9 de octubre de 2010

Eclipse (Reedición)


El ser humano, siempre ha buscado el sentido de las cosas, siempre se ha preguntado el por qué de lo desconocido. Pues bien, en medio de ese afán por el saber, cuando se topaban con algo a lo que no le encontraban explicación, utilizaban el mito.
En la antigüedad, los mitos eran muy comunes, sobre todo para la explicación de los fenómenos que se acontecían en la naturaleza.
Podemos encontrar diferentes mitos sobre un mismo fenómeno, según la cultura o la civilización que lo abordara, pero lo cierto es que cualquiera de nosotr@s puede crear un mito.

Mitos sobre el eclipse
Hoy, los conocimientos astronómicos están mucho más difundidos, aunque muchos piensan aún que eclipse quiere decir presagios funestos.
Es el miedo al dragón que se traga al Sol, el terror a las tinieblas y a la desaparición del astro que regula todos nuestros ritmos vitales. Y, aunque en realidad, el conocimiento científico del fenómeno se remonta como poco a la época babilónica (2.000 años antes de Cristo), los eclipses los utilizaron durante mucho tiempo los líderes religiosos y políticos para amedrentar a la gente.
Por ejemplo, los sacerdotes egipcios utilizaban sus conocimientos astronómicos sobre los eclipses para chantajear a la gente con la cólera de los dioses: el oscurecimiento del Sol era la prueba evidente de su ira.
En una ocasión, un emperador chino mandó ejecutar a sus astrónomos Hsi y Ho por no haber predecido un eclipse.
La Biblia también habla del fenómeno como «el día en que Dios oscurecerá el Sol». Y ese día, anunciado por el profeta Amós, tuvo lugar el año 763 antes de Cristo. Fue descrito por los asirios y cantado por los poetas griegos.
En el continente americano, los mayas y los aztecas ya conocían con seguridad cuándo se producían los eclipses, su calendario podría ser útil en nuestros días.
Los grandes conocedores de astronomía fueron los griegos que ya prevenían los riesgos de la luz solar que desprende el eclipse observándolo a través de su reflejo en la superficie del agua.
En la antigua Roma era práctica habitual gritar y chillar para expulsar a los demonios que oscurecían la luz, al tiempo que se vinculaba con la aparición de grandes tragedias. Y el hecho es que, a veces, los eclipses coincidieron con grandes catástrofes, lo cual alimentó sin cesar las leyendas populares.
No todo se tiñe de desgracias, el miedo a los eclipses también ha traído la paz. En el año 585 a.C Tales de Mileto predijo un eclipse que puso fin a la batalla entre lidios y medas.
Sin embargo, el historiador griego Tucídides cuenta que devastadores terremotos coincidieron con algunos eclipses. Una creencia que se afianza sobre todo en el siglo XVII y XVIII y que desemboca en 1978, cuando un terremoto en Irán mata a 25.000 personas, instantes antes de un eclipse.
Otra historia relacionada con el eclipse tiene como protagonista a Cristobal Colón. Durante su cuarto viaje al nuevo continente, en 1593, tuvo que atracar en una isla de Jamaica con las barcas destrozadas, para repararlas. Al comienzo consiguió que los indígenas de la isla le diesen de comer a sus hombres. Pero, a medida que iba pasando el tiempo, resultaba más difícil conseguir comida.
Para remediar la situación, Colón ideó un plan. Sabedor por sus cartas de navegación que el 29 de febrero de 1504 iba a producirse un eclipse total de Luna, reunió a los nativos y les dijo que su tacañería iba a verse castigada por los dioses. Los indígenas, presos de pavor, al ver el eclipse, le dieron cantidades ingentes de comida. Y Colón sació el apetito de sus hombres. Gracias al eclipse.

El mito del eclipse por una chica de instituto
Un día Zeus y Leto llenaron sus vidas de alegría con la llegada de dos hijos gemelos, a los que decidieron llamar Apolo y Ártemis. Ambos fueron siempre tratados por igual y era raro verlos separados, siempre estaban juntos jugando y aprendiendo nuevas cosas. Sus padres se sentían muy orgullosos de la buena relación que había entre ambos. Pero un día, Apolo y Ártemis se dieron cuenta de que lo que sentían el uno por el otro era algo más que amor de hermanos, se habían enamorado.
Al principio, se alegraron por ver que ambos eran correspondidos, pero pronto se asustaron al pensar en las terribles consecuencias que podrían sufrir si su padre, el temido Zeus, se enteraba algún día de sus verdaderos sentimientos. Por ello, decidieron guardar el secreto, e ir con cautela para no levantar sospecha alguna, pero desafortunadamente no funcionó.
Su padre acabó descubriéndolos y para cuando quisieron defenderse o hacer algo al respecto, ya era demasiado tarde, el furioso Zeus los había separado, antes de que se levantasen rumores que acabaran con su reputación. A Apolo lo destinó al sol y a su hermana a la luna, convirtiéndolos en el dios del sol y en la diosa de la luna. Zeus sabía que las posibilidades de que volvieran a encontrarse eran mínimas.
Pero no lo fueron del todo, pues desde aquel día hasta hoy, los sentimientos de los dos hermanos no han cambiado y tan fuertes son éstos que, cada ciertos años, vuelven a verse a escondidas en cada eclipse solar, donde se saludan y se dedican sus más tiernas palabras, deseando que llegue el momento de volver a encontrarse.

16 comentarios:

  1. Excelente artículo documentado y expuesto. Bravo BakeJosyan.

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  2. Escribes poco pero lo borda. Un beso guapo!

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  3. Fantástico, me has sacado de muchas dudas, yo que soy lunática total,me siento más enamorada de esa maravillosa luna que ilumina nuestras noches de amor,de soledad,da igual,ella siempre está ahí,sola?no, ella se une al sol,quizás sea más afortunada que muchos de los humanos,que no pueden fundirse en uno,yo quiero ser un día un bello eclipse de luna.

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  4. Excelente exposición y composición. ¿Estas libre?

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  5. Bonito y bien estudiado, con la sensibilidad que en todos los artículos te caracteriza.

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  6. Fantástico artículo y está muy bien documentado.La historia de Apolo y Artemis me ha encantado.

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  7. En esta jaula de grillos tú eres el único que esta poniendo cordura en tus historias. No lo había leído y está muy bien. Besitos.

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  8. Tus ojos son los que eclipsan a los míos cuando t miro cariño

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  9. Me alegro que tu sigas. Me encanto tu último artículo y este ya lo había leído y también me gusta.

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  10. Me gusta, no lo había leído y me parece una buena idea reeditar algunos artículos interesantes como este de Bake Josyan-.

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  11. Me has eclipsado con este artículo tan precioso. ¡Bravo, bravo y bravo!

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  12. Hoy me siento como en un eclipse. Él me ha dejado y no puedo ver la luz de sus ojos. No sé qué va a ser de mí.

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  13. La Tierra es el único lugar en el sistema solar donde hay eclipses totales de sol

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  14. Ánimo, Josyan, por este camino vas a eclipsar al resto de colaboradores.

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  15. Tu que eres el más sensato explica que ha ocurrido en el blog. El artículo como todos los que hace muy bien documentado y con el toque de feminidadad-masculinidad que le das para que se integren las féminas y los otros.

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  16. Eclipsao m quedao yo con lo q esta pasando en este blog

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