14 de noviembre de 2012

Creo firmemente


Me dio un jamacuco y me caí del caballo romano. Y desde entonces...

Se movía el velador; sobre su superficie, la flecha señalaba signos y señales significativas y alguien dijo que aquello de por entre las cortinas era un ectoplasma. Y desde entonces...

Me desnudé de mis oros y tuve un frémissement al ver un viejo, un enfermo, un entierro; después encontré un monje. Y desde entonces...

Percibí un flash telepático en el que se me comunicó que éramos pocos elegidos y debíamos esperar hasta que una nave nos abdujese. Y desde entonces...

Vino, en Su nombre, Yibril -o Gabriel; no entendí muy bien su nombre- y me infundió aquel Libro que ya era desde siempre uno de Sus atributos. Y desde entonces...

Harto de subir escalones, llegué hasta el altar donde me dieron un cuchillo de obsidiana y el encargo de buscar corazones enemigos. Y desde entonces...

Me tenían allí, en Patmos, patsmao...

© Producciones Guadiloba

En esta ocasión, nuestro amigo Guadiloba nos sorprende con este breve artículo, esperamos que solo sea imaginación y tu salud esté perfecta. GRACIAS.

7 comentarios:

  1. Eres un genio en la intelectualidad e ironía.

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  2. Ya veo que crees firmemente.
    ¡Magnífico!.

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  3. Tenemos que despertar todos, tenemos que proteger a las nuevas generaciones, evitar su éxodo.
    Cuando se le echa arreos a estos políticos de mierda, se cagan vivos, son unos cobardes.
    Un ejemplo de lo guarros que son: mi Maná-Maná ha prohibido a todos los trabajadores del Ayuntamiento coger día de asuntos propios el día de la huelga general. DICTADURA Y MIEDO.

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  4. Primer mandamiento, "creo en ti, Guadiloba".

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  5. Hoy es día de huelga general.
    Hago una pequeña pausa para hacer un comentario en este maravilloso blog.
    La impresión que tengo es que, por desgracia, ni fu ni fa.
    Opino que el artículo del gran Guadiloba es sencillamente divino. Creo que se debería haber publicado otro día distinto.
    Saludos a todos, y a continuar con la huelga.

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  6. Creo firmemente en el firmamento, con las estrellas que alumbran mi camino; creo en el lucero del alba y en la aurora boreal, pero en lo que más creo, con más énfasis, es en el mundo de los ojos grandes y bellos, impregnados de sabor arbequino, en lugares inimaginables para la mente de cualquier ser humano, alejados de la costa de las coquinas, pero con aroma de olivar, con lechuzas incluidas; el placer de los dioses.
    ¡Cuantas grandiosidades nos ofrece nuestra madre Naturaleza!.
    Me siento orgulloso de pertenecer a ella y así poder disfrutar de momentos inolvidables, con las mejores compañías, eso es felicidad.
    Dos caminantes de la vida mandan besos de amapolas a bellas y grandes damas de un bello rincón jiennense.

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