Buena gente

Alguna vez se habrá escuchado decir que en todo el mundo hay gente buena, y yo me adhiero a esa frase, siempre que he tenido la oportunidad de viajar he podido gozar de conocer gente de todos los tipos, pero siempre me quedo con las sensaciones que la buena gente me otorga, que placer.

En el centro de la capital lusitana, se halla una de las plazas mas emblemáticas del lugar, la de Don Pedro IV, que fue uno de los artífices que consiguieron la libertad de Portugal, el apodado rey soldado, es donde tuvimos la suerte de conocer a gente con muy buena calidad de personas.

Entre tantas, encontramos un local, restaurante, cafetería, dulcería, en una palabra, de todo, donde nos dispusimos a tomar algo antes de ir a nuestro hotel que se hallaba cerca. Paramos en aquel lugar y el destino quiso que fuéramos atendidos por Vanesa y Manuela dos encantadoras damas que son de las de tener encuenra a la hora de un buen servicio hostelero, Vanesa, una chica portuguesa atenta, simpática, y conocedora del buen hacer que se volcó con nosotros en todo momento, tanto igual Manuela, brillante trabajadora que posee en sus ojos un atractivo africano, en concreto senegalés, y la bondad con la que se dirigía a todos los que entraban en el café Gelo, que es así como se llama el local.


Después de haber encontrado ese lugar, era difícil buscar otro que lo superase, por ese motivo decidimos almorzar o cenar, o tomar alguna copa, o simplemente café o helado, era bastante completo, pero la razón principal de nuestras idas y venidas era la atención que se recibía por parte de esas dos damas.


Desde aquí, mi tierra, y utilizando este medio quiero daros a conocer a todos los que visiten este blog, y que si van de viaje por Lisboa, seguro que se pasaran por Café Gelo, en la Plaza de Don Pedro IV, donde serán atendidos por estas chicas con un sello de calidad único.

Mil besos para Vanesa y Manuela.