17 de marzo de 2010

Para Mayores de 50… (3ª Parte)


Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no. Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes y no sé cómo no guardamos la primera caquita. ¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!! ¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro.

. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares. Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraban al terminar su ciclo, inventábamos la recarga de los encendedores descartables. Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de sardinas o del corned-beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave. ¡Y las pilas! Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa. Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para pone r en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque para hacer cuadros y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía 'éste es un 4 de bastos'.
Eduardo Galeano

10 comentarios:

  1. Enhorabuena Eduardo, me encanto tu articulo, espero que no sea el unico.
    !!chapo!! Amigo.

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  2. Las venas abiertas de América Latina, escrito por Eduardo Galeano en 1971.

    El libro de Galeano es uno de los que más daño ha hecho a Latinoamérica. Su argumentación elemental sostiene que son pobres porque los otros son ricos. El clásico discurso del imperio que succiona la sangre de las venas de su víctima hasta acabar con ella. Un decálogo revolucionario antiimperialista que culpa del atraso de los países Latinoamericanos primero a los españoles, luego a los ingleses y, desde el siglo pasado, a Estados Unidos. De haber sido escrito en el siglo XXI, seguramente culparía a Coca-Cola, Google, Amazon, Starbucks, McDonald's y alguna otra transnacional de que les roban.

    Galeano resume los agravios sufridos por los latinoamericanos y los victimiza; además, transmite su odio visceral a cualquier cosa que huela a democracia y mercado: en definitiva, a la libertad, para retorcerse en el igualitarismo estrecho de mente que impide el desarrollo.

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  3. Es muy bueno, que forma de describir las cosas. Sólo un maestro puede realizar de forma tan entedible narraciones cortas de la vida diaria y además de recordar parecer bonito, lo es.

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  4. Es una delicia esta colaboración, es un texto boludo, es un texto solidario con una época que ya desgraciadamente no esta con nosotros.

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  5. Fotografía y artículo geneiales. Muito fantastico, muito saudace.

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  6. No estoy de acuerdo con uno de los comentarios que se hace. También Galeano hace un socorrido beneficio a todos aquellos que piensa de otra manera, NO al consumismo, NO a una sociedad caduca y que va demasiado rápido. Hay muchas contradicciones entre los seguidores de escritores de America Latina. Mi comentario y el anterior es una prueba. Sin embargo es leido por todos. Por cierto el alegato que se realiza en el comentario al que aludo está sacado de una crítica periodística.

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  7. No habia leido ni conocia anteriormente a este autor, pero se que me identifico con lo que llevo leido en estos articulos y me alegra profundamente saber que hay mas personas que sienten y piensan como yo.Con respecto a que es un decalogo revolucionario y antiimperialista que se comenta por aqui, yo no odio la democracia pero si creo que la sociedad que se crea con los mercados capitalitas han hecho mucho daño a costumbres y tradiciones y nos han hecho peder el norte(como se suele decir); a mi me siguen gustando las cestas para ir a la compra que tenian nuestras madres y que daban trabajo a esos artesanos que las elaboraban y desde la sociedad de mercado, como tantos otros sectores quedaron en deshuso( las cestas y los artesanos) y nadie se preocupo de ellos.Queen.

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  8. No entro a valorar este articulo. Hay que valorar fundamentalmente el contenido de blog y para mi es impresionante, impactante. No he leido muchos blog con la inquietud de este, faceta cultural, intimista, chistosa.... y puntofinal, eso es el BLOG CON MAYUSCULAS, todo lo demas son zarandajas.

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  9. Hostias, me dejo un par de día sin ver el cuaderno de los Bakes y hostias ya no se lo nuevo. Tengo que marcar las historias que leo.

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  10. Todo lo que describe tanto en este como en sus anteriores artículos me hace ver, recordar que todo eso lo he vivido antes, casi con los mismos detalles. Es importante saber valorar las cosas.

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