Aquí nos encontramos con el capítulo de un tío con dos
cojones.
El amigo de turno, con 23 años, más grande que un trinquete,
tenía pánico a las cucarachas. Veía una de ellas y estaba de forma “ipsofacta”
enganchado a la lámpara del techo, como un tití, como una criatura de pecho. Si
de camino roza una mano con una araña (insecto), se queda pegado al techo como
Spiderman.
Un día tumbado en el sofá, en su particular “Jumanji”, ve
pasar por el mueble que tenía de frente una sombra algo mayor de lo que, para él
era habitual. Las parabólicas del miedo se ponen en alerta.
La sombra se dirige a la cocina. Como gran lidiador de fauna
doméstica, de las incontroladas, y echándole más güevos que el caballo de
Espartero, persigue a la sombra, que desaparece justo detrás de un mueble.
En plan pistolero, coge dos botes de insecticida y apuntando
al objetivo apretó ambos gatillos con tanta saña que gastó todas las balas en
menos de un minuto.
¡Se acabó el problema! Todo queda en olvido y relajación.
Pasados varios días, estando solo, va al dichoso mueble,
abre el cajón de sus pertenencias para coger ropa interior, y ZAS, sale un
ratón, no colorado, que le recorre toda la mano y brazo. Se acojonó de tal
manera que parecía haber visto al Maná-Maná, también llamado “homo corruptus no
sapiens”, o al mismísimo león de la Metro.
Ante tal situación de pánico, llamó por teléfono a su novia
para que fuese a echarle un cable. Ésta, más valiente que la carne que yo comía
cuando era pequeño (con los dientes apretados tiraba de ella como una goma
blanda, cuando la soltaba me endiñaba tal golpe que me hacía sangre en el labio,
parecía que me había caído de boca), se pertrecha de bazooca, escopeta, hacha,
cuchillo, con pinturas guerreras, tipo Rambo cuando fue a Vietnam.
Lo que encontró esta mujer fue al hombre trinquete en estado
taquicárdico; se estaba asfixiando, no podía respirar.
Antes de emprender la cacería de la fiera corrupia tuvo que
llevarle a urgencias del hospital más cercano. Le hicieron inicialmente un
electro; salió alteradísimo, con unos picos que parecían el Himalaya. Como
medida preventiva le ingresaron en la UCI de coronarias, monitorizado, hasta no
terminar todas las pruebas. Todo salió normal.
Cuando contó lo sucedido al equipo médico actuaron como si hubiesen leído un chiste del
PenaPenita.
Pasado el sobresalto y una vez vuelto a casa, sus padres se
pusieron manos a la obra. El objetivo era dar caza al gran felino.
Pusieron trampas por toda la casa, utilizando como cebo
queso Bofard añejo gran reserva.
La pobre criaturita, “esmallaíta perdía”, tuvo que sucumbir
ante la tentación de tal manjar, cayendo en una de ellas.
Lo que más me sorprendió fue que el cazador trampero sabía
que el animal era alérgico al queso fresco. Gran astucia por su parte.
A ver que le deparará la próxima vez a nuestro peculiar
“Juan sin Miedo”.
Como dice Patán, el de las medallas, hay ratones que matan.
Como siempre nuestro amigo Bake Beer con su humor tan carcaterístico y simpatía a raudales.
ResponderEliminar¿Existen los museos submarinos?
ResponderEliminarEl más grande está en Cancún
Claro que, para visitarlos, es necesario bucear un poco… En el pasado y bajo el agua. El de Baiheliang, China, por ejemplo, conserva poemas y figuras utilizadas para medir las crecidas del río Yangtze. En Alejandría, Egipto, se puede visitar la Ciudad Sumergida de Cleopatra, que data del año 300 a. de C. Existe también uno en la Bahía Samana, en la República Dominicana, que guarda los restos de los galeones españoles Tolosa y Guadalupe, hundidos durante un huracán en 1724. Pero el museo submarino más grande del mundo es el de Cancún.
Ubicado en el Parque Nacional Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc, ya cuenta con algunas esculturas (tendrá 400 en total). Estas están realizadas con un cemento especial que no solo permite ser colonizado por corales, sino que debe cumplir con otros requisitos. Entre ellos, que sea inocuo para el medio marino, que las esculturas no se encuentren a la deriva y que no sean un peligro para la navegación marítima. El museo está siendo instalado a 8 metros de profundidad y será un homenaje a la cultura maya.
Espectacular el artículo. Uno se relame de la baba con tantas risas.
ResponderEliminarYo le llamaría un ratón extrovertido y al Juan un gato que se considera un cojón. Muy bueno tio.
ResponderEliminarEn un callejón un gato persigue a dos ratones.
ResponderEliminarUno de los ratones se detiene y dice:
- ¡Guau! ¡Guau!
El gato empieza a correr y el ratón dice:
- ¿Te das cuenta la importancia de saber idiomas?
Genial, Bake Beer.
ResponderEliminarEsto es descojonante. Aquí vemos a Beer en su salsa.
ResponderEliminarHacía falta artículos de este tipo, que te puedas divertir un poco.
ResponderEliminarMuy bueno.
Las aventuras que cuenta este Bake son excelentes, llenos de simpatía.
ResponderEliminarTodavía sigo riendo.
Tú lo flipas, Beer. Muy bueno. Ja, ja, ja..
ResponderEliminarSi aplastas una cucaracha eres un héroe, si aplastas una mariposa eres un villano. La moral tiene criterios estéticos.
ResponderEliminar¿Qué hay peor que estar acostado en tu cama y sientas una cucaracha caminando en tu pierna? ¡Qué asco, Dios!
ResponderEliminarQue sea la mano de un político, subiendo, queriendo robar la hucha.
EliminarA los ratones los soporto, a las que ODIO ES A LAS RATAS!!!!. ¡¡¡LAS ODIO, LAS ODIO, LAS ODIO!!!. SON FEAS, ASQUEROSAS, TRANSMITEN LAS PEORES PESTES, SON SUCIAS, UN ABSOLUTO HORROR!!!!.
ResponderEliminarNo sabía que conocieras tan bien a la Maína (amante del Maná-Maná).
EliminarYo amo a los ratones...
ResponderEliminar¿Este que se ha "fumao"?
ResponderEliminarRajoy, los cadáveres de los suicidados se amontonan en tu conciencia... Todavía no tienes ningún cadáver de un banquero...
ResponderEliminarNo sé a mí lo único que me da miedo o mejor pánico es que haya dicho Rajoy que el 21 de diciembre no va a ser el fin del mundo.
ResponderEliminarA lo que diga Rajoy no hay que echarle cuenta, no tiene ni idea de quienes fueron los mayas.
EliminarBeer, a lo único que de verdad le tengo pánico es a despertar un día y que ya no estés en mi vida.
ResponderEliminarDos palabras, im-presionante.
ResponderEliminareste artículo encierra mucho surrealismo, ironía y sobre todo mucho cachondeo.
ResponderEliminarTe felicito, Beer.
A mi Maná-Maná no le da miedo los ratones, es casi de su especie; él es una rata, de las grandes, malas, de alcantarilla podría y pestosa.
ResponderEliminarSe ha enriquecido tras haberle robado todos los dientes y dinero al ratoncito Pérez.
Ese manamana es todavía peor, además de ladrón es destructor de empresas municipales.
EliminarEs uno, si no más, el culpable de este caos.
EliminarLos artículos que se están publicando son muy variados y buenos. Éste tiene mucha imaginación y simpatía, realmente bueno.
ResponderEliminarEMTUSA (empresa municipal de transportes urbanos, sociedad anónima) está siendo acosada por el nefasto "equipo de gobierno" del Ayuntamiento de Huelva.
ResponderEliminarDesde ayer se han declarado en huelga indefinida, trabajando exclusivamente los servicios mínimos, un sólo autobús por línea.
algunos de los motivos son reducción salarial del 30% y un ERTE.
Así está el patio.
a continuar compañeros.
EliminarEsto sólo ha empezado.
Eliminar¡Tenemos que luchar, compañeros!.
No tengo ganas de estos días de festividad.
ResponderEliminarGracias Beer por darme un día de felicidad.
Pues sí que era miedica el tío. Me he reido mucho imaginándome la escena.
ResponderEliminarBake Beer, has tardado mucho en escribir, te echaba de menos.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado tu línea de humor. Nunca defraudas.
FELIZ MARTES A TODOS, ESTE ES VUESTRO ÚLTIMO MARTES, ¡SALID DE CLASE Y DE TRABAJAR! APROVECHAD EL DIA.
ResponderEliminarNo seas negativo, no creas en chorradas, el calvario que tenemos encima continuará, no nos libraremos de él tan fácil.
EliminarA lo que no estaría acostumbrado sería que al abrir un cajón me encuentre un billete de 500 euros.
ResponderEliminarJA,JA,JA,JA,JAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA...
ResponderEliminarPánico el que tú me das, Beer. No tienes peligro ni na.
ResponderEliminarCómo se le puede tener miedo a un ratón como el de la foto.
ResponderEliminarMuy completo el artículo, Beer.
Ya no vale eso que dice que a perro flaco todo se le vuelven pulgas. Las garrapatas, hasta de dos patas y además sindicalistas nos invaden.
ResponderEliminarChupópteros del sistema hay muchísimos, aunque no entiendan de cagajones cuadrados.
EliminarUn Vietnam pero sin Rambo va a parecer este país dentro de poco.
ResponderEliminarBuenísimo artículo.
No puedo entender como puede tener tanta imaginación una persona. La de este Bake es de alucine.
ResponderEliminarMe encanta!!! qué risa!!! un beso de parte de la novia valiente del protagonista. Buen materiash!
ResponderEliminarTiene imaginación porque está loco y está loco porque es adorable. Besos.
ResponderEliminarMe ha gustado.
ResponderEliminarEres un crach, tío, flipo con tu historia.
ResponderEliminarEste tío está loco de remate.
ResponderEliminarYo le conozco y es un loco cuerdo.
EliminarLeer a Bake Beer es muy divertido.
ResponderEliminarDespués de leer esto me voy a comer un pescaíto frito.