Era, como casi todas, vieja, nariguda, verrugosa y estaba muerta. Al entierro de la bruja asistieron dos amigas, narigudas, verrugosas, viejas, y nueve gatos. También, pero más lejos, en un jaral ocultos, Panurgo y Asociados.
Panurgo.— (En voz baja.) ¿Quién te dijo que iban a enterrarla en este sitio?
Asociados.— Maruja.
Las dos brujas cavaban su ajena fosa al pie de un roble. Una de ellas, pañuelo en la cabeza; la otra, no. Por lo demás, entrambas ostentaban uniformes refajos negros como nubarrones que ciegan la noche oscura del maullido.
Panurgo.— (En voz más baja.) ¡¿Quieres echar a este gato de aquí? Va a descubrirnos!
Asociados.— (Sin preocuparse del gato ni del tono de voz.) Maruja, ya sabes, la de la pescadería. Ayer voy al mercado y me dice:
Maruja.— (Verrugosa, vieja, nariguda.) ¿Qué hay, Soci? Oye, ¿sabes que ha muerto la Cumana?
Soci.— Y ya me contó todo el rollo.
Panurgo.— (Nerviosillo.) ¡Calla!
Las brujas.— Cavamos, cavamos
y siempre cavamos;
la tierra horadamos
con nuestro cavar.
Subimos, bajamos,
la tierra sangramos
y siempre cavamos
con nuestro lunar.
Panurgo.— ¡Eso es un conjuro!
Soci.— Y lo demás son cuentos.
Panurgo.— (Nervioso.) ¡Calla!
Al claro de luna, las brujas descansaban su faena, conversaban en voz baja -quizá ensalmos- y un gato ronroneó vahos de amarillo.
Bruja 1ª.— ¿Vendrá Leonardo?
Bruja 2ª.— Leonardo vendrá.
Bruja 1ª.— ¿Traerá regalos?
Bruja 2ª.— Regalos traerá.
Bruja 1ª.— ¿Subiremos juntas?
Bruja 2ª.— Juntas subiremos, juntas bajaremos y también juntas besaremos a Leonardo y él nos besará.
La luna llena la noche de walpurgis, equinoccios, presagios y de un aire pesado y espeso. El tronco del roble robusto crujió una rama azul de lechuzas y estremeció estrellas.
Soci.— ¿Es eso otro conjuro?
Maruja.— ¡Caballas, caballas, cabaaallas!
Soci.— ¿Es eso otro conjuro?
Panurgo.— (Nerviosito.) ¡Calla; mira!
Los nueve gatos se aproximaban al roble. Pelaje diverso, silencio y bigotes erectos. Poco a poco, subiéndose unos en otros, como músicos de Bremen, comenzaron a formar una figura grotesca: Era Leonardo.
Bruja 2ª.— (Con embeleso.) ¡Leonardo!
Bruja 1ª.— (Ídem.) ¡Ídem!
Leonardo.— (Cloqueando como una gallina venenosa.) Buenas noches, sras. Perdonen que las moleste. ¿Han visto por aquí un gatito?
Soci.— Pues por aquí andaba; pero ahora...
Panurgo.— ¡Nos has descubierto!
Leonardo.— ¿Quién habla por ahí?
Soci.— ¡Nos han descubierto!
Bruja 2ª.— (Ídem.) ¡Leonardo, Señor del Érebo sulfúreo y demás territorios esdrújulos! ¡Míranos!
Bruja 1ª.— (Aussi.) ¡Eso, míranos! ¡Déjate ya de gaitas ni gatitos ni Gaiferos y míranos, señor de los infiernos inferiores! (Todo lo aparte que puede.) Pero mírame a mí más que a ésta.
Leonardo.— (Violento por la situación, violento por naturaleza.) ¡Ya está bien, sras. y sres.! Vamos a lo nuestro; yo no he venido a perder el tiempo.
Bruja 2ª.— ¡Eso, eso! ¡A lo nuestro; a subir y bajar! ¡A volar!
Bruja 1ª.— ¡Volare!
Panurgo y Asociados.— ¡Uó uó!
Bruja 2ª.— ¿Nos has traído untos, Leonardo?
Bruja 1ª.— ¿Nos has traído cremas?
(CONTINUARÁ)
Panurgo.— (En voz baja.) ¿Quién te dijo que iban a enterrarla en este sitio?
Asociados.— Maruja.
Las dos brujas cavaban su ajena fosa al pie de un roble. Una de ellas, pañuelo en la cabeza; la otra, no. Por lo demás, entrambas ostentaban uniformes refajos negros como nubarrones que ciegan la noche oscura del maullido.
Panurgo.— (En voz más baja.) ¡¿Quieres echar a este gato de aquí? Va a descubrirnos!
Asociados.— (Sin preocuparse del gato ni del tono de voz.) Maruja, ya sabes, la de la pescadería. Ayer voy al mercado y me dice:
Maruja.— (Verrugosa, vieja, nariguda.) ¿Qué hay, Soci? Oye, ¿sabes que ha muerto la Cumana?
Soci.— Y ya me contó todo el rollo.
Panurgo.— (Nerviosillo.) ¡Calla!
Las brujas.— Cavamos, cavamos
y siempre cavamos;
la tierra horadamos
con nuestro cavar.
Subimos, bajamos,
la tierra sangramos
y siempre cavamos
con nuestro lunar.
Panurgo.— ¡Eso es un conjuro!
Soci.— Y lo demás son cuentos.
Panurgo.— (Nervioso.) ¡Calla!
Al claro de luna, las brujas descansaban su faena, conversaban en voz baja -quizá ensalmos- y un gato ronroneó vahos de amarillo.
Bruja 1ª.— ¿Vendrá Leonardo?
Bruja 2ª.— Leonardo vendrá.
Bruja 1ª.— ¿Traerá regalos?
Bruja 2ª.— Regalos traerá.
Bruja 1ª.— ¿Subiremos juntas?
Bruja 2ª.— Juntas subiremos, juntas bajaremos y también juntas besaremos a Leonardo y él nos besará.
La luna llena la noche de walpurgis, equinoccios, presagios y de un aire pesado y espeso. El tronco del roble robusto crujió una rama azul de lechuzas y estremeció estrellas.
Soci.— ¿Es eso otro conjuro?
Maruja.— ¡Caballas, caballas, cabaaallas!
Soci.— ¿Es eso otro conjuro?
Panurgo.— (Nerviosito.) ¡Calla; mira!
Los nueve gatos se aproximaban al roble. Pelaje diverso, silencio y bigotes erectos. Poco a poco, subiéndose unos en otros, como músicos de Bremen, comenzaron a formar una figura grotesca: Era Leonardo.
Bruja 2ª.— (Con embeleso.) ¡Leonardo!
Bruja 1ª.— (Ídem.) ¡Ídem!
Leonardo.— (Cloqueando como una gallina venenosa.) Buenas noches, sras. Perdonen que las moleste. ¿Han visto por aquí un gatito?
Soci.— Pues por aquí andaba; pero ahora...
Panurgo.— ¡Nos has descubierto!
Leonardo.— ¿Quién habla por ahí?
Soci.— ¡Nos han descubierto!
Bruja 2ª.— (Ídem.) ¡Leonardo, Señor del Érebo sulfúreo y demás territorios esdrújulos! ¡Míranos!
Bruja 1ª.— (Aussi.) ¡Eso, míranos! ¡Déjate ya de gaitas ni gatitos ni Gaiferos y míranos, señor de los infiernos inferiores! (Todo lo aparte que puede.) Pero mírame a mí más que a ésta.
Leonardo.— (Violento por la situación, violento por naturaleza.) ¡Ya está bien, sras. y sres.! Vamos a lo nuestro; yo no he venido a perder el tiempo.
Bruja 2ª.— ¡Eso, eso! ¡A lo nuestro; a subir y bajar! ¡A volar!
Bruja 1ª.— ¡Volare!
Panurgo y Asociados.— ¡Uó uó!
Bruja 2ª.— ¿Nos has traído untos, Leonardo?
Bruja 1ª.— ¿Nos has traído cremas?
(CONTINUARÁ)
Nueva Colaboración de P. Guadiloba, Gracias otra vez
Artículo reeditado: Publicado originalmente 23 de Marzo de 2010.
Al menos no se puede decir que no es original.
ResponderEliminarEsto si que es un escrito surrealista. Me gusta pero no me entero de nada. ¿En que idioma hablamos?
ResponderEliminarSería útil que algunas palabras se colocaran al final del artículo pare poder saber el significado en castellano, ya que el artículo pierde contenido si no se comprende totalmente. Gracias.
ResponderEliminarEste surrealismo bien podría estar representado en una obra pictórica del Bosco.
ResponderEliminarEs buenísimo, no lo había leído pero es bueno hasta el despiste.
ResponderEliminartiene suspense el cuento de las brujas y es muy buena la exposición
ResponderEliminarEsto me suena a extremeño. Buen artículo con un tema que es apropiado a los espíritus.
ResponderEliminarA mí también me suena a extremeño, más bien por la parte de Cáceres.
EliminarYo soy la bruja Maruja y pertenezco a la opa financiera del burro Camaleón.
ResponderEliminarUn aquelarre (del euskera akelarre, "aker" = macho cabrío; "larre" = campo) es el lugar donde las brujas (sorginak en euskera) celebran sus reuniones y sus rituales. Aunque la palabra viene del euskera se ha asimilado en castellano y por extensión se refiere a cualquier reunión de brujas y brujos.
ResponderEliminarPor cierto, muy bien representado por Francisco de Goya.
EliminarEn ese aquelarre, el mejor es Leonardo y después Maruja.
ResponderEliminar¿Es cierto que la actriz Marisa Tomei ganó un Oscar por error?
ResponderEliminarNunca se ha confirmado ni rectificado, porque habría sido un escándalo, pero el rumor es ya un clásico muy admitido en Hollywood. Se dice que el actor Jack Palance, encargado de entregar la estauilla, se equivocó y símplemente leyó el último nombre de la lista de las cuatro nominadas a mejor actriz secundaria en 1993, que eran, además de Tomei (por Mi tío Vinny), Miranda Richardson, Vanessa Redgrave y Judy Davis.
Quienes creen en el rumor no se ponen de acuerdo en si Palance estaba bebido o fumado, o si, simplemente, el regidor de la gala televisiva no hizo avanzar el texto en la pantalla del telepronter (el monitor que actúa como apuntador) y en ella quedó a la vista el nombre de la última nominada de la lista.
Murió el gato del leperito Su mamá lo consolaba:
ResponderEliminar- 'No llores, hijito. El Michi ya está en el Cielo, con Dios'.
Y el leperito le pregunta entre sus lágrimas:
- '¿Y qué cojones va a hacer Dios con un gato muerto?'
Madre de mi vida, como escribe esta persona!!!
ResponderEliminarLeonardo es un nombre, un símbolo o una representación más del diablo.
ResponderEliminarLa estructura del artículo y su escritura son magistrales.
No sé que es mejor, si una reunión de brujas o un Consejo de Ministros, o de la Troika.
ResponderEliminarPolíticos reunidos es peor, seguro, seguro.
EliminarPinta bien esta serie de intriga.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo de las caballas de Maruja.
En este Ayuntamiento tenemos a nuestro propio Leonardo, es el Maná-Maná, el saqueador.
ResponderEliminarCuando se reúne con su cónclave todos nos ponemos a temblar como jaras verdes.
Que se lo lleven junto al viejo roble y que lo entierren con la pobre Cumana.
Perdón, he tenido un lapsus mental, pensé que te referías a Leonardo Da Vinci.
EliminarEste artículo es distinto, original y surrealista, muy bueno.
ResponderEliminarCaballas, caballas, cabaaaaallas!
ResponderEliminarCanallas, canallas, canaaaaallas!
jureles, al rico y fresco jurel!!!!!!
EliminarSiempre he creído en las brujas, sin escobas; no creo en el cielo ni el infierno, pero por si acaso, el día que muera que me aparten del lugar donde estén todos los políticos corruptos, que ya con tenerlos en vida es más que bastante.
ResponderEliminar¿Qué está pasando con las devoluciones de Hacienda?.
ResponderEliminarA cualquier persona o familia, sin cambiar sus situaciones respecto a años anteriores, les están devolviendo, cuanto menos, un 30%.
Esta es otra ruta para atracar los bolsillos impunemente.
Cuando todos hagáis los borradores os daréis cuenta.
A mí me tienen que devolver la mitad del año pasado.
EliminarSon unos ladrones.
Este/a Guadiloba tiene una imaginación que te caga.
ResponderEliminarDame la manita, Pepe Luí!.
ResponderEliminarMaruja, gatos...me suena a Robin.
ResponderEliminarNo me toqueis a Robin que anda buscando su reflejo.
EliminarEste país es un nido de brujas.
ResponderEliminarTODOS AL PAREDÓN
EliminarSin paredon, al aire libre.
Eliminar¿Este colaborador era el de los monos o de la Palmera?
ResponderEliminarTe has liado, Laura. El de la palmera es el poeta y el de los monos es el Cheetae; éste es otro.
EliminarP. Guadiloba, genial en todo.
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