1 de junio de 2015

Quiero ser funcionaria corrupta

Me enteré la semana pasada. En Alabama (EEUU), una mamá y su hijo de 5 años llegaron a un restaurante de comida rápida y, antes de entrar, vieron a un indigente en la puerta. El niño quiso saber quién era ese señor, y la mamá le explicó que era alguien que vivía en la calle porque no había tenido suerte en la vida. Entonces, el chaval preguntó a su madre si podía invitarlo a comer, y ella le dijo que sí. El sintecho aceptó la invitación, y pidió un bocata. El peque le dijo que pidiera todo el beicon que quisiera. Y hubo un aplauso general del resto de clientes del local. Me apunto al aplauso. Y como lo prometido es deuda, al final el crío pagó la cuenta. Con dinero bueno, como él. Sin paripés. Nada de pagar con una tarjeta black y luego apuntarse a un curso de voluntariado en un comedor social, como ha hecho Rodrigo Rato. Este niño se merece el Princesa de Asturias de las Humanidades. El año pasado le dieron este premio a Quino, el creador de Mafalda. El dibujante declaró en Oviedo: «Espero que los niños de hoy no sean los corruptos de mañana».

Ilusión, más que esperanza

A mí también me va la esperanza… Bueno, hoy más que la esperanza, me va la ilusión. Ustedes lo entenderán. Por ejemplo, la ilusión que respiraba esta redacción escolar, en plan carta a los Reyes Magos, escrita por una niña de 13 años. Alicia, que es como se llama, estudia la ESO en Madrid. En la carta pedía a los Reyes que su familia siguiera siendo una piña para afrontar los golpes que da la vida y superarlos. Y añadía: «A algunos a lo mejor les parece poco, ya que, según los de arriba, ya no hay crisis. Yo también estaría de acuerdo con eso si cerrase los ojos e hiciese caso a los que, por lo visto, no se han tomado la molestia de pasarse por mi barrio para ver que aquí sigue todo igual. Igual de mal. Cuando salgo a la calle, sigo viendo gente buscando comida y ropa en los contenedores...». Finalmente, Alicia pedía por favor a los Reyes que esta vez no pasaran por su casa, porque allí todo va bien, pero que no olvidasen ir a casa «de los que mandan, para darles un poco de humanidad y sentido común». Y le hicieron caso. Rajoy lo confirmó hace unos días: «El PP es el refugio de la cordura y el sentido común». Sin duda. Allí se han refugiado Bárcenas,Granados, Matas y mogollón de gente que tiene en común un sentido de la honradez que quita el sentido.

Pese a la esperanza (perdón, la ilusión) que tiene el padre de Mafalda en los niños de hoy, no todos son como Alicia o el peque de Alabama. La insensibilidad social y la corrupción también tienen futuro. En Cantón (China) hicieron una encuesta con esta pregunta: «¿Qué quieres ser de mayor?». Y una niña de 6 años contestó: «Yo quiero ser funcionaria corrupta, porque los funcionarios corruptos tienen muchas cosas». Vaya. Seguro que es la excepción. Porque hoy estoy con la esperanza, digo con la ilusión.

JORDI ÉVOLE
Periodista

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