17 de agosto de 2013

El gol más valiente de la historia


PAGÓ MUY CARA SU VALENTÍA

Sindelar, el futbolista que osó desafiar a Hitler
Hace justo 72 años Mathias Sindelar, el genial futbolista austríaco que se negó a obedecer a Hitler, fue hallado muerto en su casa.

MATHIAS SINDELAR

Como por todos es conocido, en los años 30 Alemania comenzó su recuperación y crecimiento a través de una aterradora expansión territorial. De la mano de Adolf Hitler, quien anhelaba anexionar todo el Viejo Continente a su poder, el III Reich infundió el terror y el pánico a todos los pueblos vecinos, conquista tras conquista. Nadie osaba resistirse...

¿Nadie? Hubo un futbolista que sí lo hizo. Se llamaba Mathias Sindelar, y lo pagó con su vida.

El hombre de papel

Kozlov (Moravia) vio un 10 de febrero de 1903 los primeros pasos de un niño que iba a hacer historia. Criado en el barrio de Favoriten (Viena) en el seno de una familia judía, ya de pequeño se dio cuenta de que el fútbol era lo suyo, y muy pronto pasó a formar parte del Austria de Viena, al que llevaría a lograr tres Copas de Austria en sus tres primeras temporadas, y donde marcaría más de 600 goles.

Pero la gran fama de Sindelar llegó con la selección austríaca. Integrante del famoso Wunderteam (equipo maravilla), probablemente el mejor equipo de la década de los 30 –no en vano, de 50 partidos disputados sólo salió derrotado en 4- y que en el Mundial de 1934 sólo pudo ser frenado por la intervención de Mussolini. Y es que, pese al deslumbrante juego desplegado, Austria cedió en semifinales por 1-0 ante la escuadra local, Italia, en un encuentro que resultó un escándalo arbitral.

El hombre de papel, como era conocido por su delgadez extrema y por su plasticidad en el juego, alcanzó durante aquellos años una fama inaudita hasta el momento para un futbolista. Su calidad sólo era comparable a la del italiano Giuseppe Meazza y la del húngaro György Sarosi; los tres eran considerados los mejores jugadores del mundo de la época. Pero además el austríaco fue uno de los primeros deportistas en recibir compensaciones económicas por publicitar relojes, ropa o comida. Fue, por decirlo de alguna forma, el primer futbolista mediático.

El sueño truncado del Wunderteam

Pero si Austria era una de las mejores selecciones del momento, Alemania no era menos. Tercera clasificada en el Mundial de 1934, para el Mundial de Francia del 38 tenían el plan perfecto. A la fuerza y tesón de la selección germana (algo que aún hoy perdura) se le iba a unir la experiencia y fantasía de los jugadores austríacos, obligados a fusionarse después del anschluss llevado a cabo el 12 de marzo de ese mismo año.

La unión de ambos conjuntos debía formar un equipo invencible. Hasta cinco futbolistas titulares del wunderteam se integraron en la plantilla germana, pero la clave estaba en Sindelar, la pieza básica para convertir a Alemania en la mejor selección de todas.

Pero al hombre de papel la idea de jugar para el III Reich, aquel que había asesinado a tantos conocidos suyos, judíos como él, y de realizar el saludo nazi antes de cada encuentro le repudiaba, así que nunca aceptó las "invitaciones" que recibía. Primero aludió una lesión de rodilla; después, consciente de que Herberger, el nuevo seleccionador alemán, era un técnico serio y preparado y no un nazi fanático, le solicitó educadamente que le dejara fuera de las convocatorias. Pero al parecer eso nunca convenció a las autoridades germanas.

El partido que le sentenció

Para celebrar la anexión austríaca a Alemania, el 3 de abril se disputó un encuentro entre ambas selecciones, en lo que suponía la despedida del wunderteam. Como no podía ser de otra forma, se trataba de un partido amañado de antemano y destinado a demostrar la superioridad germana. "Ganar un partido es más importante para la gente que capturar una ciudad del Este", dijo Goebbels.

Sindelar ya comenzó mal. O no. Por aquellos años era tradición efectuar el saludo nazi antes de comenzar el partido, pero el austríaco se negó a ello, lo que irritó, y mucho, a los jerarcas nazis allí presentes.

Durante la primera parte, la estrella austríaca se dedicó a torear a los defensas alemanes, pero cuando se mostraba en disposición de marcar, disparaba burdamente fuera, para regresar, con cara de resignación, al trabajo de su equipo. Pero se cansó, y estalló.

A los 70 minutos, y ante la sorpresa de todos, llegó el que probablemente sea el gol más controvertido de la historia. Sindelar recogió un rechace del guardameta alemán y, descargando toda su rabia, introdujo el balón en la portería. No contento con ello, celebró el tanto por todo lo alto: corrió y se situó frente al palco alemán para marcarse un baile que fue toda una ofensa y humillación para las autoridades presentes.

Diez meses después, estaba muerto

Después de aquel encuentro Matthias Sindelar, que se había convertido en un héroe para los austríacos pero en un peligroso elemento subversivo dentro del orden nazi, se vio obligado a esconderse y a vivir bajo muchísima presión por parte de la Gestapo, que pocos días después destrozó un bar de su propiedad como amenaza.

El futbolista no aparecía, e incluso se dice que Hitler ofreció una recompensa económica a quien lo encontrara, y que fue un compañero del Wunderteam quien lo delató.

El caso es que el 23 de enero de 1939 Sindelar fue encontrado muerto en su casa, tumbado en su cama junto a su reciente esposa, la joven italiana judía Camilla Castagnola.

Las causas nunca se han aclarado. Los informes oficiales de la época aseguran que la muerte se debió a un escape de gas, con lo que se indujo al suicidio, nada descartable dada la situación insoportable en la que había pasado a vivir el austríaco, aunque llama la atención la celeridad con la que la Gestapo cerró y archivó el caso. Por lo menos, uno de los oficiales tuvo el detalle de asegurar que había sido un accidente, logrando de este modo que Sindelar recibiera una merecida despedida, pues hay que recordar que entonces quien había sido asesinado o se había suicidado no podía celebrar un funeral.

Sin embargo, ya durante la época hubo quien incluso apuntaba a un crimen. Los bomberos que acudieron a su domicilio declararon que no habían notado olor a gas a su llegada, y que no había señales de fuga en la estufa. Incluso, en un reportaje reciente de la BBC, un amigo del futbolista asegura que hubo sobornos a los funcionarios para no comentar nada del caso y finiquitarlo lo antes posible.

Despedida épica

Pese a las prisas de la Gestapo, que querían una despedida rápida, casi clandestina, el día de su muerte el Austria de Viena, su club, recibió más de 15.000 telegramas de pésame, tantos que el correo de la ciudad se colapsó, y a su entierro acudieron más de 40.000 personas, que se enfrentaron a la amenazadora presencia de tropas nazis, temerosas de una rebelión de quienes se habían sumado a la despedida de su ídolo.

Desde entonces, el 23 de enero de cada año se lleva a cabo una sencilla ceremonia sobre su tumba. En ella participan dirigentes de la Federación Austríaca, del Austria de Viena, aficionados y los de cada vez menos numerosos compañeros de equipo de los tiempos del Wunderteam, que rinden homenaje al mejor futbolista austríaco de todos los tiempos, como así determinó la IFFHS en el 2000.

Pero no hay duda de que su fama trascendió mucho más allá de lo deportivo. Nunca un futbolista le plantó tanta cara a la injusticia política; nunca un gol supuso tanto para un país. El recuerdo del Der Papierene seguirá siempre vivo en Austria.

Artículo reeditado: originalmente publicado el 09 de Febrero de 2011.

30 comentarios:

  1. Buen artículo, quizás un poco extenso.

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  2. La historia se repite: los que no tienen inteligencia usan la fuerza para doblegar a los buenos, en cualquier terreno, al final la historia no perdona y todo se conoce. Buen artículo Mister Gibran

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  3. Excelente artículo y emocionante. Pones de manifiesto que el poder nunca podrá anular a la honradez y al juego limpio. Felicidades por tu artículo.

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  4. Que pena que no existan personas como ese gran personaje que se enfrento al estado más poderoso de la época.

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  5. Sindelar todo un símbolo para los deportistas de hoy que estan forrados de dolares, libras y euros.

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  6. Me ha encantado el artículo, amigo Gibran.
    Soy muy aficionado al fútbol pero no conocía la historia de Sindalar.
    En todas las etapas de la historia siempre han existido personas que no han soportado el peso dictatorial. Gracias a ellos la propia historia continúa con ciclos muy diferentes.
    El que en ese momento ostenta el poder cree que será eterno; se equivoca porque siempre habrá personas que acaben con el ciclo.
    Lo vemos día a día. Extrapolando la cuestión, vemos politicuchos que con toda su prepotencia creen que pueden humillar a cualquiera. Estoy convencido que tarde o temprano habrá alguien que pegue un salto y le dé un bocado en la nuez.
    Ejemplo de ello es el Maná-Maná, prepotente todo él, cree que, a lo Adolf, nunca le llegará su hora. GRAN EQUIVOCACIÓN.
    Enhorabuena por tu artículo.

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  7. Conozco un Palacio en la Gran Vía donde esta historia se repite dia a día. (Espero que no lleguen al asesinato)

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  8. La barbarie nazi acabó, de una manera u otra, con el mejor jugador austriaco de todos los tiempos.
    La barbarie de algunos politicuchos de mierda no va a poder con los hombres buenos...

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  9. Sindelar fue un claro ejemplo de preferir morir de pie que vivir de rodillas como prefieren otros muchos.

    No nos arrodillarás, Maná Maná.

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  10. Impresionante historia que no conocia, grande Matthias Sindelar , muy grande.

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  11. Ojalá que esos tiempos tan terribles no vuelvan jamás. Me parece increíble que hoy en día todavía existan grupos que apoyan y defienden la ideología nazi y, lo más triste, muchos de ellos vinculados a clubes de fútbol en forma de grupos de aficionados, sin que los propios clubes hagan nada por impedir su presencia en sus estadios.

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  12. ¡Qué historia tan hermosa, qué gran valentia la de este jugador, desafiar a todo un régimen! Es una pena que en estos tiempos queden pocos valientes como Sindelar y haya tantos lacayos de pacotilla. Hermoso artículo

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  13. Realmente buena historia que merece la pena destacar, y que desgraciadamente poca gente conoce, ni tan siquiera, el nombre de Sindelar.

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  14. En el Palacio de la Gran Vía hay un equipo mucho mejor que el “Wunderteam austriaco” que cuenta con un pichichi que el Maná Maná no se esperaba.
    Leña al mono

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  15. Bella y triste historia de un deportista.
    El deporte no tiene ideología ni entiende de reyezuelos que obligen a competir por banderas. Muy buen artículo.

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  16. Hermano que perfecta disertación has realizado. En Paises como Cuba el deporte se una a la nación y eso mi hermano y amigo es una equivocación.
    Un fuerte abrazo.

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  17. Que diferencia entre el odio y la quietud del deportista.

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  18. Esta la diferencia de una Manan Mana que prefiere el negro como el bigote del dictador y el blanco de la honradez y pureza.

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  19. Esto se está animando con historias que no comprendo pero me encantan los puñeteros comentarios.

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  20. Hoy ha sido un buen día y mañana será mejor. Buenas noches y buena suerte. Te quiero.

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  21. Era feo el joio y además malo, me refiero al aleman A.H.

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  22. Sindelar ha sido todo un ejemplo. Si tuviésemos la cuarta parte de los cojones que tuvo el futbolista otro gallo cantaría. Por ejemplo, el Maná-Maná no andaría ancho y panzo por la vida. Por pura lógica tiene los días contados.

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  23. La cucaracha puede vivir nueve días sin su cabeza, antes de morir de hambre, el Mana Mana después del 22 de mayo es posible que coma cardos borriqueros o nabos……..

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  24. Que lección de pundonor y deportividad.
    Cualquier parecido con la realidad actual es mera coincidencia.

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  25. Un artículo cultural muy entrenido y como conclusión: la historia se juega y gana en todos los terrenos.

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  26. No conocía esta historia y es muy interesante. Que se lo aplican los futbolistas actuales que solo saben cobrar y les importa un pito el honor y otros valores patrio.

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  27. Hoy no está el Maná Maná ni la Maina, se han ido a meter goles a Costa Bayarta.

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  28. Utopías (Mario Benedetti)

    Cómo voy a creer / dijo el fulano
    que el mundo se quedó sin utopías

    cómo voy a creer
    que la esperanza es un olvido
    o que el placer una tristeza

    cómo voy a creer / dijo el fulano
    que el universo es una ruina
    aunque lo sea
    o que la muerte es el silencio
    aunque lo sea

    cómo voy a creer
    que el horizonte es la frontera
    que el mar es nadie
    que la noche es nada

    cómo voy a creer / dijo el fulano
    que tu cuerpo / mengana
    no es algo más de lo que palpo
    o que tu amor
    ese remoto amor que me destinas
    no es el desnudo de tus ojos
    la parsimonia de tus manos
    cómo voy a creer / mengana austral
    que sos tan sólo lo que miro
    acaricio o penetro

    cómo voy a creer / dijo el fulano
    que la útopia ya no existe
    si vos / mengana dulce
    osada / eterna
    si vos / sos mi utopía.

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