De su mano, camino al colegio, sentía la dureza de sus dedos, encallados por el trabajo que realizaba, su mirada al frente, sin miedo, seguro de si mismo, humilde como el que mas, y persona querida por todos.
Cuarenta años se llevó navegando por esos mares del mundo, marinero, cocinero, patrón, mecánico, y sobretodo compañero, pero siempre dentro de un gran barco.
Su vida era el mar, cada seis meses regresaba a casa, a traer dinero para subsistir la familia, y en el mes que se llevaba entre nosotros, me contaba historias del mar, de buena y mala pesca, de tempestades, de peligros, y sobretodo de alegrías.
Y cuando terminaba su relato, pedía que se le contara alguno que hubiese ocurrido en su ausencia, se sentía orgulloso de su familia, buenos hijos, y buena compañera, que sabia salir adelante con lo que le traía, a las seis bocas que había que alimentar a diario.
Me encantaba oírle, su sabiduría nos dejaba atónitos, aunque no era orador, demostraba lo que decía, y acertaba mis pensamientos, era mi Dios.A veces, ante alguna baja nota del colegio, me hacia comparaciones, y entendía su intranquilidad porque fuéramos mejores alumnos, nos ayudaba, era mi Amigo.
En los momentos tristes de nuestra familia también estuvo, soportó la gran perdida de su hijo mayor, y no lo vi llorar en ningún momento, me preguntaba si era de carne o no sintió la falta de su hijo. No, el lloró pero no soltó una lágrima, no se ausentó de la vera de su compañera , dándole calor, tragándose su propia sangre, dando la cara a todos los que nos brindaban su pesar.
Como he dicho, no mostró dolor, ni pena, ni llanto, pero poco a poco su mente fue abandonándolo, lo dejó destrozado, confundido, desconfiado, y lamentablemente peligroso, sobretodo contra El. El diagnóstico Alzheimer. ¿ Que es eso ?, Era tal el abanico de características que abarcaba el dicho Alzheimer, que la sintomatología que presentaba no creaba dudas al respecto.
Como el trató de cuidarnos, lo hicimos con el, paciencia, cariño, vigilancia, y charlas, muchas charlas.Se fue, mi Dios, mi Amigo, no pudo despedirse coherentemente, pero cuando perdió el norte, le dí mi mano, las manos de mi madre le daba calor, todos lo querían por ser la persona.que era, por eso intento luchar para ser como el, mi Padre.
Cuarenta años se llevó navegando por esos mares del mundo, marinero, cocinero, patrón, mecánico, y sobretodo compañero, pero siempre dentro de un gran barco.
Su vida era el mar, cada seis meses regresaba a casa, a traer dinero para subsistir la familia, y en el mes que se llevaba entre nosotros, me contaba historias del mar, de buena y mala pesca, de tempestades, de peligros, y sobretodo de alegrías.
Y cuando terminaba su relato, pedía que se le contara alguno que hubiese ocurrido en su ausencia, se sentía orgulloso de su familia, buenos hijos, y buena compañera, que sabia salir adelante con lo que le traía, a las seis bocas que había que alimentar a diario.
Me encantaba oírle, su sabiduría nos dejaba atónitos, aunque no era orador, demostraba lo que decía, y acertaba mis pensamientos, era mi Dios.A veces, ante alguna baja nota del colegio, me hacia comparaciones, y entendía su intranquilidad porque fuéramos mejores alumnos, nos ayudaba, era mi Amigo.
En los momentos tristes de nuestra familia también estuvo, soportó la gran perdida de su hijo mayor, y no lo vi llorar en ningún momento, me preguntaba si era de carne o no sintió la falta de su hijo. No, el lloró pero no soltó una lágrima, no se ausentó de la vera de su compañera , dándole calor, tragándose su propia sangre, dando la cara a todos los que nos brindaban su pesar.
Como he dicho, no mostró dolor, ni pena, ni llanto, pero poco a poco su mente fue abandonándolo, lo dejó destrozado, confundido, desconfiado, y lamentablemente peligroso, sobretodo contra El. El diagnóstico Alzheimer. ¿ Que es eso ?, Era tal el abanico de características que abarcaba el dicho Alzheimer, que la sintomatología que presentaba no creaba dudas al respecto.
Como el trató de cuidarnos, lo hicimos con el, paciencia, cariño, vigilancia, y charlas, muchas charlas.Se fue, mi Dios, mi Amigo, no pudo despedirse coherentemente, pero cuando perdió el norte, le dí mi mano, las manos de mi madre le daba calor, todos lo querían por ser la persona.que era, por eso intento luchar para ser como el, mi Padre.
Sentimental relato.
ResponderEliminarEste sería un buen artículo para dedicárselo a todas aquellas personas que no tuvieron la suerte de conocer a su padre.
ResponderEliminarMi padre me enseño el sentido de la vida, solo ser feliz y amar; dos conceptos que resumieron su vida.
ResponderEliminarLa perdida de un ser querido aunque lo repitamos mucho es la verdad deja un hueco que nunca otra persona puede llenar
ResponderEliminarSe llenaran otros huecos pero ese es exclusivo para la persona que ya se fue
Muy emotivo el artículo.
Me has hecho llorar. Yo no tuve la oportunidad de conocer a mi padre.
ResponderEliminarNo te olvides amigo Bke Luki que padre sólo hay uno. Buen artículo.
ResponderEliminarLo mismo que no me gustó tu artículo anterior te tengo que felicitar por éste. Todo sentimiento, todo amor. Enhorabuena.
ResponderEliminarSensibilidad a tope, super
ResponderEliminarAmigo, porque ya te considero como tal, despues de leer varios articulos tuyos, me quito el sombrero, llevas los sentimientos a flor de piel.
ResponderEliminarSe un poco de esa enfermedad, a quien nos toca sabemos que lo que dices es verdad.
Felicidades.
Somos terriblemente ineficaces ante la muerte, pero hasta llegar a ella, lo que sembramos ha de ser fructifero, y que no sea en vano.
ResponderEliminarBuen articulo Bake.
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn bonito y emotivo artículo.
ResponderEliminarEl ser humano está medio preparado para sufrir la pérdida de sus padres, pero nunca la de un hijo. Mucho tuvo que sufrir ese gran hombre. Lo siento mucho.
Los padres son insustituibles. Afortunados de aquellos que hemos podido disfrutar de su compañía. Artículo muy enternecedor.
ResponderEliminarComo uma criança que perdeu seu pai, posso me identificar com o seu espírito de amor.
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