Esta es una historia, una historia como otra cualquiera, una de esas historias que le puede pasar a cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier ciudad del mundo.
Puede que sea una historia ficticia, en el que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, o puede que no, porque como he dicho antes, esta historia le puede pasar a cualquiera y al fin al cabo, toda historia guarda en sí algo de verdad.
La voy a contar en primera persona, porque me parece más intimista y creo que ayuda a alcanzar el clima apropiado entre escritor y lector.
Me encontraba en un concierto del gran Yusuf Islam, anteriormente conocido como Cat Stevens. Estaba en tercera o cuarta fila, no me lo podía creer, tan cerca del escenario, casi podía tocarlo y su música la sentía recorriéndome todo el cuerpo, mientras mi corazón palpitaba al ritmo de las vibraciones de su guitarra.
Estaba en una nube, cantaba "Morning has broken", cuando de pronto la vi. ! Dios mío!, eran los labios más rojos que había visto en mi vida. Era un rojo tan intenso, puro fuego en unos labios carnosos y sensuales. No podía dejar de mirarlos, no quería pestañear ni un solo instante, porque la belleza que desprendían sus labios merecían ser contemplados por toda la eternidad. Estaba ensimismado, cuando ella se giró, cruzándose nuestras miradas, puede que no más de dos segundos, quizás menos, no lo recuerdo, pero sé con certeza que el tiempo se detuvo.
Su mirada me cautivo, sus ojos dulces y expresivos, eran de color verde, pero no un verde cualquiera, un verde que únicamente podrás encontrar en la primavera. Su pelo que caía interminablemente, era fino, sedoso, ondulado y del color de sus labios. Su cara era dulce, risueña y jovial, con unas mejillas redondas y rojizas.
El concierto continuó su maravilloso rumbo, pero yo no podía pensar en otra cosa, el rojo dominaba por completo mi ser. Tras más de 2 horas terminó, y entre la multitud la perdí. Me despedí de mis amigos desilusionado, aunque por otra parte pensaba que no había razón para ello, de todas formas nunca me habría atrevido a dedicarle una palabra.
Con un caminar parsimonioso fui hasta uno de los servicios que habían instalado con motivo del concierto. Me encontraba cerca del servicio de los chicos, cuando me reencontré con esos labios. No podía ser, me habría equivocado de baño, pero descubrí que no al girarme y observar a varios metros de mí una larga cola de chicas en otro servicio.
El chico que había dentro salió, y ella se paró junto a la puerta cuando me dijo:
— No te importara que entre primero, ¿verdad?
— Creo que te has equivocado de servicio.
— No querrás que espere media hora en esa cola, dudo mucho que mi vejiga aguantara. Pero puedes entrar conmigo, por mi no te cortes, yo el váter de la pared no lo voy a utilizar.
Entramos juntos, yo fui hacia el inodoro de la pared sin decir nada, estaba nervioso, tanto que no fui capaz de orinar, ni siquiera intenté desabrocharme la bragueta. Simplemente hice el paripé de que lo hacía.
Quería hablarle, decirle alguna frase, cualquier cosa, lo que fuera, pero ella se adelanto diciéndome:
— ¿Te ha gustado el concierto?
—Me ha encantado, ha sido fantástico de principio a fin. Ver en directo a una leyenda viva de la música como Cat Stevens es un sueño hecho realidad.
— ¿Y yo, te he gustado?
La pregunta me dejó fuera de juego, seguramente era la última pregunta que me esperaba que me hiciera. No sabía que contestar, mi cara debía de ser el reflejo de la perplejidad.
Ella siguió diciendo: —Me pareció que me examinabas de arriba a abajo.
—No voy a negar que no me haya fijado en ti —, le conteste.
—No me has respondido, pero me lo tomaré como un sí— dijo medio riéndose.
— ¿Cómo te llamas? —, me preguntó a continuación.
—Me llamo Marcos, ¿cómo te llamas tú?
—Esta noche y solo para ti, me llamaré Nicole, puede que otro día cambie de nombre, o tal vez no.
—Nicole. Que nombre más bonito.
—Sabía que te gustaría.
Se marchó del cuarto de baño y yo pulsé el botón del váter, saliendo detrás de ella. Parecía que no se iba a detener, por lo que me armé de valor y tome la iniciativa de la conversación por primera vez. Quería volver a verla y si me quedaba callado me arrepentiría toda la vida.
— ¿Te volveré a ver? —, le pregunté.
—Haciéndome esa pregunta no pretenderás que te dé mi número de teléfono, ¿verdad? Vamos a dejar que sea el azar quien lo decida. El azar ha logrado que nos encontremos en el concierto y luego en el baño. Dejemos que sea el azar quién decida cuándo será nuestro próximo encuentro, pero le podemos echar una mano. Suelo ir a pasear por el parque todas las tardes . Me ha encantado conocerte Marcos, espero verte de nuevo pronto. Chao.
—A mí también me ha encantado Nicole. Hasta pronto.
Esa noche no pegue ojo, pensaba en ella y en el momento de volver a verla, pero sobre todo había una cosa que no me podía quitar de la cabeza, sus sensuales labios rojos.
Ecelente artículo. Excelente manera de unir el pensamiento con el diálogo y además el tema es lindo.
ResponderEliminarYo hubiese nunca dejado a Nicole, francesa con ese nombre tiene que ser peligrosamente dulce en la cama.
ResponderEliminarEl Universo ¿hacia dónde se expande?
ResponderEliminar¿El espacio? ¿La nada?
El Universo es todo lo que existe. No es una bolsa, un globo, metido en un espacio más grande (el vacío o “la nada”). Para nuestra mente es más fácil pensar en algo que crece y ocupa más volumen de un sitio mayor. Realmente todo crece, el Universo se expande, y lo sabemos porque se mide con las observaciones astronómicas. Pero “más allá” no hay un borde y luego la nada que vamos ocupando con la expansión. Eso solo es admisible dentro de la teoría que explica la estructura del Universo, es decir, la de la Relatividad General.
El marido sale del baño desnudo y empieza a subirse a la cama,cuando la mujer se queja diciendo(como siempre):
ResponderEliminartengo dolor de cabeza.
perfecto(contesta el marido)casualmente
estaba en el baño espolvoreándome aspirina en el pene...la puedes tomar oral
o como supositorio,tu decides!!
MUERTE A LOS SINDICATOS (por Iñaki Gabilondo)
ResponderEliminarNueva moda. Rajar de los sindicalistas. Algo fácil y barato, por cierto. Lo llevan en la solapa ciertos políticos, lanzando mensajes subliminales sobre su actual falta de utilidad para los trabajadores, politización, corrupción, derroche económico. Resulta curioso: Los mismos que alientan al escarnio público, suelen lanzar piedras cargadas por sus propias mezquindades.
Además, la destrucción del sindicalismo hace mucho más fácil la labor de los gobernantes, sin movilizaciones ni huelgas, especialmente la de quienes dirigen tras la cortina. Québien estaríamos si no existieran los sindicatos, piensan algunos.
El problema es que esa frase por la que suspiran los gobernantes "Qué bien estaríamos sin sindicatos" empieza a calar entre la gente de a pie, con un discurso cargado de improperios, gritos, oportunismo, mala leche y, sobre todo, un enorme vacío de argumentos que se resume en: "Para lo que hacen, mejor que no hagan nada", "Por mi los echaba a todos y los ponía a trabajar", "Están vendidos, no se mueven, no están con los trabajadores". Luego terminan reservándote para el final el placer de oír la raída historia de: "Conozco a uno que está de liberado sindical.".
Confesar ser liberado sindical, en estos tiempos que corren, es un auténtico pecado capital. Mejor inventar cualquier otra cosa antes de que te descubran. Te pueden acechar en cualquier esquina, a cualquier hora: sacando dinero, haciendo la compra, recogiendo a tus hijos en el colegio. Cualquier lugar y excusa es buena, para utilizar como insulto la palabra "sindicalista".
Se puede ser banquero chupasangre, se puede ser político en cualquiera de sus muchos cargos (concejal, alcalde, o delegado provincial.) y trincar todo lo que se quiera, aceptar sobornos y trajes, realizar chantajes, revender terrenos públicos, recortarle el sueldo a los trabajadores o directamente despedirlos sin indemnización. Se puede, incluso, aumentar el recibo de la luz a los pensionistas hasta asfixiarlos, o salir en fotos besando niños y ancianos mientras los colegios y asilos se caen a trozos, cobrar dos o tres sueldos en tres cargos diferentes, declarar a hacienda que se está arruinado mientras se cobra de mil chanchullos distintos, para que su hijo obtenga la beca que le permita comprarse una moto a costa del Estado.
En este maldito país se puede ser lo que se quiera, pero no sindicalista.
Nadie se acuerda ya de la última huelga, aquella en que nadie de la empresa fue, excepto los dos afiliados que perdieron el sueldo de aquel día, para que luego se firmara un acuerdo que les subió el sueldo a todos. Incluso a aquellos que escupieron sobre la huelga.
O de Luís, ese hombre que estuvo 30 años cotizando, y que gracias a la pre-jubilación que se consiguió en su momento, puede ahora, con 60 años y despedido de su puesto, tirar para adelante sin necesidad de buscar un trabajo que nadie le ofrecería.
Recuerden también a Marta, la chica de 23 años que estuvo aguantando un jefe miserable con aliento a coñac, que le obligaba a hacer más horas extras para tener un momento de intimidad donde poder acosarla mientras le recordaba cuándo le vencía el contrato. Hasta que su mejor amiga la llevó al sindicato y, gracias a una liberada sindical, ahora el tipo ha tenido que indemnizarla hasta por respirar.
ResponderEliminarSon muchos los que les deben algo a los sindicatos, y a los sindicalistas: El maestro que pudo denunciar al padre que le pegó en la puerta del colegio, los trabajadores que consiguieron que no les echaran de la RENAULT, la chica que pudo exigir el cumplimiento de su baja por maternidad en su supermercado. Porque también fue una liberada sindical la que se puso al teléfono el día en que despidieron a Julia, la chica de la tienda de fotos, y le ayudó a ser indemnizada como estipulan los convenios; y aquel otro joven que movió cielo y tierra para arreglarle los papeles al abuelo para procurarle una paga medio-decente, porque los usureros de hace 30 años no lo aseguraban en ningún trabajo. Para qué recordar las horas al teléfono escuchando con paciencia a cientos de opositores a los que no aprobaron, gritando e insultado porque en el examen no les contaron 2 décimas en la pregunta 4. O el otro compañero sindicalista, el que denunció a la constructora que se negaba a indemnizar a la viuda de su amigo Manuel, que trabajaba sin casco.
Ya nadie se acuerda de dónde salieron sus vacaciones, los aumentos de sueldo que se fueron consensuando, el derecho a una indemnización por despido, a una baja por enfermedad, o a un permiso por asuntos propios.
Esta sociedad del consumo, prefiere tirar un saco de manzanas porque una o dos están picadas, por muy sanas que estén el resto. Los precedentes televisivos: entrenadores de fútbol, famosos de la exclusiva en revistas, y demás subproductos, se convierten en clinex de usar y tirar dependiendo de las modas. Ahora, en un momento en que los trabajadores deben estar más juntos, arropados y combatientes contra quienes realmente les explotan, aparecen grietas prefabricadas en los despachos de los altos ejecutivos, ávidos de hincar más el diente en el rendimiento de la clase trabajadora.
¿Quién tirará la primera piedra?. ¿Serán los políticos gobernantes, o los banqueros quienes hablarán de dejadez o vagancia?. ¿Tendrán capacidad moral los jueces o los periodistas, de hablar de corrupción en las demás profesiones?. ¿Serán más idóneos para iniciar lapidaciones, los super-empresarios del ladrillo?. ¿En qué profesión se puede jurar que no existen vagos, corruptos, peseteros, o ladrones?. ¿Preguntamos mejor entre la Iglesia o la Monarquía.?.
Pero qué fácil resulta rajar en este país. Siembra la duda, y obtendrás fanatismo barato.
Qué bien asfaltado les estamos dejando el camino a quienes realmente nos explotan cada día. ¡Acabemos con los sindicatos!. Sí. Dejemos que la patronal y los bancos regulen los horarios, las pensiones, los sueldos, las condiciones laborales y los costes del despido. Verán cómo nos va a ir con la reforma del mercado laboral, cuando los sindicatos dejen de existir y no puedan convocarse huelgas ni manifestaciones.
Verán qué contentos se pondrán algunos cuando sepan que ya no estarán obligados a pagar las flores de los centenares de trabajadores que mueren todos los años, a costa de sus mezquindades.
Iñaki Gabilondo.
Al Señor Gabilondo le encanta la palabra mezquindad.
EliminarEstoy de acuerdo que existen situaciones que solucionan los representantes de los trabajadores.
Las siglas permanecerán para siempre pero la gran mayoría de las personas que las representan son unos vividores sinvergüenzas. Ejemplo de ello lo tenemos palpablemente en el Ecmo. Ayto. de Huelva; no existen palabras para la mayor desvergüenza jamás vivida. Os iré contando por capítulos.
Supongo que estos problemas se extrapolarán en muchos rincones de España.
totalmente de acuerdo.
EliminarAmigo Marcos no dejes nunca que el azar decida, a veces te juega malas pasadas.
ResponderEliminarLA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA REVISA EL SIGNIFICADO DE ALGUNOS VOCABLOS:
ResponderEliminarSobre-cogedor = que coge sobres
Sobre-sueldo = que cobra su "sueldo" en un sobre
Sobre-venido = “oye, que ha llegado el de los sobres”
Sobre-alimentado = que se alimenta más de lo debido con lo del sobre
Sobre-calentamiento = que se calienta al coger lo del sobre, y quiere todavía más
Sobre-carga = que carga el peso del sobre relleno
Sobre-entendido = que es comprensivo con los sobre-cogedores
Sobre-nombre = lo que todos esperamos saber…
Sobre-mesa = donde se elaboran los sobres
Sobre-entendido = el que entiende de sobres
Sobre-precio = remuneración fuera de mercado
Sobre-saturado = es que…, tanto no cabe en el sobre
Sobre-saliente = el que sale ya cargado con lo que corresponde
Sobre-ro = el que cubre el espacio cuando otro es apartado del circuito
Sobre-dosis = sobre que lleva el doble
Sobre giro = “error, llevaba de más…”
Sobre-salto = “qué sorpresa, no me lo esperaba…”
Sobre-todo…= que sea regular
Sobre-expuesto= el que abusa con la aceptación reiterada de sobres
Sobre-seido = lo que, lamentablemente, se ve venir que pasará
Sobre-pasado = los límites de la paciencia de los ciudadanos de este país
Genial.
EliminarChico me gusta tu forma de escribir; la historia real como la vidad misma.
ResponderEliminarVuestro blog sigue a un ritmo inmejorable.
Los labios rojos son excitantes sobre todo si te los puedes comer. También existen otros labios que no se suelen pintar.........,,,,de rojos.
ResponderEliminarPreciosa fantasía Bake Josyan. Tus relatos son preciosos y eres mi preferido. Besos. Ana.
ResponderEliminarMuy buenos artículos en esta semana. La guinda sería una receta de nuestro cocinero mayor Victorio. Ole.
ResponderEliminarNo eres muy joven para Cat Steven???
ResponderEliminarLa imaginación que tienes, mi querido amigo Josyan, no tiene límites.
ResponderEliminarMorbo a flor de piel, basándote en un rojo de frenesí que puede hacer temblar hasta la más alta montaña.
La historia es muy linda y, como muy bien dices, le puede ocurrir a cualquier persona y en cualquier lugar, aunque sea difícil que coincida con un concierto del gran Cat Stevens.
Lo que más me ha gustado de tu experiencia ha sido el final, el dejar la puerta abierta al azar, de esa forma vivirás en una eterna ilusión roja.
Tenemos que provocar un momento para tomarnos una cervecita fresquita con brindis; brindar por el blog y por todas las personas que participamos en él, cada uno en su rol, y para decirte ¡TORERO!.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Elocuente como siempre mi querido Bake Beeer.
EliminarNo te enteras pantera, el que escribe es Josyan.
EliminarEl artículo es precioso y morboso. Me ha encantado.
ResponderEliminarLo cierto es que ante una situación así te pueden temblar las piernas como dos jaras verdes.
ResponderEliminarMe encantaría que me pasara a mi una historia como comentas. Me chiflaría incluso tener un sueño.
ResponderEliminarEres el jefe. Pedazo de sueño colega.
ResponderEliminarMe has dejado sin palabras. ¡Impresionante, Josyan!
ResponderEliminarJosyan, eres un enamoradizo de tiempo completo.
ResponderEliminarEres mi amor platónico, eres la fruta prohibida. Sé bien que es imposible tu relación y la mía, pero te adoro en silencio desde lejos, vida mía.
ResponderEliminarSuplantadora de personalidad no olvides que yo conozco su alma y además lo vi primero.
EliminarEres una Arpía.
EliminarYo soy un jamón pata negra.
EliminarTu eres un estúpido y no te metas donde no te llaman imbécil.
EliminarYa te he perdido.
Eliminar¡Cuánto echaba de menos tus historias! Una vez más lo has "bordao".
ResponderEliminarMis labios en tus labios, mi lengua en tu lengua, mis manos en tus carnes. Mis manos en tu lengua, mis dedos en tus labios. Mézclate conmigo.
ResponderEliminarMézclate conmigo, ya lo dijeron Ana Belén y Víctor Manuel.
EliminarYo siempre he querido morir en la cama... borracho y rodeado de pelirrojas. ¡Me encantan!
ResponderEliminarMe parecen muy pero muy estimulantes, atractivos, tentadores, excitantes, los labios pintados de rojo. Son más llamativos y no puedes dejar de mirarlos cuando la mujer te habla. Creo que en el fondo lo hacen para dejar volar la imaginación de los hombres.
ResponderEliminarContigo ha funcionado, querido Josyan.
Nada mejor que la huella escarlata de unos labios femeninos en mi cuerpo. ¡Me ponen a cien!
ResponderEliminarHoy y siempre me pintaré mis labios de rojo, solo y exclusivamente para ti Bake Josyan.
ResponderEliminarEs un pena qu no pueda yo soñar con tus fantasías. Te quiero.
ResponderEliminarTe quiero, Josyan.
ResponderEliminarMmmuuu.... labios rojos marcados en mi cuello...
ResponderEliminarDice mi amiga que esta historia tiene continuación. Yo también lo creo. Espero que la fantasía se haga realidad.
ResponderEliminarPolifacético. Un soplo de aire fresco.
ResponderEliminarNunca he visto un pubis de color rojo Melocotonar
ResponderEliminarMe ha gustado la palabra melocotonar.
EliminarLa música me hace recordar cuando todavía se bailaba pegados.
ResponderEliminarCuando una persona se cobija en la coraza política para utilizar la prepotencia es que es un cobarde; cuestión psicológica.
ResponderEliminarEso es lo que le ocurre a mi Maná-Maná, ese cobarde-ladrón.
Lo único rojo que ha visto en su vida ha sido la caña de lomo y las lascas de jamón de cinco jotas, pagado del erario público. Junto a sus piscinas morenas come otras cosas.
¡Cerdo y guarro!.
No es menester sus favores corazón partio.
ResponderEliminarLa maña a partir de hoy será roja por tus labios.
ResponderEliminarLuki nos llevo a la eternidad con su abuela. Beer nos llevo a la picaresca con el Lazariñlo y Josian nos lleva al intimísimo vestido de rojo. Bravos Bakes. Bravo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
ResponderEliminarColega, llevo leyendo historias en este blog desde hace algunos años. Algunas buenas y otras más. He visto tu evolución y te he ido conociendo algo más. Tu vena intimista es puro vitalismo amoroso. Tus artículos e historias nos deleita. Particularmente los de música me hacen vibrar.
ResponderEliminarMis felicitaciones, y por favor no deje de sorprendernos, sigue escribiendo.
Buenísimo el artículo de Bake Josyan. Os mejorais cada día. Besos a todos.
ResponderEliminarYo viví una historia parecida pero con un chico. El era moreno, alto y con ojos verdes, yo soy pelirroja. ¿eras tú?
ResponderEliminarMe sorprendo de los comentarios que son tan interesantes como el artículo.
ResponderEliminarEl rojo es pasión. El artículo mola mogollon.
ResponderEliminarEres mi ídolo. Me encanta como escribes.
ResponderEliminarCorriendo voy al mercadona por una barrita roja, roja, jeje a ver si tengo suerte mañana en el concierto d Rosa, se repetira mañana la historia? os contaré jeje....
ResponderEliminarMe ha encantado como has escrito este articulo, eres genial. Besos guapoooo
ResponderEliminarAmigo Josyan la madurez se va adentrando poco a poco en tu ser, y pienso que por ello exteriorices lo plasmado en el artículo, sin abandonar tu frescura, naturalidad y sencillez.
ResponderEliminarComo siempre un diez.
Un abrazo.