Ambrose Bierce
EL FUNCIONARIO CONSCIENTE
Mientras un Superintendente de División de un ferrocarril estaba cumpliendo con la mayor aplicación su tarea de poner obstáculos en los rieles y alterar los cambios de vía, recibió la noticia de que el Presidente de la compañía iba a despedirlo por incompetente.
-¡Buen Dios! -exclamó-. ¡Si hay más accidentes en mi división que en todo el resto de la línea!
-El Presidente es muy riguroso -dijo el Hombre que había traído la noticia-; él piensa que las mismas pérdidas de vidas podrían obtenerse con menos daño a la propiedad de la compañía.
-¿Espera que arroje a los pasajeros a través de las ventanillas? -exclamó el indignado funcionario, cruzando un durmiente sobre los rieles-. ¿Me toma por un asesino?
COMO SE LLEGA AL OCIO
Un Hombre para Quien el Tiempo era Oro, que estaba engullendo su desayuno, muy apurado por atrapar un tren, había apoyado el periódico contra la azucarera y leía mientras comía. En su apuro y abstracción, se clavó un tenedor en el ojo derecho, y al extraer el tenedor, el ojo salió con él. Desde entonces, cada vez que compraba anteojos, se veía obligado a derrochar inútilmente su dinero en cristales para el ojo derecho, y este dispendio lo redujo pronto a la pobreza, por lo cual el Hombre para Quien el Tiempo era Oro se vio obligado a ganarse la vida pescando desde la punta de un muelle.
EL GUARDIÁN PRECAVIDO
El Guardián de una Penitenciaría estaba un día poniendo cerraduras en las puertas de todas las celdas, cuando un operario le dijo:
-Usted es muy imprudente... Esas cerraduras pueden abrirse desde adentro.
El Guardián replicó, sin apartar la mirada de lo que hacía:
-Si a esto se lo llama imprudencia, me pregunto cómo se debería denominar a una precavida disposición contra las vicisitudes de la suerte.
EL TESORO Y LOS BRAZOS
Un Tesoro Público, al advertir que Dos Brazos se alzaban con su contenido, exclamó:
-Sr. Correligionario, propongo una división.
-Usted parece saber un poco acerca de la forma parlamentaria de hablar -dijo Dos Brazos.
-Sí -replicó el Tesoro Público-. Estoy familiarizado con los acarreos legislativos.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 5 de Julio de 2011.
Me encantan las fábulas. Muy buena idea esta nueva serie.
ResponderEliminarLas fábulas de este autor son un tanto extrañas; no son del estilo infantil a las que estamos acostumbrados a leer o escuchar. Tienen toques de cultismo. Se queda uno con la impresión de no comprender o no verles la gracia. A mí, particularmente, me gustan mucho.
ResponderEliminarPor fin ya sabemos quién era el hombre que se daba bocados en un ojo.
ResponderEliminar"Cómo se llega al ocio" es una fábula muy buena, no exenta de una gran moraleja.
Este Ambrose Bierce estaba muy entretenido con los chascarrillos surrealistas. Creo que a este hombre le hacía falta un poco más de fornicio.
ResponderEliminar¿Cómo es posible que sea tan desconocido este fabulista?. Su gran variedad y los distintos enfoques que da a cada fábula le hace ser muy diferente a los demás. Sus fábulas encierran moralejas muy profundas.
ResponderEliminarGracias a este blog estamos descubriendo a un genio de la fábula.
Este blog no deja de sorprenderme. Operativo durante todo el año, con temáticas distintas, descubriendo cosas nuevas en cada momento, muy cultural; sencillamente fantástico. felicidades a todos los que lo hacéis posible.
ResponderEliminarNo es la distancia la que me duele, es tu olvido.
ResponderEliminarAprovecha al maximo a tus hijos, enséñales todo lo que puedas, foméntales fabulas, cuentos, lectura, etc.
ResponderEliminarMis fábulas de amor se están desvaneciendo.
ResponderEliminarSi los que hablan mal de mí supieran exactamente lo que yo pienso de ellos, hablarian peor.
ResponderEliminarNo entiendo nada de nada. Estas fábulas son un poco extrañas.
ResponderEliminarUna muchacha llega a una farmacia: - Hágame el favor y me vende 65 condones...¿Qué talla? - Surtiditos que voy pa' un paseo
ResponderEliminarA partir de la semana que viene o la otra, voy a dejar de postergar las cosas.
ResponderEliminarRecordar es fácil para el que tiene memoria, olvidarse es difícil para quien tiene corazón.
ResponderEliminarEl mejor mentiroso es el que se cree sus mentiras. El mejor cuentista es el que se cree sus cuentos. Yo soy un excelente cuentista
ResponderEliminarMe ha encantado la de "Cómo se llega al ocio". Muy aguda.
ResponderEliminarQuiero que tú seas mi cuentacuentos.
ResponderEliminarPara quien diga que no: Que sepa que los cuentos de hadas si existen sólo que sólo son cuentos...
ResponderEliminarEste tío está mal de la chota. un buen chocho es lo que le hace falta y que se deje de tantas pajas mentales. No entiendo nada.
ResponderEliminar¡Las caballas, las caballas, las sardinas de galeónnnn!.
ResponderEliminarNecesito urgentemente un psicólogo y un bote de sal de frutas para comprender y digerir todo esto, porque no me entero de ná.
ResponderEliminarPara descifrar este "Código Davinci" tenemos que llamar al chita. Después de arruinarse en la bolsa, ha aprendido de todo deambulando por todo el mundo.
ResponderEliminar¿ya no cantais manamana?
ResponderEliminarcon lo graciosa que es la canción, que pena.
Anibal dijo: Tengo mil elefantes con los que arrasare Roma, es mi arma secreta y q1ue los romanos no conocen.
ResponderEliminarPero Anibal nunca uso los elefantes ¿porque?
Yo tampoco me entero de nada.
ResponderEliminarLa canción del manamaná se dejará de cantar cuando gane el festival de Eurovisión.
ResponderEliminarEntonces, Amilcár Barca invadiría en pateras y kayucos. ¿Por qué no?.
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