Me enviaron lejos de mi hogar, de los mios, lejos de mis amigos, de los antiguos compañeros de clase, de mis costumbres, de mis días de sol y noches de luna limpia de nubes, de las culturas ancestrales de mi tierra Andalucía, me llevaron contra mi voluntad, deje atrás muy a mi pesar, las comidas de mi madre, las peleas con mis hermanos por el uso común del vestuario, y un largo listado de cotidianos usos que hubo que aparcarlos momentáneamente porque al lugar donde iba era totalmente desconocido y por el momento repudiado por la forma en que me dirigía allí.
Era octubre, seguramente en mi tierra habría una temperatura agradable, pero aquí, joder, aquí esta lloviendo, y hace frío. El autobús seguía subiendo una larguísima montaña y curvas en todos los sentidos, y eso hacia que la mayoría de los que viajábamos en el, no mirásemos los paisajes que existían en tal larga subida, estábamos mareados.
Triste se presentaba la mañana, acostumbrado al sol del sur, la melancolía se adueñaba de mi y sentía rabia por estar en aquella ciudad.
Parecía un enorme castillo medieval con sus torreones y grandes ventanales, también tenia el color del día, gris, muy gris, y además durante un año seria mi residencia, mi hogar, mi......
cárcel.
Día a día fui entrando en materia, madrugar con mucho frío y lluvia iba siendo poco a poco mas tolerante, pero las comidas......, cuanto echaba de menos las comidas de mama. Había que hacer algo, no soy persona que se rinde ante cualquier adversidad, al contrario, me abduce, y hasta que no logro hacerle frente, no ceso. Así que manos a la obra, fui pintor de brocha gorda, electrónico, electricista, delineante, atleta, y con ello gane además de respeto, buenas comidas, y descansar a mi antojo, y en ese tiempo que serví de delineante, fue cuando empecé a observar el suelo que pisaba. Asturias.
Que gozada de tierra, me enamore de ella por todo, su historia, su cultura, su tierra y por sus gentes, son fabulosas, he tenido la suerte de recorrer España y los archipiélagos en varias ocasiones, hay ciudades de ensueño, islas para soñar, y Asturias es, bajo mi opinión, una fusión de modernismo subyugado a la ley de la naturaleza, porque esa es la que marca las pautas allí.
Subí a pie durante un mes el famoso "Naranco", jugué con la nieve en el puerto de Pajares, que une Asturias con León, el puerto del Escudo, que la une con Cantabria, el pico de la Bobia, donde me llego a asustar una manada de lobos. Maravillosa.
Tuve la suerte de conocer a gente de aquella tierra, con las que jamas pensaría que hablaría nunca, y además los tengo como amigos, a los cuales se les tiene que querer porque brindan su amistad a cambio de nada.
Te quiero Asturias, es cierto que tu color es gris, eso no importa porque detrás de el, escondes tesoros inimaginables.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 19 de Marzo de 2010.
Era octubre, seguramente en mi tierra habría una temperatura agradable, pero aquí, joder, aquí esta lloviendo, y hace frío. El autobús seguía subiendo una larguísima montaña y curvas en todos los sentidos, y eso hacia que la mayoría de los que viajábamos en el, no mirásemos los paisajes que existían en tal larga subida, estábamos mareados.
Triste se presentaba la mañana, acostumbrado al sol del sur, la melancolía se adueñaba de mi y sentía rabia por estar en aquella ciudad.
Parecía un enorme castillo medieval con sus torreones y grandes ventanales, también tenia el color del día, gris, muy gris, y además durante un año seria mi residencia, mi hogar, mi......
cárcel.
Día a día fui entrando en materia, madrugar con mucho frío y lluvia iba siendo poco a poco mas tolerante, pero las comidas......, cuanto echaba de menos las comidas de mama. Había que hacer algo, no soy persona que se rinde ante cualquier adversidad, al contrario, me abduce, y hasta que no logro hacerle frente, no ceso. Así que manos a la obra, fui pintor de brocha gorda, electrónico, electricista, delineante, atleta, y con ello gane además de respeto, buenas comidas, y descansar a mi antojo, y en ese tiempo que serví de delineante, fue cuando empecé a observar el suelo que pisaba. Asturias.
Que gozada de tierra, me enamore de ella por todo, su historia, su cultura, su tierra y por sus gentes, son fabulosas, he tenido la suerte de recorrer España y los archipiélagos en varias ocasiones, hay ciudades de ensueño, islas para soñar, y Asturias es, bajo mi opinión, una fusión de modernismo subyugado a la ley de la naturaleza, porque esa es la que marca las pautas allí.
Subí a pie durante un mes el famoso "Naranco", jugué con la nieve en el puerto de Pajares, que une Asturias con León, el puerto del Escudo, que la une con Cantabria, el pico de la Bobia, donde me llego a asustar una manada de lobos. Maravillosa.
Tuve la suerte de conocer a gente de aquella tierra, con las que jamas pensaría que hablaría nunca, y además los tengo como amigos, a los cuales se les tiene que querer porque brindan su amistad a cambio de nada.
Te quiero Asturias, es cierto que tu color es gris, eso no importa porque detrás de el, escondes tesoros inimaginables.
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 19 de Marzo de 2010.
El artículo es escueto. El titulo es profundo. Cuantas copitas te has metido luki stark.
ResponderEliminarMuy condensado pero muy bueno como la fabada asturiana.
ResponderEliminar"su tabaco gracias"
Bonito artículo, Sensible con la nueva tierra. Uno es al final donde esta.
ResponderEliminarEl artículo es precioso. Conozco Asturias y discrepo en una apreciación: Asturia no es gris, es verde profundo, verdes sus valles, sus montañas, su mar verde azulado. Asturia es todo verdor.
ResponderEliminarBon articulo, el carácter de sus gentes es lo que hace maravillosa Asturias.
ResponderEliminarComo asturiano y conocedor de gran parte de la geografia española gracias en mayusculas.
ResponderEliminarGracias buen espíritu. Asturias, mi patria pequeña y bonita la llevo en el corazón. Estoy lejos y siento morriña de la grande.
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