Lalaith le había citado por la mañana para empezar las pruebas de maquillaje, antes de llegar a su cuarto pasó por la puerta de Nibbi, y le llegó un ligero olor a azufre que, estaba seguro, no provenía de la habitación sino de su transformación interior. Algunas veces allí, se sentía hombres distintos, distintas versiones de Orlando, como si le invadiera una ligera e inofensiva esquizofrenia. Nibbi le hacía aparecer al diablillo travieso, entre los dos se había establecido desde su viaje una relación en la que Orlando se sentía más fuerte y con más poder, y le gustaba, sentía en el estómago una agitación que, curiosamente le deleitaba, cuando ella bajaba los ojos, presa de su propia agitación, cuando notaba perfectamente la presión que podía ejercer sobre Nibbi, notaba en el paladar un sabor de algo que anhelaba comer.
Tomó el intercomunicador y marcó su número, se acercó a la puerta y pudo oír cómo sonaba dentro, cortó la llamada. Los pasos que había escuchado pararon y tras un segundo los sintió ir en dirección contraria. Llamó. Volvió a llamar un poco más fuerte, la ocupante del lugar le contestó desde dentro invitándole. Nibbi estaba sentada en su escritorio y leía un libro. Tenía abiertos algunos otros y a la vez consultaba internet. Miró hacia Orlando algo sorprendida, se levantó mientras veía que él se acercaba.
-Hola.
-Hola, voy a reunirme con Lalaith para empezar las pruebas y ya que pasaba por aquí me he preguntado cómo llevabas mi encargo.
Nibbi carraspeó. Le miró y bajó los ojos al suelo un segundo mientras empezaba a contestar.
-No… ya te dije… no… hay… no puedo darte viagra, tengo… tengo entendido que no la necesitas… -le miró y un ligero rubor comenzó a extenderse en sus mejillas. –No hay… pero… puedo hacerte algo si quieres, un zumo, -por momentos se estaba notando fuerte y segura- fruta de la pasión y canela, puedes probar si es cierta la teoría sobre estos dos ingredientes.
Orlando se acercó a ella lo bastante para tener que bajar la mirada y obligar a Nibbi a subirla, su gesto se hizo algo más serio, había percibido el sarcasmo con claridad, todo el valor que Nibbi había creído sentir se esfumó de golpe.
-Ni conseguiste una buena actuación en la avioneta ni ahora tampoco. Me confirmas que hay algo, así que quiero probarlo. Debe ser efectivo y no debe ser peligroso porque entonces habrías utilizado otros argumentos, así que… estoy esperando.
-No.
Orlando sonrió
-Ya probé otro de tus preparados, y en aquella ocasión no me pediste permiso. Me debes esto. Debes compensarme. –se acercó aún más a ella, hasta que notó en su frente la exhalación del aire caliente de él.
-¿Por qué? Tú… no es necesario… las chicas… -¿Por qué? Quiero observar a esa mujer… bajo los efectos de eso, lo que sea… lo he estado imaginado y me seducen esas imágenes en mi cabeza, quiero comprobar si he acertado o me equivoco.
-No. –En los ojos de Nibbi asomó un cierto temor de no saber cuanto más iba a resistir, lo malo para ella es que Orlando lo notó con claridad.
-Lo harás. –Acercó sus labios a la frente de Nibbi y los deslizó con un roce casi imperceptible hasta la punta de la nariz. –Lo harás porque yo lo deseo. –Bajó un poco mas la cabeza y Nibbi respiró hondo, supo que iba a necesitarlo.
Los labios de Orlando se extendieron sobre los suyos con suavidad. En su cintura se hizo presente un brazo sujetándola con firmeza, Orlando la acercó aún más a él, separó algo los labios y los apretó un poco antes de separarse de su boca. –Lo harás.
Nibbi tardó en contestar, ahora sobre todo necesitaba respirar. Le miró a los ojos, Orlando vio que esa mirada había perdido toda la voluntad. Vio que había ganado.
-Lo haré.
Hesperia
De la obra "Orlando" (Fragmento)
Hesperia sigue mostrándonos la vida e intimidades de Orlando, en esta ocasión el fragmento es de 3 entregas... Esperamos las siguientes. GRACIAS.
Hesperia sigue mostrándonos la vida e intimidades de Orlando, en esta ocasión el fragmento es de 3 entregas... Esperamos las siguientes. GRACIAS.
Si comenzamos tan pronto con la viagra me comienza a decepcionar Orlando el cariñoso.
ResponderEliminar¿Se comió Darwin al pájaro dodo?
ResponderEliminarEl padre de la Teoría de la Evolución y otros científicos practicaban la zoofagia
Por internet circula una broma que asegura que el pájaro dodo de Madagascar se extinguió porque Darwin se comió el último ejemplar. Evidentemente, no es cierto, pero en el fondo de tan disparatada ocurrencia late un relativo poso de verdad: el padre de la Teoría de la Evolución de las Especies practicaba la zoofagia. Pero para conocer esta historia hemos de trasladarnos a la Inglaterra de 1800, una época en la que se desató entre la comunidad científica británica una pasión desatada por la gastronomía más extravagante, y que culminó en 1880 con la fundación de uno de los clubes de gourmets más extraños del mundo: la Sociedad de Aclimatación.
En el origen de esa peculiar institución está la figura de William Buckland, un célebre geólogo, paleontólogo y canónigo inglés que escribió la primera descripción completa de un dinosaurio, tomando como base los fósiles por él descubiertos. Pero que también elaboró una Teoría Geológica del Diluvio Universal.
Aunque la faceta que aquí nos interesa de míster Buckland es su cualidad de omnívoro. El naturalista y religioso era aficionado a cocinar y comer los animales más extraños que caían en sus manos. Dicha afición la practicaba en su domicilio, donde comía todo tipo de aves y roedores a la vista de su esposa y su hijo Frank, quien con los años también llegó a ser un distinguido naturalista.
¿Y qué pinta Darwin en esta historia? Pues que el autor de la teoría de la evolución compartía con los anteriores personajes su pasión por la zoofagia exótica. De hecho, participó en algunos de los banquetes que Buckland padre celebró en su casa. Aunque ya era omnívoro antes.
Según relata Bill Bryson en su libro Breve historia de casi todo, durante su travesía en el Beagle Darwin aprovechó sus expediciones para comerse algunos animales que cazó, entre ellos un puma, un armadillo y un búho, cuya carne, según parece, le provocó la digestión más tortuosa de su vida, tal y como relata Bryson. Además, el naturalista y los tripulantes del Beagle se zamparon nada menos que 48 tortugas gigantes que cazaron en las islas Galápagos.
SIEMPRE HAY QUE TENER UN PLAN B
ResponderEliminarDos mujeres se encuentran por la calle:
- ¿Qué te pasa que estás tan seria?.
- Pues que he mandado a mi marido a por patatas para hacer la comida y le ha atropellado un coche. Ha muerto.
- ¿Y ahora qué vas a hacer?.
- Pues no sé... macarrones.
Bueno, habrá que esperar.
ResponderEliminarEste tío no para, y si encima le dan viagra no deja ninguna para nadie, todas para él!.
ResponderEliminarOtros también reciben viagra ilegalmente.
EliminarCon el calor que hace y Hesperia contándonos historias calenturientas, nos vamos a poner más colorao que un rábano.
ResponderEliminarQué pedazo copa de rioja!. Buena compañía para tocar la suave piel de una bella dama. Después, lo demás....
ResponderEliminarComo siempre, Hesperia, apoyándote en una exquisita literatura y tenernos atrapados en el morbo.
ResponderEliminarLlevas tiempo colaborando en este blog y tengo que decirte que tus artículos son excepcionales, tanto en tu primera etapa como los fragmentos de "Orlando".
Para los ojos de todos los que estamos en este blog, es un placer poder leer tus fantasías.
Sólo me queda darte las gracias por aportar y confiar en esta grandiosa familia.
Un beso, Hesperia.
Ahí está Orlando, más chulo que un ocho. Éste es el que parte el bacalao.
ResponderEliminarConozco, no a un filtro, si no a un fistro, pecador de la pradera, hoolllll. Se llama Maná-Maná y ese canalla no empalma ni tomándose toda la fábrica de Viagra.
ResponderEliminarSiempre dice "¡te voy a meter la caballa!", todo de boquilla, ese guarro no mete ni un boquerón.
Sus pelotas, los sindicalistas liberados, tendrán que ayudarle a "empujar la canoa".
Te has repetido sótano. Hoy estás más caliente que de costumbre.
EliminarEsta mujer escribe del carajo.
ResponderEliminarPoco a poco irá cogiendo temperatura; la maquinaria del morbo irá poniendo en funcionamiento todos los pistones hasta llegar al clímax. Tiempo al tiempo.
ResponderEliminarRajoy ni con Viagra levanta a este país.
ResponderEliminar¿Orlando nunca se enamora?.
ResponderEliminarA mí me da la impresión que es un objeto, una máquina de follar.
Cuando veo que sale un artículo de Hesperia, miedo me da, porque termina uno de aquella manera.
ResponderEliminarHesperia, no dejas de sorprenderme... muy gratamente¡¡¡¡
ResponderEliminarDicen que van a reducir a la mitad el precio del viagra. Solución: te tomas el doble.
ResponderEliminarSiempre se ha buscado remedios naturales afrodisíacos para empalmar lo máximo posible, unido al apetito sexual.
ResponderEliminarUn ejemplo de ello, que provocó su muerte, fue el caso de Fernando el Católico.
Ya viudo de Isabel, se casó con su prima Germana de Foix, hermosa mujer, mucho más joven que él.
Era tanto el deseo que tenía de fornicar que no paraba de tomar mejunjes de todo tipo, hasta que cayó.
Cuando éramos más jóvenes, en la edad de discotecas, solíamos introducir en la coca-cola de las chicas un comprimido de cloridato de yoimbina, para que se estimulasen un poquito. ¡Ay, juventud!.
En estos días, principalmente para el hombre, distintos laboratorios no paran de fabricar fármacos vasodilatadores que ponen la pieza como la pata de un santo.
Esto es sólo el inicio.
Algo afrodisíaco es algo que te comes, y te pones cachondo. Como por ejemplo, un coño.
EliminarYo conozco un filtro de amor sin drogas ni yerbas ni embrujamiento alguno: si quieres ser amado, ama.
ResponderEliminarUn afrodisíaco muy efectivo es que una tía en camiseta de tirantes se haga un moño alto delante de ti. A mí me pone a cien¡¡¡¡¡
ResponderEliminarUff tengo que ponerme al día estoy muy perdida en esta historia
ResponderEliminarUn beso
La mayoría de los comentarios se olvidan de algo muy importante, si queridos niños y niñas, existe el amor, también existe el amor, aún hoy.
ResponderEliminarMuchos salidos e idas veo que aparecen y desaparecen.
Me quedo con el romanticismo de otros autores.
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios, siento añadir más calor al que ya tenemos (no lo siento, es broma ), creo que está bien dar un puntillo de picante a la vida y la imaginación no entiende de barreras ni de moral.
ResponderEliminarY el amor no es ingrediente de la literatura erótica pero está en otros géneros a raudales, he visto esta semana la película Ana Karenina que se estrenó hace unos meses, me ha gustado aunque es bastante larga y está creada para lucimiento de Keyra Knighly. Esta novela es una cumbre en literatura de amor desdichado, creo que para dar un cambio de tercio, me voy a llevar el libro de vacaciones.
A los que estéis disfrutando de idem os deseo que sean magníficas, los que aun no han comenzado, un poquito de paciencia y para los que han vuelto, se siente, al menos ya vendréis con las pilas cargadas.
Un besazo para todos y espero que os gusten las dos entregas siguientes.