- Hola cariño, ¿A qué hora volverá? ¡Um, tenemos tiempo!
- Aunque nuestro matrimonio no funcionó, me alegro mucho que te vaya bien.
- Esta situación es muy extraña; me da morbo, me pone, no sé…
- No hace falta que me aprietes tanto, ya estamos en la cama.
Una agonía desbocada invade ambos cuerpos; ambas mentes. Sus bocas se mueven en la locura desbordada y desenfrenada, a trepidante velocidad.
- Relájate cariño.
Cada papila de mi músculo, roza suavemente cada una de las protuberancias irisadas de tu piel estremecedora y la musculatura se contrae lentamente. Perseverante y conquistadora, va recorriendo casi todos los rincones de tu bello cuerpo; tu estilizado cuello, tus apetitosas torres gemelas, culminadas por duras cúpulas rosáceas, tus curvas praxitelianas casi perfectas, las macizas columnas de tu hermoso templo…, la meta se va alcanzando. La avanzadilla logra llegar a los bellos jardines colgantes, sala que antecede a la gran selva paradisíaca. Quiero recrearme en esa eterna maravilla.
Por fin la insidiosa, pecaminosa y rabiosa fábrica papilatoria, logra penetrar en el “Mato Grosso”. No puedo dominar su ansiedad, su labor espeleóloga de encontrar todos los recovecos.
Quiero detenerme un momento para observar de reojo la forma de tus pupilas en ventanas entreabiertas. Al mismo tiempo poder arrancar, a través de mis centrífugos alveolares, las lanzas clavadas en mi garganta durante la placentera exploración cavernaria.
Sufriré, continuaré sufriendo. No me importa padecer una orquitis rampanti; sufriré. Sólo me importa tu satisfacción y no pararé de subir y bajar por barlovento y sotavento; por solana y por umbría, acampando continuamente en la cima de tu “pan de azúcar”, y desde su atalaya observar como emanan los efluvios plateados, humeantes como cálidos géiseres, quedando anegados. Beberé en ese pantano hasta que circule como meandros por las vaguadas de tu cuerpo. No pararé mientras no deje de oír tus gemidos y tus cortas y repetitivas palabras: más. Más, maaás…, sí, sí, siií… El reloj parece no marcar las horas.
Se hace el silencio; la piel de gallina, temblorosa y estremecedora, se ha transformado en piel sudorosa que humedece su cuerpo.
- Es hora de vestirnos cariño. La próxima vez lo acompañaremos con unos sorbos de cava. Por cierto, suena el ascensor; bajaré por las escaleras.
- Aunque nuestro matrimonio no funcionó, me alegro mucho que te vaya bien.
- Esta situación es muy extraña; me da morbo, me pone, no sé…
- No hace falta que me aprietes tanto, ya estamos en la cama.
Una agonía desbocada invade ambos cuerpos; ambas mentes. Sus bocas se mueven en la locura desbordada y desenfrenada, a trepidante velocidad.
- Relájate cariño.
Cada papila de mi músculo, roza suavemente cada una de las protuberancias irisadas de tu piel estremecedora y la musculatura se contrae lentamente. Perseverante y conquistadora, va recorriendo casi todos los rincones de tu bello cuerpo; tu estilizado cuello, tus apetitosas torres gemelas, culminadas por duras cúpulas rosáceas, tus curvas praxitelianas casi perfectas, las macizas columnas de tu hermoso templo…, la meta se va alcanzando. La avanzadilla logra llegar a los bellos jardines colgantes, sala que antecede a la gran selva paradisíaca. Quiero recrearme en esa eterna maravilla.
Por fin la insidiosa, pecaminosa y rabiosa fábrica papilatoria, logra penetrar en el “Mato Grosso”. No puedo dominar su ansiedad, su labor espeleóloga de encontrar todos los recovecos.
Quiero detenerme un momento para observar de reojo la forma de tus pupilas en ventanas entreabiertas. Al mismo tiempo poder arrancar, a través de mis centrífugos alveolares, las lanzas clavadas en mi garganta durante la placentera exploración cavernaria.
Sufriré, continuaré sufriendo. No me importa padecer una orquitis rampanti; sufriré. Sólo me importa tu satisfacción y no pararé de subir y bajar por barlovento y sotavento; por solana y por umbría, acampando continuamente en la cima de tu “pan de azúcar”, y desde su atalaya observar como emanan los efluvios plateados, humeantes como cálidos géiseres, quedando anegados. Beberé en ese pantano hasta que circule como meandros por las vaguadas de tu cuerpo. No pararé mientras no deje de oír tus gemidos y tus cortas y repetitivas palabras: más. Más, maaás…, sí, sí, siií… El reloj parece no marcar las horas.
Se hace el silencio; la piel de gallina, temblorosa y estremecedora, se ha transformado en piel sudorosa que humedece su cuerpo.
- Es hora de vestirnos cariño. La próxima vez lo acompañaremos con unos sorbos de cava. Por cierto, suena el ascensor; bajaré por las escaleras.
Buenísima la historia. Divertida y morbosa. BRAVO.
ResponderEliminarMe parece que estamos hablando de una excelente comida de c......
ResponderEliminarDe extraña nada. Esto a mí me pasa todos los días. Muy bueno, Beer.
ResponderEliminarBeer, lo has bordado. Espero que tuvieras una buena digestión después de esta gran comida...
ResponderEliminarMuy bueno esto de los "ex" que se convierten en amantes. La verdad es que tiene su morbo. Creo que voy a llamar a mi ex marido para que me haga una buena comida...
ResponderEliminarBonita descripción de un buen revolcón. ¡Qué erotismo! ¡Qué sensualidad!. Muy bueno.
ResponderEliminarTener en tu boca el sabor de tu amante es una sensación única. Algunos piensan que es asqueroso, otros que es decir a la persona con quien estás que lo amas, es difícil de hacer para unos, es un placer hacerlo para otros. Tocar su sexo con mi boca es poder sentirlo al máximo, probar el sabor de su piel, sentir como vibra con cada beso de mi boca… No lo cambiaría por nada.
ResponderEliminarEl sexo oral es una maravilla. Esa mezcla de aromas, es lo más excitante que existe. El olor a sexo, las feromonas dando vueltas, los sentidos a mil. ¡Es una pasada! Mi mujer, actualmente, no quiere practicarlo, dice que no lo aguanta, que le da muchas cosquillas, antes lo practicábamos cada vez que hacíamos el amor. No sé qué le pasa ahora, a ella le encantaba y ahora dice que no, y es que no.
ResponderEliminarCreo que voy a quedar con mi ex...
Después de la cerveza es lo mejor que existe en el mundo, tal vez sea mejor que la cerveza. ¿Tú qué opinas, Beer?
ResponderEliminarYo le hecho un poco de sal, aceite y vinagre para aliñar el potorro, que si no está muy soso y seco. A veces le pongo mayonesa pero no suelo.
ResponderEliminarCreo que a la mayoría les gusta dar o recibir sexo oral.
ResponderEliminarA mi esto me parece una aberración.
ResponderEliminarMe gusta tu nuevo estilo erótico, Beer. Enhorabuena por el artículo.
ResponderEliminarChicas, tenía que deciros, que el otro día y por primera vez mi novio me practicó sexo oral con peta-zetas en la boca, en mi vida había tenido orgasmo tan intenso. Probadlo.
ResponderEliminarSutuación mito complicada ñañañaña
ResponderEliminarPor lo que veo eres un gran comecoños. Me encantas. Ven y cómete el mío.
ResponderEliminaresto se llama un buena comida de las partes bajas y ahogarse en una selva negra o blanca pero con muchos pelos, inundada la cabeza del cerebro de pelos y la otra tambien
ResponderEliminarLo del Mato Grosso es genial. Buenísimo artículo.
ResponderEliminarLa foto del coño de la bernarda le hubiese venido a este articulo que ni pintado.
ResponderEliminarSe brinda con cerveza o es que ya te la habia bebido guarro carnicero
ResponderEliminarVocê é uma pessoa ignorante e não quer falar com a pessoa que tenha feito mais feliz. Graças.
ResponderEliminarTU LO QUE ERES ES UN GUARRO Y TE COME TODO LO QUE TE PONGA. ESCLAVO DE SEXO ORAL. EMPLEAS LA LENGUA? LOS PELOS NO SE TE METEN EN LA NARIZ? LIMPIAS PRIMERO CON CLINET? TE COMERIAS AL DE VALLECAS?.....?
ResponderEliminarpendejo que eres un pendejo
ResponderEliminarpicha podia haber puesto un tio comiendole el chocho a una pipita pues de eso se trata o no
ResponderEliminarillo yo conozco a uno que cojio una infeccion y desde entonces tiene los labios como un lebrillo
ResponderEliminarTu guarrerias me encanta,me lo comes a mi?
ResponderEliminarYa no como chochos, como membrillos y parece que los labios van mejorando.
ResponderEliminarEsto se puede denominar también un come labio de las partes inferiores.
ResponderEliminarY si la mujer esta afeitada (cosa muy normal) el matto donde lo busca en el sobaco.
ResponderEliminarAlberto: Gracias por tu Colaboración; ya está publicada y reeditada el 25/09/2010.
ResponderEliminarTú el come pubis, tampoco tiene abuela como el del billar.
ResponderEliminarlos come coños son también dado a entregar el culamen
ResponderEliminarTengo unas ganas impresionante de comerme un buen coño con muchos pelos. Me paso a un video porno.
ResponderEliminarel tio esta bien, me gusta, pero la tia con la boca abierta le cabe una buena polla desde un tio colgao en una lampara
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