Soy un médico español en Sierra Leona trabajando
con una ONG en el tema del ébola que, como ya saben, está azotando a una parte
de África desde hace más de 6 meses, y que ahora, desgraciadamente, ha llegado
a España. Se trata del primer caso de contagio directo de ébola fuera de un
país africano en la historia de la enfermedad.
Estamos poniendo en marcha en Bo, que es la
segunda ciudad del país, un centro de aislamiento y tratamiento de pacientes de
ébola, casos sospechosos y confirmados, que son acogidos en el centro en cuanto
aparecen los primeros síntomas, generalmente fiebre, que es cuando la
enfermedad empieza a ser potencialmente contagiosa. A los pacientes se les hace
el correspondiente test y los cuidamos hasta que tenemos el resultado del
laboratorio. Si es negativo, el paciente se va a casa, pero un equipo sanitario
les visita a diario y hace un seguimiento del paciente y sus más allegados
durante 3 semanas. En caso de que el resultado del laboratorio sea positivo, se
inicia el cuidado intensivo y tratamiento del paciente.
Así funciona esto en un país donde hay, hasta el
momento, más de 2.400 casos positivos y casi 700 muertes, según informes del
Ministerio de Salud. Aunque probablemente sean más, porque las comunicaciones
no funcionan muy bien y es posible que haya muchos casos que se pierden. Ya es
sabido, gracias a la gran difusión mediática de este problema, que cada persona
infectada puede infectar de 2 a
6 personas.
Señora ministra de Sanidad, con todos mis respetos,
algo ha fallado. Y sinceramente, creo que las informaciones que se están dando
en los medios de comunicación en España sobre el triste y lamentable caso de la
colega infectada, sin dejar de ser ciertas, no son del todo exactas. Aquí, en
el terreno, donde se vive el día a día de esta enfermedad, tenemos otra manera
de ver las cosas, y seguramente otras respuestas muy diferentes a las que el
Gobierno y algunos colegas están dando.
No es mi intención angustiar a nadie ni crear situaciones alarmistas, pero se está maquillando la verdad. O no se están diciendo las cosas claras. No quiero creer que sea a propósito, prefiero pensar que es por desconocimiento del tema, y por no saber muy bien de lo que se habla.
No es mi intención angustiar a nadie ni crear situaciones alarmistas, pero se está maquillando la verdad. O no se están diciendo las cosas claras. No quiero creer que sea a propósito, prefiero pensar que es por desconocimiento del tema, y por no saber muy bien de lo que se habla.
Usted debe tener conocimiento a estas alturas de
que los equipos de protección personal, técnicamente llamados PPE (Personal
Protection Equipment, aunque los llamaré trajes, para abreviar) que se usaron
como protección no eran los adecuados para esta enfermedad. Como ya debe saber,
la OMS tiene
diferentes grados de protección según la enfermedad a la que se hace frente, y
el ébola requiere el nivel más alto de protección por su gravedad, su alto
riesgo de contagio y, sobre todo, por el poco conocimiento que los
profesionales tenemos de la misma. El traje adecuado aísla completamente del
entorno, no hay ni una micra de piel sin protección, sin cubrir, y algunos de
los elementos son dobles, como es el caso de los guantes.
Los compañeros que entran regularmente a una zona
de riesgo, zona de aislamiento o que puedan estar en algún momento en contacto
con pacientes sospechosos o confirmados, además de llevar el traje,
reciben un entrenamiento de 2 semanas en un centro adecuado y por profesionales
cualificados. En nuestro caso, aquí en Sierra Leona, es Médicos Sin Fronteras
quien nos da el entrenamiento, probablemente los profesionales con más y mejor
experiencia, los que mejor saben tratar y gestionar el ébola.
Las medidas de protección son muchas más que el
traje de protección, y se llevan a efecto constantemente (espray con agua
clorada, recipientes para lavado de manos con agua clorada en cada esquina,
desinfección con este mismo tipo de agua para suelas de zapatos, etc.). Solo
para darle una idea: la colocación correcta del traje (PPE) lleva unos 10 minutos,
y la retirada del mismo es un proceso de unos 20 a 25 minutos donde se
siguen estrictamente unos pasos ordenados y bajo la supervisión de dos
personas: una, continuamente desinfectando con espray; y otra, recordando los
pasos que hay que seguir. Incluso los más expertos en el tema, los que entran a
diario en las zonas de riesgo varias veces -porque no se puede estar con un
traje de este tipo más de una hora por peligro de deshidratación-, incluso los
más habituados al largo y tedioso proceso de poner y quitar el equipo de
protección personal, se olvidan a veces de algún paso o se equivocan en el
orden de los procesos y protocolos, y eso puede llevar al contagio.
Para muestra un dato: más del 90% de los
trabajadores de salud infectados (que son muchísimos), se infectaron por no
seguir los protocolos adecuados o por no llevar el traje adecuado, todos por
fallo humano. El otro 10% se contagiaron fuera del entorno de trabajo, por
algún familiar, relaciones sexuales, etc.
En fin, no quiero aburrirles más, pero es todo
muy complejo y no es de extrañar que lamentablemente haya habido un contagio.
Ojalá que se quede solo en eso y se aprenda de los errores (si los hubo) y, por
encima de todo, que todo vaya bien para la colega infectada.
Atentamente
Dr. Jose Maria Echevarría
Dr. Jose Maria Echevarría
Desde Los Espíritus de Haddock, damos la bienvenida como Seguidora a michaela URSEA. Gracias por estar con nosotros.
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