14 de noviembre de 2013

La Sultana del Desierto (1)

A la sultana del desierto le gustan los talentos de su esclavo. El francés piensa que para asesinar de un solo golpe a esta princesa, hay que apuñalarla en el cuello, y levanta el cuchillo pero la pantera, satisfecha sin duda, se acuesta a sus pies, mirándole de cuando en cuando. El pobre Provenzal come sus dátiles, la espalda contra una palmera; pero mira el desierto para ver si ve allí a libertadores, Luego mira a su compañera terrible para observar su tranquilidad incierta. La pantera mira dónde los huesos de los dátiles caen, cuando el soldado lanza uno, y sus ojos expresan entonces una desconfianza increíble. Ella examina al francés con una prudencia comercial; pero este examen es favorable para él, porque cuando el ha acabado su escasa comida, le lame los zapatos con una lengua fuerte.

¿Pero cuándo tendrá hambre? piensa el Provenzal. Se estremece con esta idea y mide curiosamente las proporciones de la pantera, ciertamente uno de los individuos más bellos de la especie, porque es muy grande y bella. Su cabeza es tan grande como la cabeza de un león, pero se distingue por una expresión rara de belleza, la belleza cruel y fría de los tigres. Esta reina solitaria está, parece, contenta. Ayer bebió sangre, hoy, quiere jugar. El soldado trata de ir y venir, la pantera le deja libre y le mira como un grueso gato que sigue los movimientos de su dueño.

Cuando se vuelve, ve, cerca de la fuente, los restos de su caballo que la pantera llevó hasta allí para devorarlo. Este espectáculo tranquiliza al francés. Comprende por qué la pantera no se lo comió a él cuando dormía. Esta primera felicidad lo anima. Tiene la esperanza de quedarse en buena compañía con la pantera todo el día. Vuelve cerca de ella y tiene la gran felicidad de ver que mueve la cola, con un movimiento casi insensible.

Entonces, ya no tiene miedo y se sienta al lado de ella, y juegan los dos. Le toma las patas, el hocico, las orejas y rasca fuertemente su vientre caliente. Se deja hacer, y cuando el soldado trata de acariciarle las patas, recoge cuidadosamente sus uñas. El francés que guarda una mano sobre su cuchillo, todavía piensa que tiene que matar a la pantera; pero tiene miedo de ser matado en la última convulsión que la agitaría. Y oye en su corazón un tipo de remordimiento que le grita que respete a una criatura inofensiva. El ha encontrado a una amiga en este desierto infinito. El piensa involuntariamente en la primera mujer que conoció, que llamaba "Preciosa". Este recuerdo de su infancia le sugiere llamar así a la joven pantera. Admira ahora con menos miedo su agilidad.
Hemos estado recibiendo comentarios en varios artículos que contenían la historia que publicamos en 3 partes, desconocemos su autor y los comentarios son anónimos, pero creemos que el relato merece ser leído, así que los hemos recopilado y voilá

Artículo reeditado: Originalmente publicado el 07 de Mayo de 2010.

25 comentarios:

  1. Es preciosa la primera parte del fgrancés y la Preciosa.

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  2. Este tipo de artículos son más interesantes que otros que publicáis sobre mitología y temas muy farragosos.

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  3. No es tan fiero el león que como lo pintan.

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  4. la nuez moscada es un producto que se emplea para rociar de profundidad satanica a todos aquellos que os moveis por estos andamios llenos de maldad y amargura.

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  5. Esta serie debería de ser publicada del tirón, es decir cada día una para que así el cuento tenga más sentido.

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  6. Comienza muy bien la historia; esperemos al resto para poder opinar más acertadamente.

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  7. Un hombre que tiene un tic nervioso que le hace guiñar un ojo, pide trabajo como vendedor en una agencia de viajes.
    Según su currículum, veo que usted está más que calificado para este trabajo - dice el jefe de personal - pero, desgraciadamente, no podemos contratar a un vendedor que esté constantemente guiñando el ojo a los clientes.
    - Pero espere - dice el hombre - si me tomo dos aspirinas dejo de guiñar el ojo.
    - Muéstremelo - dice el jefe de personal.
    Entonces el hombre se mete la mano en el bolsillo del pantalón y saca una cantidad enorme de condones de todas formas y colores, finalmente encuentra un par de aspirinas y al ratito de tomarlas deja de guiñar el ojo.
    Es excelente que haya dejado de guiñar el ojo - dice el jefe – , pero no podemos tener vendedores que sean unos mujeriegos.
    - ¿Qué quiere decir? - pregunta el hombre -, yo estoy felizmente casado.
    - ¿Y cómo explica todos esos condones?, dice el jefe. -
    ¡Ah, eso! ... - dice el hombre - haga usted la prueba de ir a una farmacia y pedir aspirinas guiñando el ojo; a ver que le venden...

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  8. Esta historia promete, al menos a primera impresión.

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  9. Muy surrealista es la escena de un humano y una pantera en un inmenso desierto. Esperaremos su desenlace.

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  10. Yo veo una pantera y me acojono, y en un sitio que no hay escapatoria ni os digo.
    No tardes mucho para el final que me tiene intrigado.

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  11. El epíteto "Preciosa", aparte de ser utilizarlo por el francés, fue el elegido por Cevantes para dar nombre a una adolescente gitana en una de sus Novelas Ejemplares ("La Gitanilla").

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  12. Es articulo es original, describiendo una situación extraña.
    Lo único que hace falta es que la pantera sea rosa, como mi nombre.

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  13. En el desierto que se ve en la foto metía yo a mi Maná-Maná.
    Lo pondría en el mogollón del desierto del Sáhara, en la parte centro-occidental, la más inhóspita, y le pondría a contar granos de arena, como si estuviera contando los euros que ha robado.
    Le llevaría a su acompañante-amante, la Maína, para que pueda meterla en caliente.
    De vez en cuando les daría un bocadillo de tortilla de papas, hecha de un día para otro con pan asentao, y de postre una gamboa. De agua, lo justo y necesario, como dice el párroco de mi pueblo.
    Cuando termine la tarea y haya hecho un examen de conciencia y lavado sus pecados, le reubicaré en el el mundo material como misionero en una tribu africana de la selva tropical. Allí se portará bien y no maltratará a las personas, y además repartirá todo su dinero a los más necesitados. POR FIN SE ACABÓ EL HAMBRE EN ÁFRICA.

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    1. Lo divertido de las iglesias es que envían misioneros a África para que hablen de la palabra de dios en vez de enviarles comida.

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  14. ¡¡¡¡Sultana de coco y huevo!!!!

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  15. Cuando era pequeño solía comer, de vez en cuando, una sultana. Era un dulce hecho de coco y huevos.

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  16. ¿En el desierto hay alguna cueva?. Es para trasladar a Robin, que un ocupa le ha usurpado la suya.

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  17. No existe hombre más valiente que aquél que le dice a una mujer que está empezando a engordar.

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  18. Intrigante relato, muy bien redactado. Nos tocará esperar.

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  19. A mi me huele que la pantera se zampa al francés.

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  20. Los martes y jueves son eternos. Espero que hoy se pase el día rapidito.

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  21. En medio del desierto se comparte la vida

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  22. Los sindicatos de TRAGSA se oponen a limpiar las calles de Madrid como pide el Ayuntamiento. Con solidaridad se consigue. Bien por TRAGSA.

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  23. 15 minutos de risas al día quema 40 calorías.

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