Es famoso, en particular después de la película "300", el sacrificio de los 300 espartanos comandados por Leónidas, el rey de Esparta, quienes pararon en el desfiladero de las Termópilas a un ejército varias veces superior durante varios días, y terminaron siendo doblegados sólo mediante la traición.
Menos conocido es el hecho de que algunos de los bravos 300 de Leónidas sobrevivieron a la masacre, aunque tuvieron suertes distintas, y todas ellas desgraciadas.
Menos conocido es el hecho de que algunos de los bravos 300 de Leónidas sobrevivieron a la masacre, aunque tuvieron suertes distintas, y todas ellas desgraciadas.
Uno de ellos fue Pantites, un soldado que fue enviado por Leónidas a Tesalia (es decir, al norte de las Termópilas, temerariamente en dirección a las filas enemigas) con una embajada, probablemente para reclutar aliados para la batalla. Pantites no alcanzó a regresar a las Termópilas a tiempo para luchar (y eventualmente morir) junto con los 300, de manera que regresó a Esparta. El estricto código de honor militar espartano no le perdonó esto, y Pantites, incapaz de soportar la deshonra, acabó colgándose.
Los otros dos soldados que sobrevivieron fueron Eurito y Aristodemo. Ambos estaban fuera de las Termópilas, aquejados por una enfermedad ocular. Cuando llegaron las nuevas del desastre de las Termópilas, ambos tomaron decisiones distintas. Eurito, casi por completo ciego, se hizo conducir por un ilota (un esclavo) hacia el campo de batalla, y se paró en éste, dispuesto a ofrendar su vida en combate contra los persas, insensible al hecho de que un soldado solitario nada podía hacer en batalla abierta contra el ejército persa en masa. Al ver la llegada de los persas, el ilota corrió por su vida, pero Eurito se quedó en pie de guerra, y murió combatiendo.
Aristodemo, por su parte, tomó la opción de volverse a Esparta, dando por perdida la causa y por inútil el sacrificio. Apenas llegó a Esparta, cayó sobre él la mancha negra de haberse retirado del combate, la peor deshonra en la que podía incurrir un espartano libre. Ningún espartano estaba dispuesto a compartir con Aristodemo el fuego, ni tampoco a dirigirle la palabra.
Tanta fue la humillación, que un año después, cuando los espartanos plantaron cara al ejército persa en Platea, Aristodemo iba de los primeros y se lanzó con furia ciega a lo más denso de las filas persas, muriendo en combate. El triste final es que, aunque se consideró a Aristodemo como redimido por haber caído en combate, esta vez sí, en vez de abandonar el campo de batalla por segunda vez, no se le dieron honras especiales porque los espartanos consideraban la rabia homicida en batalla no como algo gallardo o valiente, sino como una grave muestra de indisciplina.
Al menos, de esto Aristodemo no se enteró, porque ya estaba muerto...
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 30 de Noviembre de 2010.
Al menos, de esto Aristodemo no se enteró, porque ya estaba muerto...
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 30 de Noviembre de 2010.
Interesante historia.
ResponderEliminarConocia lo de la disciplina espartANA PR4ECISAMENTE POR LA PELICULA LOS 300 PERO DESCONOCIA ALGUNOS DETALLES INTERESANTES COMO LOS QUE EXPONE EL BAKE TELECO
ResponderEliminarUn punto de vista interesante y poco conocido.
ResponderEliminarExcelente artículo Bake Teleco, ya sabes que me encanta la mitología griega. Besos.
ResponderEliminarYo vi la peli y la verdad que tanto musculo desvirtuó la historia verdadera. Lo ha expuesto muy bien y las curiosidades hacen la historia más interesante.
ResponderEliminarUn artículo peculiar al que nos acostumbraste y lo ovildaste; me alegro que hayas continuado.
ResponderEliminarLo que más me gusto
ResponderEliminarde la película fueron los tios cachas
El encanto del blog está en la variedad tan impresionante que existe de artículos y además todos con un gusto de ocio y cultura. Mis felicitaciones a Google.
ResponderEliminarGracias Baje Teleco, gracias Bake Colabora. Tu esmero y cordinación hace posible que todos nos encontremos en un blog fantástico y que debemos de reconocer que el trabajo que desarrolla tenemos que valorarlo todos. Gracias guapo.
ResponderEliminarEste artículo es un ejemplo de lo que ya he comentado en otros comentarios. Existe variedad y es dificil que no haya algún artículo que no guste.
ResponderEliminarLa peña montan su blog con sus candelas y vosotros habeis acertado por haber creado un aula virtual de ocio y participación. CHAPEAU.
Me encanta como escribes y tu sencillez. Sin conocerte presiento (tu perfil me encanta), que serías mi hombre ideal.
ResponderEliminarEl coninilla está en esta batalla y dicen que la ganará junto a la Bara de medir.
ResponderEliminarHe visto la peli me gustó bastante.
ResponderEliminarAl parecer todos tuvieron muy mala suerte. Los tiempos no cambian y aun se siguen combatiendo en muchos sitios.
ResponderEliminarLa longitud temporal de la Historia nos demuestra la asociación entre batallas o hechos famosos con traidores.
ResponderEliminarMi Maná-Maná, para conseguir ser el mayor trepa, pisando a quien se le pusiese por delante para alcanzar su meta, tuvo que hacer de Fialtes (traicionó a Leónidas en favor de Jerjes I) para traicionar al "equipo inicial".
Ya en el trono, en actitud chulesca y guarra, juega a ser ganador, a lo Jerjes I, como si estuviese en la "Segunda Guerra Médica", por cierto, qué le gusta su médico particular, asociado al azul del sindicalista liberao, porque no olvidemos que "tiene una muñeca vestida de azul, con su camisita y su canesul".
Su consorte y amante bandida, Maína-Amestris, es pieza clave en el gran arco de medio punto, para prevaricar, disfrutar langostamente por tierras de Quintana Roo, sacar pecho prepotente, como una paloma gallitera, maltratar, creerse la reina del mambo...¡No le des un carguillo a un enteraillo/a, aunque si funciona bien jugando al...¡chchchchch, que el juego es callao!
Para traidores, los sindicalistas liberaos. Esos son los grandes traidores. Cobardes, como Pantites, prefieren defender sus migajas uniéndose a mi Maná-Maná-Jerjes, dejando en pelotas a los trabajadores, indefensos, sin esperar que existe un pequeño camino que les acorralan por la retaguardia.
ÉSTAS SON SIMPLEMENTE BATALLAS, LA GUERRA NO HA TERMINADO.
Como esto siga así, pocos serán los que sobrevivan al manamá.
EliminarBueno, muy bueno.
EliminarLa imagen que ilustra el artículo es una pintura del francés Jacques-Louis Davis, titulada "Leónidas en las Termópilas".
ResponderEliminarMe gusta el enfoque que le ha dado Bake Teleco a este artículo.
ResponderEliminarSe centra en los personajes oscuros de la famosa batalla, de los supervivientes de ella. Bravo.
Para conocer algo de historia no sólo es necesario leer un libro, se puede aprender a través del cine.
ResponderEliminarEsta película está muy bien.
Los griegos llevaban su rollo, lo mismo peleaban entre ellos que se unían para combatir al enemigo.
ResponderEliminarEsparta contra Atenas tuvieron grandes enfrentamientos.
EliminarEl mundo griego antiguo es muy rico, será por lo dilatado en el tiempo. Dejaron huella.
ResponderEliminarMira por donde se entera uno de cosas que no sabía porque no vi la peli.
ResponderEliminarMe ha gustado el artículo. Cultura es lo que nos falta a todos en los tiempos que corre.
ResponderEliminarExisten politicos k todavian viven y vienen d la primera democracia griega
ResponderEliminarDicen que la cueva de Robin está cerca de las Termópilas
ResponderEliminarMe aburren estas historias.
ResponderEliminarPara termopila la que tenemos con los políticos.
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