Mostrando entradas con la etiqueta Fábulas y Cuentos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fábulas y Cuentos. Mostrar todas las entradas

1 de octubre de 2015

Fábulas y Cuentos (18)


EL HOMBRE QUE HACIA LLOVER

Un Funcionario del Gobierno, con una gran dotación de mulas cargadas de globos, cometas, bombas de dinamita y aparatos eléctricos, hizo alto y acampó en medio de un desierto, en el que no había llovido durante diez años. Después de varios meses de preparativos y un gasto de un millón de dólares todo estuvo dispuesto, y una serie de tremendas explosiones se produjeron en el cielo y en la tierra. Todo esto fue seguido por un enorme diluvio que lavó al infortunado Funcionario y a todo su equipo de la faz de la creación, y llenó el corazón de los agricultores de una alegría demasiado honda para traducirla en palabras. Un Cronista de Periódico que acababa de llegar escapó trepando a una colina cercana, y allí encontró al Unico Sobreviviente de la expedición -un conductor de mulas- arrodillado detrás de un árbol, orando con,
extremo fervor.
-Oh, no puede pararlo de ese modo -dijo el Cronista.
-Mi compañero de viaje al tribunal de Dios -replicó el Único Sobreviviente, mirándolo sobre su hombro-, su entendimiento está hundido en la oscuridad. No estoy deteniendo a esta gran bendición; con la ayuda de la Providencia, la estoy trayendo.
-Ese sí que es un buen chiste -dijo el Cronista, riendo a más no poder en medio de la espesa lluvia-: ¡Dios respondiendo a los ruegos de un conductor de mulas!
-Hijo de la superficialidad y el escarnio -replicó el otro-, te equivocas de nuevo, engañado por estas humildes ropas. Soy el reverendo Ezequiel Thrifft, ministro del Evangelio, ahora al servicio de la gran firma manufacturera Skinn & Sheer. Fabrican globos, cometas, bombas de dinamita y aparatos eléctricos. 


LA FORTUNA Y EL FABULISTA

Un Escritor de Fábulas marchaba a través de un bosque solitario, cuando se encontró con la Fortuna. Terriblemente asustado, trató de trepar a un árbol, pero la Fortuna tiró de él, lo hizo bajar, y se le ofreció con cruel insistencia.
-¿Por qué trataste de escapar? -preguntó la Fortuna, una vez que cesó la resistencia y se acallaron los chillidos del Fabulista-. ¿Por qué me miras de manera tan inhospitalaria?
-No sé qué eres -respondió el Escritor de Fábulas, hondamente perturbado.
-Soy la riqueza, soy la respetabilidad -dijo la Fortuna-; soy casas elegantes, un yate, una camisa limpia todos los días. Soy el ocio, soy los viajes, el vino, un sombrero brillante y un saco que no brilla. Soy la comida suficiente.
-Muy bien -dijo el Escritor de Fábulas, en un susurro-; ¡pero, por Dios, habla más bajo!
-¿Por qué? -preguntó la Fortuna, sorprendida.
-Para no despertarme -replicó el Escritor de Fábulas, mientras una increíble calma se adueñaba de su hermoso rostro.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 7 de Agosto de 2012.

28 de septiembre de 2015

Fábulas y Cuentos (17)


UN PARALELO RADICAL 


Unos Cristianos Blancos empeñados en expulsar a los Paganos Chinos de una ciudad americana, encontraron un periódico publicado en Pekín en idioma chino, y obligaron a una de sus víctimas a traducir un editorial. Resultó ser un llamado al pueblo de la provincia de Pang Ki, a expulsar a los demonios extranjeros del país, y quemar sus casas e iglesias. Esta evidencia de la barbarie mongólica encolerizó tanto a los Cristianos Blancos, que llevaron a la práctica su proyecto original. 


EL LEGISLADOR Y EL CIUDADANO


Un ex Legislador le pidió a El Más Respetable Ciudadano, una carta para el Gobernador, recomendándolo para el puesto de Comisionado de Langostinos y Cangrejos.
-Señor -dijo severamente El Más Respetable Ciudadano- ¿no estuvo usted una vez en el Senado Estatal?
-No he llegado tan bajo, señor, se lo aseguro -fue la respuesta-. Fui miembro de la Cámara Más Lenta. Me expulsaron por vender mi influencia.
-¡Y se atreve a pedir la mía! -gritó El Más Respetable Ciudadano-. ¿Tiene la impudicia? Un hombre que acepta coimas es capaz de ofrecerlas. Quiere decir que...
-No se me ocurriría hacerle una propuesta corrupta, señor; pero si yo fuera Comisionado de Langostinos y Cangrejos, tendría cierta influencia sobre la población portuaria, y podría ayudarlo en su pugna por obtener el puesto de Oficial Instructor.
-En tal caso, no encuentro justificaciones para negarle la carta. 


EL PERRO Y EL DOCTOR


Un Perro que había visto a un Doctor concurrir al entierro de un paciente adinerado, le dijo:
-¿Cuándo vas a desenterrarlo?
-¿Por qué habría de desenterrarlo? -preguntó el Doctor.
-Cuando yo entierro un hueso -dijo el Perro-, es con la intención de desenterrarlo posteriormente, descarnarlo y sacarle el jugo.
-Los huesos que yo entierro -dijo el Doctor-, son aquellos a los que ya nada puedo sacar. 


EL CIUDADANO HONESTO


Un Ascenso Político, etiquetado con su precio, recorría el Estado en busca de un comprador. Un día se ofreció a un Hombre Verdaderamente Bueno que, después de examinar la etiqueta y encontrar que el precio era el doble de lo que él estaba dispuesto a pagar, expulsó desdeñosamente al Ascenso Político, de su puerta. Entonces, la Gente dijo:
-¡Miren, este es un ciudadano honesto!
Y el Hombre Verdaderamente Bueno confesó que esto era cierto.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 31 de Julio de 2012.

23 de septiembre de 2015

Fábulas y Cuentos (16)


EL ADMINISTRADOR PARTIDARIO Y EL

CABALLERO


Un Administrador de un Partido le dijo a un Caballero, que estaba ocupándose de sus propios asuntos:
-¿Cuánto pagará por una candidatura a un cargo?
-Nada -replicó el Caballero.
-Pero contribuirá con algo a los fondos de la campaña para apoyar su elección ¿no? -preguntó el Administrador del Partido, guiñando el ojo.
-Oh, no -dijo seriamente el Caballero-. Si el pueblo desea que trabaje para él debe emplearme sin que yo lo solicite. Estoy muy bien sin ningún cargo.
-Pero -lo urgió el Administrador del Partido-, un nombramiento es algo deseable. Es un gran honor ser un servidor del pueblo.
-Si el servicio del pueblo es un gran honor -dijo el Caballero- sería indecente de mi parte buscarlo; y si lo obtuviera por mi propio esfuerzo, dejaría de ser un honor.
-Bueno -insistió el Administrador del Partido-, espero que al menos endosará la plataforma partidaria.
El Caballero replicó:
-Es improbable que sus autores hayan expresado fielmente mis puntos de vista sin consultarme; y si endoso su obra sin aprobarla sería un mentiroso.
-¡Usted es un hipócrita detestable y un idiota! -gritó el Administrador del Partido.
-Ni siquiera su buena opinión acerca de mi idoneidad me onvencerá -replicó el Caballero. 


UN IMBÉCIL INCALIFICABLE 


Un Juez le dijo a un Asesino Convicto:
-Prisionero en el banquillo: ¿tiene algo que decir que impida el dictado de su sentencia de muerte?
-¿Lo que yo diga marcará alguna diferencia? -preguntó el Asesino Convicto.
-No veo cómo podría hacerlo -respondió reflexivamente el Juez-. No, no lo hará.
-Entonces -dijo el condenado-. Me gustaría señalar que usted es el más incalificable imbécil en siete Estados y todo el Distrito de Columbia. 


EN EL POLO


Tras gran dispendio de vidas y riquezas, un Osado Explorador tuvo éxito y alcanzó el Polo Norte, donde se le aproximó un Nativo que allí vivía.
-Buenos días -dijo el Nativo-. Estoy muy contento de verlo, pero ¿por qué vino aquí?
-La gloria -dijo el Osado Explorador, lacónicamente.
-Sí, sí, ya lo sé -insistió el otro-, pero ¿de qué le servirá al hombre su descubrimiento?¿A qué verdades antes inaccesibles le dará acceso? ¿A qué hechos, quiero decir, que tengan valor científico?
-Sería adivino si lo supiese -replicó francamente el gran hombre-, tiene que preguntárselo al Científico de la Expedición.
Pero el Científico de la Expedición explicó que había estado tan enfrascado en el cuidado de sus instrumentos y el estudio de sus tablas, que no había tenido tiempo de pensar en el asunto.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 24 de Julio de 2012.

21 de septiembre de 2015

Fábulas y Cuentos (15)


UNA VALIOSA SUGERENCIA 


Una Gran Nación, que sostenía una disputa con una Pequeña Nación, resolvió intimidar a su antagonista con una gran demostración naval en el puerto principal de la última. De modo que la Gran Nación reunió todos sus barcos de guerra dispersos en todo el mundo, y estaba a punto de hacerlos navegar trescientos cincuenta millas hasta el lugar del encuentro, cuando el Presidente de la Gran Nación recibió la siguiente nota del Presidente de la Pequeña Nación:
"Mi gran y buen amigo, me he enterado de que va a exhibirnos su marina con el objeto de impresionarnos con su poder. ¡Qué innecesario es ese gasto! Para demostrarle que ya conocemos todo acerca de esta materia, adjunto a esta una lista de todas las naves y piezas de artillería que ustedes tienen".
Tanto impresionó al gran y buen amigo la sólida sensatez de esta misiva, que mantuvo su marina en casa, economizando mil millones de dólares. Gracias a esta economía pudo comprar una decisión satisfactoria cuando la causa de la disputa fue sometida a arbitraje. 


LA MANO TOMADA 


Un Exitoso Hombre de Negocios que tuvo oportunidad de escribirle a un Ladrón, le expresó su deseo de verlo y estrechar su mano.
-No -respondió el Ladrón-, hay algunas cosas que yo no tomo... entre ellas su mano.
-Usted debe usar un poco de estrategia -dijo un Filósofo a quien el Exitoso Hombre de Negocios contó la desdeñosa respuesta del Ladrón-. Deje su mano afuera alguna noche, y él la tomará.
De modo que una noche, el Exitoso Hombre de Negocios dejó su mano fuera del bolsillo de un vecino y el Ladrón la tomó con avidez. 


EL POETA Y EL EDITOR 


-Mi querido señor -dijo el Editor al Poeta que lo visitaba para hablar de la publicación de su poema-, lamento decir que debido a un infortunado altercado en esta oficina, la mayor parte de su manuscrito es ilegible; se derramó sobre él una botella de tinta, manchando todo salvo la primera línea, es decir: "Las hojas de otoño caían, caían". Desafortunadamente, no habiendo leído el poema, fui incapaz de recordar los incidentes que seguían; de otro modo, podríamos haberlos ofrecido con nuestras propias palabras. Si la noticia no ha perdido interés y no apareció ya en otros periódicos, quizás usted tendrá la amabilidad de relatarnos lo ocurrido, mientras yo tomo notas. "Las hojas de otoño caían, caían". Prosiga.
-¿Qué? -dijo el Poeta-. ¿Espera que yo reproduzca todo el poema de memoria?
-Sólo la sustancia... sólo los hechos conducentes. Nosotros agregaremos lo que sea necesario para amplificarlo y embellecerlo. Sólo le llevará un momento. "Las hojas de otoño caían, caían". Adelante.
Se escuchó el sonido de un lento levantarse e irse, mientras el cronista de sucesos efímeros permanecía inmóvil, con su pluma suspendida; y cuando el movimiento se completó, la Poesía sólo quedó representada en ese lugar, por un sitio tibio en una silla.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 17 de Julio de 2012.

2 de septiembre de 2015

Fábulas y Cuentos (14)


LA DIETA DEL PUGILISTA 


El Entrenador de un Pugilista consultó a un Médico, acerca de la dieta del campeón.
-Las chuletas son demasiado tiernas -dijo el Médico-; que coma carne de cuello de toro.
-Creía que la otra era más digerible -explicó el Entrenador.
-Eso es muy cierto -dijo el Médico-; pero no ejercita suficientemente la mandíbula. 


EL ANCIANO Y EL ALUMNO


Un Hermoso Anciano se encontró con el Alumno de una escuela dominical, y posando tiernamente su mano en la cabeza del chico, le dijo:
-Hijo mío, escucha las palabras de los sabios y sigue el consejo de los rectos.
-Muy bien -respondió el Alumno de la escuela dominical-. Prosigue.
-Oh, en realidad no tengo nada que decirte -dijo el Hermoso Anciano-. Sólo estaba observando una de las costumbres de mi edad. Yo soy un pirata.
Y cuando retiró su mano de la cabeza del chico, este advirtió que su cabellera estaba llena de sangre coagulada. El Hermoso Anciano siguió su camino, instruyendo a otros jóvenes. 


UN OPTIMISTA


 Dos Ranas en la barriga de una serpiente estaban considerando su molesta situación.
-Esto es flor de mala suerte -dijo una.
-No saques conclusiones apresuradas -dijo la otra-; estamos a resguardo de la lluvia, con comida y alojamiento.
-Con alojamiento, sin duda -dijo la Primera Rana-; pero no veo la comida.
-Eres un ave de mal agüero -explicó la otra-. Nosotras somos la comida. 


LOS DOS SALTEADORES 


Dos Salteadores de caminos estaban sentados tomando un trago, en un refugio a un costado del camino, comparando sus aventuras nocturnas.
-Yo lo paré al jefe de Policía -dijo el Primer Salteador-, y me fui con todo lo que tenía.
-Y yo -dijo el Segundo Salteador- paré al Fiscal del Distrito de los Estados Unidos, y me fui con...
-¡Buen Dios! -interrumpió el otro, colmado de asombro y admiración- ¿Te fuiste con todo lo que ese tipo tenía?
-No -explicó el infortunado narrador-. Sólo con una pequeña parte de lo que tenía yo.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 10 de Julio de 2012.

31 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (13)


EL DIFUNTO Y LOS HEREDEROS 

Un Hombre murió dejando una gran fortuna y muchos apenados parientes que la reclamaban. Después de unos años, cuando la justicia había fallado contra las pretensiones de todos, menos uno, este, a quien se le concedió el legado, pidió a su Abogado que lo hiciera tasar. 
-No queda nada para tasar -dijo el Abogado, embolsando sus últimos honorarios.
-Entonces -dijo el Demandante Exitoso-, ¿de qué me sirvieron todos estos pleitos?
-Usted ha sido un buen cliente para mí -respondió el Abogado, recogiendo sus libros y papeles-, pero debo decirle que revela una sorprendente ignorancia acerca del propósito de los pleitos. 

LOS POLÍTICOS Y EL BOTÍN 

Varias Entidades Políticas estaban dividiendo los despojos.
-Yo tomaré el manejo de las prisiones -dijo un Decente Respeto por la Opinión Pública-, y haré un cambio radical.
-Y yo -dijo la Reputación Manchada-, conservaré mis actuales conexiones con los negocios, mientras mi amiga aquí presente, la Toga Corrupta, permanecerá en la judicatura.
La Olla Política dijo que no herviría nada más, si no la volvían a llenar con líquido del Pozo Asqueroso.
El Poder Cohesivo del Botín Público observó tranquilamente que las dos candidaturas principales constituirían, suponía, su parte.
-No - dijo la Más Vil Degradación-, ya cayeron en mis manos. 

 EL HOMBRE Y LA VERRUGA 

Una Persona con una Verruga en Su Nariz se encontró con una Persona Similarmente Afligida, y le dijo:
-Permítame proponer su nombre como miembro de la Orden Imperial de los Probóscides Anormales, de la cual soy el Gran Líder Preclaro y Tesorero Subrepticio.
Hace dos meses, yo era el único miembro. Hace un mes éramos dos. Hoy contamos con cuatro Emperadores de la Proboscis Anormal de importancia... El doble cada cuatro semanas, ¿ve? Es una progresión geométrica... ya sabe cómo aumenta eso... En un año y medio cada hombre en este país tendrá una verruga en la nariz. ¡Orden
poderosa! Cuota de ingreso, cinco dólares.
-Amigo mío -dijo la Persona Similarmente Afligida-, aquí tiene cinco dólares. Mantenga mi nombre fuera de sus libros.
-Le agradezco su amabilidad -replicó el Hombre con una Verruga en su Nariz, embolsando el dinero-; para nosotros es como si se nos hubiera unido. Adiós.
Se fue, pero al ratito apareció de vuelta.
-Me olvidé de hablarle de la cuota mensual -dijo.

Retomamos este verano la serie de Fábulas y Cuentos de Ambrose Bierce, siempre cáustico y reflejando la realidad social de su época... parece que no hayamos avanzado desde el siglo XIX.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 3 de Julio de 2012.

27 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (12)


Ambrose Bierce

LA TRIPULACIÓN DEL BOTE
SALVAVIDAS

La Valiente Dotación de una estación de salvamento estaba por botar su barca para dar un paseíto a lo largo de la costa, cuando descubrieron a poca distancia, mar adentro, una embarcación que había zozobrado, con una docena de hombres agarrados de su quilla.
-Tenemos suerte -dijeron los de la Valiente Dotación-; si no hubiéramos visto eso a tiempo, nuestro destino podría haber sido el de ellos.
De modo que arrastraron su embarcación a lugar seguro y se reservaron para el servicio de su país.

LA COLA DE LA ESFINGE

Un Perro de disposición taciturna le dijo a su Cola:
-Cada vez que me enojo, te levantas y pones tiesa; cuando estoy complacido te meneas; cuando estoy alarmado, te pones entre las patas, fuera de peligro. Eres demasiado vivaz... descubres todas mis emociones. Mi idea es que las colas fueron dadas para ocultar el pensamiento. Mi mayor ambición es ser tan impasible como la Esfinge.
-Mi amigo, debes reconocer las leyes y limitaciones de tu ser -replicó la Cola, con flexiones apropiadas para los sentimientos que  expresaba-, y tratar de ser importante de alguna otra manera. La Esfinge cumple ciento cincuenta requisitos de la  impasibilidad que a ti te faltan.
-¿Cuáles son? -preguntó el Perro.
-Ciento cuarenta y nueve toneladas de arena en la cola.
-¿Y...?
-Una cola de piedra.

EL LADO OSCURO DEL PERSONAJE

Un Talentoso y Honorable Editor, que mediante la práctica de su profesión había adquirido riqueza y distinción, solicitó a un Viejo Amigo la mano de su hija.
-¡De todo corazón, y Dios te bendiga! -dijo el Viejo Amigo, tomándolo de ambas manos-. ¡Es un honor más grande que el que me hubiera atrevido a esperar!
-Sabía que esa sería tu respuesta -replicó el Talentoso y Honorable Editor, y agregó con una sonrisa-. Sin embargo, me parece que debo transmitirte todo el conocimiento de la personalidad que yo poseo. Este álbum de recortes contiene todos los testimonios relativos a mi lado sombrío que he sido capaz de recortar en los últimos diez años, de las columnas publicadas por mis competidores en el negocio de elevar a la humanidad a un plano espiritual y moral más alto... mis "repulsivos contemporáneos".
Dejando el álbum sobre una mesa, se retiró muy animado para hacer los arreglos de la boda. Tres días después, un mensajero le trajo el álbum, con una nota advirtiéndole que nunca más volviera a manchar la puerta de su Viejo Amigo.
-¡Vean! -exclamó el Talentoso y Honorable Editor, señalando esa notificación-
¡La calumnia triunfa!
Y fue llevado al Asilo de los Indiscretos.

LA VIUDA DEVOTA

A una Viuda que lloraba sobre la tumba de su esposo, se le aproximó un Caballero Atractivo que, de manera respetuosa, le aseguró que desde hacía tiempo abrigaba por ella los sentimientos más tiernos.
-¡Sinvergüenza! -exclamó la Viuda-. ¡Déjeme ya mismo! ¿Es momento para hablarme de amor?
-Le aseguro, señora, que no pensaba descubrir mis sentimientos -explicó humildemente el Caballero Atractivo-, pero el poder de su belleza venció a mi discreción.
-Tendría que verme cuando no estoy llorando -dijo la Viuda.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 7 de Septiembre de 2011.

24 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (11)


Ambrose Bierce

EL DEPORTISTA Y LA ARDILLA

Un Deportista que había herido a una Ardilla, que estaba haciendo desesperados esfuerzos para arrastrarse fuera de su alcance, corrió tras ella con un palo, exclamando:
-¡Pobrecita! La sacaré de su miseria.
En ese momento, la Ardilla se detuvo exhausta, y mirando a su enemigo, dijo:
-No me aventuraré a dudar de la sinceridad de tu compasión, aunque llega más bien tarde, pero pareces carecer de la facultad de observación. ¿No percibes, por mis acciones, que el deseo más querido de mi corazón es continuar en mi miseria?
Ante esta exposición de su hipocresía, el Deportista se sintió tan vencido por la vergüenza y el remordimiento, que no liquidó a la Ardilla, sino que, señalándosela a su perro, se alejó pensativamente.

EL CANGURO Y LA CEBRA

Un Canguro que marchaba a los saltos con un objeto que abultaba oculto en su bolsa, se encontró con una Cebra, y deseoso de llamar su atención, le dijo:
-Por tu traje parece que acabaras de salir de la penitenciaría.
-Las apariencias son engañosas -replicó la Cebra, sonriendo con plena conciencia del más insoportable de los ingenios-; si así no fuera, yo tendría que pensar que tú acabas de salir de la Legislatura.

UN ASUNTO DE MÉTODO

Un Filósofo, al ver a un Tonto golpeando a su Burro, le dijo:
-No lo hagas, hijo mío, no lo hagas, te lo imploro. Quienes recurren a la violencia sufrirán violencia.
-Precisamente eso -dijo el Tonto, redoblando sus golpes sobre el animal- es lo que estoy tratando de enseñar a esta bestia, que me ha pateado.
-Sin duda -se dijo el Filósofo, mientras se alejaba-, la sabiduría de los tontos no es más profunda ni más auténtica que la nuestra, pero ellos tienen realmente un modo más impresionante de impartirla.

EL CALIFORNIANO RESTITUIDO

Un Hombre fue colgado del cuello hasta que murió. Esto fue en 1893.
-¿De dónde vienes? -preguntó San Pedro cuando el Hombre se presentó a la puerta del Paraíso.
-De California -replicó el solicitante.
-Entra, hijo mío, entra; traes alegres noticias.
Cuando el Hombre desapareció adentro, San Pedro tomó su libreta de notas y escribió lo siguiente:
"16 de febrero de 1893. California colonizada por los Cristianos".


EL MÉDICO COMPASIVO

Un Médico de Buen Corazón sentado a la cabecera de un paciente aquejado por una enfermedad incurable y dolorosa, escuchó un ruido tras él, y volviéndose vio a un Gato que se reía de los débiles esfuerzos de un Ratón herido, por arrastrarse fuera de la habitación.
-¡Bestia cruel! -exclamó- ¿Por qué no lo matas de una vez, como una dama?
Levantándose, sacó al Gato a puntapiés de la habitación, y recogiendo al Ratón, compasivamente lo arrebató a sus sufrimientos retorciéndole el cuello. Requerido desde el lecho por los gemidos de su paciente, el Médico de Buen Corazón administró un estimulante, un tónico y un nutriente, y se fue.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 30 de Agosto de 2011.

19 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (10)

Ambrose Bierce

LOS DOS POLÍTICOS

Dos Políticos cambiaban ideas acerca de las recompensas por el servicio público.
-La recompensa que yo más deseo-dijo el Primer Político- es la gratitud de mis conciudadanos.
-Eso sería muy gratificante, sin duda -dijo el Segundo Político-, pero es una lástima que con el fin de obtenerla tenga uno que retirarse de la política.
Por un instante se miraron uno al otro, con inexpresable ternura; luego, el Primer Político murmuró:
-¡Que se haga la voluntad del Señor! Ya que no podemos esperar una recompensa, démonos por satisfechos con lo que tenemos.
Y sacando las manos por un momento del tesoro público, juraron darse por satisfechos.

DOS MÉDICOS

Un Viejo Inicuo, sintiéndose enfermo, envió por un médico, que le recetó unas medicinas y se fue. Entonces el Viejo Inicuo envió en busca de Otro Médico, al que no le dijo nada del anterior; este nuevo médico le prescribió un tratamiento completamente diferente. Esto continuó durante unas semanas: los médicos lo visitaban en días alternados y lo trataban por dos desórdenes distintos, con dosis de medicina en constante aumento y cuidados cada vez más rigurosos. Pero un día se encontraron accidentalmente junto a su lecho mientras él dormía, y al salir a luz la verdad, una violenta disputa se produjo.
-Mis buenos amigos -dijo el paciente, despierto por el ruido de la discusión, y  adivinando su causa-, les ruego que sean más razonables. Si yo pude soportarlos a los dos a la vez durante semanas, ¿no pueden soportarse entre ustedes un ratito? Hace diez días que me siento bien, pero me he quedado en cama con la esperanza de obtener mediante el reposo las fuerzas que me harían falta para tomar sus medicinas. Hasta ahora no las he tocado.

EL CADI HONESTO

Un bandido que había despojado de mil piezas de oro a un mercader, fue llevado ante el Cadí, quien le preguntó si tenía algo que decir para salvarse de ser decapitado.
-Su Señoría -dijo el Salteador-. No podía hacer otra cosa que apoderarme del oro, porque Alá me hizo así.
-Tu defensa es ingeniosa y sólida -dijo el Cadí-, y debo exculparte de criminalidad. Infortunadamente, Alá también me hizo de modo tal que debo cortarte la cabeza, a menos a menos -añadió pensativo- que me ofrezcas la mitad del oro; porque El me hizo débil ante la tentación.
Por consiguiente, el Salteador puso quinientas piezas de oro en manos del Cadí.
-Bien -dijo el Cadí-. Te cortaré ahora sólo una mitad de la cabeza. Para mostrar mi confianza en tu discreción, dejaré intacta la mitad con la que hablas.

UN FACTOR NO TENIDO EN CUENTA

Un Hombre que poseía un hermoso Perro, y mediante una cuidadosa selección de sus parejas había criado una cantidad de animales apenas inferiores a los ángeles, se enamoró de su lavandera, se casó con ella y crió una familia de bobalicones.
-¡Qué lástima! -exclamó una vez, contemplando el melancólico resultado-. Si hubiera buscado mi pareja con la mitad del cuidado que puse para mi perro, sería ahora un padre orgulloso y feliz.
-No estoy tan seguro de eso -dijo el Perro, que acertó a escuchar el lamento-. Hay una diferencia, es verdad, entre tus cachorros y los míos, pero yo me halago pensando que no se debe completamente a las madres. Tú y yo no nos parecemos del todo.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 23 de Agosto de 2011.

17 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (9)

Ambrose Bierce

EL CORCEL DE LA BRUJA

Un Palo de Escoba, que había servido largo tiempo de montura a una bruja, se quejaba de la naturaleza de su empleo, que consideraba degradante.
-Muy bien -dijo la Bruja-. Te daré un trabajo en el que te verás asociado con el intelecto... te pondrás en contacto con cerebros. Te regalaré a una ama de casa.
-¿Qué? -se sorprendió el Palo de Escoba-. ¿Consideras algo intelectual las manos de un ama de casa?
-Me refería -dijo la Bruja- a la cabeza de sus buenos maridos.
 
LA RATA SAGAZ

Una Rata que estaba por salir de su madriguera alcanzó a vislumbrar un Gato que la esperaba, y volviendo al fondo de la cueva invitó a una Amiga a ir con ella de visita a un depósito de maíz vecino.
-Hubiera ido sola -dijo-, pero no podía negarme el placer de tan distinguida compañía.
-Muy bien -contestó la Amiga-. Iré contigo. Condúceme.
-¿Conducirte? -exclamó la otra-. ¡Vaya! ¿Preceder yo a una rata grande e ilustre como tú? No, por cierto... Después de ti, después de ti...
Complacida por esta gran muestra de deferencia, la Amiga abrió la marcha y, dejando primero la cueva, fue atrapada por el Gato, que se fue con ella. La otra se alejó sin ser molestada.

UN PUENTE SOBRE EL FANGO

Una Mujer Rica que volvía del extranjero desembarcó al pie de la Calle Hundida Hasta las Rodillas, y estaba por caminar hasta su hotel a través del barro.
-Señora -dijo un Policía-, no puedo permitir que haga eso; se embarrará los zapatos y las medias.
-¡Oh, no tiene importancia, realmente! -replicó la Mujer Rica, con encantadora sonrisa.
-Pero, señora, es innecesario; desde el desembarcadero hasta el hotel, como usted podrá observar, se extiende una línea ininterrumpida de periodistas postrados que imploran el honor de que usted camine sobre ellos.
-En ese caso -dijo ella, sentándose en un umbral y abriendo su bolso- tendré que ponerme mis galochas.

EL PURO PERRO

Un León, viendo a un Perro de Lanas, estalló en carcajadas ante lo ridículo del espectáculo.
-¿Quién vio alguna vez una bestia tan pequeña? -dijo.
-Es muy cierto -dijo el Perro de Lanas, con austera dignidad- que soy pequeño; pero le ruego que tome nota, señor, de que soy puro perro.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 16 de Agosto de 2011.

13 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (8)

Ambrose Bierce

LOS SALVADORES DE VIDAS

Setenta y cinco Hombres se presentaron ante el Presidente de la Sociedad Humana y solicitaron la gran medalla de oro por haber salvado vidas.
-Vaya, sí -dijo el Presidente-, mediante sus diligentes esfuerzos tantos hombres deben haber salvado un considerable número de vidas. ¿Cuántas salvaron?
-Setenta y cinco, señor -replicó el Vocero de los Hombres.
-Ah, sí, eso hace una cada uno; muy buen trabajo, muy buen trabajo, por cierto -dijo el Presidente-. No sólo tendrán la gran medalla de oro de la Sociedad sino, también, su recomendación para un empleo en las dotaciones de varias estaciones de botes salvavidas a lo largo de la costa. ¿Pero cómo salvaron tantas vidas?
El Vocero de los Hombres respondió:
-Somos agentes de la ley, y acabamos de abandonar la persecución de dos asesinos fugitivos.

LA ZARIGÜEYA DEL FUTURO

Un día, una Zarigüeya que se había dormido colgada de la cola, en la rama más alta de un árbol, despertó y vio una enorme Víbora enroscada cerca de la rama, entre ella y el tronco del árbol.
-Si me quedo -se dijo-, me engullirá; si me dejo caer me romperé el cuello.
Pero súbitamente se le ocurrió una estratagema.
-Mi perfecto amigo -dijo-, mi instinto paternal reconoce en usted una noble evidencia e ilustración de la teoría del desarrollo. Usted es la Zarigüeya del Futuro, el Sobreviviente Mejor Adaptado, último de nuestra especie, el fruto maduro de la prensilidad progresiva: ¡pura cola!
Pero la Víbora, orgullosa de su antigua superioridad en la historia de las Escrituras, fue estrictamente ortodoxa y no aceptó el punto de vista científico.

EL PAVIMENTADOR

Un Autor vio a un Trabajador colocando piedras en el pavimento de una calle, y aproximándose, le dijo:
-Amigo mío, usted parece fatigado. La ambición es un duro capataz.
-Estoy trabajando para el Sr. iones-respondió el Trabajador.
-Bueno, arriba ese ánimo -siguió el Autor-. La fama llega cuando menos se la espera. Hoy usted es pobre, oscuro y está desanimado, pero mañana su nombre puede sonar en todo el mundo.
-¿De qué me está hablando? -dijo el Trabajador-. ¿No puede un honesto pavimentador hacer su trabajo en paz, y ganar con él su dinero, y vivir de él, sin que otros vengan a decir disparates acerca de la ambición y de la esperanza de fama?
-¿Y no puede hacerlo un honesto escritor? -dijo el Autor.

LOS DOS POETAS

Dos poetas se disputaban la Manzana de la Discordia y el Hueso de la Disputa, porque ambos estaban muy hambrientos.
-Hijos míos -dijo Apolo-, repartiré los premios entre ustedes. Tú -dijo al Primer Poeta- sobresales en Arte: toma la Manzana. Y tú -dijo al Segundo Poeta-, en imaginación: toma el Hueso.
-¡El mejor premio al Arte! -dijo el Primer Poeta, con aire triunfante, y tratando de devorar su premio se rompió todos los dientes. La Manzana era una obra de arte.
-Eso demuestra el desprecio de nuestro maestro por el mero Arte -dijo el Segundo Poeta, sonriendo.
Trató de roer su Hueso, pero sus dientes lo atravesaron sin  encontrar resistencia.
Era un Hueso imaginario.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 9 de agosto de 2011.

10 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (7)

Ambrose Bierce

LA CIUDAD DE LA DISTINCIÓN POLÍTICA

Jamrach el Rico, ansioso de llegar a la Ciudad de la Distinción Política antes de la noche, encontró una bifurcación de caminos, y estaba indeciso acerca de cuál tomar; así que consultó a una Persona de Aspecto Sabio, sentada a un lado del camino.
-Tome ese camino -dijo la Persona de Aspecto Sabio-: se lo conoce como la Carretera Política.
-Gracias -dijo Jamrach, y se dispuso a seguir viaje.
-¿Con cuánto me agradece? -fue la respuesta-. ¿Supone que estoy aquí haciendo una cura de salud?
Como Jamrach no se había vuelto rico por su estupidez, le dio algo a su guía, y apresurándose, pronto llegó a una barrera de peaje custodiada por un Caballero Benévolo, quien lo dejó pasar tras recibir algo. Un poco más allá, halló un puente que sorteaba un arroyo imaginario, donde un Ingeniero Civil (que había construido el puente) le exigió algo para permitirle pasar. Ya se estaba haciendo tarde, cuando Jamrach arribó a la orilla de lo que parecía un lago de tinta negra, donde terminaba el camino. Viendo a un Barquero en su bote, Jamrach pagó algo por la travesía y estaba a punto de embarcarse.
-No -dijo el Barquero-. Ponga el cuello en este lazo, y yo lo remolcaré. Es la única manera de pasar -añadió, al ver que el pasajero estaba por quejarse de las comodidades.
A su debido tiempo, Jamrach fue arrastrado a través del lago, y llegó medio estrangulado y atrozmente empapado por las aguas fétidas.
-Bueno -dijo el Barquero, remolcándolo sobre la ribera y soltándolo-, ahora usted está en la Ciudad de la Distinción Política. Tiene cincuenta millones de habitantes, y como el color del Pozo Asqueroso no sale con el lavado, todos parecen exactamente iguales.
-¡Ay de mí! -exclamó Jamrach, llorando y lamentando la pérdida de todas sus posesiones, gastadas en propinas y peajes-. Volveré con usted.
-No creo que lo haga -dijo el Barquero, desatracando-. Esta ciudad está ubicada en la Isla de los Que No Vuelven.

LA POETISA DE LA REFORMA

Un hermoso día de la última parte de la eternidad, mientras las Sombras de todos los grandes escritores reposaban en lechos de asfódelos y molis en los Campos Elíseos, cada uno de ellos muy feliz al escuchar de labios de todos los otros sólo copiosas citas de la propia obra (porque a tal efecto Júpiter había hechizado  generosamente sus oídos), llegó allí con aire triunfador una Sombra a la que nadie conocía. Ella (porque la recién llegada mostraba evidencias de su sexo tales como el cabello cortado corto y un andar varonil) tomó asiento en medio de ellos, y con sonrisa de superioridad explicó:
-Tras siglos de opresión arranqué mis derechos de manos de los dioses celosos. Sobre la tierra yo fui la Poetisa de la Reforma y canté para oídos desatentos. Ahora canto para una eternidad de honor y de gloria.
Pero no habría de ser así, y muy pronto ella fue la más infeliz de las inmortales, anhelando vanamente volver a errar en las tinieblas junto a los lagos infernales. Porque Júpiter no había hechizado su oído, y de los labios de cada Sombra bendita sólo surgían copiosamente las citas de las obras de los otros. Además, a ella le había sido negada la felicidad de recitar sus poemas. No recordaba un solo verso suyo, porque Júpiter había decretado que el recuerdo de sus poemas habitara el penoso dominio de Plutón, como parte del castigo.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 3 de agosto de 2011.

5 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (6)

Ambrose Bierce

EL HOMBRE QUE NO TENIA ENEMIGOS

Una Persona Inofensiva que paseaba por un lugar público, fue atacada por un Desconocido, con un Garrote, y severamente golpeada.
Cuando el Desconocido con un Garrote fue sometido a juicio, su víctima dijo al Juez:
-Ignoro por qué me atacó; no tengo un enemigo en el mundo.
-Esa -dijo el acusado- es la razón por la que lo golpeé.
-El prisionero queda absuelto -dijo el juez-; un hombre que no tiene enemigos, no tiene amigos. Los tribunales no se hicieron para esta gente.

LA MÁQUINA VOLADORA

Un Hombre Ingenioso construyó una máquina voladora e invitó a una gran concurrencia a verla funcionar. A la hora señalada, con todo dispuesto, él se introdujo en el vehículo y puso el motor en marcha. La máquina inmediatamente hizo pedazos la imponente estructura sobre la que estaba armada, y se hundió en la Tierra hasta perderse de vista, mientras el aeronauta saltaba afuera, justo a tiempo de salvarse.
-Bien -dijo el Hombre Ingenioso-. He hecho lo suficiente para demostrar la corrección de los detalles. Los defectos -añadió, echando una mirada al estropeado armatoste- son meramente básicos y fundamentales.
Ante esta aseveración, el publicó respondió con suscripciones para construir una segunda máquina.

EL GATO Y EL REY

Un Gato estaba mirando a un Rey, como lo permite el proverbio.
-Bien -dijo el monarca, advirtiendo su inspección-, ¿cómo me ves?
-Puedo imaginar un Rey -dijo el Gato-, que me gustaría más.
-¿Por ejemplo?
-El Rey de los Ratones.
Tanto complació al Rey el ingenio de esta respuesta, que le dio permiso para arrancar los ojos de su Primer Ministro.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 26 de Julio de 2011.

3 de agosto de 2015

Fábulas y Cuentos (5)

Ambrose Bierce

EL SINO DEL POETA

Un Objeto que estaba caminando por el Camino Real, envuelto en honda meditación y en poca cosa más, súbitamente se encontró ante las puertas de una ciudad extraña. Cuando solicitó ser admitido, fue detenido como indigente y llevado ante el Rey.
-¿Quién eres -interrogó el Rey-, y cómo te ganas la vida?
-Soy Snouter el descuidista -replicó el Objeto, inventando rápidamente-, carterista.
El Rey estaba por ordenar su liberación, cuando el Primer Ministro sugirió que examinaran los dedos del prisionero. Se descubrió que estaban muy achatados y encallecidos en los extremos.
-¡Ja! -exclamó el Rey- ¡Se lo dije! Es adicto a contar sílabas. Un poeta. Llévenlo con el Gran Señor Disuasor del Hábito de la Cabeza.
-Mi señor -dijo el Inventor Ordinario de Penas Ingeniosas-, me atrevo a sugerir un castigo más sagaz.
-Dígalo -contestó el Rey. -¡Permitirle que conserve esa cabeza! Eso fue lo que se ordenó.

EL LEÓN Y LA SERPIENTE DE CASCABEL

Un Hombre encontró en su camino a un León, y se puso a tratar de someterlo mediante la hipnosis; cerca había una Serpiente de Cascabel dedicada a fascinar a un pequeño pájaro.
-¿Cómo va lo tuyo, hermano? -el Hombre se dirigió al otro reptil, sin apartar sus ojos de los del León.
-Admirablemente -replicó la serpiente-. El éxito está asegurado; mi víctima se acerca y se acerca, a pesar de sus esfuerzos.
-Y la mía -dijo el Hombre- se acerca y se acerca a pesar de los míos. ¿Estás seguro de que todo marcha bien?
-Si dudas -replicó el reptil lo mejor que pudo, con la boca llena de pájaro-, sería mejor que abandones.
Un cuarto de hora después, el León, escarbándose pensativamente los dientes con las garras, le decía a la Serpiente de Cascabel que nunca, en su muy variadas experiencias al ser hipnotizado, se había encontrado con un hipnotizador tan ansioso por abandonar su tarea.
-Pero -añadió con una amplia, inteligente sonrisa- yo le sostuve la mirada.

EL LEGISLADOR Y EL JABÓN

Un Miembro de la Legislatura de Kansas que se cruzó con un jabón, pasaba junto a él sin reconocerlo, pero el jabón insistió en detenerlo y estrecharle las manos.
Pensando que se hallaba en goce de inmunidad parlamentaria, el legislador le dio un cordial e intenso apretón de manos. Al abandonarlo, advirtió que una parte del Jabón había quedado adherida en sus dedos, y corriendo muy alarmado hacia un arroyo, rocedió a lavárselos. Para hacerlo, se vio obligado a frotarse ambas manos, y cuando terminó de lavarlas, quedaron tan blancas, que se metió en cama y mandó llamar a un médico.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 19 de Julio de 2011.

23 de julio de 2015

Fábulas y Cuentos (4)

Ambrose Bierce

LA SERPIENTE CRISTIANA

Una Víbora de Cascabel regresó a su casa, donde estaban sus crías, y dijo:
-Hijos míos, reuníos para recibir la última bendición de vuestro Padre, y ver cómo muere un cristiano.
-¿Qué ocurre, padre? -preguntaron las Viboritas.
-Me ha mordido el editor de un pasquín partidario -fue la respuesta, seguida por el ominoso cascabeleo de la muerte.

EL MALHECHOR DESCONTENTO

Un Juez que había condenado a prisión a un Malhechor, procedía a señalarle las desventajas del crimen y los beneficios de la reforma.
-Su Señoría -dijo el Malhechor, interrumpiéndolo- ¿sería tan amable como para elevar mi condena a diez años de prisión y nada más?
-¿Por qué? -dijo el juez, sorprendido-. ¡Sólo lo he condenado a tres años!
-Sí, lo sé -asintió el Malhechor-. Tres años de prisión y el sermón. Si no le molesta, me gustaría que me conmute el sermón.

LOS CAÑONES DE MADERA

Un Regimiento de Artillería de la Milicia Estatal solicitó al Gobernador, cañones de madera para la práctica.
-Resultarán más baratos que cañones de verdad -explicó.
-No se dirá de mí que sacrifiqué la eficacia a la economía -dijo el Gobernador-. Tendrán cañones de verdad.
-Gracias, gracias -exclamaron efusivamente los guerreros-. Los cuidaremos mucho, y en caso de guerra los reintegraremos al arsenal.

EL ASTRÓNOMO LITERARIO

El Director de un Observatorio, que había descubierto la Luna, con un refractor de treinta y seis pulgadas, fue muy apurado a ver al Editor de un Periódico, con una extensa narración del evento.
-¿Cuánto? -preguntó sentenciosamente el Editor, sin apartar la mirada de su ensayo sobre la circularidad de la perspectiva política.
-Ciento sesenta dólares -replicó el hombre que había descubierto la Luna.
-Ni la mitad de eso sería suficiente -fue el comentario del Editor.
-¡Hombre generoso! -exclamó el Astrónomo, ardiendo de cálidos y elevados sentimientos-. Págueme, entonces, lo que quiera.
-Mi gran y buen amigo -dijo suavemente el Editor, levantando la vista de su trabajo-. No nos entendemos, parece. El que tiene que pagar es usted.
El Director del Observatorio tomó el manuscrito y se fue, explicando que necesitaba corrección, que había omitido poner el punto a una m.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 12 de Julio de 2011.

20 de julio de 2015

Fábulas y Cuentos (3)

 

Ambrose Bierce



EL FUNCIONARIO CONSCIENTE


Mientras un Superintendente de División de un ferrocarril estaba cumpliendo con la mayor aplicación su tarea de poner obstáculos en los rieles y alterar los cambios de vía, recibió la noticia de que el Presidente de la compañía iba a despedirlo por incompetente.
-¡Buen Dios! -exclamó-. ¡Si hay más accidentes en mi división que en todo el resto de la línea!
-El Presidente es muy riguroso -dijo el Hombre que había traído la noticia-; él piensa que las mismas pérdidas de vidas podrían obtenerse con menos daño a la propiedad de la compañía.
-¿Espera que arroje a los pasajeros a través de las ventanillas? -exclamó el indignado funcionario, cruzando un durmiente sobre los rieles-. ¿Me toma por un asesino?

COMO SE LLEGA AL OCIO

Un Hombre para Quien el Tiempo era Oro, que estaba engullendo su desayuno, muy apurado por atrapar un tren, había apoyado el periódico contra la azucarera y leía mientras comía. En su apuro y abstracción, se clavó un tenedor en el ojo derecho, y al extraer el tenedor, el ojo salió con él. Desde entonces, cada vez que compraba anteojos, se veía obligado a derrochar inútilmente su dinero en cristales para el ojo derecho, y este dispendio lo redujo pronto a la pobreza, por lo cual el Hombre para Quien el Tiempo era Oro se vio obligado a ganarse la vida pescando desde la punta de un muelle.

EL GUARDIÁN PRECAVIDO

El Guardián de una Penitenciaría estaba un día poniendo cerraduras en las puertas de todas las celdas, cuando un operario le dijo:
-Usted es muy imprudente... Esas cerraduras pueden abrirse desde adentro.
El Guardián replicó, sin apartar la mirada de lo que hacía:
-Si a esto se lo llama imprudencia, me pregunto cómo se debería denominar a una precavida disposición contra las vicisitudes de la suerte.

EL TESORO Y LOS BRAZOS

Un Tesoro Público, al advertir que Dos Brazos se alzaban con su contenido, exclamó:
-Sr. Correligionario, propongo una división.
-Usted parece saber un poco acerca de la forma parlamentaria de hablar -dijo Dos Brazos.
-Sí -replicó el Tesoro Público-. Estoy familiarizado con los acarreos legislativos.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 5 de Julio de 2011.

9 de julio de 2015

Fábulas y Cuentos (2)

Ambrose Bierce


EL PATRIOTA INGENIOSO

Habiendo obtenido una audiencia del Rey, un Patriota Ingenioso extrajo un papel del bolsillo, diciendo:
-Espero que esta fórmula que tengo aquí para construir un blindaje que ningún cañón puede perforar sea del agrado de Su Majestad. Si este blindaje es adoptado en la Armada Real, nuestros barcos de guerra serán invulnerables, y por consiguiente invencibles. Aquí, también, están los informes de los Ministros de Su Majestad, certificando el valor de la invención. Me desprenderé de mis derechos sobre ella por un millón de tumtums.
Tras examinar los papeles, el Rey los apartó, y le prometió una orden del Tesorero Mayor del Departamento de Exacción por el valor de un millón de tumtums.
-Y aquí -dijo el Patriota Ingenioso, extrayendo otro papel de otro bolsillo –están los planos de un cañón de mi invención, que perforarán ese blindaje. El Real hermano de Su Majestad, el Emperador de Bang, está ansioso por comprarlo, pero mi lealtad al trono y a la persona de Su Majestad me obliga a ofrecerlo primero a Su Majestad. Su precio es de un millón de tumtums.
Habiendo recibido la promesa de otro cheque, hundió su mano en otro bolsillo, diciendo:
-El precio del cañón irresistible hubiese sido mucho mayor, Su Majestad, si no fuese por el hecho de que sus proyectiles pueden ser efectivamente desviados por mi peculiar método de tratar las corazas blindadas con un nuevo...
El Rey hizo al Gran Factótum una seña para que se aproximara.
-Revisa a este hombre -le dijo-, e infórmame cuántos bolsillos tiene.
-Cuarenta y tres -dijo el Gran Factótum, tras completar el escrutinio.
-Puede complacer a Su Majestad -exclamó el Patriota Ingenioso, presa del terror-, saber que uno de ellos contiene tabaco.
-Cuélguenlo de los tobillos y sacúdanlo bien -dijo el Rey-. Después entréguenle un cheque por cuarenta y dos millones de tumtums y mátenlo. En este acto decreto que la ingenuidad es un crimen capital.

EL OFICIAL DE POLICÍA Y EL
MALHECHOR

Un Jefe de Policía que vio a un Oficial golpeando a un Malhechor se indignó muchísimo, y le dijo que no debía volver a hacer algo así, bajo pena de destitución.
-No sea tan duro conmigo, Jefe -dijo el Oficial, sonriendo-. Lo estaba golpeando con un bastón de paño relleno.
-Así y todo -insistió el jefe de Policía-, usted se tomó una libertad que tiene que haberle resultado muy desagradable, aunque no le haya hecho daño. Sírvase no repetirla.
-Pero -dijo el Oficial, todavía sonriente-, era un Malhechor de paño relleno.
Al tratar de expresar su complacencia, el jefe de Policía extendió su brazo derecho con tanta violencia que la piel se le rasgó en el sobaco y un chorro de arena cayó de la herida. Era un jefe de Policía de paño relleno.


Artículo reeditado: Originalmente publicado el 28 de Junio de 2011.

6 de julio de 2015

Fábulas y Cuentos (1)


EL PRINCIPIO MORAL Y EL INTERÉS
MATERIAL

Un Principio Moral se encontró una vez con un Interés Material, en tren de cruzar un puente sobre el que sólo había paso para uno.
-¡Arrójate, ruin -tronó el Principio Moral-, y déjame pasar encima de ti!
El Interés Material simplemente miró al otro en los ojos, sin decir palabra.
-¡Ah! -dijo el Principio Moral, vacilante-. Echemos suertes, para ver quién de nosotros se aparta hasta que el otro haya cruzado.
El Interés Material mantuvo su inquebrantable silencio y su imperturbable mirada.
-Con el fin de evitar un conflicto -volvió a hablar el Principio Moral, ya un poco incómodo-, yo mismo me voy a echar, y te permitiré pasar por encima.
Entonces el Interés Material recuperó el habla.
-No creo que seas un buen paseo -dijo-. Soy un poco exigente acerca de lo que piso. Supongamos que te arrojas al agua.
Y así se hizo.

LA VELA CARMESÍ

Un hombre que yacía en su lecho de muerte llamó a su lado a su esposa, y le dijo:
-Estoy por dejarte para siempre; dame, entonces, una última prueba de tu afecto y fidelidad. Encontrarás en mi escritorio una vela carmesí, que fue bendecida por el Gran Sacerdote y tiene un peculiar significado místico. Júrame que mientras esa vela exista, tú no te volverás a casar.
La Mujer juró y el Hombre murió. En el funeral, la Mujer se Mantuvo de pie a la cabeza del féretro, sosteniendo una vela carmesí ardiente, hasta que esta se consumió por completo.

LA REPUTACIÓN Y LA TOGA

Reputación Manchada planteó una cuestión de privilegio, y dijo:
-Señor Presidente, deseo hacer un alegato para explicar que las manchas que se ven sobre mí son las marcas naturales propias de alguien que es descendiente directo del sol y de una cierva manchada. No provienen de ningún accidente de carácter, sino que integran el orden divino y la constitución de las cosas.
Cuando la Reputación Manchada volvió a sentarse, una Toga Sucia se levantó y dijo:
-Señor Presidente, he escuchado con profunda atención y entera aprobación la explicación del Honorable Miembro, y deseo ofrecer unas pocas observaciones en mi propio beneficio. Yo también he sido vilmente calumniada por nuestra antigua enemiga, la Infame Falsedad, y deseo señalar que estoy hecha de la piel de Mustela maculata, que es sucia de nacimiento. 

Nuestro amigo y ya veterano Colaborador, Guadiloba, nos ha hecho llegar estas fábulas y cuentos cortos del escritor, periodista y editorialista estadounidense del siglo XIX, Ambrose Bierce, al que un crítico de la época le apodó "Bitter Bierce" (El amargo Bierce), por su estilo cáustico y al que se le considera el heredero literario directo de Edgar Allan Poe; destacó en el género terrorífico y al debemos algunos de los mejores relatos macabros de la historia de la literatura. Con este artículo iniciamos esta serie.

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 15 de Junio de 2011.

27 de enero de 2014

Fábulas y Cuentos (37)


EL LEÓN Y EL RATÓN 

Un León había atrapado a un Ratón y estaba a punto de matarlo, cuando el Ratón dijo:
-Si me perdonas la vida, otro tanto haré yo por ti algún día.
El León, bondadosamente, le permitió irse. Poco después ocurrió que el León fue capturado por unos cazadores y atado con cuerdas. El Ratón pasó por el lugar, y viendo que su benefactor estaba indefenso, se puso a roerle la cola. 

EL CORDERO Y EL LOBO 

Un Lobo estaba calmando su sed en un arroyo, cuando un Cordero se apartó de su pastor, bajó hacia la orilla del arroyo, y pasando ostentosamente alrededor del Lobo, se preparó para beber corriente abajo.
-Le ruego que observe -dijo el Cordero- que por lo común el agua no corre hacia arriba. Que yo beba acá no puede contaminar el agua que toma usted; de modo que no tiene el menor pretexto para asesinarme.
-No sabía -replicó el Lobo- que necesitaba un pretexto para que me gusten las chuletas de cordero.
Fin de ese pequeño lógico. 

EL PADRE Y LOS HIJOS 

Un Padre afligido por una familia de Hijos pendencieros, les exhibió un atado de varas y pidió a los jóvenes que lo rompieran. Tras repetidos esfuerzos, admitieron que les resultaba imposible.
-Vean -dijo el Padre- las ventajas de la unidad; mientras esas varas permanecen unidas son invencibles; y observen lo débiles que se muestran individualmente.
Sacando una vara del atado, fácilmente la rompió en la cabeza del Hijo mayor, y repitió el procedimiento hasta que todos fueron servidos. 

EL LEÓN Y EL RATÓN

A un juez lo despertó el ruido de un abogado que procesaba a un Ladrón. Rojo de ira, ya estaba por sentenciar al Ladrón a prisión perpetua, cuando este dijo:
-Le suplico que me libere, y algún día retribuiré su bondad.
Complacido y lisonjeado al ser coimeado, aunque no fuera por nada más que una promesa hueca, el juez lo dejó irse. Poco después, comprobó que había sido más que una promesa hueca, porque habiéndose convertido él mismo en Ladrón fue liberado por el otro, que se había convertido en Juez.