En los momentos previos a la explosión orgásmica producida tras el coito, dos espermatozoides charlaban entre bostezos tras despertar de una larguísima siesta.
– Compañero de somnolencias. –comentaba el más rechoncho –. Esto está más “apretao” que las puertas de un centro comercial el primer día de rebajas.
– Ya te digo amigo, –concluyó su colega –, ayer escuché que estamos aquí reunidos miles de millones de colitas con sus respectivas cabecitas.
– Pues vaya plan que nos…pero… ¡Yiaaah!
Súbitamente salieron disparados, cual astronautas despegando de Cabo Cañaveral.
Por algún motivo desconocido, ambas colas estaban entrelazadas en el momento de la eyaculación, por lo que los amigos iniciaron el trayecto uno junto al otro. Ya en el seno de la vagina, lograron comunicarse a duras penas entre un gran vocerío
– ¡¡¡CORRE GACHÓN!!! –chilló el más esbelto.
– ¡¡¡ESTA CORRIDA ME PILLA FUERA DE FORMA!!! –aulló el más rollizo cuando ya veía que ambas colitas se iban separando poco a poco.
Antes de que ocurriera lo inevitable, el espermatozoide que se iba a quedar rezagado fue capaz de hacer un gran esfuerzo y situarse, cabeza con cabeza, a la par de su amigo de toda la vida. Justo cuando ambas colas se desenredaban definitivamente, el espermatozoide orondo fue capaz de introducir algo en el cuello de su camarada, entre mitocondria y mitocondria. Ello le supuso un esfuerzo extraordinario y la pájara se cernió sobre él, pero se guardó un ápice de su aliento para gritar mientras se quedaba definitivamente atrás:
– ¡¡¡SIGUE LAS INSTRUCCIONES A RAJA TABLA, POR TU MADRE!!!
El espermatozoide esbelto, sin dejar de coletear con todas sus fuerzas, fue capaz de extraer el objeto depositado por su amigo en su cuello. Resultó ser un rollo de papel bastante corroído por el paso del tiempo. Al desenrollar el documento, nuestro amigo haploide leyó lo siguiente:
Desde este momento compites con millones como tú, con un único objetivo: fecundar. Lo primero que debes hacer es ir hacia la luz (cuello del útero) y esperar a que los dioses del óvulo te echen un cable. Así de sencillo. Será mejor que dejes de leer si no quieres ser corroído a las primeras de cambio por los ácidos de la vagina.
Tuvo la astucia de no acercarse demasiado a las paredes, puesto que allí podía ver a la inmensa mayoría de sus competidores ser desintegrados por los ácidos vaginales. La muerte le pisaba los talones. El espermizidio era devastador y parecía que el fin llegaba para nuestro personaje, pero, de pronto, una gran cantidad de cuerdas cayeron desde el cielo. “Ahí estaba el cable”, pensó. Llegó la hora de trepar desafiando la fuerza de la gravedad hasta llegar al paraíso del útero: prados con una extensión descomunal.
La luz estaba con él, y a la vez la tranquilidad de haber dejado atrás los efluvios de la vagina. La primera criba había sido bestial y el número de espermatozoides se había reducido hasta tal punto, que tan sólo quedarían con vida menos del 1% de los que iniciaron el viaje, y, aun así, habría allí reunidos algunos miles como él. ¿Hacia dónde ir?, esa era la cuestión
Todo tu esfuerzo tendrá recompensa si no te has equivocado de cuerda y si el poder inconsciente de la ovulación te ha ayudado. Ahora tendrás que encontrar una minúscula puerta de acceso a las trompas de Falopio. A partir de ahí, paciencia. Que el espacio-tiempo esté contigo
Fdo. “El gurú de la vida”
PD: Si yo fuera tú, me centraría en esquivar a los anticuerpos del útero, el ejército imperial de este páramo tan hermoso que quiere aniquilarte.
Al levantar la vista al frente, una especie de soldado sideral estaba cargando hacia nuestro héroe con un mandoble que ya quisiera para sí el mismísimo Cid Campeador. La esquiva llevada a cabo la hubiera firmado un espermatozoide de cualquier felino, pero fue poco usual para uno de Homo sapiens. Más y más anticuerpos se abalanzaban, y con gran agilidad nuestro protagonista fue evitándolos a todos hasta quedar exhausto.
A lo lejos, vio a un colega aporreando una puerta que no se habría de ningún modo. Cuando nuestro héroe llegó al acceso a las trompas, se percató de que a su semejante le faltaba una marea. Al preguntar por la situación, el espermatozoide aporreador le dijo que hacía falta derecho de admisión para entrar. Por más que releyó su documento, no vio por ninguna parte referencias a dicho permiso, hasta que giró el papel y comprobó el sello que había inscrito en la parte trasera. Al ponerlo sobre la puerta ésta se abrió, y se cerró de golpe en el momento que nuestro personaje la cruzó.
El paraíso existía: la trompa de Falopio. El dorado, el cielo, como quieran llamarlo. Después de su travesía, aquello era sencillamente anestesiante. Tenía toda la comida que deseaba, lo cual le ayudaba a recobrar fuerzas para afrontar la etapa final: fecundar el óvulo.
Todo ello siempre y cuando lograra estar en el sitio correcto en el momento adecuado, puesto que en la fecundación el momento lo es todo: llegar un segundo antes o un segundo después supondría el fracaso. La competencia se había reducido a escasas decenas de espermatozoides. La carrera final suponía la inmortalidad para el ganador y la muerte para los perdedores. Por ello, las prisas ya no eran buenas consejeras. Ahora tocaba ser paciente, tal y como le aconsejó su gurú personal.
Pudo comprobar como las prisas se llevaban a mejor vida a los pocos espermatozoides que quedaban a poca distancia del óvulo. Repentinamente, una voz familiar retumbó en sus oídos: “ahora,…ahora,… ¡AHORA!”
¡¡¡VIDA!!!
Nuestro amigo y Seguidor, Bernardo, nos remite este artículo en el que nos cuenta, desde un singular punto de vista, el comienzo de la vida humana. GRACIAS.
Articulo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Septiembre de 2011.
Articulo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Septiembre de 2011.
Amigo mío, me ha encantado tu artículo; didáctico, cargado de surrealismo y simpatía, sencillamente genial y original.
ResponderEliminarEl bicharraco tenía bastante clara la meta, ni el todopoderoso acorazado Potemkin le hubiese parado.
Poco más puedo decir. Nos agrada muchísimo leer tus colaboraciones, y lo más importante, engrandeces este blog.
Gracias, de mi parte y de nuestra comunidad.
Buenísimooooooo....
ResponderEliminarEs muy educador y cachondo. Felicidades al autor.
ResponderEliminarTu imaginación y forma de exponer un tema tan original me hace decirte: Chico tu si que tienes VIDA.
ResponderEliminarCuriosa esta historia que relata desde una forma humorística la fecudación en todas sus partes. Lo copiaré para llevarlo a clase. Merece la pena que los chicos y chicas la lean.
ResponderEliminarSuperoriginal el artículo, de lo mejor que he leído en el blog.
ResponderEliminarEl de la fotografía es un quinquenio escapandose de las fauces oficialistas.
ResponderEliminarGenial tio lo has bordao
ResponderEliminarMe sorprende este blog, gratamente. No puedo comprender tanta variedad y constancia.
ResponderEliminarFelicito a los Bakes, seguidores y colaboradores y a todos los que de alguna forma participan en él.
El artículo, genial.
Lo de "el gurú de la vida" es fantástico.
ResponderEliminarLo que escribe este seguidor es magestuoso.
ResponderEliminarDesde una aventura taurina hasta una aventura de espermas. Debes seguir escribiendo.
picha yo no creo que echar un polvo tenga tantas complicaciones
ResponderEliminarLos trienios de mis trienios, mis trienios son; los quinquenios, serán o no.
ResponderEliminarBernardo eres genial. El tema es original y la manera como lo expone merece un BRAVO con letras mayúsculas.
ResponderEliminarEspero que continues con todos nosotros ya que tus artículos y comentarios hacen que el blog sea más variado y como en una ensalada los componentes son los que le dan color y sabor.
Un abrazo.
Creo que la historia tiene unos recovecos que la hacen atractiva y que que yo no conocía y mira que lo he eecho 7 veces. Me refiero a hijos.
ResponderEliminarConocí una serie antigua televisiva de dibujos animados que se titulaba "érase una vez la vida".
ResponderEliminarEste artículo se asemeja bastante al enfoque de sus distintos episodios.
Felicidades al autor del artículo.
Que es lo que pasaria si me pusiera preservativo???
ResponderEliminar¿un artículo cada día?
ResponderEliminar¿de donde sacais tanto material?
!Que imaginación! me convierto al celibato. Grandilocuente relato. Un saludo.
ResponderEliminarBuenisimooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarBernardo me han comentado que estás para quitar el hipo y yo no tengo inconveniente en que tu jugeton esperma me explore.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Muy instructivo.
ResponderEliminarGracias por tu excelente colaboración, experto en climatología sexual.
ResponderEliminarBuen título pues considero que la historia es vital y mucha vitalidad o vitaminas tiene el que la ha fabricado. Te doy notable alto. Saludos. desde Las Islas Mágicas.
ResponderEliminarSpatico y muy refrescante para los tiempos que "corren".
ResponderEliminarBonita historia y muy simpatico los comentarios.
ResponderEliminarUn artículo muy interesante y la forma de exponer el milagro de la Vida es sumamente original.
ResponderEliminar¿Bake Gibran?
ResponderEliminark pasa
EliminarUna historia "vital"
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