26 de febrero de 2011

Hasta luego (Reedición)



En la actualidad existen numerosos movimientos migratorios, siempre han existido durante la dilatada historia de la Humanidad.
El motivo principal casi siempre ha sido el mismo; buscar un mundo mejor.
Mientras existan los grandes desequilibrios económicos entre los distintos países, estos movimientos migratorios jamás tendrán fin.
A pesar de las restricciones políticas de los distintos países estos movimientos no dejan de producirse.
Existen personas que simplemente buscan un lugar donde la alimentación y las mínimas condiciones medicas puedan estar a su alcance.
En su gran mayoría son engañados y posteriormente coaccionados por grupos delincuentes y carroñeros que le facilitan la entrada en el país elegido, pagando grandes sumas de dinero y con la falsa promesa de conseguir un trabajo seguro, es decir un paraíso artificial.
Lo cierto es, que cuando una persona decide dar el paso de marcharse de su país la situación no es nada fácil. Emigrar significa dejar a sus seres queridos, sus raíces, costumbres..., todo.
Algunos saben que trabajo van a realizar; otros creen saberlo y en lugar del paraíso soñado se encontraran con el engaño, la extorsión, la prostitución o la mano de obra esclavizada en el mundo occidental.
En el lugar de destino su situación suele ser desoladora, distinto clima, idioma, alimentación y costumbres diferentes por no decir los graves problemas que se generan en la comunicación.
Vienen con metas temporales, ahorrar para comprar una vivienda en su lugar de origen o afianzar un pequeño negocio, pasando por una mejor educación a sus pequeños vástagos y por supuesto conseguir una asistencia médica para algún familiar que sólo podrá ser posible si existe "plata".
El tiempo se hace eterno, no basta con una llamada, necesitan un beso, un abrazo; el tiempo de descanso se convierte en un tiempo de añoranza y melancolía; gotas, charcos, ríos y mares de lágrimas humedecen la almohada pensando en los que se quedaron, en los que esperan, en los que depende de ellos. Aprietan los dientes y siguen luchando para no renunciar a ver pronto el amanecer con sus seres queridos en un mundo más justo, más humano.
Mi homenaje para los que no están en su lugar y es por necesidad. Mi homenaje y admiración para los que partieron y luchan por sobrevivir.

25 de febrero de 2011

Esa otra fiel infantería


Arturo Pérez-Reverte

Los vi hace poco en el aeropuerto de México: ojerosos, mal afeitados, hechos polvo tras largos vuelos y tránsitos infames.
Eran cuatro -uno, naturalmente, se llamaba Pepe- y hablaban de Flandes y de las Indias. O de como se diga ahora. Holanda, decían. México y Venezuela. Sitios así. Hablaban de saqueos, botines y aventuras. O sea, de buscarse la vida donde ésta late. De negocios. Estaban allí con sus arrugados coletos de cuero transformados en trajes de chaqueta y corbata; con sus armas, que eran ordenadores y agendas, y con esa mirada absorta, fatigada, que les queda a los que vienen de asaltar las murallas de Breda o pelear en las calzadas de Tenochtitlán.
Observándolos mientras consultaban las salidas de los vuelos, concluí que tampoco, si uno se fija bien y leyó los libros adecuados, hay tanta diferencia: Barajas en vez de Cádiz, Lisboa o la boca del Guadalquivir, en galeones, o Italia y el Camino Español por los Alpes y Suiza, rumbo al norte de Europa. La fiel infantería del rey católico: la misma gente que hace cuatro siglos, harta de monarcas imbéciles, curas parásitos y funcionarios sanguijuelas, decidió que era mejor intentarlo allá afuera y reventar en ello, que languidecer en una tierra yerma, ingrata, dejada de la mano de Dios.

Alguien escribió que en otro tiempo, cuando España se dilataba en el mundo, los españoles se echaron afuera a pelear y buscarse la vida, desde nobles hasta labriegos. Y fue cierto. Unos lo hicieron por hambre de gloria y dinero; otros, los más, por hambre de verdad. Desde las Indias a Filipinas, del norte de África a Europa entera, contra toda clase de naciones bárbaras o civilizadas, pelearon hidalgos y campesinos, bachilleres y pastores, caballeros y pícaros, amos y criados, soldados y poetas. Pelearon Cervantes, Garcilaso, Lope de Vega, Calderón, Ercilla y muchos más. En todas las tierras y climas, bajo nieve, sol, lluvia o viento, desharrapadas huestes de españoles pequeños y recios, fanfarrones, crueles, hechos a la miseria, el sufrir y las fatigas, con todo por ganar y nada que perder salvo la vida, renegando a cada paso en todas las lenguas de España, acuchillándose entre sí en los ratos libres que no empleaban en degollar a terceros, caminaron tras las rotas banderas en busca de pan que llevarse a la boca. Así llenaron los espacios en blanco de los mapas, las tierras incógnitas. Y sin pretenderlo, de rebote, los que regresaron vivos trajeron Méxicos y Perús, riquezas hasta para quienes nunca arriesgaron nada. E historias fascinantes que escuchar.

Pensaba en eso viendo a los cuatro soldados de los modernos tercios que aguardaban en el aeropuerto. La misma hambre, me dije. El mismo dilema. Quedarse en esta tierra estéril y enferma es languidecer.
Recordé haberlos visto toda mi vida en cien rincones perdidos del mundo, alojados en hoteles de veinte dólares donde nunca para un hombre de negocios acomodado. Planchándose ellos cada mañana su único traje, como otros se revestían el arnés y el acero, antes de echarse a la calle a pelear de nuevo.
A arrancarle el botín a la vida donde ésta se deja. Lo mejor de nuestra fiel infantería: empresarios y comerciales españoles que no gastan más de lo preciso en dormir y comer, sobrios y tenaces; pero que cada mañana, a la hora del combate, riñen con esos otros a quienes todo sobra, tumbando a base de iniciativa e imaginación a competidores de grandes compañías gringas que han hecho máster en Harvard y escriben sin faltas de ortografía; y que sin embargo se ven, sin comprenderlo, acuchillados por esos tipos duros, hambrientos y mal afeitados que no tienen Visa Oro pero saben arreglárselas para hacer lo imposible, por pura necesidad y desesperación.
Porque hablan la lengua, o se la inventan. Porque lo de buscarse la vida, asaltar murallas para cobrarse pagas atrasadas o pelear en una trinchera, hambrientos y con el barro hasta los huevos, lo llevan en la sangre.
Pensé en todo eso, como digo, mirando a esos tipos en la sala de espera del aeropuerto. Nunca imaginaréis, concluí, con cuántas cosas me reconciliáis de nuestra perra España. Calculé sus noches solitarias velando armas, mirando ventanas de cielos extranjeros. La soledad y la dureza del combate librado a tus solas fuerzas, sabiendo que el único día fácil es el que dejaste atrás. Hombres y mujeres valientes, soldados metidos muy adentro en territorio enemigo, que llevan al hombro, a su manera conmovedora, la vieja aspa de San Andrés: los colores de sus modestas empresas.
-«I am from Murcia», oí decir a uno en El Cairo, hace treinta años, al policía que le pidió la cartilla de vacunación que no llevaba-. Batiéndose a ciegas por la negra honra y por desesperación. Por hambre. Mal pagados e ignorados en su tierra, como siempre. De nuevo, también como siempre, la misma historia. No sabemos vivir de otra manera..


Un seguidor anónimo, nos remite este Artículo de Pérez-Reverte, el 7º que publicamos, en él se destaca la labor de los empresarios y los comerciales españoles, los que curran de verdad y no especulan, por esa tierras de Dios. GRACIAS.

24 de febrero de 2011

Amigos hasta en la sopa


Desde hace ya tiempo, creo recordar en una escala limonera, alguien tuvo la ocurrencia de trepar sin pedir permiso a chita, que era la que dominaba ese tipo de situaciones y que menos mal que estaba ligando con el maná maná, que si no, se hubiera liado la gorda, porque nadie tiene por qué usurpar el papel de chita sin su consentimiento.

Pues bien a raíz de aquel desafortunado acontecimiento, nuestro amigo "el pupas", se reventó las tripas, dejando entrever unas protuberancias abdominales muy dolorosas, por las que hoy tuvo que pasar por el quirófano a dejar allí dichos bultitos, todo con la estimable ayuda del cirujano.

Cuando pasé a visitarlo, sobre las siete de la tarde, creyendo que ya había sido intervenido, estaba que se subía por las paredes, no por el dolor, si no por el hambre que tenía ya que estaba allí desde las tres de la tarde, y desde las ocho de la mañana no había probado bocado, pidiendo a gritos una hamburguesa doble y que no le faltara de nada.

Los que le acompañabamos, decidimos no prestarle atención, aunque seguía solicitando lo que sea, un pollo, o dos hamburguesas, pero quería comer, intentamos informarle de las contraindicaciones de la ingestión, pero nada, un bocata, de chorizo o de lo que sea, !que pesao!.

Yo pienso que se acordará bastante de los problemas padecidos por subir al árbol, y nunca, nunca, nunca se olvidará de los amigos que tuvo en todo momento a su lado para estar con él y darle ánimos, como nosotros tampoco dejaremos que cuando se recupere intente de nuevo subirse por la ramas.

19 de febrero de 2011

Mundo Sésamo (Reedición)

ManaMana
tu tu tururu
ManaMana
tu tu ru tu
ManaMana
tu tu tururu
tururu tururu turu ru ru ruru ru ru

Mahna mahna
(ba dee bedebe)
mahna mahna
(ba debe dee)
mahna mahna
(ba dee bedebe badebe badebe dee dee de-de de-de-de)

(repeats)

mah mama na mahna mah namwomp mwomp
ma mo mo mana mo
mahna mahna
(ba dee bedebe)
mahna mahna
(ba debe dee)
Mahna Mahna!
(ba dee bedebe bedebe badebe debe de-de de-de-de)

(long pause)

...mahna mahna?

18 de febrero de 2011

Saúl


David y Saúl.

Saúl, figura de la Biblia, proclamado primer rey de Israel a fines del siglo XI a.C, aparece relatado en el libro bíblico I Samuel (a partir del capítulo 9 hasta el 31) y ha constituido un tema de inspiración tradicional en el arte y literatura occidentales.

Historia

Ante las súplicas del pueblo al ya anciano juez Samuel para que nombrara un rey que los librara de los invasores filisteos, aquél, aunque creía que Dios debía ser el único soberano de Israel, consultó a Yahvé y ungió a Saúl, de la tribu de Benjamín. Saúl, hombre de gran valor y gran estatura, se mostró al principio un rey firme, que derrotó a amonitas, moabitas y filisteos, y estableció su capital en la ciudad liberada de Yábes-Galaad.

En el capítulo 15 de I Samuel encontramos cómo Saúl es rechazado por Yahvé. Debido a esto ordenó a Samuel que consagrara secretamente a David. Éste marchó a la corte de Saúl como arpista, pero los continuos triunfos militares que sucedieron a su victoria frente a Goliat provocaron los celos del rey, que intentó matarlo. Sólo gracias a la ayuda de su esposa Mical, hija de Saúl, David pudo huir. En uno de sus viajes, la Biblia dice que Saúl fue tentado por el demonio y cayó en sus garras, casi matando a David.

La narración bíblica sobre Saúl describe que éste, poseído por la ira ante la admiración del pueblo y de su propia familia por David, perdió paulatinamente la razón. Desesperado, evocó el supuesto espectro de Samuel, que profetizó una gran derrota de su ejército y su muerte. Al día siguiente, los filisteos destrozaron el ejército israelita en la Batalla del monte Gilboah y Saúl, para evitar su captura, se dio muerte junto a sus hijos.

Obtenido de wikipedia

Nueva Colaboración de nuestro amigo Robin Hood, en esta ocasión muy bíblica, ¿O quizás... no tanto?.

15 de febrero de 2011

La Internacionalización


DECLARACIONES DE CHICO BUARQUE MINISTRO DE EDUCACIÓN DE BRASIL.

Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al ex gobernador del Distrito Federal y actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia . Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.

Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:

Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia . Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.
Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad. Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero.
El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio. De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.
No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.
Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos.
Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad.
De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia ...cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.
Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.
En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda.
Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia . Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.
Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!

NOTA: Este artículo fue publicado en el NEW YORK TIMES, WASHINGTON POST, USA TODAY y en los mayores diarios de EUROPA y JAPÓN.


Este artículo nos lo remite Leandro, GRACIAS por tu Colaboración. 

12 de febrero de 2011

Mi guitarra (Reedición)


Hola de nuevo, en este caso me gustaria compartir con vosotros mis sentimientos hacia la musica, y en concreto la que sale de una guitarra, cuando junto al fuego de una buena chimenea o en una candela en una noche de verano se le acarician las cuerdas para que se escuche algo celestial.
Es tan grato el sonido que desprende que lo comparo con las caricias que te da una mujer enamorada, los besos de una madre o el abrazo de un buen amigo.
Cuando la he llevado conmigo a los multiples viajes para hacerla tocar, siempre he tenido miedo a que se cayera o que la dieran un golpe, porque es mi compañera, la que muestra lo que tengo dentro, lo que soy capaz de dar, y lo que soy capaz de soportar.
Recuardo una anecdota que me ocurrio con mi novia y mi guitarra, (de esto ya ha llovido), y al subir al autobus, mi novia tropezo y fue cayendo al suelo mientras yo sin soltar mi guitarra, la pude sujetar para que el golpe no fuese grave, y despues de ayudarla a levantarse del suelo, me recrimino de que si hubiese soltado la guitarra no se hubiera sentado en el suelo, y le conteste lo que le diria mi guitarra, que si yo no estuviera alli, ella se hubiera hecho bastante daño, asi que poco a poco fue comprendiendo mis sentimientos hacia mi guitarra y se le paso el enfado, por haber hecho una comparacion entre las dos.
Tanto amo a este intrumento musical que he llegado a escribir alguna que otra poesia y cantado muchisimas veces esta que a continuacion os doy a conocer.

Curvas como la mujer y ademas tiene sonido
que me abres el corazon cuando lo tengo encogido
yo le bajo su collar cuando la voz no me llega
para que quiero gritar si ella baja y no pelea
ella siempre esta conmigo cuando me voy de juerga
y no se mete conmigo cuando estoy de borrachera
con ella todas mis penas son mas llevaderas
parece de carne y hueso no parece de madera
yo la acaricio y ella se deja, y ella se deja
que la toque con mis manos aunque la gente nos vea.

11 de febrero de 2011

Somos Idiotas¿¿??


Por Arturo Pérez Reverte.



Hay un problema laboral del colectivo de controladores aéreos que afecta al 1,2% de la población española (600.000 personas) y casi todos saltáis como energúmenos pidiendo hasta el linchamiento de ese colectivo cuando el día anterior hacen otra reforma del sistema laboral más restrictiva, quitan los 420 euros de ayuda a 688.000 parados que están en la ruina y anuncian cambios drásticos a peor en la ley de pensiones que afectan al 80% de la población y nadie se indigna ni dice nada. ¿Sois idiotas?

Estáis pidiendo a gritos al Gobierno que se apliquen medidas que quitan el derecho a la baja laboral, a los permisos retribuidos y a las horas sindicales, sacar militares a la calle ¿sois idiotas?

Estáis leyendo que mintieron en los vuelos de la CIA, en el caso Couso, que González era la X del GAL, que gente del PP cobraba de la trama Gürtel , que hay políticos que cobran más de 230.000 euros al año, pero que nos cuestan más de 3 millones de euros, que la corrupción en la política no es excepción, sino norma, que ellos mismos se adjudican el derecho a cobrar la jubilación máxima con pocos años en las Cortes y a nosotros nos piden 40 de cotización, banqueros que consiguen del gobierno medidas duras contra los trabajadores y que tenían que estar en la cárcel por delitos demostrados de fraude fiscal y no decís nada, os quitan dinero para dárselo a esa gente que cobra cientos de miles de euros año, especula con nuestro dinero, defrauda a Hacienda y seguís callados ¿sois idiotas?

Tenéis una monarquía que se ha enriquecido en los últimos años, que apoya a los poderosos, a EEUU, a Marruecos y a todo lo que huela a poder o dinero, hereditaria como en la Edad Media ¿sois idiotas?

En Inglaterra o Francia o Italia o en Grecia o en otros países los trabajadores y los jóvenes se manifiestan hasta violentamente para defenderse de esas manipulaciones mientras en España no se mueve casi nadie ¿sois idiotas?

Consentís la censura en los medios de comunicación, la ley de partidos, la manipulación judicial, la tortura, la militarización de trabajadores sólo porque de momento no os afecta a vosotros ¿sois idiotas?

Sabéis quién es toda la gentuza de las revistas del corazón, futbolistas supermillonarios pero jamás escucháis a nadie como Saramago o Chomsky u otros mil intelectuales veraces y comprometidos con vuestros problemas ¿sois idiotas?

Si mucha gente responde sí, aún nos queda un poco de esperanza de conseguir acabar con la manipulación de los políticos y poderosos.

Si la mayoría contesta no, entonces estamos jodidos.

En esta 5ª entrega dedicada a Pérez-Reverte, el autor nos sacude para sacarnos de la pasividad. Si hemos contestado SI, ¿A qué esperamos para actuar, hablar o al menos quejarnos?. Ya está bien de que la prepotencia, la soberbia y la política del rodillo imperen sobre la justicia, la profesionalidad y la razón, perdamos el miedo y manifestemos libremente nuestra opinión o discrepemos abiertamente.








8 de febrero de 2011

Muy "Personal"

Érase una vez, que se era, que un ignorado lacayo, fiel servidor de su Señor que lo recogió de los arrabales y al que adulaba y acompañaba a todas partes, se encontró casi sin buscarlo y de la noche a la mañana cuando se fue el crudo invierno con toda sus Nieves a cuestas, en poderoso General de todas sus huestes, leales y profesionales de pura casta tras largos años de desempeño de sus funciones para que el Reino fuera feliz, apacible y funcional para todos los que en vivían en él y a los que a el se acercasen.

Pero como anuncia el popular dicho de “si quieres saber quien es saulito, dale un carguito”, ocurrió lo que nunca debería haber pasado.

Hizo y deshizo a su antojo, al soldado que le aplaudía sus ideas legales o no, buenas o malas, lo ascendía a superiores grados; al que no, lo defenestraba, desterraba, calumniaba o lo sometía al más cruel y total de los aislamientos.

Y ocurrió lo que tenía que ocurrir, se quedó solo y con cuatro lacayos que lamían el suelo que pisaba y sin más profesionales que mantuvieran el orden y buen funcionamiento del Reino.

Lo solucionó pronto, contrató mercenarios, pagó caudalosas cantidades a servidores leales, multiplicó sin conocimiento ninguno todos los costes, compró a los cabecillas que se dejaron y consiguió llevar al Reino a la más mísera de las ruinas, volviéndolo inservible, inhabitable e infuncional.

Y vivieron infelices durante muchos años; pero como otro refrán dice “cada cerdo tiene su San Martín”, más tarde o más temprano a este lacayo de las Nieves, le llegará, ¿si es que no le ha llegado ya?.

De Robin Hood al Shorizf de Nothingan Forest.

 
De nuevo nuestro Colaborador Robin Hood, nos hace llegar un artículo. Date por enterado "Shorizf de Nothingan Forest". GRACIAS por tu Colaboración.

5 de febrero de 2011

La espera (Reedición)


Es la hora habitual de levantarse y la cama de 1,35 metros seguía ocupada y compartida.
Ambos permanecían despiertos, con los ojos cerrados, no hablaban; cada uno en cada extremo del lecho agazapado en su guarida, ladeados mirando hacia el exterior.
La Diosa Telepatía se apoderó de sus mentes y solamente existía una idea unificada en la gran encrucijada de pensamientos: deseo, agonía, ferocidad..., permanecían impasibles (aparentemente).
Mientras tanto los cuatro retoños pululaban por la morada.
El primero, después de ver algo de noticias de actualidad y tomarse un tentempié, marcha (SUENA UN PORTAZO). Ya queda menos, pensaban sin soltar palabras.
El segundo y tercero, gemelos, dentro de su metodología, tardan algo más; salen juntos al instituto (SUENA UN PORTAZO).
La agonía y el fulgor atraviesan y devoran las almas de los impávidos. Los latidos del corazón suenan por todos los rincones del mueble cuadrúpedo. ¡Sólo falta el cuarto!
Telepatía pensaba: "éste es un juancojones; ahí hay para largo, y además traga más que una lima sorda".
La temperatura subía, como el Etna a punto de entrar en erupción, eso sí, en la misma postura; todo se hace eterno.
Por fin suena el tercer PORTAZO.
Se acabó la impavidez; ambos dan un salto como fieras (ya lo quisiera para él Sergey Bubka), y el centro de la cama se convierte en el cuartel general. La furia se funde con la pasión; la agonía y la emoción les invaden. Penetra la lengua en su boca con tanta fuerza que parece atravesarle la nuca, como el que se come por primera vez un pinchito moruno.
Sus cuerpos se contornean como dos anacondas hambrientas, como el Laocoonte; por fin, sienten piel con piel, alma con alma, corazón con corazón..., sobre una sábana humedecida.
Sacian su sed, su hambre, su necesidad. Deciden hablar con un comentario unísono: "ya era hora".
Continúa la rutina y los días pasan, uno tras otro hasta que puedan encontrar otra "rosa de pasión".
Posiblemente la siguiente será otro tipo de fantasía (un ramito de violetas).

4 de febrero de 2011

Por la Lectura



Atentado Cultural - La SGAE ataca de nuevo. Se pretende obligar a las bibliotecas públicas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para 'resarcir' a los autores. Mientras la gente de a pie apenas llega a fin de mes, los ya millonarios se forran a cuenta nuestra.

Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos.
Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.

Muchos años después hice una visita a una bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos.

Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas.

Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos.

Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados,paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro.

Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo.

Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque:

a) obtiene algo a cambio.
b) es objeto de una sanción.

Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura?.

Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos?.

Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra.

Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.


¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!

José Luis Sanpedro

Este escrito atribuido a José Luís Sampedro, está circulando por Internet, queremos, desde nuestro rincón de lectura, en nombre de todos los componentes de este Blog, manifestar abiertamente nuestra oposición a este canon y nuestro apoyo al fomento del placer de la lectura.

3 de febrero de 2011

El Malecón de La Habana

Cuento de Luís E. Aguilera

¡Quién despertara en tus labios
El sueño de la palabra!
¡Qué ventura si tu imagen
Se moviera y me abrazara!
Jesús Orta Ruíz
(“Elegía ante tu retrato”)


Salgo al portal de la casa en que habito, Calle E, entre 23 y 25 del Vedado. Dianelys me espera a los pies de la escalinata de mármol, alegre y juvenil. Tomamos la avenida que nos llevará por diferentes lugares a redescubrir La Habana, enigmática e histórica. La brisa marina con sus gotitas de colores nos va envolviendo, como a mí me han envuelto sus ojos.
Dianelys es una perfecta mulata, de ojos grandes; pelo negro, largo, rizado; orejas pequeñas, dientes parejos y blancos como perlas marinas, nariz cautivadora, labios delicados y gruesos; en suma, una digna representante del mestizaje afrocubano. Su manera de hablar es agradable, me va explicando detalles, fechas, acontecimientos históricos de la Revolución Cubana.

Pero, “A lo lejos alguien canta, a lo lejos…”:
La luz que en tus ojos arde
si los abres amanece,
cuando los cierras parece
que va muriendo la tarde.
Las penas que me maltratan
son tantas que me atropellan.
Y como de matarme tratan,
se agolpan unas a otras
y por eso no me matan…

En la esquina 23 y Los Presidentes, desde el interior de un bar surgen los acordes de una guitarra y la voz inconfundible de José (Pepe) Aldana que entona “La Tarde”.
En la heladería Coppelia, pedimos helados de canela y frutas naturales, que nos reanimó a proseguir en busca de nuestro objetivo. Llegamos a la Rampa y observamos la cascada cristalina del Hotel Nacional de Cuba, ubicado en una colina, imponente y majestuoso.
El Malecón grandioso, convoca y exige un andar de pasos lentos, para considerar el soberbio mar, el verde mar. Al límite de encontrar las ilusiones perdidas, las inquietudes por vivir experiencias incomparables, que sin proponérmelas descubro.
“El mar, el Malecón y tus centelleantes ojos”.
Dianelys me confiesa sueños y esperanzas. Le gustaría ingresar a la Universidad de La Habana, estudiar Medicina Deportiva, escribir poemas y viajar por diferentes países del mundo, pero siempre volvería a su amada Isla. La escucho y contemplo hipnotizado largo rato.
La calidez de la tarde me atrapa y me quema la piel, sofoca a sol y sombra, sudores por doquier, resecados una y otra vez. Ella no percibe mis desdichas. Es indispensable que siga a mi lado en forma cómplice, caminando a pasos de andante; por cierto, en este inexcusable momento no me encuentro descontento, porque junto a Dianelys y el mar nada puede inquietarme.
Caminamos y me doy cuenta de que la claridad del mar se ha mudado a sus ojos. Pero la prudencia me exige charlar de melodías, flores, estrellas, la luna, el verde mar, el canto de los grillos y el vuelo de los pájaros. Antes bien, me comprometo que al amanecer: “Tus ojos negros me harán feliz y agradeceré las cosas que tú sueñes para mí…”
La noche avanza, seguimos caminando, serpenteando el muro del Malecón. A cada instante ella se detiene maravillada, mirando los arreboles que desprenden luces en la espesura del mar, fulgores jamás vistos. El rojo es el de mayor intensidad. Observas el mar, el apacible mar en calma, semejándolo a una gran llanura de musgos suaves y sedosos, como tu piel.
La Bahía, El Faro y La Habana Vieja nos esperan. El Malecón pondera y exalta a los buenos amantes, nos acodamos el muro. Yo observo la ciudad; tú, el mar gigantesco y circular, porque ciertamente aquí, solamente aquí, uno puede apreciar la redondez del mundo.

(y ahora toca llorar)

Colaboración remitida por Jaime, se trata de un cuento del Literato Chileno Luís Eduardo Aguilera, lo introduce un verso del poeta cubano Jesús Orta Ruíz. Gracias Jaime, el Malecón de la Habana enamora a todo el que pasea por él.

2 de febrero de 2011

Extraña situación


- Hola cariño, ¿A qué hora volverá? ¡Um, tenemos tiempo!
- Aunque nuestro matrimonio no funcionó, me alegro mucho que te vaya bien.
- Esta situación es muy extraña; me da morbo, me pone, no sé…
- No hace falta que me aprietes tanto, ya estamos en la cama.

Una agonía desbocada invade ambos cuerpos; ambas mentes. Sus bocas se mueven en la locura desbordada y desenfrenada, a trepidante velocidad.

- Relájate cariño.

Cada papila de mi músculo, roza suavemente cada una de las protuberancias irisadas de tu piel estremecedora y la musculatura se contrae lentamente. Perseverante y conquistadora, va recorriendo casi todos los rincones de tu bello cuerpo; tu estilizado cuello, tus apetitosas torres gemelas, culminadas por duras cúpulas rosáceas, tus curvas praxitelianas casi perfectas, las macizas columnas de tu hermoso templo…, la meta se va alcanzando. La avanzadilla logra llegar a los bellos jardines colgantes, sala que antecede a la gran selva paradisíaca. Quiero recrearme en esa eterna maravilla.

Por fin la insidiosa, pecaminosa y rabiosa fábrica papilatoria, logra penetrar en el “Mato Grosso”. No puedo dominar su ansiedad, su labor espeleóloga de encontrar todos los recovecos.

Quiero detenerme un momento para observar de reojo la forma de tus pupilas en ventanas entreabiertas. Al mismo tiempo poder arrancar, a través de mis centrífugos alveolares, las lanzas clavadas en mi garganta durante la placentera exploración cavernaria.

Sufriré, continuaré sufriendo. No me importa padecer una orquitis rampanti; sufriré. Sólo me importa tu satisfacción y no pararé de subir y bajar por barlovento y sotavento; por solana y por umbría, acampando continuamente en la cima de tu “pan de azúcar”, y desde su atalaya observar como emanan los efluvios plateados, humeantes como cálidos géiseres, quedando anegados. Beberé en ese pantano hasta que circule como meandros por las vaguadas de tu cuerpo. No pararé mientras no deje de oír tus gemidos y tus cortas y repetitivas palabras: más. Más, maaás…, sí, sí, siií… El reloj parece no marcar las horas.

Se hace el silencio; la piel de gallina, temblorosa y estremecedora, se ha transformado en piel sudorosa que humedece su cuerpo.

- Es hora de vestirnos cariño. La próxima vez lo acompañaremos con unos sorbos de cava. Por cierto, suena el ascensor; bajaré por las escaleras.