Se enamoraron cuando corrían los tiempos previos a La Guerra Civil Española.
Fue algo extraño, inexplicable, como si fuera imposible
haberlo planeado con anterioridad. Lo que fue un hecho es que aquella noche de
primavera, tras la fiesta del pueblo, terminaron dialogando y hablando como si
se conocieran de toda la vida. Algo muy intenso se estaba forjando.
Antes de ello, cada uno sabía de la existencia del otro,
pero poco más. Se habían visto algunas veces por el pueblo, y aunque ambos
sentían cierta curiosidad por conocerse algo más, nunca se había terciado la
oportunidad.
Lo que ocurrió después de aquella noche tan sólo la química
lo puede explicar con cierto raciocinio. Ambos se embarcaron en unos días de
esplendor, de pasión, de desearse el uno al otro en cada instante. Sus mentes
parecían estar extasiadas por sus corazones.
En esas estaban cuando estalló la guerra y él tuvo que irse
al frente. Todo quedó suspendido, en el aire, como si de una película a cámara
lenta se tratara. La vida parecía que los ponía a prueba, y tan sólo disponían
de un arma para afrontarla: el amor.
Durante las noches de incertidumbre en el frente, la mente
de él volaba imaginando a su amada una y otra vez. La inventaba en sueños y ello
hizo que el sentimiento fuera creciendo más y más. Si algo deseaba con todas
sus fuerzas era sobrevivir, puesto que una vida plena y compartida le estaba
esperando más allá de la contienda. Gracias a la correspondencia, supo que lo
mismo estaba ocurriéndole a ella.
Pero la desgracia parecía cernirse sobre él, ya que durante
una incursión enemiga quedó herido de gravedad. La vida se esfumaba, y con ella
todo ese sentimiento que se había ido forjando en los últimos meses. El mero
hecho de pensar que no la volvería a ver le quitaba la vida.
El dolor por la herida era insoportable, aunque nada
comparable con su dolor interior. En esas estaba cuando se quedó dormido
extasiado por sus propios pensamientos, con el miedo y la incertidumbre que
suponía la posibilidad de no despertar nunca más.
Pero despertó, y en cuanto lo hizo le dijo directamente al
médico que cuidaba de él: “Tienes que dibujar algo para mí”.
Durante las curas del día anterior, el médico de guerra le
contó que solía dibujar retratos para ganarse la vida antes de convertirse en
médico, por lo que dicha petición no le pilló por sorpresa. “Acabo de soñar con
una fotografía y quiero que la plasmes en papel. Te daré todo lujo de
detalles”, le dijo.
Los días pasaron y su salud fue mejorando. Sin embargo, cuando
parecía estar recobrado plenamente otro golpe le sacudió: su bando había
perdido la guerra. No disponía de mucho tiempo de maniobra, por lo que decidió
dejarse llevar por su propio instinto de supervivencia. Sabía lo que quería y
por consiguiente lo que tenía que hacer.
Volvió al pueblo en busca de su amada. Volver a verla tras
tantos días de sufrimiento y desesperación fue como elevarse a las alturas. La
besó con frenesí, la abrazó como si pretendiera fusionarse con ella, la agarró
con fuerza de la mano y empezaron a correr. Sabían que el exilio era la única
opción que les quedaba si querían disfrutar de una vida plena.
Treinta y cinco años después, en algún lugar de la Borgoña francesa, un nieto
le preguntaba a su abuelo por el significado de las nuevas palabras que iba
aprendiendo. En estas estaban, cuando el niño le preguntó al abuelo por el
significado de la palabra “amor”.
Si mediar palabra, el abuelo se levantó y se dirigió al
cajón donde guardaba sus cosas. De allí sacó un viejo pergamino sobre el que
había un dibujo de tal calidad artística, que el nieto creyó estar viendo una
fotografía. En ella, el pequeño podía ver un hombre y una mujer que les
resultaban familiares. Ella estaba en una posición algo más elevada, desde la
que miraba con ojos brillantes y sonrisa pura al hombre situado en una posición
algo más inferior. Exactamente la misma mirada y la misma sonrisa se dibujaban
en la cara de él.
“Gracias abuelo. Nunca olvidaré el significado de la palabra
amor” – le dijo el nieto al abuelo.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Marzo de 2014.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 06 de Marzo de 2014.
Muy bonito el artículo de Nodoyuna y demuestra un cariño especial a sus abuelos. No comprendo muy bien la historia pero lo importante es que hay mucho amor en sus palabras.
ResponderEliminarPreciosa y connmovedora historia.
ResponderEliminarUna imagen dice más que mil palabras.
ResponderEliminarEso es amor en estado puro.
ResponderEliminarSea real o no, este tipo de situaciones se habrá repartido por muchos lugares.
ResponderEliminarBuen artículo.
La historia es muy hermosa. Me he emocionado al leerla.
ResponderEliminar¡Qué historia más bonita! Nodoyuna, me has hecho emocionarme.
ResponderEliminarHacer el amor en tiempos de guerra también es una forma de protesta.
ResponderEliminarMe gustan los artículos nuevos y originales.
ResponderEliminarLo has bordao, Nodoyuna.
La guerra siempre saca a relucir las más terribles miserias humanas. ¡Cuánta gente olvidada y masacrada... sin tumba, ni nombre en su lápida!
ResponderEliminarDespués de todo, una tierna historia aun en medio del horror de la guerra. Preciosa.
ResponderEliminar¡Qué bonito es el amor!
ResponderEliminarAbuelos que no sufrieron de desamor y su primera novia es su esposa. ¡Me encanta!
ResponderEliminarSi nuestros abuelos levantarán la cabeza nos desheredarían a todos por cobardes. Tanta lucha en la Guerra Civil, ¿de qué sirvió?
ResponderEliminarCorroboro esas palabras.
Eliminar¡Cuánta verdad en estas palabras!
EliminarPedazo de artículo, me ha encantado.
ResponderEliminarUna historia conmovedora que demuestra,a muchos incrédulos que cuando un sentimiento es verdadero pude vencer las barreras del tiempo.
ResponderEliminarTU ARTÍCULO ME EMOCIONO HASTA LAS LAGRIMAS!! ¡¡NO DUDO QUE EL AMOR EXISTE!!
ResponderEliminarYo quiero de grande terminar como mis abuelos. Durmiendo abrazados de amor.
ResponderEliminarMe has puesto lo pelos de gallina.
ResponderEliminarLos abuelos son la prueba que el verdadero amor sí existe.
ResponderEliminarUn artículo maravilloso y conmovedor. Me ha encantado. Felicidades.
ResponderEliminarVer a mis abuelos y después de más de 50 años los veas unidos y sean felices eso es amor. Lo que existe en el siglo XXI son sólo temporadas.
ResponderEliminarQuiero un amor como el de mis abuelos. Después de tanto años mi abuelo la sigue elogiando y diciéndole que es hermosa.
ResponderEliminarMis abuelos se conocieron bailando y ahora casi ni pueden caminar. El amor es una enfermedad degenerativa.
ResponderEliminarUna mañana agitada, a las 8:30, cuando un señor mayor de unos 80 años, llegó al hospital para que le retiraran los puntos de su pulgar.
ResponderEliminarEl señor dijo q estaba apurado y que tenía una cita a las 9:00 am, el doctor le pidió que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora. Lo vio mirando su reloj y decidió, examinar su herida.
Mientras lo curaba le pregunto si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado. El señor le dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa.
El doctor le preguntó sobre la salud de ella: Él le respondió que ella hacía tiempo que estaba allí ya que padecía de Alzheimer. Le preguntó si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde: Le respondió que hacía tiempo que ella no sabía quién era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo.
El doctor sorprendido entonces le preguntó: '¿Y usted sigue yendo cada mañana, aun cuando ella no sabe quién es usted?' El sonrió y le dijo:"Ella no sabe quién soy, pero yo aún sé quien es ella y la amo." Al doctor se le erizó la piel, y tuvo que contener las lágrimas mientras él señor se iba, y pensó, "Ese es el tipo de Amor que quiero en mi Vida. "El Amor Verdadero no es físico, ni romántico. El Amor Verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será en la vida. La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos sólo hacen todo, lo mejor que pueden.
Una buena película se puede hacer con el guión de este artículo.
ResponderEliminarAhora puedo comprender que pueda existir tanto amor.
ResponderEliminarEl artículo es de sobresaliente.
ResponderEliminarBravo, Bake Nodoyuna.
El amor tiene un lenguaje universal, hasta un niño pequeño lo puede comprender.
ResponderEliminarQue tu ausencia me devora
ResponderEliminarEntero el corazón
Y yo no tengo remedio mas
Que amarte
Y en la distancia
Te puedo ver
Cuando tus fotos
Me siento a ver
Y en las estrellas
Tus ojos ver
Cuando tus fotos
Me siento a ver
Y de nuevo siento enfermo
Este corazón
Que no le queda remedio mas
Que amarte
Nodoyuna, menuda historia de amor. Casi que me pongo a llorar.
ResponderEliminarNo he tenido la fortuna de poder haber hecho esa pregunta a mis abuelos, murieron mucho antes de yo nacer.
ResponderEliminar¡Maldita Guerra Civil! ¡Cuántas vidas truncó! Preciosa la historia, Nodoyuna.
ResponderEliminarPedazo de artículo mostruo
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarDa gusto pasar de vez en cuando a leer tus entradas
ResponderEliminarBesos