La tierra era caos y confusión y oscuridad, hasta que llego Edison e invento la bombilla y se hizo la luz, problema de oscuridad solucionado, en cuanto al caos y la confusión que reina en este planeta, seguimos mas o menos igual e incluso peor, el gran filosofo chino Confucio dedicó toda su vida intentando poner orden al caos y disipar la confusión.
Cuenta la leyenda que cierto día un individuo se le acercó y le preguntó: honorable Confucio ¿es posible como dice Pipión (entrenador de fútbol friki) que el tío que lance el córner lo remate de cabeza? Confucio le contesto: Adelante muchacho obedece al entrenador y lánzate a ti mismo seguro que marcas gol.
Desde ese día Confucio dejó de predicar y de enseñar a la gente, pues vió que era imposible impartir sabiduría, establecer ley, y poner orden en un mundo, poblado en su mayoría por seres esféricos que diariamente dan culto a la estupidez, se cuenta que Confucio desengañado y confundido se retira a la soledad del desierto acompañado por una cabra de color verde, allí predicó el resto de sus días a trillones de granos de arena, fue justamente en el desierto donde Confucio, se dió cuenta de que la felicidad no es completa sin una cabra verde tocando el violín.
Según las crónicas de Herodoto, Confucio falleció de un ataque de almorranas provocado al divisar en el horizonte a Caligula, Fulano, Maná-Maná y a la amante de Teruel, sus últimas palabras fueron: Hay mas hijos de putas que botellines de cervezas.
Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, pues Dios tenia un ayudante llamado Manolo “Cabeza Huevo” es bueno aclararlo, el ser humano esta hecho a semejanza de Dios y su ayudante Manolo.
Entonces Yahvé, Dios, formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. Macho y hembra los creó. Y su pequeño ayudante vino y le dijo: ¡Eh! Nos han sobrado todos esos cuerpos, pero nos hemos quedado sin cerebros, sin corazones y sin cuerdas vocales. Y Dios dijo: ¡Coño! Cóselos igualmente, pega una sonrisa en su cara y haz que hablen por el culo. Y así es como Manolo por mandato expreso de Dios creó a los imbéciles, ellos tienen apariencia de hombres pero solo apariencia, el pequeño ayudante “Cabeza Huevo” les insuflo una ventosidad pestilente por el orificio de sus respectivos anos (llamada ventosidad comunicante cacofónica inversamente inducida) y resultaron ser unos seres que no dejan vivir en paz a nadie.
Dios hizo otras muchas cosas, pero ante la imposibilidad de extenderme en el relato creacionista, pues ocuparía un tocho inconmensurable de paginas y para no ser cansino por mi parte, voy acabando.
Y dió por concluida Dios, en el séptimo día, la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera, Dios acabó reventao y al día de hoy todavía esta descansando, a Manolo Cabeza Huevo Dios le encomendó que creara un lugar para meter en conserva a las almas de todos los malvados.
Muy cerca de Ganimedes, mas allá del planeta Raticulín, hay un vacío en el universo como un gran agujero negro y está lleno de gente que está llena de mierda. Y la plaga del mundo lo habita, así es el lugar que creo Manolo Cabeza Huevo y que bautizó con el nombre de infierno.
Artículo reeditado: originalmente publicado el 16 de Noviembre de 2010.
Una gran lección de un realismo distorsionado que a muchos nos suena y lo adaptariamos a circunstancias distintas. Muy Bueno.
ResponderEliminarConozco yo a un cabeza de huevo y a un pedorro que se adaptan bien a esos tipos sin cerebro.
ResponderEliminarDios no pudo ser tan torpe a esos los crearon las escuelas nacionales del frente estacionado en la nube de la izquierda que es donde se esconden las gallinas para poner huevos segun encargos y encajes, ah bueno,
ResponderEliminarDe nuevo el maestro BAke Gibran en acción con una pedorreta de mucho valor histórico y sexual.
ResponderEliminarja ja ja muy bueno aunque algunas cuestiones no la entiende ni el propio autor.
ResponderEliminargran artículo.
ResponderEliminarTe admiro y estoy empezando a quererte.
ResponderEliminarEse culo apesta fufufufuuf
ResponderEliminarAmigo Gibran, gran lección de surrealismo.
ResponderEliminarTengo una duda: " ¿el Maná-Maná está en el agujero negro o tiene negro el agujero?.
¿He creido haber leido algo de botellines de cerveza?. La única cuerda es la cabra con su stradivarius.
Buen artículo, amigo mio. Un abrazo.
Mi admiración por las muchas "tonterias" que dice que encierran grandes verdades que muchos no alcanzan a comprender.
ResponderEliminarLa dufusión de los mandamientos de la maligno no deben ser leidos y menos pronunciado.
ResponderEliminarTU ESTAS LOCOS Y GESEMANI ARDIO COMO LA LADERA DEL VOLCAN"
El picha como se tome todo lo que el culo del otro le esta mandando ese no perece sino que se vuelve politico, es decir traga todo.
ResponderEliminarHas tenido un apagón mental y por eso te perdonamos en el nombre del Consistorio capitalino.
ResponderEliminarMás que un apagón mental pienso que ha entrado en estado de lucidez, inspirado en su gran musa: el Maná-Maná.
EliminarEs su gran musa. Le pones un traje de bulerías de bolsillos bombachos (para que quepan los billetes), una peineta pegada a la calva con loctite y que se pegue un buen pasodoble, luego lo vuelves a mandar a delinquir como premio.
El Dios Bueno y el Dios Malo se entrevistaron en la cima de la montaña.
ResponderEliminar-Buenos días, hermano -dijo el Dios Bueno. El Dios Malo no contestó el saludo.
Y el Dios Bueno prosiguió: -Estás hoy de mal humor.
-Si -dijo el Dios Malo-, porque últimamente me confunden contigo, me llaman por tu nombre y me tratan como si fuera tú, y esto me desagrada mucho.
--Pues has de saber que también a mi me han llamado por tu nombre -dijo el Dios Bueno.
Al oir esto, el Dios Malo siguió su camino, y se fue maldiciendo la estupidez de los hombres.
De lo mejor que he leido en surrealismo.
ResponderEliminarConozco a varios Manolos "Cabeza Huevo" pero son sindicalistas. Pueden valer para el caos y la confusión.
ResponderEliminarHay más imbéciles y mediocres de lo que nos podemos imaginar.
ResponderEliminarLa única solución es llamar a la cabra verde.
Este tío está como una cabra; me refiero al color.
ResponderEliminarBravo, Gibran.
Qué mezcla tan original y divertida.
ResponderEliminarHacen falta artículos con humor y surrealismo como los de Gibran y Beer.
Este artículo se pasa de surrealismo, llega al esperpento.
ResponderEliminarY dijo el burriciego con sonrisa de un borrego que le han cortado el labio de arriba: "Maná-Maná, discípulo mío, hagamos caso a nuestros amos, nuestro Marianico y nuestra Sorayita, que es la voz de la sabiduría, nuestra iluminación, son nuestros Ayatolás, la voz de nuestro Dios, el Monseñor de Tarancón. Sé fiel y alcanzarás el paraíso perdido".
ResponderEliminarCaye eres tú?
EliminarConfucio ha pasado a la Historia por su gran sabiduría. Fue el precursor de la futura invasión china en la fabricación de estropajos de esparto y jabón "el lagarto", verde como la cabra.
ResponderEliminarEstamos más en el caos que en la confusión.
ResponderEliminarLa mayoría sabemos a qué jugamos, pero nos da miedo o nos sentimos cómodos; eso es la "confusión", que desemboca en el caos.
Leo el artículo y no sé quién está loco o no.
ResponderEliminar¡Espectacular!.
Ahora me entero que Manolo Cabeza Huevo fue el creador del infierno.
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