La jornada de caza prometía. Acteón sabía que aquella expedición sería propicia y estaba convencido de volver a casa con el zurrón bien lleno de carne fresca. Sin duda alguna su avezada y fiera jauría ayudaría en su cometido.
Siguiendo su instinto, abandonó a sus compañeros de cacería en busca de presas únicas que le dieran prestigio ante sus homólogos. Del mismo modo, sus perros hacía tiempo que lo abandonaron. El hambre les acuciaba sobremanera y necesitaban sentir el sabor de la carne entre sus dientes.
Las perspectivas iniciales parecían no coparse, por lo que Acteón decidió aventurarse en los confines del bosque en la más absoluta soledad. De este modo fue como dio con ella. En el preciso instante en el que la apreció, comprendió en todo su esplendor el significado de la palabra belleza. La diosa Diana, desprovista de todo ropaje, se bañaba con total tranquilidad en un estanque, pero la paz que reinaba en aquel escenario desapareció en el momento en el que la divinidad descubrió al cazador observando su perfecta y pulcra desnudez.
–Serás castigado –fueron las palabras que salieron de la boca de Diana–. Tu codicia y avaricia representan rasgos únicos de los seres humanos, impropios del resto de seres vivos del planeta. Además, ningún mortal puede avistar una divinidad y salir indemne. Más aun si la diosa carece de su indumentaria habitual.
Acteón empezó a sentir un estremecimiento en todo su ser; de su cabeza irradiaron dos grandes cornamentas y su cuerpo se fue convirtiendo poco a poco en el de un ciervo. Una vez completada la metamorfosis, Acteón se percató de que sus dos mejores perros corrían hacia él con la saliva chorreándoles de su boca, cual torrente de sangre producida por dentelladas de acechadores.
De nuevo nuestro amigo Bernardo, nos sorprende con este relato en el que la imaginación se mezcla con la mitología. GRACIAS.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 16 de Septiembre de 2011.
Un castigo desmesurado para tan pequeña osadía.
ResponderEliminarMuy buen artículo y gracias por dedicarmelo.
ResponderEliminarBernardo está agonizando y le dice jadeante a su único hijo:
ResponderEliminar- Isaac, como estoy próximo a morir, quiero que sepas quelas siete casas, los tres edificios, los treinta taxis, la fábrica de telas, las dos fincas, las ocho tiendas... las joyas... los títulos valores... las esculturas...
- Sí, papi... ¿me los dejas?
- Te los vendo baratos... baratos...
Y Dios pobló la tierra con espinacas, coliflores, brócolis
ResponderEliminary todo tipo de vegetales
para que el Hombre y la Mujer pudieran alimentarse
y llevar una vida sana.
Y Satanás creó McDonald's,
y MacDonald's creó el Big Mac.
Y Satanás dijo al Hombre:
'¿Lo quieres con patatas y Coca Cola?'.
Y el Hombre dijo:
'Sí y en tamaño grande'.
Y el Hombre engordó.
Y Dios dijo:
'Haya yogurt para que la Mujer conserve la silueta
que he creado con la costilla del Hombre'.
Y Satanás creó el chocolate.
Y la Mujer dijo:
'Con almendras'.
Y la Mujer engordó.
Y Dios creó las ensaladas y el aceite de oliva.
Y vio que estaba bien.
Y Satanás hizo el helado.
Y la Mujer dijo:
'De nata y fresa'.
Y la Mujer engordó.
Y Dios dijo:
'Mirad que les he dado frutas en abundancia,
que les servirán de alimento'.
Y Satanás inventó los huevos con chorizo.
Y el Hombre dijo:
'Y con Panceta'.
Y el Hombre engordó y su colesterol malo se fue por las nubes.
Y creó Dios las zapatillas deportivas
y el Hombre decidió correr para perder los kilos de más.
Y Satanás concibió la televisión por satélite
y agregó el mando a distancia
para que el Hombre no tuviese que cambiar de canal
con el sudor de su frente.
Y el Hombre dijo:
'Y quiero una cervecita'.
Y el Hombre aumentó de peso.
Y Satanás dijo a la Mujer:
'Son apetecibles a la vista del Hombre unos aperitivos'.
Y la Mujer le acercó al Hombre patatitas fritas, palitos salados,
cortezas, más chorizo y otra cerveza.
Y el Hombre,
aferrado al mando a distancia,
comió los aperitivos,
que eran abundantes en colesterol.
Y vio Satanás que estaba bien.
Y el Hombre llegó a tener las coronarias obstruidas.
Y dijo Dios:
'No es bueno que el Hombre tenga un infarto'.
Y , entonces , creó el cateterismo y la cirugía cardio-vascular
y las unidades coronarias.
Y Satanás creó...LA SEGURIDAD SOCIAL.
Y, ya cansado, dijo Dios:
¡¡ ANDA Y QUE OS DEN POR CULO A TODOS !!
Y creó a los politicos
Y en eso andamos.......
¿Diana no era la diosa y protectora de los cazadores?
ResponderEliminarEres un crak al balocento y contando relatos. Saludos.
ResponderEliminarLa reina de los cazadores podrá negociar los quinquenios?????
ResponderEliminarExcelente artículo Bernardo.
ResponderEliminarBienvenida a nuestro singular mundo, "egoista razonable", seguro que tienes mucho más de lo segundo que de lo primero.
ResponderEliminarMi acogida a nuestra "egoista" preferida. Buan artículo Bernardo. Un abrazo.
ResponderEliminarYo le hubiese echado un polvo, total despues de cuernos que mas da.
ResponderEliminarMe agrada más la mitología desde el punto de vista que Berna la explica.
ResponderEliminarPasan dos judíos en avión sobre el Vaticano y le diceel uno al otro, muerto de la envidia:
ResponderEliminar- ¿Viste? Y pensar que estos empezaron con un pesebre.
El relato de los espermatozoides me encanto y este también en otra linea, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarPermita pena que los dioses sean tan anticuados.
ResponderEliminarEste bol da un poco de temor ¿verda?
ResponderEliminarMe he dado de baja en el blog. Mi nombre es Loli Lobato y he sido seguidora desde hace años de este blog.
ResponderEliminarEspero que os vaya bien.
Un artículo interesante por la temática y por la forma de exponerlo.Bravo al autor/a.
ResponderEliminarEsto no es lo que era. Yo también digo hasta luego.
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