A juzgar por su vandalismo y brutalidad, sus canciones siniestras, sus danzas demoníacas y sus desconsolados y sobrecogedores aullidos, se trataba de un escuadrón de almas y espíritus de energía muy negativa, y profundamente atormentados, que sembraban a su paso el miedo y el caos. Por eso, al oírlos, escaparon desesperados. A zancadas rápidas y agigantadas se alejaron, como pudieron, del cementerio. Jamás el grupo corrió tan apresuradamente como entonces. Tampoco recordaban haber sentido nunca tantísimo miedo. Fue puro pánico el que se apoderó de ellos aquella noche, a consecuencia de tanto alarido, tanta risa diabólica y tanto proceder destructivo y violento. De tal manera se asustaron que ni siquiera se detuvieron a recobrar el aliento cuando se encontraban suficientemente lejos de ellos como para dejar de oírlos. Por el contrario, presas aún de un temor indescriptible, siguieron huyendo en silencio, sin intercambiar miradas ni palabras, aterrados, despavoridos, sobresaltados, envueltos en la conmoción que acompaña a las situaciones en las que la angustia aprieta.
Incluso Inés, la más joven de todos, que dejó mucho de sí misma durante la huida, no tuvo el valor de volver sobre sus pasos para recuperar lo perdido.
-Así es, pobre Inés -intervino uno del grupo-. Se malogró el talón y varios dedos del pie derecho en la carrera. Menos mal que es muy joven y le queda aún mucha materia orgánica por perder; Roberto, en cambio, ha perdido el maxilar superior casi por completo y del brazo izquierdo no conserva más que el hueso, lo que a su edad es una mengua irreparable de la que un zombi no se recupera jamás.
Regresaba aquel grupo de zombis al cementerio tras esa fuga atropellada, algo más calmados aunque con el miedo todavía metido en el cuerpo, apoyados los unos en los otros, vigilantes y temerosos por si el suceso se repetía, sin detener el paso y rememorando, involuntariamente y con gran estremecimiento, ese quejido lastimero de aquellas almas endemoniadas, un clamor ininteligible cuyo simple recuerdo les congelaba la sangre y les producía una escalofriante emoción: “¡Beeeeeeeeetis, beeeeeeeetis, beeeeeeeeetis…!”.
De nuevo Sibila, tal y como acostumbra, nos sorprende con un imaginativo relato. GRACIAS.
De nuevo Sibila, tal y como acostumbra, nos sorprende con un imaginativo relato. GRACIAS.
Me encanta cómo escribes, Sibila.
ResponderEliminarSibila tiene una faceta de gran escritora y lo demuestra en este tipo de relato que estoy seguro que existen continuación.
ResponderEliminarTe adoro Sibila.
ResponderEliminarAyer capullos y hoy zombis, por eso me gusta el blog, la temática siempre es diferente y si hoy no me ha gustado el artículo, se que mañana habra otro y seguro me gustara.
ResponderEliminarDos niños de 8 años conversan en el parque. Un niño le pregunta al otro:
ResponderEliminar-¿Q vas a pedirle al Niño Jesús este año?
-Yo voy a pedirle una bicicleta ¿y tú?
-Yo voy a pedirle un Tampax. ¿Un Tampax?
-¿Y qué es un tampax?
-No lo sé, pero en la televisión dicen que puedes ir a la playa todos los días, correr en bicicleta y a caballo, bailar, ir a la discoteca y hacer todo lo que quieras, y sin que nadie se dé cuenta, que bueno no?
Tienes madera de escritora y además supongo o mejor afirmo que eres una mujer iteligente. Tu relato es corto pero interesante.
ResponderEliminarYo también me he quedado sorprendida con este relato de la nueva colaboradora. Felicidades y Besos para todos, colaboradores y seguidores del blog.
ResponderEliminarEsta historia paARECE INCOMPLETA O ES PARTE DE UNA SERIE Y EN DICHO CASO SE DEBERÍA DE COMENTAR.
ResponderEliminarSibila mi propocición sigue en pie: quieres tener un sibilito con el mua.
ResponderEliminarAlguien conoce un blog, escrito en primera persona donde el protagonista vivia un apocalipsis zombie en donde describia lo que pasaba dia tras dia?? muchas gracias! muy linda la pagina
ResponderEliminarZombie (Haitian Creole: zonbi; North Mbundu: nzumbe) is a term used to denote an animated corpse brought back to life by mystical means such as witchcraft.[1] The term is often figuratively applied to describe a hypnotized person bereft of consciousness and self-awareness, yet ambulant and able to respond to surrounding stimuli. Since the late 19th century, zombies have acquired notable popularity, especially in North American and European folklore.
ResponderEliminarIn modern times, zombies became a popular subject in horror fiction, largely because of the success of George A. Romero's 1968 film Night of the Living Dead [2] and they have appeared as plot devices in various books, films and in television shows. Zombie fiction is now a sizeable sub-genre of horror, usually describing a breakdown of civilization occurring when most of the population become flesh-eating zombies – a zombie apocalypse. The monsters are usually hungry for human flesh, often specifically brains. Sometimes they are victims of a fictional pandemic illness causing the dead to reanimate or the living to behave this way, but often no cause is given in the story.
Me ha gustado mucho tu relato. Le das una aire de misterio que lo vas descubriendo al final y los que debn de asustar huyen. Original.
ResponderEliminarMiedo me das tú, Sibila. ¡Qué arte tienes!
ResponderEliminarNo es cierto que si te haces el zombi los zombis no te vean. Por cierto. Son extremadamente semejantes a los caminantes blancos. Me he rilao
ResponderEliminar¿Por qué los cementerios tienen muros tan altos? Si los que están dentro no pueden salir y los que están fuera no quieren entrar?
ResponderEliminar¡Qué fuerte! Un grupo de béticos. ¡Qué peligro! Es como para no tener miedo.
ResponderEliminarMuy orginal, Sibila.
La huida no ha llevado a nadie a ninguna parte...
ResponderEliminarNo huyas del blog, te queremos Sibila.
ResponderEliminarUn borracho tropieza con un militar y dice:
ResponderEliminar- Disculpe mi Sargento..
- Como que Sargento?, no ve las Estrellas?
- Bueno disculpa mi Cielo.
Hacen faltan mujeres como tú en el blog que escriban con frecuencia.
ResponderEliminarLos quinquenios han comenzado a fugarse por la puerta que han dejado abierta. Pronto iran en manada por la calle del centro.
ResponderEliminarMe gusta lo que has escrito pero te hago una reflexión.- en la sociedad actual los zombis son los buenos, los otros son los malos.- golfear y ser malo es lo natural.- desgraciadamente.-
ResponderEliminar"Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista".
ResponderEliminarSibila, escribo de noche por no poder dormir contigo.
ResponderEliminarDe los zombies aprendí que quieres a las personas por su cerebro y no por su físico.
ResponderEliminarSobresaliente cum laude
ResponderEliminarLos béticos sí que son zombis y un poco fantasmas.
ResponderEliminarEste blog es muy entretenido y sibila borda todo lo que escribe. Felicidades.
ResponderEliminarBúscame si me necesitas que yo para ti siempre estaré...
ResponderEliminarSibila, tienes el ingrediente perfecto para hacerme sonreir... Muy buena la historia
ResponderEliminarEres mi bruja especial y preferida entre todas las del otro lado. Yo siempre huiré si tu te marchas.
ResponderEliminarUn borracho orina en la calle, y una mujer lo ve y le dice:
ResponderEliminar- Qué bestia, Qué monstruo, Qué animal..!
Y El hombre le contesta:
- Pero venga, tóquelo,.... es mansito.
¿De dónde se saca la gente que esta historia es parte de otra? Es una sola historia con su principio y su fin. Muy bien escrita.
ResponderEliminarLa huida es necesaria cuando el hombre encuentra una mujer inteligente.
ResponderEliminarYo como soy del Sevilla no me extraña el miedo que produce el mal juego del Betis.
ResponderEliminarMuy buenoooooooooooooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarEsta chica escribe de putísima madre. Se merece, como poco, el Premio Cervantes.
ResponderEliminarTengo partido el corazón y tú tienes la culpa morena de ojos profundos.
ResponderEliminarY eso que Sibila no ha dicho que además de zombies somos sevillistas!!!
ResponderEliminarImpecablemente escrito, genialmente narrado, sibilinamente resuelto y previsiblemente -por haberlo escrito quien lo ha hecho- genial.
ResponderEliminarQué envidia que te tengo, joé!!!