Ayúdame a olvidarte

En mi desierto, además de arena y sol, hay oasis con abundancia de agua fresca y sombra, hay camellos fuertes para llevarme a donde quiera, hay comida toda la que pueda engullir, por la noche no hace tanto frío, pero aún así, hay leña para pasarla sin problemas, estás tú.

En el mar abierto el viento mas fuerte es la brisa, y la mayor ola me besa los pies, los delfines bailan en la proa de mi barco, con aspecto juguetón y sonrientes, a lo lejos se puede observar la costa, con sus gentes, sus problemas, pero en el mar temes ante lo desconocido y mi seguridad te serena y te abrazas a mi sin miedos, estás tú.

En el infinito donde la oscuridad es casi perfecta, la inercia me conduce a la cercanía de los planetas y se ven de otra manera, quizás mas próximos, mas nítidos, mas al alcance de todos, también en ese temor que engendra la oscuridad te agarras a mi cintura con una fuerza desmedida apoyando tu cabeza en mi pecho, estás tú.

Quiero que esto se acabe, deseo que el destino me ayude a tomar el camino adecuado, necesito tanto la paz como tus abrazos, tanto tus abrazos como no crear inquietudes a los que después de tanto tiempo han formado parte de mi vida, de nuestra vida, mi mente es demasiado pequeña e inútil como para llegar a tomar una solución que equilibre mis días, mis noches, todo mi tiempo. Es como si estuviera estrangulada, aletargada, dormida pero con los ojos abiertos en ti, estás tú.

He escuchado en alguna parte que cuando no se tiene conocimiento de como ocurren las cosas, de como suceden historias que sin pies ni cabeza llegan a aparecer tomando un giro inesperado, y siempre con una inclinación positiva, lo llaman milagro, En nuestro caso, creo que es uno de ellos, pero nos pide mucho a cambio, sobretodo a ti, que has luchado tanto, que has ido dejándote la piel por tener esa vida, la que soñabas, y de pronto aparezco con mi corazón recién sacado de mi pecho entregándotelo de rodillas, como un loco enamorado, implorando a cambio tu amor.

Y aparece el miedo, las dudas, la locura, las verdades, las mentiras, los te quiero, las miradas, un sin fin de deseos e inquietudes que nos desbordan, nos inundan, dejándonos en la incertidumbre, pero siempre con una sonrisa en el rostro, esa sonrisa fresca que tiende a dejarnos claro que nada está definido, concluido, terminado y tampoco vivo, y siempre estás tú.