Me considero un fan acérrimo de la película de
Ciencia-Ficción “Matrix”. El filme dirigido por los hermanos Wachowski describe
un mundo futurista en el que la raza humana roza su extinción en un mundo
devastado. Las máquinas se han apoderado del planeta y los humanos somos meras
pilas, sirviendo de baterías a las máquinas que nosotros mismos creamos. Para
ocultarnos nuestro cometido, las susodichas máquinas construyen un mundo
ficticio que recrea la sociedad de finales del siglo XX. A este mundo irreal lo
llamaron Matrix.
La resistencia humana en el mundo real, liderada por Morfeo,
se unifica para combatir a las máquinas buscando un resquicio en Matrix. Buscan
a un humano llamado a ser el elegido que libere a nuestra especie de la
opresión de las máquinas, el cual resulta ser Neo. Cuando éste es rescatado,
Morfeo debe explicarle en qué consiste el mundo en el que creía vivir. Durante
esta fase aclaratoria Morfeo le explica a Neo lo que significa el término
“real”: impulsos eléctricos que tu cerebro interpreta a través de los sentidos.
Ahora bien, en ningún momento las máquinas se atrevieron a
recrear en Matrix a la sociedad española, ya que se hubiesen quedado sin ceros
y unos con los que programar su software. Aquí, la realidad capturada por
cualquiera de nuestros cinco sentidos no puede ser procesada como impulsos
eléctricos y no llega al cerebro unificada. Las máquinas que controlan nuestro
propio Matrix están mucho más avanzadas que las ideadas por los hermanos Wachowski.
De este modo, si resulta que Europa le inyecta a España
100.000 millones de euros, y ello se convierte en un hecho fehaciente, se puede
hablar desde un bando de “apoyo financiero”, cuando con todas las de la ley es
un “rescate a España”. Estos mismos dirán que este dinero no afectará a la
sociedad española, pero sin embargo habrá que devolverlo, y con intereses. Los
bancos serán los que gestionen esta liquidez endosada, aunque finalmente los
que nos veamos obligados a pagar por una previsible gestión nefasta seamos
todos los españoles.
Desde los pedestales de poder que suponen la prensa, se
pueden leer titulares en periódicos que van desde un “España despeja el
Rescate”, hasta un diametralmente opuesto “Rescate a la Banca Española ”. Es normal que
alucinemos cuando nos quieren hacer creer que esta situación de “no rescate” es
maravillosa y que se ha estado persiguiendo desde hace mucho tiempo, cuando si
miramos la hemeroteca nos podemos encontrar continuas declaraciones que
aseguraban que España jamás sería intervenida.
Probablemente toda esta amalgama de incongruencias se deba a
que nuestros dirigentes se creen máquinas de poder, con capacidad para crear los
“Matrix” que deseen a su antojo. Así, nos mantienen atolondrados, mientras al
mismo tiempo les suministramos la energía que necesitan para seguir
funcionando, es decir, votos.
Pues bien, al igual que en la magistral película reseñada,
el camino a la salvación pasa por la sublevación y la resistencia. Una lucha en
la que debemos hacerles ver a los que pretenden ocultarnos la realidad que
estamos despiertos y que vamos a combatir. No podremos contar con la gran
mayoría de los españoles conectados a Matrix, que seguirán siendo meras pilas
inconscientes. Por todo ello, estimo que estamos avocados a movilizaciones
hostiles que tengan como único objetivo la destrucción de estas máquinas
ideadas para el engaño. Así pues, seamos los “Neos” de nuestro tiempo.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 05 de Julio de 2012.