14 de agosto de 2013

El Filtro de Amor 3

Nibbi supo que recordaría aquellos diez minutos como los más largos, angustiosos, intensos y estremecedores de toda su vida. Hay una sensación terrible cuando un deseo está a punto de cumplirse, tanto más cuanto más acariciado y esperado es ese deseo porque se percibe tan frágil que una leve ráfaga de aire pudiera cambiar el destino y apartarlo de la boca a punto de notar su sabor. De pronto se borró toda la angustia, se evaporaron los momentos de espera. Cuando notó moverse la puerta tuvo la sensación de que el tiempo se había plegado. Orlando sonrió en la penumbra. 

Caminó hasta ella y se miraron. Levantó su mano despacio y rozó con la yema de su índice la sien de Nibbi, dejó que la caricia resbalara hacia abajo, por primera vez no notó tensión en ella, sólo notó llenarse su pecho al respirar hondo y dejó que el dedo bajara aún más y delineara el escote, esa noche había elegido un vestido muy bonito que mostraba con generosidad esa parte. Era curioso, no había pensado hasta ahora que Nibbi se había vestido aquella noche para él… sin saberlo… eso debía ser la intuición femenina… 

-Estas muy guapa esta noche… -le dijo al oído- y no es un efecto de la pócima, -rió con suavidad- lo pensé antes de tomar nada, cuando entraste a cenar… ¿Estás bien?

La voz de Nibbi le contestó igualmente en un susurro, aunque dulce y segura. 

-Sí. 
-Entonces… tendrás que pagar el precio… 
-¿Qué… 
-Por todos mis desvelos… por tanto tiempo pidiendo ese filtro… –su voz perdía dulzura y empezaba a sonar ígnea.-para llegar a este momento… quiero… una muestra de que me deseas… 

Nibbi le miraba con los ojos muy abiertos, esperaba asimilando despacio sus palabras, él sonrió. 

-Bésame. 

Un beso, quería un beso… malvado… él sabía cuánta distancia era para Nibbi la que separaba sus bocas, lo sabía, estaba poniéndola a prueba. El filtro no cambiaba su personalidad, le había dado alegría, alas pero necesitaba mucho más, un motor, una palanca… una palanca y un punto de apoyo podían mover el mundo, ella también podía moverse. Notó al sol de nuevo brillando en su vientre… tenía que hacerlo, el sol la movería…no podía pensar en el beso… no podía pensar, tenía que moverse, Nibbi no te paralices… no te paralices ahora… o te mataré. 

Cuando notó las cosquillas supo que había vencido. La inundó una oleada de alegría y música y sonrió en medio del beso, comenzó a besarle de verdad, a saborearlo, le deslizó la lengua dentro buscando la suya, volvió a los labios y se los apretó entre los suyos, los labios sabían a caramelo. Orlando la sujetaba por la cintura, no había peligro de perder el equilibrio, volvió a unir su boca entreabierta a la de él y dejó de nuevo que su sabor la embriagara. Empezó a percibir que su fluido vital viajaba hacia el cuerpo de él… te pago Orlando… puedes llevarte mi vida… mi alma… Separó los labios lentamente y le miró. Si él la hubiera mirado de aquella manera algún otro día se habría desmayado… él se acercó, despacio, su boca fue a recorrerle el cuello y los hombros, bajó al escote y Nibbi comprobó que la lava no estaba sólo en sus ojos, sus labios ardían, sus labios estaban marcándole la piel de los senos como un hierro candente, como se marca a un potro salvaje, para mostrar claramente a quien pertenece. Poco después perdió la conciencia, flotando entre lava y espuma, sintió los labios en cada lugar de su cuerpo, la recorrió una vez y otra provocando el oleaje en el que se sentía mecida. Por última vez su mente recordó fragmentos de las sensaciones que le habían escrito las chicas de la universidad, cómo decían que las caricias parecían multiplicarse, agrandarse, extenderse, como las ondas, como si su piel fuera una superficie líquida sobre la que los roces permanecían moviéndose para siempre, haciendo llegar el deleite que provocaban al cerebro sin descanso. Eso mismo estaba notando Nibbi, las ondas se entremezclaban en su piel y apenas podía el cerebro recoger el placer de una cuando otra aparecía reclamando su lugar. En otro momento sintió una gran quemazón, los soles se estaban uniendo, el vientre de él volvió a presionarla mientras notaba chispazos y creía ver luz fosforescente en sus roces. Orlando la miró, los ojos se hundieron en los de Nibbi, creyó sentir que le hablaba, que le estaba contando cómo era, qué quería, sin ambages, le sintió dentro. Pero un momento después le sintió dentro de otra manera, su respiración se aceleró, la mirada de Nibbi en los ojos de Orlando tuvo un pequeño sobresalto. Luego el susurro de su voz le acarició desde un lado. 

-Muy despacio… voy a ir muy despacio… mírame.

En la mente de Nibbi se amontonaron los recuerdos de Orlando, anárquicamente, se mezclaron las fotografías de su ordenador con su voz, el beso que le había dado en la avioneta, las bromas, las salidas a caballo, su cuerpo acorralándola contra la pared, el tacto de la mano cerrada sobre la suya, la marca de sus labios en el vaso, su risa… Al tiempo que su respiración se aceleraba, las imágenes se sucedían más rápidamente hasta que pararon de pronto y notó sus ojos de nuevo atravesándola, llegando hasta el centro de ella donde llegaba también su miembro a la vez y gritó. 

El le respondió en el mismo tono. 

-¡Grita… grita! 

Lo dejó salir, como quien expulsa a un demonio, gritó feliz y salvaje, sacando frustraciones antiguas, penas, esperas, dudas, calmas, deseos… Ahora estaba allí, ella también podía tenerle dentro, también podía sentirlo así, tocarle, abrazarle, estrecharle… le acercó a su boca y le notó correrse mientras la besaba, escondió su cara en el pecho mientras los estremecimientos la sacudían, derrumbando sus cimientos, su mente científica perdió la cuenta de los gritos arropada en sus brazos.

Hesperia

De la obra "Orlando" (Fragmento)
Con esta entrega, finaliza este fragmento de la Obra "Orlando", en esta ocasión, Hesperia nos ha llevado hasta el climax... de los personajes. Gracias 

27 comentarios:

  1. La verdad es que la historia la pone a una un poco cachonda. Lástima que haya finalizado. Muby agradable Hesperia.

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  2. -Tengo el pene como el estadio del valencia.
    -¿De largo?
    -No
    -¿De ancha?
    -No, ¡¡¡¡MESTALLA!!!!!

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  3. Esto es muy fuerte, Hesperia, muy fuerte.

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  4. No hay quien se le resista a Orlandito. Madre mía, qué tío!.

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  5. Perfecta descripción, con morbo y pasión.Te felicito, Hesperia.

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  6. No nos metas más relatos de este tipo, que no somos de piedra.

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  7. Hesperia, la noche que me quieras, las estrellas, celosas, te mirarán pasar y un rayo misterioso hará nido en tu pelo.

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  8. Cuando Orlando termine con esta chica le voy a pedir como favor particular que le dé, primero un lametazo y luego un puntazo por el culo de mi Maná-Maná, para que se entere de una vez que significa dar por culo, que es lo que lleva haciendo toda su vida ese..... mejor me callo.
    De las toallitas húmedas se encargan sus sindicalistas.

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    1. La pobre la Maina se conformará con el Robín de las Hespéridas.

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    2. ¿No era de los bosques o de la cueva?.

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  9. Este gachón sí que vive bien. Le preparan la pócima, el viagra y a las mujeres.

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  10. Con esta serie del fragmento no pierde uno el hilo, por muy espaciado que se publique; si es que te pone a mil por horas.

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  11. No va a tener sed mi niña, con el palizón que se ha pegao con el jambo de la cová.

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  12. Todo el PP, con el Gobierno a la cabeza, están acojonados con Bárcenas; ahoran nos distraen con el rollo de Gibraltar; Hesperia poniéndonos más calientes que un ajoporro; este país es la hostia.

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  13. Después de estas emociones habrá que enfriarse con una caipirinha de Bake Nodoyuna.

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  14. Me encanta tu manera de escribir, con morbo y una literatura muy suelta.
    Esperaremos tu nuevo artículo.

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  15. La cosa está que arde!!!!!!!!!!!

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  16. El Santo Grial ha cambiado de contenido, ya no contiene la sangre de Cristo, que tan bien guardó José de Arimatea; ahora contiene el semen de Orlando, que lo custodiará, no los templarios sino Hesperia.
    Indiana Jones se encargará de encontrar el tesoro.
    ¿Qué tesoro?.

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    1. El tesoro es de tu amigo el inspector.

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    2. ¿Cual de ellos, el pelota o el corrupto?.

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  17. No es lo mismo el acto en sí que contarlo con el erotismo adecuado. Ahí radica la diferencia y a la vez simbiosis entre el fondo y la forma.

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  18. A la de la foto le comía esos pedazos de pezones que tiene, y que la corbata no se columpie....

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  19. Por fin una buena corrida y no la de Barcenas o la del Peón de Ifaz.

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  20. Hay muchos filtros pero necesito el adecuado para pasar la ITV del coche.

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  21. El corrimiento de Orlando es como una pandorga, tiene cabeza y cola y casi no tiene final. Pide mucho hilo...!!!!!

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  22. Uno que está hasta los huevosmiércoles, agosto 14, 2013 10:44:00 p. m.

    Hesperia, estoy atrapado en un milenio equivocado. Necesito tu ayuda, ¡sálvame, te lo ruego!.

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