Los Niños de Peter Pan

No puedo, quiero, sí, pero hay algo que me falta, algo que necesito. No recuerdo dónde estaba, hace mucho que la perdí, creo.

A pesar de todo, veo que muchos saben dónde encontrarla y eso me desespera tanto como me entristece.

Como cuando desde mi pequeña ventana, pasadizo de mis ojos a la realidad, observo a esos niños. Siguen jugando como ayer, estúpidos críos, es lo único que saben hacer. Maldita envidia, no saben lo que quieren pero tampoco les importa, bien por ellos.

Quisiera saber cuándo olvidé yo su ilusión, cuándo descuidé el rumbo que llevaría mi futuro, cuándo llegué a despreciar tanto al presente y a sus habitantes.

Necesito recuperarte. Si sólo recordara ese preciso momento en el que, quizá jugando inocentemente a un juego infantil de ésos que tanto me gustaban, se perdió mi sentido…

Te necesito, niña, estoy harto de jugar al jodido escondite, sigo obligado a que esta inútil corriente del día a día me arrastre a mí y a todo cuanto podría, e incluso querría, hacer con mi vida.

Sin norte y sin camino por tu culpa: perdida, querida y, tras tanto tiempo, desconocida ambición.

Nárul, nos vuelve a proponer un ejercicio intimista, en el que refleja esa dura transición a la madurez, la pérdida de la ilusión infantil y la incertidumbre por el futuro. GRACIAS.