No tengo miedo al final ni a él, ahora le doy la espalda, no escucho sus pasos, ni mi piel se queda tensa esperando el contacto que estoy esperando, para el que estoy aquí.
Durante otro período de tiempo él me provocaba una viva curiosidad. Me acercaba y me ponía delante de sus ojos, viendo mi reflejo, intentaba encontrar una explicación, pero sus ojos solo me devolvían mi imagen vidriosa como un espejo centenario. No parece pensar en nada, él también espera sin nunca haber dado un atisbo de respuesta a por qué o a cuánto más. Y su espera provoca la mía, realmente mi espera no existe, ahora yo solo vivo la vida de él, ya no existo, desde que entré aquí mi historia se terminó, desde entonces sólo soy una parte de su historia, me temo que una parte minúscula e insignificante.
Dentro de su espera, espero yo, dentro de su historia, mi pequeña historia, mi no-historia, no hay nada por lo que pueda decir que aún vivo, que soy una persona, nada me queda de mi condición de ser humano salvo esta amiga que me ha librado de mis horrores, y a la que me entrego como a un amante. Sólo temo una cosa, que se prolongue este estado de extraña placidez tanto que venga otro a sustituirlo, como antes ha pasado, ¿Podré soportar otro? ¿Qué me invadirá ahora? ¿La locura? Puede que no haya nada más. Dentro de una enajenación total creo que no tendré miedo, no estaré esperando el dolor, quizá el dolor no llegue a mi cerebro. La locura debe cortar los mensajes que llegan al cerebro, pero ¿Sabré que es dolor? ¿Sabré que es mi dolor, el de mi carne? ¿Será insoportable?
Quizá nunca llegue ese otro estado. Sólo quiero esperar y no sentir, debería haberse anulado ya también la capacidad de pensar, de formar estas frases que pasan por detrás de mis ojos, que aún son coherentes, eso me dice que aún queda un recuerdo de la persona que fui, muy leve, difuminado, pero queda algo. Es posible que una persona no pueda borrarse, no pueda diluirse en la nada solamente con su voluntad, y esto es lo que yo estoy intentando, no ser nada más que un trozo de carne esperando el momento de ser útil.
Me he vuelto a mirarle ¿Cuánto más? ¿A qué estamos esperando? ¿Aún no tienes hambre?¿Cuánto te duran tus ofrendas? Yo necesito comer a cada rato, me acerco a las que caen del pozo y como. Come ya tú también, come de una maldita vez.
No. No debo pensar de esta manera, tengo que estar en calma, ya viene amiga de nuevo a hacerme compañía. Relaja mis músculos, cierra mis párpados y me hace dormir, mi respiración se vuelve de nuevo pausada, mis manos pierden la crispación y el sudor cesa. En el suelo de la gruta miro hacia la pared milenaria, nada ha cambiado, esperaremos más, esperaremos todo.
Abro los ojos y me doy la vuelta, él se ha acercado y me observa con esos ojos vidriosos, de sus fosas nasales suben hilachas de un azul, abre la boca enorme y me enseña los colmillos blancuzcos, se mueve con soltura, hay en él una belleza extraña y diferente, él sí es realmente salvaje y fuerte, ha sobrevivido a muchos más tiempos que los hombres, su existencia es mil veces más importante que la mía, que la nuestra incluso. El debe alimentarse y siento que va a alimentarse ahora. Ha acercado su hocico y me envuelve en el humo azul de su nariz, me observo y parezco una figura fantasmagórica, el humo azul me hace dar vueltas o sólo las da mi cabeza, los sentidos han dejado de percibir. ¿Así es como va a ser? ¿De veras la espera ha terminado? El sigue mirándome, mi cuerpo está cayendo lentamente al suelo, primero de rodillas, luego de costado. Alzo la mano para tocarle, de pronto he tenido la urgencia de tocar al ser que voy a hacer vivir un año más, la piel del dragón está fría y húmeda pero no es desagradable, me trae un recuerdo del frescor de los campos, de los ríos, sus dientes son hermosos, largos... blancos... fríos. El espera un poco más, mis párpados han caído también, todo cae ya aquí dentro... todo se va cerrando y se queda a oscuras.
Es cierto que oigo crujir mis huesos... pero está sucediendo... muy lejos.
Con esta entrega, Hesperia finaliza este inquietante relato. GRACIAS.
Como el de ayer me parece muy interesante.
ResponderEliminar¿Qué diferencia hay entre la historia y la historiografía?
ResponderEliminarPor ejemplo, la historiografía sobre la Guerra Civil Española es la masa de libros y artículos que se han publicado al respecto
La historia es la narración y el análisis de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos y culturales, ya sea de un colectivo (pueblo, país...) o de un individuo. La historiografía es el conjunto de estudios que hay sobre un tema en concreto.
Por ejemplo, la historiografía sobre la Guerra Civil Española es la masa de libros y artículos que se han publicado al respecto.
En un concurso de televisión, para relajar al concursante, la presentadora le dice a Anastasio, natural de Lepe:
ResponderEliminar- ¿Cuál es el hombre más grande de la tierra en su opinión, Anastasio?
- ¡Manolete!
- Bueno, pero ha habido otros como Mozart, Einstein, Edison..., ¿no ha oído hablar de ellos?
- No zeñó, no los conozco...¡Zerían picaores!
La espera puede ser más larga con el gobierno actual. Entiendo a la chica que se meta en una roca.
ResponderEliminarMuy larga ha sido la espera pero el acto se culmina.
ResponderEliminarDespués de leer la primera parte, exceptuando lo de la gruta o cuando se habla de "él", no podría imaginar que fuese por ese camino. Ha merecido la pena la intriga.
ResponderEliminarLa historia un poquito larga aunque muy bien construida.
ResponderEliminarMucho pensamiento antes de entregarse a su amor, el que la devora.
Se acabó el miedo, la desesperación, la agonía y la esperanza.
ResponderEliminarGracias a la espera, tu fiel amiga y aliada, todo acabó siendo más liviano.
Me ha gustado el relato.
No va a ser larga la espera si todavía no era la hora de cenar!
ResponderEliminarSi metemos en una coctelera "Los monólogos del alma" del colaborador Coronel Tapioca, "El mito de la caverna" de Platón y "El beso del dragón" de la colaboradora Queen, obtendríamos este resultado.
ResponderEliminarHesperia lo ha escrito con mucha originalidad y maestría.
Nunca me hubiese imaginado este desenlace. ¡Muy bueno, Hesperia!
ResponderEliminarLa joven pudiera ser la ninfa Eco, que estuvo en una caverna formando parte de la piedra.
ResponderEliminarAy, Narciso!
Hesperia, ¡qué pena que no apareciera un príncipe azul para rescatarte del malvado dragón! Un 10 por tu narrativa.
ResponderEliminarMi Maná-Maná, más que dragón es una lagartija, de las malas, de las venenosas.
ResponderEliminarMás que comer personas come langontas y jamones 5 jotas, del dinero público.
Le metería en una gruta con todos los de su calaña para que se devoren unos a otros. Seguro que el primero que caería sería mi Maná-Maná.
Más fácil, todos al paredón.
EliminarMe ha gustado la serie completa. Ha sido agradable de leer con su intriga incluida.
ResponderEliminarTe felicito, Hesperia.
Tiene esta colaboradora mucha imaginación y buenas dotes literarias. Excelente.
ResponderEliminarNo creo que existan ni hayan existido los dragones, pero a mí me encantan las historias de ficción.
ResponderEliminarDeberian existir los dragones, así el mundo seria más divertido.
EliminarHa merecido la pena esperar para llegar hasta el final de esta narración.
ResponderEliminarMe parece que Hesperia escribe muy bien.
ResponderEliminar—Doctor, sueño con dragones lanzallamas jugando al fútbol.
ResponderEliminar—Debería dejar las drogas.
—Ok, pero el lunes porque este fin de semana es la final.
Muy buen artículo Hesperia, manteniendo la intriga hasta el final
ResponderEliminarLa espera ha merecido la pena.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarHoy ha fallecido Alfredo Landa, otro actor mítico del cine español. Descanse en Paz.
ResponderEliminarJoder Hesperia, con ese final se me han quitado las ganas de un polvete.
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