Leonardo despliega la capa. El forro irisado refleja cien mil escenas infernales. En cada una de ellas, una pareja de diablo y diablesa. Sonríen.
Leonardo.— (Altisonante.) Pide.
Coro de cien mil pares de diablos.— Pide, pide, pide,
pide lo que quieras;
si Leonardo quiere,
lo concederá.
Pani.— Pues yo...
Leonardo.— (Ídem.) Pide.
Coro de doscientos mil diablos.— Pídele la luna,
pide lo que quieras,
pues, al fin y al cabo,
tu alma cobrará.
Pani.— Yo quisiera tener «un caso». Resolver un caso gordo, gordo, que diera fama y renombre a nuestra atribulada agencia.
Leonardo.— (Más ídem aún.) Pide.
Coro de 2 x 105 diablos.— Pide, pide, pide,
pídelo tres veces,
porque a la tercera
lo conseguirás.
Pani.— Quiero un caso, quiero un caso, quiero un caso, ¡ea!
Leonardo.— (Señala el montón de tierra revuelta que cubre a la Cumana.) Ahí lo tienes: Báilalo.
Pani.— (Mijita mosca.) Jo; ¿también hay que bailar ahora?
Leonardo.— (Arrebatador.) Baila conmigo.
Soci.— Y yo, segu.
Leonardo.— (Arrebatándolos.) Bailad conmigo.
Leonardo los enlaza por la cintura y giran y giran. Ahora se elevan; ahora transcienden; ahora descienden; ahora jadean.
Pani.— Bueno..., (Jadea.) ¿y... (Jadea.) ahora...? (Jadea.)
Soci.— Yo estoy... (Jadea.) hechito... (Jadea.) polvo... (Jadea.)
Leonardo.— Polvo de alacranes,
agua de marisma,
cola de lagarto,
flor de Benarés.
Mezclándolo todo
En noche sin luna,
mezclándolo todo
lo conseguiréis.
Pani.— Sí, pero... Los ingredientes esos, ¿cómo los conseguimos?
Leonardo.— Esperad un rato. (Señala hacia arriba.) Ellas los traerán. (Desaparece.)
Panurgo y Asociados quedan mirándose durante unos momentos. Soci se encoge de hombros, conforme. Pani, no:
Pani.— (Conforme deambula.) No me conformo... ¿Tú sabes que se puede estar jugando nuestro futuro?
Soci.— ¿A qué futuro te refieres?
Pani.— (Conforme deambula.) Conforme...; tienes razón... (Se para. Decididamente cursi, declama:) ¡Ni siquiera sabemos cuántos futuros nos futuran...!
Soci.— Vale. Y, cuando vengan éstas, ¿Qué hacemos? ¿Tú crees que nos darán los archiperres esos, así, por la cara, o tendremos que ir nosotros a pedírselos? (Risita.) Quizá haya que (Engola cachondeítos.) impetrarlas con conjuros. (Nueva risita.)
Las brujas.— Exactamente.
Bruja 2ª.— Deberéis rogarnos, humildes y necios. (Mirando a Soci.)
Camila.— Rezaréis ensalmos en nuestro loor.
Bruja 2ª.— Pediréis humildes, conjuraréis serios...
Las dos.— que condescendamos a vuestro favor.
Camila.— (Abandonando revoloteos, bajando de la escoba.) Anda y cuéntales tú cómo, Rosaura.
Rosaura.— (Para andar, descabalga también. Un poco mareada.) Verán...
Habían dejado el coche en la carretera principal, en una de esas barrigas que le salen al asfalto, a las que suelen llamar «Área de Descanso». Durante el regreso, Pani meditaba, Soci conducía y a la más pequeña llaman Rosalía.
Pani.— (Saliendo de sus meditaciones.) Y ahora habrá que esperar a que llegue una noche sin luna...
Soci.— Como ésta.
Pani.— (Desencajadito.) ¡Frena! (Soci frena y chirridos como de película.)
¡Claro, una noche como ésta, que no hay luna...! (Abatimiento súbito. Demacración.) ¡Pero si es luna llena...! Si no, las brujas... ¡Mbeh! (Y se derrumba nuevamente en el asiento.) ¡Tira!
Soci.— (Arranca obediente. Y, justificante:) Como se nubló...
Pani.— Ya lo vi. Fue espantoso.
Soci.— ¿Y ahora?
Pani.— Primero, a la agencia; vamos a dejar esto en la caja fuerte. Y luego, a dormir.
Soci.— ¿Tú vas a poder dormir ahora?
Pani.— Yo sí. Fue espantoso. Tengo que descansar.
Soci.— ¡Ya lo creo que fue espantoso! Por eso no imagino que pueda ni descansar.
Pani.— Hay que descansar.
Leonardo.— (Altisonante.) Pide.
Coro de cien mil pares de diablos.— Pide, pide, pide,
pide lo que quieras;
si Leonardo quiere,
lo concederá.
Pani.— Pues yo...
Leonardo.— (Ídem.) Pide.
Coro de doscientos mil diablos.— Pídele la luna,
pide lo que quieras,
pues, al fin y al cabo,
tu alma cobrará.
Pani.— Yo quisiera tener «un caso». Resolver un caso gordo, gordo, que diera fama y renombre a nuestra atribulada agencia.
Leonardo.— (Más ídem aún.) Pide.
Coro de 2 x 105 diablos.— Pide, pide, pide,
pídelo tres veces,
porque a la tercera
lo conseguirás.
Pani.— Quiero un caso, quiero un caso, quiero un caso, ¡ea!
Leonardo.— (Señala el montón de tierra revuelta que cubre a la Cumana.) Ahí lo tienes: Báilalo.
Pani.— (Mijita mosca.) Jo; ¿también hay que bailar ahora?
Leonardo.— (Arrebatador.) Baila conmigo.
Soci.— Y yo, segu.
Leonardo.— (Arrebatándolos.) Bailad conmigo.
Leonardo los enlaza por la cintura y giran y giran. Ahora se elevan; ahora transcienden; ahora descienden; ahora jadean.
Pani.— Bueno..., (Jadea.) ¿y... (Jadea.) ahora...? (Jadea.)
Soci.— Yo estoy... (Jadea.) hechito... (Jadea.) polvo... (Jadea.)
Leonardo.— Polvo de alacranes,
agua de marisma,
cola de lagarto,
flor de Benarés.
Mezclándolo todo
En noche sin luna,
mezclándolo todo
lo conseguiréis.
Pani.— Sí, pero... Los ingredientes esos, ¿cómo los conseguimos?
Leonardo.— Esperad un rato. (Señala hacia arriba.) Ellas los traerán. (Desaparece.)
Panurgo y Asociados quedan mirándose durante unos momentos. Soci se encoge de hombros, conforme. Pani, no:
Pani.— (Conforme deambula.) No me conformo... ¿Tú sabes que se puede estar jugando nuestro futuro?
Soci.— ¿A qué futuro te refieres?
Pani.— (Conforme deambula.) Conforme...; tienes razón... (Se para. Decididamente cursi, declama:) ¡Ni siquiera sabemos cuántos futuros nos futuran...!
Soci.— Vale. Y, cuando vengan éstas, ¿Qué hacemos? ¿Tú crees que nos darán los archiperres esos, así, por la cara, o tendremos que ir nosotros a pedírselos? (Risita.) Quizá haya que (Engola cachondeítos.) impetrarlas con conjuros. (Nueva risita.)
Las brujas.— Exactamente.
Bruja 2ª.— Deberéis rogarnos, humildes y necios. (Mirando a Soci.)
Camila.— Rezaréis ensalmos en nuestro loor.
Bruja 2ª.— Pediréis humildes, conjuraréis serios...
Las dos.— que condescendamos a vuestro favor.
Camila.— (Abandonando revoloteos, bajando de la escoba.) Anda y cuéntales tú cómo, Rosaura.
Rosaura.— (Para andar, descabalga también. Un poco mareada.) Verán...
Habían dejado el coche en la carretera principal, en una de esas barrigas que le salen al asfalto, a las que suelen llamar «Área de Descanso». Durante el regreso, Pani meditaba, Soci conducía y a la más pequeña llaman Rosalía.
Pani.— (Saliendo de sus meditaciones.) Y ahora habrá que esperar a que llegue una noche sin luna...
Soci.— Como ésta.
Pani.— (Desencajadito.) ¡Frena! (Soci frena y chirridos como de película.)
¡Claro, una noche como ésta, que no hay luna...! (Abatimiento súbito. Demacración.) ¡Pero si es luna llena...! Si no, las brujas... ¡Mbeh! (Y se derrumba nuevamente en el asiento.) ¡Tira!
Soci.— (Arranca obediente. Y, justificante:) Como se nubló...
Pani.— Ya lo vi. Fue espantoso.
Soci.— ¿Y ahora?
Pani.— Primero, a la agencia; vamos a dejar esto en la caja fuerte. Y luego, a dormir.
Soci.— ¿Tú vas a poder dormir ahora?
Pani.— Yo sí. Fue espantoso. Tengo que descansar.
Soci.— ¡Ya lo creo que fue espantoso! Por eso no imagino que pueda ni descansar.
Pani.— Hay que descansar.
Soci vio cómo su colega comenzaba a cabecear y siguió conduciendo. Árboles,
kilómetros, puentes, más kilómetros de carretera, avenidas, bulevares, calles,
callejuelas, calles. Cuando aparcó frente a Correos -encontró sitio allí bien
cerquita, a sólo nueve manzanas de la agencia-, entonces despertó a Pani:
Soci.— Ya estamos.
Guardaron la bolsa con los ingredientes en la caja fuerte de seguridad. Más
seguros, fuertes, aunque aún asombrados, sombras se perdieron en la oscuridad.
Soci.— ¡Hasta mañana, Pani!
CONTINUARÁ…
©Producciones Guadiloba S.M.L.
Nuestro seguidor P.Guadiloba S.M.L., nos tiene reservadas más entregas, la 4ª próximamente. GRACIAS
Artículo reeditado: Originalmente publicado el 29 de Junio de 2010.
Muy buena entrega, genial los dialogos.
ResponderEliminarLeyendo desde el primer capítulo tiene sentido y además es muy bueno.
ResponderEliminarSon como brujas caseras y Leonardo un nombre peculiar.
JJJJJJJJJJJJJAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
ResponderEliminarSon cortos pero profundos, me recuerda cuando yo escribía culaquier idea en cualquier papel que llegaba a mis manos y mi mente todavía era ensoñadora.
ResponderEliminarEste colaborador es muy bueno, el dialogo es alucinante.
ResponderEliminarMe voy de vacaciones al mar. Chao.
ResponderEliminarLeonardo es el que parte el bacalao y al final las brujitas terminarán en una orgía desenfrenada.
ResponderEliminarNo es bueno meterse con las brujas ya que podreis tener vuestro merecido y yo os puedo hacer mucho daño.
ResponderEliminarComo esto siga si a los asociados le van a dar panurgo por el trasero, al tiempo macizo.
ResponderEliminarFantástico como todos los anteriores. Me encantan estos diálogos de Besugos.
ResponderEliminar¿Qué significa panurdos?
ResponderEliminarLos que tenéis el poder no significa que os perpetuéis en él ni tampoco. mucho menos, llevéis razón.
ResponderEliminarEn esta historia falta un orinal, que hable y que además le haga la competencia a leonardo; el asunto se esta poniendo candela.
ResponderEliminarPoca actividad de jamón en el blog. Faltan autores y artículos. Verano, la selección, la playita. Bueno y los que nos tenemos que mamar todo el tiempo currando, hay que mantener el ritmo.
ResponderEliminarEn la reunión he visto a Cheta bailando con la brujas, que devuelva el dinero que se ha llevado.
ResponderEliminarAqui ha nadie le gusta el fútbol. Espero que gane Portugal o España, los dos se lo merecen. Bravo por el deporte.
ResponderEliminarPoca actividad veo últimamente, los bakes estan de vacaciones.
ResponderEliminarPendejo que res un pendejo simpático.
ResponderEliminarNo lo he entendido muy bien.
ResponderEliminarAmigo colaborador eso que que tu has formado se llama un "Contubernio" y esta gravemente penado por las ligas europeas de brujerías y asociados en el jamón de pata negra por supuesto.
ResponderEliminarEs cierto que las brujas se tiran muchos pedos, entonces yo soy bruja.
ResponderEliminarPor eso se impulsa la escoba, hace efecto de propulsión.
EliminarEl mejor carburante son las habas enzapatá.
EliminarLa cuarta que unico pierde el hilo de las madeja bruja.
ResponderEliminar¿En qué consistió la llamada ‘guerra de la sal’?
ResponderEliminarEn una disputa en 1877 en Texas por el acceso a las minas de sal.
En 1877, Charles Howard, juez del distrito, quiso cobrar por recoger sal de las minas de un pueblecito llamado San Elizario (Texas). Howard fue encarcelado por los lugareños, pero salió tras prometer reinstaurar el libre acceso a estas. Pero Howard llamó a los rangers, para recuperar el control. La población se sublevó y venció –hubo 12 muertos–, el juez fue fusilado y despedazado, y sus restos, tirados a un pozo.
Un hombre va a la consulta de una bruja y le dice:
ResponderEliminar—¿Usted cuánto cobra por leer el futuro?
—Cien euros por tres preguntas.
—¿No es un poco caro?
—Puede ser... ¿Cuál es la tercera pregunta?
Si hay dos brujas, cómo aparecen tres nombres, Camila, Maruja y ahora Rosaura. Por ahí me he quedado pillada.
ResponderEliminarBuena ilustración pictórica para este gran artículo.
ResponderEliminarLa composición del Aquelarre, donde el diablo (Leonardo), en forma de macho cabrío, preside una reunión de brujas.
Forma parte de las "pinturas negras" de Goya.
Los diálogos son impresionantes.
ResponderEliminarEste colaborador puede escribir lo que le echen.
Las brujas están entre nosotros, aunque no lo creamos. No hace falte que estén dentelladas y narigudas. Tengamos mucho cuidado!
ResponderEliminarBrujas, anda ya!!!!
EliminarLa única bruja la Maruja.
EliminarUna historia muy entretenida de leer y muy bien escrita.
ResponderEliminar¡Y ahí está mi Maná-Maná, en plan machote, dando instrucciones a sus pelotas y lacayos, jugando al pinto, pinto, gorgorito, a quién le va a tocar el marroncito!.
ResponderEliminarEntre los lacayos creo haber visto a Fernando, Antonio, la Maína y algún sindicalista liberao.
EliminarTodavía no me he enterado de las medidas de ajustes que se presentaron en Bruselas el pasado viernes.
ResponderEliminarQue alguien me lo explique.
Como tengan que vivir Pani y Soci de la agencia, van a pasar hambre por un tubo. Son torpes de cojones.
ResponderEliminarLo del coro de los miles de diablos, genial.
ResponderEliminarEste colaborador se podría dedicar a escribir obras de teatro, tiene inventiva.
ResponderEliminarPalabras de Rajoy: "se creará empleo antes de que finalice la legislatura".
ResponderEliminar¿A quién pretende engañar?. No tiene ninguna credibilidad, va a la deriva, él y todo el equipo de Gobierno.
Ya no leo más historias de brujas que después tengo pescadillas.
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