, en lo más profundo del ánimo al altitonante Zeus, y le irritó en su corazón cuando vio entre los hombres el brillo del fuego que desde lejos se observa. Al punto, a cambio del fuego, tramó males para los hombres... Así no es posible engañar ni transgredir la voluntad de Zeus, pues ni siquiera el Japetónida, el benefactor Prometeo, se escapó de su pesada cólera, sino que por la fuerza de una gran cadena le retuvo, a pesar de ser muy sabio."

"
A Prometeo, de astutas decisiones, lo ató (Zeus) con ligaduras de las que no se pudo liberar, con dolorosas cadenas que metió a través de una columna, y contra él lanzó un águila de amplias alas. Ésta le comía el inmenso hígado, pero éste crecía por la noche tanto cuanto el ave de rápido vuelo había devorado por el día". Un mortal, Heracles, dio cuenta con su flecha del águila devoradora. Entonces Zeus, reconocido el hecho, se resignó a que yo cargara parte de la cadena y de la roca que arranqué con la ayuda del héroe. Torpemente, Zeus, no quiso escuchar las condiciones que tenía yo en mente para beneficio de ambas partes. Solamente, cuando le advertí acerca de su futuro vio el peligro y a regañadientes compensó con mi libertad el consejo que de mí necesitaba. Y aún obstinado, pensó que aunque libre se agotaba mi tiempo ya que la inmortalidad no me había sido concedida. Pero Quirón, el buen amigo y educador de los mortales, cambió conmigo su sino y eligiendo él bajar al Hades dejó la eternidad en mis manos. Ahora, luego de penurias y fatigas, estimulando siempre la esperanza, atraigo a los humanos para que también conquisten la libertad y su inmortal destino."

El engaño es malo, la hipocresía y considerar que no existe nada más que tu verdad se llama locura intencionada y eso es complicado pues solo te quedará el aislamiento en una mazmorra de Zeus y no será en el Olimpo, será en tu propia mente.

Nuestro seguidor, Baco, nos dejó este texto de la Teogonía (Hesiodo), como comentario en el artículo La Verdad y la Mentira, que publicó Bake Gibran el 13/10/2010, en él, se plasma el engaño y la hipocresía, planteado en la relación de los personajes de la mitología griega, lo que sería trasladable a cualquier ámbito de la vida, incluido un blog... lo publicamos como artículo dado su interés.

22 de octubre de 2010

Locura de Amor


Como dice Serrat en una de sus canciones: “Todos me critican, mis amigos, mi familia…, tendré que marcharme de este barrio”, pero a él nunca le dejaré.

Soy como la mantis religiosa, que a cambio de hacer el amor no me importa que me devore. Estoy poseída, enamorada, loca… que más da.

Me tiene atrapada en su red, pero me encanta, le necesito y necesito igualmente que me posea. Necesito de sus caricias y muero cuando él decide que su cuerpo penetre en el mío. Estoy loca, lo sé, loca, loca, loca por él.

Llego a la conclusión que mi vida no tiene sentido si no soy su esclava; su esclava para satisfacer sus instintos más bajos o su pasión desbordada…, me gusta, me fascina, me diluyo de placer, muero por él.

Su mirada, su sonrisa, su sexo, si arrogancia, su infidelidad o su desfachatez me consumen y al mismo tiempo me dan vida, la que necesito para vivir. Él es mi Dios.

Yo no sufro, peno y lloro, acepto mi destino y no deseo otro.

Mi vida, mi alma, mi cuerpo están inexorablemente unidos al suyo.

Si es ángel o demonio da igual, y si se reencarnara en una flor, yo sería su pistilo para y por toda una eternidad, estar dentro de él.

Llamadme loca, quizás, loca de amor; nunca lo comprenderéis, quizás, solo quizás, si escucháis esta canción:

“Te vas porque yo quiero que te vayas,
A la hora que yo quiera te detengo,
Porque quieras o no, yo soy tu dueño.
Yo quiero que te vayas por el mundo,
Quiero que conozcas mucha gente,
Quiero que te besen otros labios
Para que me compares, hoy como siempre.
Si encuentras un amor que te comprenda
Y sientas que te quiere más que nadie,
Entonces yo daré la media vuelta
Y me iré con el sol cuando muera la tarde”.

20 de octubre de 2010

Alfonso XIII, ese franquista


Por Arturo Pérez-Reverte

Si es que te la dan hecha. La página, quiero decir. Con la náusea adjunta. Igual que si te metieran los dedos en el gaznate. Luego escriben cartas a XLSemanal, quejándose cuando los llamas gentuza y te refieres a sus muertos. Como una tal señora Cunillera, creo que se llamaba, o llama, que se descolgó una vez por el buzón de nuestro cartero con grititos de dignidad ofendida. Cómo se atreve, etcétera. El rufián.

Hoy me relamo con otra perla parlamentaria, y no me resisto a compartirla con ustedes. Especialmente porque, si no me equivoco, pasó casi inadvertida en la prensa: media tímida columnita en un rincón, y poco aire de la clase política. Entre bomberos, supongo que se dijeron, no vamos a pisarnos la manguera. La soltó un pavo llamado Joan Herrera, diputado de Iniciativa por Cataluña Verde, me parece que es, pero podía haberla facturado cualquier otro individuo de los que frecuentan el garito. O buena parte de ellos. De esos a los que alguna vez encuentro en la rotonda o los restaurantes del Palace -yo pago allí con mi dinero, y ellos también pagan con el mío y con el de ustedes-, y me veo obligado a oír sus conversaciones telefónicas o de viva voz. Como ya apunté en esta página alguna vez, España debe de ser el único país de Europa, o de por ahí cerca, donde para sentarse en las Cortes no hace falta tener ni el bachillerato.

En pregunta parlamentaria, hace un par de semanas, ese tal Herrera inquirió, muy serio, si bajo los supuestos de la ley de Memoria Histórica de 2007, que impone la retirada de objetos, monumentos o menciones conmemorativas que exalten la sublevación militar de 1936, el Gobierno tiene previsto cambiar el nombre de la Base Alfonso XIII de Melilla: que a su juicio, y de acuerdo con la citada ley, «supone una exaltación franquista». Respondió el Gobierno que, aunque se han tomado muchas medidas acordes con lo establecido en esa ley, la figura de Alfonso XIII no está incluida en ella, puesto que el abuelo del actual monarca dejó de reinar en España con la proclamación de la II República, que fue anterior a la Guerra Civil y a la dictadura del general Franco. Lo que, dicho en bonito, venía a significar que el diputado Herrera se había tirado un planchazo de órdago, mezclando dictaduras -la de Primo de Rivera sí fue bajo Alfonso XIII- y liándose más que el tobillo de un romano.

No vayan a creer ustedes que Herrera, azote implacable -y verde- de dictadores y dictaduras, pidió disculpas por meter la gamba hasta la ingle, o en sincero auto de fe salió al día siguiente en el telediario admitiendo: soy un indocumentado y un cantamañanas. Nada de eso. Se dio por satisfecho, y con la solemne impavidez del tonto, supongo, miró al soslayo, fuese al bar y no hubo nada. Quede claro de todas formas, diría su gesto seguro y la sonrisilla satisfecha, que aquí mis votantes y yo no dejaremos pasar ni una. Faltaría más. A esa puta y facha España.

Opino, sin embargo, que el Gobierno, aunque diligente, anduvo escaso en la respuesta. Mañana mismo, algún otro insobornable martillo de dictadores puede sentir curiosidad por franquismos parecidos, y esta clase de cosas es mejor prevenirlas. Lo de Alfonso XIII es más que una simple anécdota: delata caudales de rancia estupidez nacional, aliada con ignorancia y oportunismo político. Individuos que hacen preguntas como ésa, indigentes intelectuales de semejante calibre, votan leyes y deciden, con sus pactos, alianzas y pertinaz desvergüenza parlamentaria, nuestro presente y el futuro de varias generaciones. Habría convenido, por tanto, aprovechar la respuesta gubernamental para explicar a los vigilantes de la playa, y compañía, que Franco fue un dictador culpable de muchas cosas; pero que España es un lugar complicado y viejo, con tres mil años de verdadera memoria histórica, donde antes de la Guerra Civil, fecha a la que aquí se remite toda referencia y clave de nuestros males, ocurrieron otras cosas. Aunque despachara a moros y cristianos, por ejemplo, el Cid no era franquista. Ni Cervantes, aunque escribió en castellano. Tampoco los Reyes católicos, que expulsaron a los judíos, o Felipe III, que echó a los moriscos. Y la bandera roja y amarilla, pásmense todos, no la impuso Franco en 1936, sino Carlos III -que era un rey ilustrado- en 1785, inspirada en la antigua señal del reino de Aragón. Todo eso está en los libros de Historia, explicado muy clarito. Los hay de bolsillo, baratos. Cuando hagan otro de esos caros viajes protocolarios internacionales con avión en clase preferente, hotel y dietas a que tan aficionados son nuestros diputados, en vez de ponerse ciegos a canapés en las salas Vip de los aeropuertos, podrían leer alguno.
Lo dicho, siento vergüenza ajena, porque ellos carecen de ella

19 de octubre de 2010

En todas las casas se cuecen habas


En El Coronil (Sevilla), se está celebrando el XXII Campeonato de España de billar a tres bandas, donde se han inscrito un total de 136 jugadores de la geografía española, y con gran alegría y nerviosismo, acudí el lunes en mi primer enfrentamiento.

A las 17.00 horas empezó para mi el campeonato enfrentándome a Pepe, un jugador sevillano que tuve la fortuna de eliminar, ya que es bastante bueno en estos menesteres, tanto es así que solo le gané por cuatro carambolas, pero como nos conocemos desde hace mucho tiempo, nos lo tomamos con mucha filosofía y quedamos como lo que somos, caballeros y amigos.

Al día siguiente conocí a Javier, un señor deportista y mejor persona de Móstoles (Madrid), y que después de ganarle la partida de billar, le gané como amigo, almorzamos juntos, nos contamos anécdotas billarísticas, y quedamos en avisarnos en cuanto uno viaje a la ciudad del otro.

A José Ramón, gallego de Pontevedra, es una mas de las personas que entran en el catálogo de caballeros deportistas en mi lista de jugadores rivales con los que he tenido el placer de enfrentarme, simpático, siempre con su sonrisa sincera, y con la misma premisa de pasarlo bien y abrir puertas tratándose de la amistad.

Hablar del catalán Esteve, no se, me faltaría algo que contar. Para el profano decir que este señor, es uno de los jugadores mas completos del momento, campeón de Europa, de España, de Cataluña, es una máquina de hacer carambolas, y yo que ese día estaba bendecido y las hacía todas, le gané la partida, que estuvo en suspense hasta el final, dado que los dos queríamos la victoria. Al final, estrechamos las manos, dando felicitaciones uno y las gracias el otro, y quedar como hay que quedar, como caballeros deportistas, es bonito acudir a cualquier sitio y que te traten con respeto y cariño.

Pero ahora viene la madre del borrego, el garbanzo negro de la familia, aún quedan zoquetes como estos dando vueltas al mundo, como si fueran los únicos que viven en ella, mirando a la gente por encima de su hombro, exigiendo en vez de solicitar, me recuerda al Mana maná.

Jordi Martí, catalán, recordar lo que hizo este individuo, me da nauseas, y cuando terminé de dar las felicidades por la victoria ante mi, no me quedé con las ganas de decirle lo que pensaba, que era un cerdo billaristicamente hablando, porque su comportamiento deja mucho que desear en el aspecto deportivo, siendo conocido por este tipo de acciones en toda la comunidad catalana.

Reconozco que tiene buenas manos para el billar, es peligroso para cualquier contrario, pero de caballero tiene lo que yo de zapatero. Al terminar, se me acercaron varios jugadores que lo conocían del circuito de billar nacional, y me contaron que efectivamente es un cerdo a la hora de jugar con quien sea,.

Para los que no sepan, decir que el billar de carambolas, está tipificado como un deporte de caballeros, y hay que ponerlo en práctica con los jóvenes que empiezan en el, los gestos antideportivos, acciones para distraer al contrario,no disculparse al realizar un churro, no avisar al contrario cuando se equivoca de bola, o no estrechar la mano del vencedor, son normas que rigen para que un futuro campeón sea también un perfecto caballero deportista.

Como se ha relatado antes, hay que intentar abrir puertas y dar a conocer a los demás lo que eres, para que te traten como tu los tratarás a ellos, y si empleas actos sucios, lo único que verás son tus narices aplastadas por el portazo que te den en ellas, serás muy campeón, pero el trofeo te lo entregarás tu solito.

Decir que tengo amigos por todas partes, gallegos, catalanes, vascos, valencianos, etc., y he estado en varios campeonatos donde tuve la mala suerte de no haberte conocido antes, porque si no, hoy estarías en Cataluña, y yo estaría jugando la siguiente ronda con caballeros de verdad, y no es porque seas catalán, pero en todas las familias, hay un grano negro, y en todas las casas se cuecen habas.

16 de octubre de 2010

Pescador pescado y mojado (Reedición)


Los momentos que relato, pueden parecer surrealista pero juro por Rocinante que fueron ciertos.

Hace algún tiempo, no recuerdo exactamente la fecha, nos llega cierta información a través de Fulano o Mengano...., la información consistía en que en la playa llamada "Piedras Negras", un paraje natural, virgen y exótico situado entre los enclaves turísticos de Mazagón y Matalascañas (Huelva), se pescaban anchovas (pez azul análogo a la caballa), en cualquier época del año. La anchova es un pez predador y voraz que puede pesar varios kilos, sobre todo los que se pescan desde la orilla.

Pues bien, nos reunimos cinco personas entre familia y amigos. La ilusión, el deseo, la fantasía y, sobre todo, la perfecta armonía de la compañía nos decidió para visitar la playa indicada. Hicimos reuniones previas, nos organizamos y propusimos un sábado de febrero del año que no recuerdo.

Nos pertrechamos: nevera, cervezas, bocadillos y con la ilusión a cuesta Rafael, Manuel, Javier, Luis y el que suscribe partimos desde Huelva a "Piedras Negras" con la compañia de un casette de "Danza Invisible", grupo que en aquellos momentos estaba pegando.

Continúo?........................, vale, me habeis convencido.

Aparcamos el vehículo entre los pinos y nos pusimos a caminar por un lugar donde no habia sendero establecido. Nuestra intuición era que la playa se orientaba hacia Poniente y cargados como sherpas tomamos ruta pisando finas y blancas arenas entre los pinares y matorrales del Mediterráneo, pero que también están en nuestro Atlántico.

Transcurrida media hora, eterna, divisamos el mar y el motivo de que no había ni un alma no era sólo por la lejanía sino que soplaba una ventolera que no bajaba de los 100 kilómetros hora. Para refrescarnos del cansancio también comenzó a llover y por supuesto sin paraguas; el mar estaba tan picado que la espuma de las olas llegaba hasta la primera línea de los pinos.

Nos miramos, no dijimos nada, ni tan siquiera sabíamos si la marea bajaba o subía. Para lanzar la caña no había otra que meterse en el agua y ante las miradas cobardes, Manolo y vuestro humilde servidor, decidimos comenzar la faena. Fuera los deportivos, calcetines y chandal. La caña que yo utilizaba no me llegaba ni a la altura del hombro y la de Manolo parecía petrificada, más rígida que un frigorífico de Simago.

Manolo se prepara, coloca el cebo, un tonino entero (llamada en Cádiz caballa caletera), en un anzuelo anchovero. Se mete en el agua hasta la cintura, lanza y sólo se larga el plomo, el tonino coge dirección contraria hacia los pinos y a punto estuvo de golpear a los tres mirones. Manolo, que es un tipo perseverante donde los haya, recupera, coloca un tonino más grande (cerca de un kilo), y lanza. Se escucha un grito, no se ve nada, saca el pié del agua, el plomo le había golpeado en el dedo gordo. Mal empezamos joder, pensé para mis adentros. Hago hincapié en que temblábamos, sobre todo los que estabamos en el agua, como un perrillo chico y el rechinar de los dientes llegaba hasta la vecina Matalascañas.

Un tercer intento, por fín, plomo y tonino se acarician y se marchan junto unos 25 metros hacia el rugiente Atlántico. Rápidamente Manolo se retira hacia atrás para colocar la "Petrona" en el pincho. Sorpresa, cuando llega a la orilla llevaba el tonino en sus espaldas. Esto había colmado el vaso.

Observando el panorama los tres cobardes de la orilla y los dos fracasados, pero osados pescadores, decidimos de común acuerdo, chorreandito de agua, volver al vehículo.

El espectáculo del mar era fantástico, un paisaje romántico pintado por un impresionista que algunos llaman Dios.

Fue una odisea encontrar el cuatro ruedas y temblando como jaras verdes, con olor a tomillo y a romero nos despedimos de la naturaleza y recalamos en un bareto de Mazagón. Allí nos pusimos moraos de cruzcampo y bocadillos mientras nos secamos.

Pasado el tiempo, supimos que la anchova se pesca en la pleamar del verano y lo de intentarlo en febrero fue como echar una caña en un pozo y esperar eternamente que algo pique.

La realidad es que no hemos mejorado mucho en la pesca, algunos tuporaqui han caido, pero eso no es lo importante. Lo mejor de esta historia, real donde las haya, es el rato que pasamos y que hoy yo os la pueda contar. Pescar sólo es aburrido. Estar con amigos pescando es un placer.

11 de octubre de 2010

Soy Jienense

Quiero cantarte preciosa
un pasodoble de España,
eres ciudad muy hermosa,
llena de gracia y
rumbosa.

!ay! Jaén tierra querida,
tu nobleza sin igual
hace que nadie te olvide;
eres la tierra ideal.

Plaza de Santa María,
barrio de la Magdalena,
con tus callejas morunas
llenas de viejas leyendas.

Jaén señorial, tu sol tu luz no se olvidan.
Tú eres la capital más bella de Andalucía.
Te quiero de corazón y te recuerdo siempre,
tus verdes olivares! !ay! Jaén del alma mía.

Bella mujer jaenera,
rubia, morena o castaña,
adornas con tu presencia
lo más bonito de España.

Eres reina de belleza,
causas gran admiración,
tienes porte de princesa,
sabes amar con pasión.

Bella mujer jaenera,
sal y solera derramas.
Eres clavel tempranero,
eres mujer de bandera.

Jaén señorial, tu sol tu luz no se olvidan.
Tú eres la capital más bella de Andalucía.
Te quiero de corazón y te recuerdo siempre,
tus verdes olivares! !ay! Jaén del alma mía.

Pasodoble a Jaén de Antonio Vallés Perdrix

9 de octubre de 2010

Eclipse (Reedición)


El ser humano, siempre ha buscado el sentido de las cosas, siempre se ha preguntado el por qué de lo desconocido. Pues bien, en medio de ese afán por el saber, cuando se topaban con algo a lo que no le encontraban explicación, utilizaban el mito.
En la antigüedad, los mitos eran muy comunes, sobre todo para la explicación de los fenómenos que se acontecían en la naturaleza.
Podemos encontrar diferentes mitos sobre un mismo fenómeno, según la cultura o la civilización que lo abordara, pero lo cierto es que cualquiera de nosotr@s puede crear un mito.

Mitos sobre el eclipse
Hoy, los conocimientos astronómicos están mucho más difundidos, aunque muchos piensan aún que eclipse quiere decir presagios funestos.
Es el miedo al dragón que se traga al Sol, el terror a las tinieblas y a la desaparición del astro que regula todos nuestros ritmos vitales. Y, aunque en realidad, el conocimiento científico del fenómeno se remonta como poco a la época babilónica (2.000 años antes de Cristo), los eclipses los utilizaron durante mucho tiempo los líderes religiosos y políticos para amedrentar a la gente.
Por ejemplo, los sacerdotes egipcios utilizaban sus conocimientos astronómicos sobre los eclipses para chantajear a la gente con la cólera de los dioses: el oscurecimiento del Sol era la prueba evidente de su ira.
En una ocasión, un emperador chino mandó ejecutar a sus astrónomos Hsi y Ho por no haber predecido un eclipse.
La Biblia también habla del fenómeno como «el día en que Dios oscurecerá el Sol». Y ese día, anunciado por el profeta Amós, tuvo lugar el año 763 antes de Cristo. Fue descrito por los asirios y cantado por los poetas griegos.
En el continente americano, los mayas y los aztecas ya conocían con seguridad cuándo se producían los eclipses, su calendario podría ser útil en nuestros días.
Los grandes conocedores de astronomía fueron los griegos que ya prevenían los riesgos de la luz solar que desprende el eclipse observándolo a través de su reflejo en la superficie del agua.
En la antigua Roma era práctica habitual gritar y chillar para expulsar a los demonios que oscurecían la luz, al tiempo que se vinculaba con la aparición de grandes tragedias. Y el hecho es que, a veces, los eclipses coincidieron con grandes catástrofes, lo cual alimentó sin cesar las leyendas populares.
No todo se tiñe de desgracias, el miedo a los eclipses también ha traído la paz. En el año 585 a.C Tales de Mileto predijo un eclipse que puso fin a la batalla entre lidios y medas.
Sin embargo, el historiador griego Tucídides cuenta que devastadores terremotos coincidieron con algunos eclipses. Una creencia que se afianza sobre todo en el siglo XVII y XVIII y que desemboca en 1978, cuando un terremoto en Irán mata a 25.000 personas, instantes antes de un eclipse.
Otra historia relacionada con el eclipse tiene como protagonista a Cristobal Colón. Durante su cuarto viaje al nuevo continente, en 1593, tuvo que atracar en una isla de Jamaica con las barcas destrozadas, para repararlas. Al comienzo consiguió que los indígenas de la isla le diesen de comer a sus hombres. Pero, a medida que iba pasando el tiempo, resultaba más difícil conseguir comida.
Para remediar la situación, Colón ideó un plan. Sabedor por sus cartas de navegación que el 29 de febrero de 1504 iba a producirse un eclipse total de Luna, reunió a los nativos y les dijo que su tacañería iba a verse castigada por los dioses. Los indígenas, presos de pavor, al ver el eclipse, le dieron cantidades ingentes de comida. Y Colón sació el apetito de sus hombres. Gracias al eclipse.

El mito del eclipse por una chica de instituto
Un día Zeus y Leto llenaron sus vidas de alegría con la llegada de dos hijos gemelos, a los que decidieron llamar Apolo y Ártemis. Ambos fueron siempre tratados por igual y era raro verlos separados, siempre estaban juntos jugando y aprendiendo nuevas cosas. Sus padres se sentían muy orgullosos de la buena relación que había entre ambos. Pero un día, Apolo y Ártemis se dieron cuenta de que lo que sentían el uno por el otro era algo más que amor de hermanos, se habían enamorado.
Al principio, se alegraron por ver que ambos eran correspondidos, pero pronto se asustaron al pensar en las terribles consecuencias que podrían sufrir si su padre, el temido Zeus, se enteraba algún día de sus verdaderos sentimientos. Por ello, decidieron guardar el secreto, e ir con cautela para no levantar sospecha alguna, pero desafortunadamente no funcionó.
Su padre acabó descubriéndolos y para cuando quisieron defenderse o hacer algo al respecto, ya era demasiado tarde, el furioso Zeus los había separado, antes de que se levantasen rumores que acabaran con su reputación. A Apolo lo destinó al sol y a su hermana a la luna, convirtiéndolos en el dios del sol y en la diosa de la luna. Zeus sabía que las posibilidades de que volvieran a encontrarse eran mínimas.
Pero no lo fueron del todo, pues desde aquel día hasta hoy, los sentimientos de los dos hermanos no han cambiado y tan fuertes son éstos que, cada ciertos años, vuelven a verse a escondidas en cada eclipse solar, donde se saludan y se dedican sus más tiernas palabras, deseando que llegue el momento de volver a encontrarse.

8 de octubre de 2010

La Muralla


- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?
Soy el lidiador de fuentes.
Vengo de bien y en son de paz.
Sólo vengo a prevaricar.
¡CIERRA LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy el mono de Cheetae.
He abandonado al grupo;
Me he tirado a la mala vida,
y además me he arruinado en la bolsa.
¡ABRE LA MURALLA!

- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy un miembro de la familia “Gurtel”.
Vengo por un traje con corbata
y otro con palomita.
¡CIERRA LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy Sandro Boticelli, el neoplatónico.
Vengo a crear “La Primavera”.
¡ABRE LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy el Maná-Maná.
¡Sí, el prepotente, el acosador,
el dictador, por si no lo creéis!.
Necesito carnaza, alguien a quien acosar.
¿Qué no hay nadie disponible?...
¡Lacayos míos, buscadme a cualquiera!
¡CIERRA LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?
Soy el de Bacuta.
Con mi trípode no puedo caminar;
Llevo toda la vida arrastrándola
y ya no puedo más.
¡ABRE LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy un sindicalista liberado.
Vengo a joder a los trabajadores;
Quiero más dinero;
Que mi Maná-Maná me dé alguna limosna y
¡A vivir la vida, que son cuatro años!
¡CIERRA LA MURALLA!

- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy Don Quijote, el de la Mancha.
Con mis varias salidas y
mis constantes luchas contra los gigantes,
vengo sediento, malherido y cansado de luchar.
Sólo veo Truhanes y Malandrines.
¡ABRE LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?
Soy el tío del cazo.
Me dedicaba antes a la inspección de trabajo
¡Ahí no me llevan más, ni con aceite hirviendo;
ni con la pareja de la Guardia Civil!
Soy político y no suelto la teta,
hasta que no acabe con el pringón.
¡CIERRA LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy Antonio Vivaldi.
Vengo con la intención de crear
una gran armonía entre todos los seres humanos,
durante las cuatro estaciones, todos los días del año,
a través de mi música.
¡ABRE LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy una edil municipal.
Se meten conmigo, pero me da igual;
Ya soy concejal y puedo aprovecharme de viajes,
Comidas (sobre todo), vehículo, móvil,
y todo sin pagar de mi bolsillo.
¡Qué pedazo de cucharón, ole mi coño!
Por fin he hecho méritos
para que me pinte Fernando Botero.
¡CIERRA LA MURALLA!
- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?Soy el engendro.
Desde que nací, no he dejado de vagar,
errante de este mundo;
No he encontrado sosiego alguno.
Mi peor experiencia, con gran diferencia,
fue la vivida con el Maná-Maná.
¡Estoy harto de manteca colorá!
¡ABRE LA MURALLA!

- ¡Tum, Tum! - ¿Quién es?
Soy el Marimantas y vengo a fornicar.
No te preocupes que vas a fornicar,
pero solo a los que han quedado fuera de la muralla,
y si te hace falta, te puedo prestar el Cipote de Archidona

2 de octubre de 2010

La Alegría de Vivir


Buenas noches alegría,
Buenos días ilusión
Buenas tardes “ganas”
¡Un “Olé” por la pasión!

¡Si pasión! PASIÓN por vivir,
Pasión por saborear,
ILUSIÓN
Ilusión por emprender,
Emprender sin miedos, sin paradas, sin miraditas hacia atrás…

“Ole y Ole” por la alegría,
Alegría por compartir, por sentir…
Por sentir sin reparos, sin remordimientos, sin obstáculos…

¿No somos acaso humanos? ¿O somos prototipos prediseñados con unos cánones
y un estereotipo endiabladamente marcados?

Retente, pero ve deprisa…
No respires…
No sientas… ¿Por qué?

Me niego a atajarme bajo el aura de lo social,
En la profunda túnica de lo opaco
¡Me niego a esconderme en el pozo de la apariencia!
En el “zulo” de lo impuesto
En el llanto ahogado de la hipocresía
Rechazo abrazar al abismo obstinado de la hipocresía
A la capa oscura del desazón
Al aura astringente de lo gris
¿Está acaso vetado vivir?


¡VIVE, NO SOBREVIVAS!


Artículo remitido por nuestra seguidora Luna Creciente, esperamos muchos más. GRACIAS