Hola mi querida alma gemela, la brigada de las flores te las regalo por haber leído esta conversación que he mantenido en estos días con mi alma buscando la tuya. Espero que tu alma siga fresca y tan hermosa. Gracias por haber respondido a mis mensajes de soledad y si no somos iguales siempre nos quedará un afecto común y quizás una amistad incipiente pero con futuro, seguro. Intentemos desarrollar en nosotros mismos las cualidades que admiramos en otros pero con el encanto de que somos distintos. La vida la concibo como una bola que se llena exclusivamente con las almas de mi amistad, de la tuya; sólo así veremos las cosas positivas que todos tenemos incluyendo las debilidades y defectos. Si deseamos esta amistad tenemos que olvidarnos de que las cosas podrían haber sido diferentes o mejores. Te lo definiría como un amor, donde sentimos a nuestra alma gemela y sin embargo nunca nos tocó, nos besó y sin embargo estamos íntimamente unidos a ella. Es una sensación única que supera todo y resiste el tiempo, la distancia, se hacen más fuertes los dos.
Cuando por fin encontramos nuestra alma gemela comprobamos que se encuentra dentro de la misma línea de búsqueda que la nuestra, es decir en permanente busca de otras ya que pasamos a un intervalo más elevado y no nos conformamos ya con una sola, cuando podemos presentir que existen otras muchas que se igualarán a la tuya y a la mía. Y ese es el momento donde nuestro amor se desborda hacia los demás ya que nuestra alma en su largo recorrido de búsqueda ha ido asimilando experiencia y la exigencia es menor considerando a otras almas parecidas como la semejante, como la gemela.
Llegado este punto mi alma se separa de mi cuerpo, la vida deja paso a la muerte y mi alma ya libre de búsquedas se une a todas sin distinción ya que lo que realmente le separaba de otras almas era el caparazón donde se hallaba ubicada.
La búsqueda ha terminado, ellas ya vagan libres por su lugar, nosotros esperaremos que alguna se detenga y nos insufle la vida necesaria para reencárnanos en un distinto cuerpo. De nuevo comenzaríamos a interiorizar y a pensar en lo bello que sería encontrar a nuestra alma gemela. No aprendemos o no recordamos.
Esta mañana paseando por el cementerio leía esta frase en una tumba “La muerte no existe. La gente sólo muere cuando la olvidan.”
“Quiero un punzón en mi mano
para abrirme entero el pecho
quiero sacar a mi alma
sostenerla entre mis dedos,
para luego, liberarla
como cual ave cautiva
abrir la puerta y soltarla.
Que se vaya!
que me deje!
que ya no quiero salvarla.
¡ay! alma, alma, ¡mi alma!
qué difícil componerla
y qué fácil desgarrarla!”
( Ana M. V. de Almandos)
Última entrega de este monólogo filosófico que nos ha regalado nuestro amigo el "Coronel Tapioca". GRACIAS.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 30 de Abril de 2011.