30 de abril de 2010

Plagiadores


Un plagio es una infracción del derecho de autor/a sobre una obra artística, literaria o de otro tipo, que se produce mediante la copia de la misma, sin autorización del dueño o de quién posee los derechos sobre la misma, y la presentación de la copia como una obra propia. Por lo tanto, el plagio posee dos características:
La copia ilegítima de una obra, informe, pliegos, etc., protegida por derechos de autor.
La presentación de la copia como obra original propia.
Es decir, una persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece haciéndose pasar por el autor/a de ello.
En muchos trabajos, muy frecuentemente en la Administración existen expertos/as del plagio. Y, no es que defendamos en los trabajos públicos derechos de autor o propiedad intelectual, todo es de todos, pero sí hablamos de algo que los mentecatos/as no logran comprender o no quieren, hablamos de ética profesional, y la ética se compone de un conjunto de normas morales que rigen la conducta humana.
La profesionalidad se aplica a las personas que ejercen su profesión con adecuada capacidad y aplicación, los otros son meros aficionados que llegan a actuar con escaso juicio o entendimiento. Actuar, por ejemplo, como un/a aficionado/a esperando recibir el “Goya” para continuar su carrera meteórica y alcanzar por fin el “Nóbel” de la confianza política, resulta ridículo, irreal y absurdo. Sólo son plagiadores oficiales que traicionan el vínculo y la buena armonía que debe existir entre los compañeros/as que pertenecen a la misma Entidad.
Estos plagiadores/as y firmantes mediocres, algunos inclusos juristas de una institución pública, (en teoría encargados de estudiar y preparar sus dictámenes o resoluciones), se han convertido, tocados quizás por el dedo sublime del político de turno, en expertos de todo tipo de asuntos, hoy toca seguridad, mañana contratación de personal, fuegos de artificio o tal vez amueblar un mercado municipal.
A estos multifuncionales, “seres superdotados”, le recomendamos que al menos aprendan a plagiar y no copien los errores ortográficos, sintácticos o de expresión que cometieron los autores de los Pliegos Técnicos o Informes originales. Deseo inútil, ya que probablemente tan sólo saben copiar y no lleguen a comprender ni tan siquiera lo que copian.
Lo simpático, para algunos y fastidioso para otros, de todo este tema, es que estos personajes caerán pronto en el olvido. Lo triste es que están jugando con dinero público y eso sí que es relevante y peligroso.

10 comentarios:

  1. Como esos conozco yo montoncitos. Vivo en la capital del plagio.

    ResponderEliminar
  2. En el Ayuntamiento dondfe trabajo existen capullos (bien pagados), que todos los días no sólo plagian sino que firman lo que se le ponga por delante.

    ResponderEliminar
  3. NO SE PUEDE OLVIDAR EL PLAGIO DE MUSICA Y VIDEOS POR NO HABLAR DE OBRAS LITERARIA. ES CIERTO QUE EXISTEN PLAGIADORAS OFICIALES HASTA UNA PRESENTADORA DE TV PLAGIO UN LIBRO.

    ResponderEliminar
  4. Otra buena descripción de los lameculosdepolíticos. Allá ellos con su conciencia. Haddock, me gusan más tus relatos eróticos pero este está muy bien.

    ResponderEliminar
  5. ¡Al paredón con todos ellos! Si no saben hacer nada por ellos mismos ¿para qué los necesitamos?

    ResponderEliminar
  6. Yo no me creo que todo lo que se publica en este blog sea original. ¿o no?

    ResponderEliminar
  7. Si al menos copiaran bien, pero ni eso saben hacer...

    ResponderEliminar
  8. Todos plagiamos algo en la vida. Lo importante de este articulo es su ultimo parrafo: cuando se plagia con dinero publico. Ese es el mal de esta sociedad que no se como calificarla. Me refiero logicamente a la sociedad española.

    ResponderEliminar
  9. Dios nos coja confesado con esos enegúmenos.

    ResponderEliminar